3. EDITORIALescríbenos a editorial@liderjuvenil.com Líder Juvenil®
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OCT-DIC. 08 | 5
¿Quién es responsable del
crecimiento de la iglesia?
En mis 18 años de experiencia en el ministerio, he
podido observar cómo la respuesta a una pregunta
aparentemente obvia y sencilla conduce a estrategias
de liderazgo muy distintas. He visto que la cuestión
del crecimiento de las iglesias locales puede abordar-
se desde tres posibilidades.
Unos piensan que nosotros, es decir, el liderazgo y
la membresía en general, somos los responsables del
crecimiento de las congregaciones. Según este pos-
tulado, es importante entonces que se diseñen estra-
tegias agresivas, que se implementen ideas innova-
doras, que se propongan nuevos estilos para “atraer”
(esa es la palabra favorita de este grupo) a nuevas
personas. El enfoque principalmente se encuentra
en el “cómo” (actividades) y en el “hacia afuera” del
ministerio de la iglesia.
Otros piensan que es Dios, en su soberana volun-
tad, quien se encargará de “traer” a las personas que
Él quiera a cada iglesia local. En este caso no es tan
importante que la gente venga, sino que se quede (o
mejor dicho, que no se vaya). Sin que siempre se
cumpla, el lema de este grupo se resume en “es mejor
la calidad que la cantidad”, y el esfuerzo (un tanto
pasivo) del liderazgo está centrado en el “qué” (doc-
trina) y en el “hacia adentro”.
Cabe mencionar que es triste ver que los primeros
se burlan de los segundos, mientras que los segun-
dos critican a los primeros. Para unos, los otros son
“iglesias muertas”, mientras que los otros dicen que
aquellos son “unos superficiales”. Yo prefiero ser de
ninguno de los dos.
El libro de los Hechos nos presenta el cumplimiento
de la venida del Espíritu y el nacimiento de la iglesia.
Desde el inicio, vemos cómo los discípulos trabaja-
ban en el ministerio que se les había encomendado,
y la forma en que Dios prosperaba ese trabajo. He-
chos 2:41-47 nos da una imagen de la vitalidad de
la iglesia. Al final, notamos que “cada día el Señor
añadía al grupo los que iban siendo salvos” (v.47).
¡La iglesia crecía! Luego, en el capítulo 5 se regis-
tra que “seguía aumentando el número de los que
creían y aceptaban al Señor”
(v.14). El evangelio comenzó
a extenderse en distintas re-
giones, alcanzando a nuevos
discípulos, surgiendo nuevas
iglesias locales (Hechos 8:4).
¡Más crecimiento!
En este número de Líder
Juvenil, te animamos a con-
siderar entonces una tercera
postura. Según el Nuevo
Testamento, el crecimiento
depende tanto de nosotros
como de Dios. Nuestra par-
te es trabajar en el evange-
lismo y el cuidado pastoral,
la parte de Dios es bendecir
ese esfuerzo, y proveyendo
crecimiento en todo sentido
(I Corintios 3:6).
¡Nuestro mejor deseo es ver que tu ministerio pros-
pera! Por ello, los artículos de esta edición te retarán
a concentrarte en el “quién” (personas) y a perseguir
un equilibrio en el “hacia adentro” y “hacia afuera”.
¡Qué el Señor te bendiga y haga crecer Su iglesia!
COLABORAN EN ESTA EDICIÓN
Howard Andruejol
Howard Andruejol | EDITOR EJECUTIVO
George Barna
es el líder dirigente del Grupo de
Investigación Barna, Ltd., una compa-
ñía que ofrece un servicio completo
de encuestas de mercadeo que se
especializa en investigaciones para mi-
nisterios cristianos. George es el autor
de exitosos libros tales como El Poder
de la Visión.
Eddie Gibbs
es profesor de la Escuela de Misión
Mundial del Seminario Teológico de
Pasadena, y rector del discipulado de la
Iglesia Episcopal de Todos los Santos en
Beverly Hillls, California. Es escritor de
numerosos libros, incluyendo La Iglesia
del Futuro y Liderando en una Cultura
de Cambio.
Yo planté, otro regó,
pero el crecimiento
lo dio Dios. Así que
no cuenta ni el que
siembra ni el que
riega, sino sólo Dios,
quien es el que hace
crecer
I Corintios 3:6-7
4. 6 LiderJuvenil.com
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>>>> contenido
OCTUBRE - DICIEMBRE | AÑO 01 | NÚMERO 03
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des (Perú), Paolo Lacota (Paraguay), Raquel
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Board
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nandez, Valeria Leys, Esteban Obando, Aarón
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DECLARACIÓN DE MISIÓN
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ayude a madurar espiritualmente y a crecer en efectividad en sus ministerios.
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5 Editorial
“¿Quién es responsable del crecimien-
to de la iglesia?”
Todos queremos que la iglesia crezca, pero
no siempre hacemos bien lo necesario para
ello. por Howard Andruejol
8 Generación
Emergente
“Igledecrecimiento”
Con el afán de ganar en la comparación,
hemos perdido en la influencia. Definamos
nuevamente los criterios para medir el verda-
dero crecimiento de la iglesia. por Junior Zapata
12 Update Cultural
Dos películas para el discutir acerca del
liderazgo, y dos datos alarmantes acerca de
la salud de los jóvenes. por Allan Salinas
14 ¿Qué pasa?
“Vuelve”
Deja de frustrarte con el fracaso, ¡y vuelve a
soñar! por Emmanuel Espinosa
16 Versus
Fernando Mora y Gloria Vázquez comentan
acerca de ventajas y peligros de las células y
sus modelos de liderazgo. por Lizzie Sotola
20 Ojo Pastoral
“¿Celulitis en el cuerpo de Cristo?”
Darío llama nuestra atención para recor-
darnos que no todo crecimiento es siempre
resultado de salud en la iglesia. por Darío Silva-
Silva
22 Ojo Posmo
“Aquí mando yo. Autoridad y postmo-
dernidad”.
La manera de ganar autoridad ha cambiado,
y es necesario que regresemos a ejercerla al
estilo de Jesús. por Félix Ortíz
24 Informe Central
No existe la iglesia estancada… o crece o se
encoje. por Lizzie Sotola
27 Columnistas
invitados
Eddie Gibbs “De una iglesia conducida
por el mercado a una orientada por la
misión”.
George Barna “Lo que desean de la
iglesia los que nunca asisten”.
32 Ellas
“¡Arriba las mujeres y abajo los hom-
bres!”
Kristy comparte ideas para animarlas a
desarrollar un ministerio más sólido. por Kristy
Motta
34 Otro hemisferio
“Corriendo por campos minados”
El enfoque en los números podría conducirte
por un serio peligro emocional. ¡Ten cuidado!
por Annette Gulick
36 Enlace Musical
“No necesariamente con palabras”
¿Cómo esta evangelizando la ex-Banda de
Edgar Lira? por Dave Gómez
38 Enlace Musical
Noticias
Una vez más, te ponemos al día del aconte-
cer musical.
40 Citas Citables
“Así lo dijeron”
En esta edición, Kobe Bryant, Aristóteles,
Ingrid Betancourt, y otros. por Alan Perdomo
42 Reporte de
países
¿Qué está sucediendo en la juventud de Méxi-
co, Argentina, Perú?
46 Ideas
para el ministerio juvenil.
50 Libros
Las novedades recomendadas por líderes
juveniles de distintos países.
54 Metroplex
“Una urgencia a la que debemos res-
ponder con inteligencia”
Lucas sugiere un proceso efectivo para enfo-
carnos en el “quiénes” y no en el “cuántos”.
por Lucas Leys
Lider Juvenil USA
Tel. 954. 447. 6838
8410 NW 53rd
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Miami, FL 33166 USA
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Líder Juvenil®
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8 LiderJuvenil.com
S
er la Iglesia más grande no es señal de la bendición de Dios; ser la más pequeña tampoco. Pensamos que
Dios quiere todo “grande”. Asumimos que lo “grande” siempre es mejor y lo pequeño siempre lo peor.
El concepto de “grande es mejor” es una mochila que traemos encima desde la edad de la industriali-
zación cuando se pensaba que las cosas grandes eran superiores a las cosas pequeñas. Este sin embargo es un concepto ya un
tanto retrógrado, pues la ciencia nos dice lo contrario.
Cuando la ciencia vio la grandeza de lo grande tuvo que ver la grandeza de lo pequeño. Se dio cuenta que son las partículas
más pequeñas las que tienen la mayor influencia en los sistemas más influyentes del universo; desde la biología en donde todo
lo importante ocurre a nivel microscópico del ADN hasta la física-astronómica en donde lo más poderoso no está en las estrellas
más grandes sino en las partículas sub-atómicas más diminutas.
Si algo nos enseña la ciencia hoy es que “pequeño es mejor”. Y tiene mucho sentido por cuestiones de eficiencia energética,
utilización de recursos de existencia, etc.
Las iglesias grandes muchas veces sufren de oír sólo los aplausos y siempre encuentran un buen argumento para aplacar a sus
críticos. Esto hace que no se den cuenta que las instalaciones de lujo, el edificio enorme y la huella física del “templo” no siempre
son de “buen testimonio”. Un alto porcentaje de la sociedad muchas veces encuentra ofensa en una iglesia que tiene invertido
más dinero en sus instalaciones que en ayuda a la misma sociedad.
Por otro lado, las iglesias pequeñas muchas veces son pequeñas no por querer tener un ambiente de intimidad y cercanía entre
sus miembros, sino por la mediocridad en el manejo de su programación, administración y discipulado. Muchas son pequeñas
porque las personas quieren ser parte de un grupo rígido y tradicional. Estas iglesias excusan su mediocridad con la frase “noso-
tros buscamos calidad, no cantidad”; eso es risible.
Esto me lleva a la pregunta: ¿Es mejor una iglesia grande que una pequeña? La respuesta es no. Una iglesia grande no es mejor
que una iglesia pequeña y definitivamente una iglesia pequeña no es mejor que una iglesia grande. Entonces, ¿cuál es la mejor
iglesia? La mejor iglesia, para comenzar con el tema, es aquella que no trata de ser mejor que las demás. Ahí es donde radica
el problema.
GENERACIÓN EMERGENTE
por Junior Zapata
GENERACIÓNEMERGENTE
IGLEDECRECIMIENTO
+IGLEINFLUENCIA
Sin embrago, una iglesia “grande”
tiene la capacidad de presentar el Evange-
lio en formas únicas. Por cuestiones de pre-
supuesto, espacio, contactos en la comuni-
dad, etc., las iglesias grandes están en una
posición estratégica para lograr un impacto
que una iglesia pequeña no puede. Creo que
las iglesias enormes tienen un papel muy úni-
co que desarrollar en el Cuerpo de Cristo, eso sí, si se ven como
parte del Cuerpo y no creen que sólo ellos son el Cuerpo.
Las iglesias pequeñas también tienen su lugar. Pero estás creo
que sólo serán efectivas si dejan la mediocridad, buscan la apertu-
ra y de veras tienen una misión por ser una iglesia de intimidad y
calor humano.
Las iglesias pequeñas pueden pasar desapercibidas en el mismo
vecindario donde han estado por años. Si no es por el rótulo que
anuncia el nombre de la iglesia y por los cantos que se oyen den-
tro, los vecinos nunca sabrían que la iglesia estaba ahí. Además,
muchas han sufrido por décadas del crecimiento gracias a los hijos
de las mismas familias que están desde la fundación de esa iglesia.
Entonces, se puede formar una rosca tan cerrada que los comités
o ciertos miembros de familias tienen más poder de decisión que el
mismo Espíritu Santo. Esto hace a la iglesia muy poco atractiva a
los vecinos y por ende, hace irrelevante el mensaje de Jesús.
El orgullo de ser la iglesia más grande de la ciudad es tan pecado
como la envidia que la iglesia pequeña puede tener de la grande.
El problema no es ser “grande” o “pequeña”, el problema es no ser
la iglesia que Dios quiere que seamos.
“Ser” iglesia no significa reunirse a cantar. No significa estar re-
unidos. Ser iglesia significa tener un impacto serio, profundo y re-
levante a la sociedad donde vivimos; mejorar la vida de nuestros
vecinos con el Evangelio de Jesús. La pregunta entonces no es qué
tan grande es tu iglesia, sino qué tan efectivos son los miembros
de la iglesia cuando no están reunidos. Si tus jóvenes no son de in-
fluencia fuera de las reuniones, entonces sencillamente tu iglesia,
grande o pequeña, no es de influencia.
>>>>
+IGLECOMPETENCIA
Es triste cómo dentro de mucha de la filoso-
fía de iglecrecimiento existe un espíritu de com-
petencia “por las almas”. Es ridículo que como
iglesia estemos viendo cuánta gente viene a la
reunión para ver si somos más “grandes” que la
iglesia tal o cual.
El tamaño de la iglesia es algo muy, muy relati-
vo. Puede que sea “pequeña”, pero ¿comparada
a qué? Grande... ¿comparada a qué? ¿Cuánta
gente hace una iglesia grande? ¿Cuánto es poca
gente? El tamaño es tan relativo que hace ridí-
culo el que nos jactemos que nuestra iglesia sea
grande e influyente o nos enorgullezcamos que
nuestra iglesia sea pequeña e íntima.
El otro problema son las instalaciones. No en-
cuentro cómo a Dios le puede agradar la acti-
tud de competencia que hay en nuestras iglesias
latinoamericanas por ver quién tiene las insta-
laciones más modernas, el edificio con más bu-
tacas y las reuniones más llenas. Eso pasa de
ridículo a tonto.
Los edificios, el número de butacas, la exten-
sión del terreno no son la única muestra que
Dios está bendiciendo a esa iglesia, si no, ¿qué
hacemos con el Taj Mahal en India o el Templo
Mormón en Salt Lake, Utah, Estados Unidos?
Estos son templos con instalaciones y edificios
superiores a las de las iglesias cristianas.
Por otro lado, constantemente se oye cómo de-
bemos de tener una iglesia grande en edificio y
en personas para demostrarle al mundo lo gran-
de que nuestro Dios es. Querer tener algo más
grande y lujoso que el Taj Mahal y el Templo
Mormón para demostrar que nuestro Dios es
grande, es reducir al Dios de Abrahám a correr
la carrera estúpida del materialismo.
Otra vez, más y más, a la cultura en general
no le impresiona lo grande, le impresiona lo ge-
nuino.
6. 10 LiderJuvenil.com
GENERACIÓN EMERGENTE Líder Juvenil®
>>>>
Junior Zapata es Director de educación
cristiana del Colegio América Latina, una de
las instituciones educativas más grandes de
Latinoamérica. Orador especialista en nuevas
estrategias de educación y liderazgo. Autor.
+IGLEDIVERSIDAD
El mundo es muy diverso como para que todas las iglesias ten-
gan la misma estrategia, los mismos métodos de enseñanzas;
otras herencias de la edad de la industrialización. Es culpa
de Henry Ford. Este ingeniero inventor nos dio el vehículo
pero también nos heredó la producción en masa donde todo
es igual ¡y aburrido!
Los ingenieros y vendedores de Ford se sentaron con su jefe
y le dijeron que era necesario hacer vehículos de diferentes colo-
res. Ford, amando su idea de producción en línea y en masa les con-
testó: “. . . pueden pintarlos de cualquier color que quieran ¡siempre
y cuando sea negro!”. Y desde entonces, la filosofía de que todo
tiene que ser igual para ser eficiente se ha metido como virus en la
cultura. La sociedad ha cambiado y ya no funciona este concepto.
Sin embargo, en la iglesias aún lo aplicamos. Yo creo que por razo-
nes de poder y control, queremos que todas las iglesias en todas la
culturas hagan lo mismo de la misma manera como nosotros.
Una cosa es la visión que Dios le da a tu iglesia y otra cosa es que
esa sea “LA VISIÓN DE DIOS” para todas las iglesias en toda la
tierra.
Somos 6 mil millones de humanos en este semi-redondo planeta.
Estos son 6 mil millones de personas cada uno con su estilo de
aprendizaje, cada uno con sus intereses y personalidades. El méto-
do que tu iglesia use para crecer no es necesariamente el único que
debe existir y no necesariamente va a funcionar en todos lados.
+IGLECRECIMIENTO
La iglesia debe crecer, no para crecer; la Iglesia debe
crecer como resultado de que el Evangelio se está dan-
do, como resultado de que Jesús está cambiando vidas.
El problema con muchas de las “visiones” de crecimiento
es que están centradas en el crecimiento y no en la obra
transformadora de Jesús en la vida de las personas.
Tu mandato como líder de jóvenes es pastorear a los
jóvenes (Eze. 34), no dedicarte al crecimiento numérico
de la iglesia. Hechos 2:44-47 es muy claro en que no es
sólo cuestión de que llegue mucha gente a la “iglesia”.
La esencia de la iglesia no es la reunión; según Hechos,
la esencia es que los que creemos en Jesús sirvamos a la
comunidad, que seamos de bendición a la sociedad. En tu
caso, es acerca de servir a tus jóvenes, de desarrollar rela-
ciones profundas con ellos, no de hacer crecer tu grupo.
No sólo es de cuánta gente llega, sino de quiénes llegan.
Los “quiénes” son mucho más importantes que los “cuán-
tos” porque los “quiénes” son la ovejas, los “quiénes” son
por los que Jesús murió. Los “cuántos” son sólo números
en una base de datos.
7. www.LiderJuvenil.com
OCT-DIC. 08 | 13
Líder Juvenil®
12 LiderJuvenil.com
Por Allan Salinas
UPDATE>>>>
UPDATE>>>>
Guardianes de la bahía será
reemplazado por “Robots de la bahía”
Ahora lo que está de moda, lo último en tecnología
de rescates son los robots. Tanto es así que ya los es-
tán utilizando para rescatar náufragos y personas con
problemas en el medio del mar.
Es interesante cómo cada vez nos acercamos al mun-
do imaginado por los futuristas, por aquellos amantes
de la robótica. Ahora se puede salvar humanos sin
arriesgar la vida. Se trata de Seascout, un robot acuá-
tico que al activar el GPS desde el bote o embarcación
donde estés, te rastreará y llegará hasta ti. Se trata de
una pequeña lancha que puede ser operada manual-
mente o bien pre-programada para rescatarte.
Panasonic sdr-sw20: filma y toma fotografías
incluso bajo el agua
Encontrar una cámara filmadora que pueda
sobrevivir a ocasionales mojaduras o
humedades no es tan difícil hoy
en día. Pero encontrar
una cámara filmadora
que pueda ser usada
bajo el agua, totalmen-
te sumergida, no es
algo que encontrarás
todos los días a pre-
cios accesibles. Ahora
Panasonic nos trae la
nueva Panasonic SDR-
SW20 a un precio bas-
tante accesible, tan sólo
$350 dólares.
Viene con soporte de memoria SD y SDHC. En términos de ca-
lidad de imagen, soporta resoluciones de hasta 640×480 en modo
JPEG. Si bien la resolución no es gran cosa, lo principal es que pue-
de soportar caídas de hasta 1 metro y medio; además es a prueba
de polvo y como ya dijimos, puede sumergirse y tomar fotografías o
filmar directamente.
¿Qué te parece ir con los chicos de la iglesia a nadar? Seguro ha-
brá que sacarlos a todos para tomar una fotografía. Bueno ahora ya
no es necesario… ya que puedes grabar video y tomar fotos bajo el
agua. Así que la próxima vez asegúrate de tener bien puesto el traje
de baño, porque alguien podría estar filmando.
Si el que dirige la alabanza en tu iglesia siempre
anda en la luna, quizás le convendría también tocar
en el aire. Ahora es posible con un teclado… sin te-
clas, a base de rayos infrarrojos. Puedes sorprender a
los oyentes mientras tocas en el aire.
Omer Yosha es el creador de este fabuloso instru-
mento. El Piano de Aire es un piano electrónico que
te permite tocar notas sin necesidad de tener contacto
con el instrumento. Usa tecnología de rayos infrarro-
jos para detectar el movimiento y reproducir los soni-
dos basados en el tipo de movimiento realizado. Cada
sensor de este piano tiene una serie de comandos
MIDI que le ayudan a crear la música, lo cual sugiere
que una vez que esto salga al mercado (pues todavía
es un prototipo) podrás también modificar el valor de
cada sonido y personalizarlo a tu manera.
Tocar un piano en el aire no es
imposible…
t
>>> PELICULAS
THE PEACEFUL WARRIOR
El camino del guerrero. Esta pelícu-
la está cargada de filosofía, un tanto de
introspección, pero bien puede ilustrar la
relación maestro alumno, el proceso del
mentoreo y el discipulado, que en muchos
lugares se ha vuelto un sistema y no una
relación personal. Así que bien valdría la
pena evaluar esta película con tu grupo de
líderes; quizás puedas descubrir mas allá de
las propuestas filosóficas de la película, la
importancia de tener un mentor, el valioso
aporte de la sabiduría y la experiencia com-
binada con la fuerza de la juventud. Importa
tanto el destino como recorrer el camino.
Aquí algo de la trama. Dan (Scott Mechlowicz), es un estudiante
muy talentoso, arrogante, popular, apuesto, joven, dedicado gimnas-
ta, que en apariencia tiene todo y sin embargo no logra ser feliz. Se
prepara para participar en los Juegos Olímpicos en gimnasia, pero
continuamente se despierta por las noches con pesadillas y visiones
que no puede explicar. Una buena noche, que no puede conciliar el
sueño, sale a correr y hace una parada en la tienda de una gasoline-
ra. El encargado es un misterioso sujeto al que después Dan llamará
Sócrates (Nick Nolte); un anciano que tiene destrezas inexplicables y
se mueve con una rapidez que ni él mismo soñó tener. Así que le pide
que le enseñe. Desde ese momento Dan comenzará un viaje de des-
cubrimiento y aprendizaje que rompe todo lo que ha conocido. Ahora
aprenderá a valorar la conciencia sobre la inteligencia y la fuerza del
espíritu más que la fortaleza del cuerpo.
El Ultimo Castillo
El Ultimo Castillo (The Last Castle, 2001)
es un estupendo ejercicio de entretenimien-
to puro, con su parte intelectual, con rela-
ción al significado de palabras como liber-
tad, honor y redención. Es entretenimiento
de alto nivel y bien pensado.
Robert Redford interpreta al general Eu-
gene Irwin, una leyenda viviente, un hombre
admirado, que ha sido sentenciado a cum-
plir una condena de 10 años de cárcel por
haber desobedecido órdenes durante una
misión –costándole la vida a varios solda-
dos. Como castigo, es enviado a la prisión
conocida como “El Castillo”, famosa por la
severidad con que el director de la misma, el coronel Winter (James
Gandolfini), trata a los reos, privándolos prácticamente de cualquier
tipo de beneficio.
Al principio, Winter es admirador de Irwin, pero poco a poco va
cambiando su forma de ser conforme el general comienza a des-
aprobar los métodos de disciplina y va ganando adeptos entre los
prisioneros. Como todo buen líder, Irwin representa los más altos
valores de honor y respeto, mismos que poco a poco va propagando
entre el resto de los reos. El juego de ajedrez mental en el que se
desarrollan Winter e Irwin es intenso.
Esta película muestra grandes virtudes de un líder: el respeto,
la valentía, el honor y el coraje. Así que siempre puedes ver esta
película como un ejercicio para tu grupo de líderes. Funciona perfec-
tamente como un cine-foro; trata de descubrir las reglas de liderazgo
inmersas en esta película.
SHARP AQUOS con TV
Móvil y pantalla
WideScreen
Por si acaso eres adicto a la televisión y también
te gusta hablar por teléfono mientras ves tele, este
aparatito te puede gustar.
Sharp está lanzando en Japón un nuevo teléfo-
no móvil de pantalla widescreen, el modelo Sharp
AQUOS 923SH para SoftBank, que tiene una pan-
talla LCD giratoria de 3.3 pulgadas que permite
sintonizar TV y que cuenta con una resolución de
480 x 845 pixeles, algo muy cómodo para usarlo en
esa función.
Es la combinación perfecta de un móvil y un tele-
visor de mano; funciona perfectamente para aque-
llos que no pueden perderse el partido, o para quie-
nes no quieren que les cuenten su serie favorita.
Sirve para las redes 3G W-CDMA (las de Ja-
pón justamente) y todas las GSM standard (en
900/1800/1900 MHz), por lo que podría ser usado
en nuestros países cuando la TV Móvil esté dispo-
nible.
Los últimos cálculos de la OMS indican que en 2005 había en
todo el mundo:
• Aproximadamente 1,600 millones de adultos
(mayores de 15 años) con sobrepeso.
• Al menos 400 millones de adultos obesos.
Además, la OMS calcula que en 2015 habrá
aproximadamente 2,300 millones de adultos con sobrepeso
y más de 700 millones con obesidad.
En 2005 había en todo el mundo al menos 20 millones de
menores de 5 años con sobrepeso.
Aunque antes se consideraba un problema exclusivo de los
países de altos ingresos, el sobrepeso y la obesidad están
aumentando espectacularmente en los países de ingresos bajos
y medios, sobre todo en el medio urbano.
¿Será que debemos enseñar un poco más acerca de la
santidad del cuerpo?
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
estima que
4.9 millonesde personas
mueren al año como consecuencia
del tabaco
Esa cifra podría alcanzar los
10 millones
para el año 2030
Según las estadísticas,
el cigarro mata a una persona cada
6.5 segundos
obesidad y sobrepeso
ENCUESTA GLOBAL DE
TABAQUISMO EN LOS JÓVENES
ESTADISTICAS 1
ESTADISTICAS 2
8. >>>TIPS
1. Cambia el enfoque
de “yo” a algo que tenga
que ver más con el cua-
dro completo (como “no-
sotros”, “ellos”). En lugar
de frustrarte con frases
como las que mencioné
antes (las que otros me
han dicho), cámbialas
por otras como:
· “Qué bueno que estoy
invrtiendo mi tiempo en
la escuela”.
· “Qué bueno que estoy
sirviendo. Uno puede ha-
cer la diferencia”.
· “Me acercaré y apren-
deré con lo que son más
talentosos que yo”.
· “Aún si no entiendo del
todo la personalidad de
mi líder, seguiré fiel hasta
que Dios (no mis emocio-
nes) me mueva a otro
lugar”.
· “Nunca olvidaré lo que
me puso en donde estoy:
mi amor por Dios y esta
generación”.
2. No te amoldes al
mundo actual (“No se
amolden al mundo actual,
sino sean transformados
mediante la renovación
de su mente. Así podrán
comprobar cuál es la vo-
luntad de Dios, buena,
agradable y perfecta” Ro
12.2 NVI). Una de las
maneras más sutiles de
amoldarnos es compa-
rándonos con otros. No
caigas en la trampa de
medir tu “éxito” o avan-
ce comparándote con lo
que alguien más hace o
es. Dios tiene un plan di-
ferente para cada uno de
nosotros, así que no tie-
ne caso perder el tiempo
en medirte con alguien
más.
3. Ora por otros minis-
terios de tu ciudad o que
hacen cosas similares a
lo que tú haces. Mi es-
posa y yo hemos hecho
una lista de personas en
el ministerio por las que
oramos. Además de dis-
frutarlo, es un ejercicio
poderoso que nos ayuda
a mantener el enfoque y
recordar que somos par-
te de un Cuerpo. Somos
parte de una película en
la que todos participamos
y que el Director tiene la
última palabra.
Líder Juvenil®
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14 LiderJuvenil.com
H
ay una historia verdadera que menciono
seguido en algunos lugares que visito; es
la historia de Héctor. Héctor es un chico
que conocí en una ciudad lejos de casa. Una ma-
drugada (sí, llegó muy temprano a donde nos ha-
bíamos hospedado), cuando casi salíamos a otra
ciudad, Héctor llegó para platicar conmigo. Aun-
que no nos conocíamos, me comenzó a platicar y
decir, con mucha confianza, de todas las razones
por la cuales Dios no podría hacer algo bueno en
su vida. Me decía que no tenía dinero, que su
ciudad era muy insignificante, que su familia no
era de influencia, que luchaba con los mismos pe-
cados de siempre y que probablemente ya tenía
cansado a Dios por no cumplir las promesas que
le había hecho.
Cuando Héctor terminó de hablar tuve un “flash-
back” al Emmanuel de quince años de edad, pues
yo había sido igual que Héctor -sólo que no tuve la
valentía de platicarlo con alguien de manera tan
directa como él lo hizo conmigo.
Desde entonces me he encontrado a muchos
“Héctores” y “Héctoras” que me platican cosas
similares.
Pero algo ha estado pasando en los últimos dos
años, pues además de encontrarme a los “Hécto-
res” adolescentes que comúnmente encuentro, me
he encontrado con más personas de otras edades
que dicen cosas similares. Ya no son adolescentes
y aunque la mayoría no lucha con el pecado como
pasaba años atrás (pues han aprendido a no dejar
que el pecado se enseñoree de ellos), hay frases
que suenan muy similares:
· “Siento que estoy perdiendo mi tiempo en la
escuela”
· “Parece que no sirvo para nada”
· “Los demás son más talentosos que yo”
· “¿Será que algún día mis líderes entenderán
que les quiero servir y apoyar con estas ideas
que tengo?”
· “¿Será que Dios me llamó o yo me emocioné?”
Curiosamente esos comentarios y preguntas no
siempre vienen de “adolescentes frustrados” que
pierden diariamente luchas con tentaciones. Mu-
chas, muchas veces son hechas por adultos jóve-
nes y jóvenes adultos; personas que yo considero
talentosos y que están haciendo mucho para el
Reino de Dios. Son ejemplo de constancia y es-
fuerzo; inspiran a otros y se esfuerzan por servir.
Pero esas dudas vuelven y atacan.
¿Te ha pasado? ¿O conoces a alguien a quien le
haya pasado?
Independientemente de lo que signifique “éxito”
para ti, esas preguntas vuelven sin importar cuán
“exitoso” hayas sido. La pasión se deja de sentir
como pasión y ya solo parece “trabajo”; te acos-
tumbras a los resultados y quizá hasta comienza a
salir en ti un cinismo que antes te molestaba ver
en otras personas.
¿Será que hay que volver a soñar? ¿Volver a
emocionarnos por hablar de Jesucristo más que
de sistemas? ¿Volver a tener la alegría de que Dios
use mucho a alguien más de otra congregación o
ministerio? ¿Será que hay que pensar menos en
nosotros mismos? ¿Será que hay que volver a los
caminos e intenciones que nos movían al princi-
pio?
A veces perdemos la pasión o dejamos de soñar
por pensar tanto en nosotros mismos: nuestros
sueños, nuestros planes, el cuidar cómo nos ve-
mos delante de otros. El conferencista y pastor
Salvadoreño Erwin McManus dice que “Dios no
dice sí a todo lo que le pedimos porque nuestros
sueños necesitan ser encendidos por las intencio-
nes correctas”. El no tener el “sí” en todo lo que
queremos nos frustra y nos hace dudar si lo que
estamos haciendo tiene significado.
Si pensamos menos en nosotros entonces vere-
mos seguramente una diferencia. Nuestras inten-
ciones pueden entonces volver a ser las de pensar
en otros antes que nuestras metas o logros.
¿Recuerdas la carga que tenías cuando obede-
ciste al llamado y dijiste sí a Dios? ¿Recuerdas la
pasión de ir a dónde Él dijera? ¿Recuerdas que no
querías hacer nada sin Su dirección? ¿Recuerdas
lo que era abrir la Biblia para escuchar a Dios?
Yo quiero volver a ese lugar en donde mi “yo” era
menos importante, en donde Sus planes son más
importantes. Te invito a que tú también lo hagas.
Vuelve.
QUÉ PASA?
VUELVEPor Emmanuel Espinosa
Emmanuel Espinosa es esposo, papá, fundador
de ReyVol Records y líder de la banda Rojo. Su
pasión es ayudar que la gente se conecte con
Dios y encuentren su propósito en la vida. Visita
y envía comentarios a EmmanuelEspinosa.com
DIOS NO DICE SÍ A TODO
LO QUE PEDIMOS PORQUE
NUESTROS SUEÑOS NECESITAN
SER ENCENDIDOS POR LAS
INTENCIONES CORRECTAS
9. Líder Juvenil®
16 LiderJuvenil.com
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OCT-DIC. 08 | 17
Líder Juvenil ¿Cuál es la fortaleza y cuál la
debilidad de la visión celular de la Iglesia?
Fernando Mora: Lo que hemos denomina-
do “visión celular” es un modelo eclesiológi-
co contemporáneo, pero no es el único, ni
el mejor. Su fortaleza está en la posibilidad
de proveer un espacio relacional efectivo
para que las personas puedan pasar de
espectadores a participantes. Así que en
mi manera particular de ver e implementar
este modelo siempre pongo especial aten-
ción a esta característica. Si las células son
pasivas, mono direccionales, controlables,
ello representa un signo de que el concepto
fundamental detrás de la visión celular ha
perdido su esencia. Teóricamente, desde el
punto de vista de los sistemas humanos, es
una estructura organizativa “distribuida” en
contraste con una centralizada. Pero, como
debe ser orgánica, ella no debería ser de-
masiado predecible ni demasiado compleja.
En la forma como el modelo ha sido asimi-
lado dentro de las iglesias, especialmente
las latinoamericanas, veo mucha repetición
de patrones, poca contextualización, no son
grupos muy orgánicos y casi se ha estable-
cido una mecánica que sigue una fórmula
fija que si es bien aplicada debe conducir
irremediablemente al crecimiento numéri-
co. Allí es donde veo la gran debilidad.
Por otro lado, no sigue la dinámica de los
movimientos sociales, como en el caso de
la iglesia de los primeros trescientos años,
puesto que las directrices del crecimiento
celular vienen de un eje central que esta-
blece las pautas de operación del modelo.
En ese sentido carece de la espontaneidad
necesaria para enfrentar el mundo postmo-
derno actual y requiere de una revisión a
fondo.
Líder Juvenil: El avivamiento espiritual co-
mienza en un grupo pequeño... ¿por qué?
Fernando Mora: En el libro de los Hechos
es posible observar como el movimiento de
la iglesia en diferentes partes del Imperio
Romano siempre comenzó desde un gru-
po reducido de personas. Numéricamente
hablando los datos cuantitativos acerca del
crecimiento de la iglesia sorprenden a los
estudiosos porque ellos no muestran las
tasas de crecimiento que nos gustaría es-
cuchar. En general eran grupos dispersos,
minúsculos, pero que de alguna manera se
las arreglaban para sobrevivir en medio de
las ciudades donde se establecían. En el
modelo celular actual yo he visto muchas
transiciones, de iglesias que ya poseen una
base numérica de creyentes y a partir de
esa masa crítica establecen grupos celula-
res. Hay menos ejemplos en los cuales las
iglesias han surgido a partir de un grupo
celular que efectivamente logra captar el
código genético y comienza a reproducirse.
En la mayoría de los casos que conozco,
algunos de los cuales son incluso fracasos
personales, la necesidad de una estructu-
ra centralizada de liderazgo y el deseo de
generar directrices desde un centro de co-
mando atentan contra el crecimiento orgá-
nico. Por otro lado, el avivamiento en estos
últimos tiempos ha sido reducido al aspecto
de las manifestaciones visibles del poder del
Espíritu Santo y ha estado muy correlacio-
nado con demostraciones públicas donde
unas pocas figuras carismáticas dominan
los escenarios, mientras que la extensión
del reino de Dios tiene más que ver con
justicia, misericordia, restitución, defensa y
otros aspectos que requieren una participa-
ción de todos los creyentes para lo cual un
modelo como el celular, con sus respectivos
ajustes, sería un canal muy adecuado.
Líder Juvenil: ¿Como lograr que los jóve-
nes se comprometan con la visión de la
iglesia que crece y sea parte activa?
Fernando Mora: El problema con los jó-
venes cristianos actuales es que han sido
levantados y educados en un sistema ecle-
siástico que ha sido modelado basándose
en sociedad de consumo que imperó al fi-
nal del siglo XX y nos ha conducido hasta
por Lizzie Sótola
VERSUS>>>>
Entrevista a Fernando Mora
Líder Juvenil: ¿Cómo era tu ministerio al
comienzo?
Gloria Vázquez: Mi ministerio se divide en
antes de casarme y después de casarme.
Antes de casarme, después de haber
estudiado en un instituto bíblico, regresé a
trabajar con jóvenes. Mi pastor de jóvenes
me fue confiando diferentes áreas dentro
del grupo al ver mi pasión, fidelidad y
responsabilidad que mostraba con jóvenes.
Así que yo servía en áreas a dónde él
me delegaba y la verdad hubo bastante
crecimiento.
Después me casé. Mi esposo y yo servíamos
al Señor tiempo completo en nuestra
congregación, no en jóvenes, pero con una
carga impresionante por ellos. Hasta que
Dios escuchó nuestro clamor y nos pusieron
al frente del grupo de jóvenes que en aquél
entonces eran unos 200 jóvenes.
Líder Juvenil: ¿Qué sucedió cuando
empezaron a crecer, cuál es el método que
desarrollaron?
Gloria Vázquez: Primeramente reclutamos
a unas 6 parejas (matrimonios jóvenes) que
sentían pasión y llamado por jóvenes. Los
entrenamos y planeamos las estrategias
que utilizaríamos para traer crecimiento.
Dividimos al grupo en tribus, las doce
tribus de Israel. Escogimos a Jefes de
tribu entre los jóvenes del grupo. Jóvenes
aprobados, reconocidos, que hubieran
mostrado una entrega a Dios y fidelidad.
De hecho, permitimos que el mismo grupo
de jóvenes votara por ellos. Escogimos a
12 primeramente y ellos fueron entrenados
para representar a las tribus. Cada uno
de ellos tenía que hacer una “porra” para
su tribu, un estandarte y reclutar gente.
Cada grupo tenía entre 20 y 60 personas.
El crecimiento fue impresionante. No se
dejó esperar. Comenzamos a preparar
entonces a sub-jefes (o sub-jefas) en cada
tribu. Era claro que las tribus no competían
entre si, sencillamente era una estrategia
para que la gente se sintiera en un grupo
más pequeño y no en el mar de personas
que llegamos a ser dentro del grupo de
jóvenes. Pues de 200 el grupo creció
hasta 800 por sábado. Y en los congresos
llegaban hasta 2 mil jóvenes. Ese fue un
método maravilloso para organizarnos,
hacer todo tipo de actividades y delegar
responsabilidades en eventos, seminarios,
congresos, evangelismo, etc.
Líder Juvenil: ¿Qué resultados dio? Los
positivos y los negativos
Gloria Vázquez: Los positivos fueron
varios. Formamos LIDERES, que aplicaron
más tarde todo este conocimiento a sus
VERSUS
Entrevista a Gloria Vázquez
Continúa pag. 19
La visión celular es un modelo,
no es el único, ni el mejor
Fernando Mora es pastor desde 1988 en Caracas, Venezuela. Junto a su esposa
pastorean La Viña de San Antonio de Los Altos, una iglesia fundamentada en el
trabajo en grupos pequeños. Una de sus pasiones es compartir la visión que reci-
bió de Dios, por eso escribió “Manual de Iglesias que Crecen” editado por Certeza
Argentina.
¡Crecer de uno a cuatro, no es
imposible!
Si quisiera presentar a Gloria, nunca lo haría mejor que ella. Así que visitando su
página web www.gloriavazquez.com descubrimos qué es lo que ella dice acerca de
sí misma: “Por 20 años mi esposo Erick y yo servimos tiempo completo en el lide-
razgo de Amistad Cristiana en el Distrito Federal bajo el liderazgo de los doctores
Rosa María e Idilio Pardillo, desarrollando diversas labores que fueron desde la
enseñanza a grupos de estudio, enseñanza en el instituto bíblico, ministerio de la
alabanza y en dirección o pastorado del ministerio juvenil, en donde los últimos 10
años de nuestro ministerio en México vimos el crecimiento de un grupo de jóvenes
que recibimos de aproximadamente 250 jóvenes a 1,000. Nuestro interés y objeti-
vo ministerial fue levantar líderes cristianos no sólo en el ministerio sino también
desarrollando a jóvenes comprometidos con Cristo en el mundo de los negocios,
la política y en cualquier otro terreno en donde cada uno fuere llamado. Creemos
que durante nuestro ministerio juvenil edificamos y sembramos la Palabra del Se-
ñor en cada uno de los jóvenes y como resultado podemos ver hasta el día de hoy
a jóvenes con convicciones firmes y principios cristianos. El crecimiento e impacto
de este ministerio, no solamente afectó positivamente nuestras vidas sino las vidas
de una infinidad de familias que fueron bendecidas al ser contagiadas por el entu-
siasmo y el cambio espiritual de muchos chavos que recibimos desde adolescentes
y ahora son adultos, algunos ya casados y con hijos.”
Continúa pag. 18
la globalización actual. Las iglesias se ven
obligadas a ofrecer “programas juveniles”
para poder mantenerlos dentro del redil.
Mientras inyecten energía y recursos esto
es posible, pero en muchos casos eso no
se puede mantener, los programas se des-
inflan y los pastores y pastoras de jóvenes
se queman. La mayoría de las iglesias celu-
lares de cierto tamaño no podrían mante-
ner la visión celular de jóvenes sin ofrecer
un culto energético con muchas varieda-
des. Nosotros invertimos mucho tiempo
en desarrollar grupos celulares de jóvenes
que fueron muy impactantes, pero que a mi
modo de ver carecían de algunos elemen-
tos indispensables. Caímos también en el
error de ofrecer o diseñar actividades que
fuesen atractivas para que esos jóvenes se
integraran. Recuerdo una oportunidad en
que algunos de los muchachos y mucha-
chas habían presentado una coreografía
10. Líder Juvenil®
18 LiderJuvenil.com
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OCT-DIC. 08 | 19
por Lizzie Sótola
que les había costado mucho trabajo y es-
fuerzo, afuera del local conversaba con un
grupo de jóvenes que se retiraban porque
lo que habían visto era de “mala calidad”.
En ese momento mi mente conectó mu-
chas cosas y me di cuenta que hacía falta
un paradigma y una motivación diferente
aunque ello numéricamente no fuera muy
productivo.
Líder Juvenil: Cuando la congregación
inerte decide confiar en Dios y crecer
¿cómo debe prepararse?
Fernando Mora: Crecer en el sentido de
Hechos 2:42-47 tiene varias proyeccio-
nes y un vector resultante que produce
el efecto numérico visible. Pero primero
hay que moverse relacionalmente, con
Dios, en intimidad los unos con los otros
y en vinculación permanente con la so-
ciedad. Rara vez las congregaciones per
se deciden crecer. Por lo general hay al-
guien en su seno, sea un líder o lideresa
de primera línea o no, que piensa en el
crecimiento y de alguna manera comienza
a buscar la forma de lograrlo. En cierta
medida mi esposa y yo fuimos esa clase
de líderes por mucho tiempo, lo que nos
llevó a experimentar mucho y a cometer
también muchos errores. La tendencia
habitual es observar el fruto de los que
de alguna forma han logrado algo con sus
iglesias. Pensamos que podemos copiar
sus métodos, no importa cómo se llamen.
En una visión muy mecanicista de la vida
nos convencemos que la fórmula del éxito
es trasladable, sin importar el contexto.
Algunas veces ello aparentemente resul-
ta. Sin embargo, la queja permanente de
la sociedad es que la iglesia está siempre
demasiado ocupada en sus asuntos inter-
nos. El mantenimiento de la “visión celu-
lar” tiene un elevado costo administrativo
y profesional. Las estructuras se vuelven
complejas, los líderes consumen todo su
tiempo en aspectos relevantes a la organi-
zación y olvidan realmente el mundo exte-
rior. Hoy en día creo que es un error para
alguien que quiere que su iglesia impacte
a su comunidad inmediata el concentrar-
se en los procedimientos para lograrlo. Al
contrario, tiene que enfocarse en la mi-
sión, en observar y conocer el contexto,
conocer a las personas, los vecinos, las
autoridades, en preguntarse cómo Cristo
enfrentaría esa situación particular y solo
en ese momento la forma de la iglesia es
que comienza a tener relevancia. El resul-
tado de esa manera de ser iglesia es que
cada congregación tendría un modelo di-
ferente de acuerdo a su misión, que las
formas variarían radicalmente de un lugar
a otro, que las características de la igle-
sia dependerán mucho de las personas
que la conformen y así sucesivamente. El
concepto de franquicia que se ha querido
imponer es ajeno a la iglesia cristiana y
debe ser erradicado.
Líder Juvenil: Cuando recibió la visión de
Dios para que su comunidad de fe cre-
ciera, ¿qué fue lo qué marcó un antes
y un después? Si tuviera que mencionar
un punto de quiebre de la visión anterior
¿cuál sería?
Fernando Mora: Ha habido varias trans-
formaciones en mi vida a lo largo del tiem-
po, varios puntos de quiebre, algunos pi-
cos medianamente altos y montones de
valles profundos. Indudablemente que la
idea de la visión celular que comenzamos
a practicar en la década de los 80 marcó
profundamente mi vida. Para mí era un
cambio del estilo de evangelismo estereo-
tipado y artificial que hasta ese momento
había conocido, eso me permitió aden-
trarme en el conocimiento de Jesús y de
cómo el evangelio impactaba la vida de las
personas. Más adelante a mediados de
los 90 comenzamos a experimentar con
grupos de personas mucho más necesi-
tadas en barrios pobres y gente con se-
rias dudas acerca de su sexualidad o con
adicciones. Lo que ya sabíamos acerca de
los grupos pequeños fue fundamental, la
apertura, la transparencia y la aceptación
pasaron a ser parte de nuestro modelo
de ser y hacer iglesia. Pero nos dimos
cuenta que para impactar a una sociedad
como la venezolana había que producir un
cambio sustantivo y que el formato ecle-
siológico que conocíamos era bastante
poco misional y descontextualizado. Fue
allí cuando comenzamos a plantar pe-
queñas comunidades o iglesias caseras
en red, las cuales debían ser suficiente-
mente independientes y autónomas como
para identificarse misionalmente con un
sector de la ciudad, capaces de funcionar
sin directrices fijas provenientes de un ór-
gano central. Grupos que están basados
en la realidad de las personas, sus sufri-
mientos, sus anhelos, pero fuertemente
misionales a la vez. Todavía estamos en
el proceso de entender lo que estamos
haciendo y tal vez estamos en uno de esos
valles de los que hablé antes, pero al me-
nos se trata de una estructura eclesiológi-
ca más orgánica y participativa.
Líder Juvenil: Los líderes de jóvenes tie-
nen un papel preponderante en la vida de
su grupo, ¿cómo contagiarlos y alentarlos
en la visión celular? La queja más común
es que el grupo se divide y no responden.
¿Qué consejo daría?
Fernando Mora: Mi consejo es que asu-
man una visión misional de la vida y no una
visión celular. Que descubran un sector
no atendido, un grupo no alcanzado, un
punto de encuentro donde no hay testimo-
nio cristiano, una necesidad que necesita
respuesta y abracen ello con su grupo de
jóvenes. Mediten en las escrituras lo que
Jesús les está hablando acerca de ello y
a partir de ese impulso del Espíritu Santo
para ir al necesitado donde se encuentre
Dios les dará las formas adecuadas para
que la iglesia nazca en esas situaciones.
No hay mejor forma de conocer el evan-
gelio sino encarnándonos en medio de los
necesitados, allí se aprende todo lo que
requerimos saber acerca de Dios, la vida y
las personas. He visto demasiados jóvenes
pasar años tocando en bandas cristianas,
actuando en grupos de teatro cristiano,
haciendo cosas dentro de la iglesia, que
no tienen profundidad en su vida cristia-
na, que escogen carreras completamente
divorciadas del servicio social, que son
incapaces de plantar una célula, mucho
menos una iglesia. Todo eso es producto
de ese enfoque hacia el entretenimiento
de nuestras congregaciones juveniles. A
eso hay que darle un vuelco, sin importar
que ello implique una reducción en la tasa
de crecimiento numérico.
Líder Juvenil: ¿Cómo se ejerce y cómo
se promueve el cuidado mutuo?
Fernando Mora: La verdad es que el
cuidado mutuo es un mandato del mismo
Jesús dado el día de la última cena. Así
que desde esa óptica no tenemos esca-
patoria, hay que hacerlo. Obviamente en
la celebración pública de las iglesias tal
y como la experimentamos hoy por hoy,
con sus grandes escenarios, sus grandes
bandas y coros, predicación en forma de
monólogo, tal práctica es imposible. La
única manera es a través de la amistad.
Así que esta es una frontera que tene-
mos que traspasar como cristianos, la
de convertirnos en amigos de verdad. El
activismo congregacional atenta contra
esto. Incluso el modelo celular tal como
está concebido atenta contra ello también
porque supone una inversión de tiempo
exagerado. Ser amigos o amigas es algo
natural, espontáneo, requiere dedicación,
sensibilidad, comunicación, horizontalidad,
creo que las iglesias cristianas latinoame-
ricanas todavía tienen un
largo trecho que recorrer
para llegar a este punto.
Pero los grupos pequeños
son un punto de partida
excelente y por ello ani-
mo siempre a ponerlos
en práctica. Sin embargo,
me frustra mucho cuan-
Gloria Vázquez: Desgraciadamente
tuvimos que quitar de los puestos públicos
a personas que no ejercían bien su
autoridad. Tuvimos que sentar a muchos
cuya rebeldía era evidente. No les gustó,
pero los que pasaron la prueba, fueron
una gran bendición después.
Líder Juvenil: ¿Cómo se prepararon para
el crecimiento? ¿Estaban preparados?
Gloria Vázquez: Como mencioné antes,
nos preparamos con matrimonios que
tenían la pasión por el grupo de jóvenes.
Después los mismos jóvenes se fueron
casando y querían servir en jóvenes, así
que fuimos incluyendo a estos matrimonios
que estaban felices de participar en el
grupo, después de todo, ahí estaban
sus amigos y ahora de casados podían
seguir en contacto con ellos. Por
supuesto escogíamos a personas que
verdaderamente tuvieran un llamado
para jóvenes y una pasión por ellos y que
sobre todo hubiesen estado involucrados
antes. Y así fue, casi todos los que fueron
Jefes de Tribu que se casaron más tarde.
Querían seguir ayudando en el grupo y
esto nos permitió tener más personas
para el crecimiento que se estaba dando.
Líder Juvenil: Gloria según tu visión ¿qué
criterios hay que seguir frente al desarrollo
de la vida de la iglesia para que sea sana
y fortalecida?
Gloria Vázquez: Para nosotros es
importantísimo que los jóvenes entiendan
que el grupo es parte de la iglesia. No
somos un grupo a parte. Seguir los
lineamientos y la visión del pastor es muy
importante para la vida de la iglesia, todos
los ministerios de la iglesia deben seguir
una misma línea y una misma misión que
el pastor de la iglesia debe dar a conocer.
Por supuesto que como jóvenes, tenemos
la libertad de ejercer el ministerio de
acuerdo a la necesidad del joven, pero sin
olvidar que pertenecemos a la iglesia. Una
iglesia sana y fortalecida es una iglesia
que está unida, que todos luchamos por
un solo propósito y es el dar a conocer al
Hijo de Dios. No hacer las cosas con el
propósito de satisfacer intereses propios
y personales sino hacer todo para que
Jesús sea exaltado. No se trata de “MI”
ministerio. Se trata de hacer discípulos
de Cristo. Si yo ya no estoy en ese
ministerio, el ministerio no termina, pues
no es MIO, es del Señor. Debo discipular
constantemente a personas que sean aún
mejor que yo, para que el día que yo falte,
la visión siga adelante.
Líder Juvenil: Una de las
mayores preocupaciones no
sólo de los líderes juveniles, sino
de la pastoral en general es cómo
guiar a la juventud al compromiso con
Dios y con la comunidad de fe.
GloriaVázquez:Tenemosquecomprender
que el joven es una persona que va a
fallar. ¡Va a fracasar! Se va a equivocar.
Va a caer. Se va a frustrar y se va a topar
con muchas paredes antes de que llegue
a la madurez. Es importante que nosotros
entendamos el mundo del joven y no que
el joven entienda el nuestro (de adultos).
Al meterme al mundo del joven, a sus
inquietudes, a lo que le preocupa, a sus
sueños, a sus ilusiones, a sus problemas,
a sus desatinos, etc. logramos que tenga
confianza en nosotros. Esto toma tiempo,
tiempo de calidad y cantidad. Toma que tu
testimonio sea intachable para que el joven
pueda abrir su corazón y pueda sacar de
lo más profundo sus temores, vivencias,
experiencias. Cuando puedes lograr que
una de estas preciosas criaturas confíen
en ti al ser una influencia relevante para
ellos, has logrado establecer un puente.
Entonces, el joven, comienza a aceptar
lo que le beneficia y baja la guardia de
rebeldía y comienza a ver que lo que le
dices tiene sentido. Es bueno para él y
¿por qué no? hasta lo intentará. Si de
entrada lo juzgas, lo tachas, lo rechazas y
quieres que primero él entre a tu mundo,
que tenga un compromiso con Dios
sin establecer puentes, quizás lo haga
por compromiso, por educación o por
obligación, pero no perdurará. Tienes que
crear un ambiente para que el joven pueda
sentirse bienvenido a la comunidad de la fe.
Un ambiente en el que él pueda ser joven,
no un adulto chiquito. Un ambiente juvenil
sano, en el que él se sienta que puede
ser él mismo sin ser juzgado y criticado.
Cuando puede ver que hay otros con los
mismos problemas, que atraviesan lo
mismo que él, pero se encuentra dentro
de esta comunidad alabando y bendiciendo
al Señor con libertad, en un ambiente que
lo invita a quedarse, que no es religioso,
conoce a un Dios que lo ama y no lo
rechaza. Ese joven permanecerá para el
resto de su vida. Lo vi, lo veo hoy en día y
estoy convencida que tenemos que entrar
al mundo de los jóvenes, no esperar a
que ellos entren al nuestro como adultos,
todavía no lo son, todavía tienen que
experimentar SU propio encontronazo con
Dios. Así que obligándolos no lo vamos
a lograr, pero cuando ven que no van a
perder nada, al final, lo entregan TODO.
>>>> VERSUS
VERSUS
do se usan como una metodología
o una fórmula. Hay demasiado valor
en la comunidad que parte el pan
en el nombre de Cristo, ella tiene un
poder sanador tan elevado, un po-
tencial de transformación individual
y comunal tan fuerte como para que
sea solamente una variable más en
una ecuación exponencial.
Quizás la clave que Mora revela
sea la clave de una comunidad de
fe sana: la amistad, el conocerse y
compartir unos con otros acerca
de la vida cristiana. ¡Nos deja un
desafío!
propios trabajos seculares con gran éxito.
Estos muchachos manejaban fuertes
principios de liderazgo pues guiaban
a más de 80 jóvenes algunos. Eran
pequeñas congregaciones. Desarrollamos
los talentos de todos, les permitíamos
expresarse conforme al talento que
tuvieran. No había pretexto para no
involucrarse en el servicio al Señor con
lo que les gustara hacer pues había lugar
para que todos pudieran participar. No
dejamos de sorprendernos con el ingenio
y creatividad de estos jóvenes. Nos
dejaban pasmados de cómo buscaban al
Señor y hacían las cosas con excelencia.
El compañerismo entre las tribus y dentro
de las tribus fue maravilloso pues ahí se
conocían más íntimamente a pesar de
lo grande que llegó a ser el grupo. Hubo
muchos matrimonios que hasta el día de
hoy siguen firmes en el Señor.
Respecto a los aspectos negativos, por
supuesto el grupo creció muchísimo y
por esa razón muchas veces se perdía
el trato personal con nosotros y los
jóvenes. Nosotros nos dedicábamos más
a los matrimonios que ahora ya eran 15
además de los jefes y sub-jefes de tribu.
Teníamos que organizarnos muy bien para
que todos los jóvenes tuvieran acceso a
nosotros y a veces esto no era tan fácil de
hacer. El abuso de autoridad de algunos
fue también un problema que teníamos
que cuidar. Cuando alguien recibía el título
de “Jefe de Tribu” a veces
abusaban de su “puesto”
así que teníamos que
tener mucho cuidado con
este tipo de situaciones.
Líder Juvenil: ¿Cómo
lidiaron con los resultados
desfavorables?
11. Líder Juvenil®
20 LiderJuvenil.com
¿CELULITIS EN EL CUERPO DE CRISTO?
E
n términos generales la iglesia
evangélica se ha alineado en
dos grandes estilos: bíblico y
pentecostal, y todas las denomina-
ciones, algunas sin percatarse, se hallan afiliadas al uno
o al otro. Los bíblicos centran su atención en las Sagra-
das Escrituras, los pentecostales ponen su énfasis en la
acción del Espíritu Santo a través de los carismas. Los
primeros tienden a ser cerebrales; los segundos, emocio-
nales. Ambas tendencias han incurrido en exageraciones.
Desde su monte, los bíblicos gritan: “Tenemos la Palabra
de Dios”; desde su valle los pentecostales replican: “Tene-
mos el Espíritu de Dios”. La ineludible disyuntiva parece
ser: escrituralismo o manifestacionismo.
La iglesia integral es el nombre más adecuado para
definir el movimiento que caracteriza al cristianismo del
inicio de siglo y milenio y que está interpenetrando a to-
das las denominaciones. El Espíritu Santo quiere que los
bíblicos avancen hacia el terreno pentecostal, y los pente-
costales se muevan hacia el bíblico, para que se abracen
en el centro, bajo la cruz. Sin embargo, sorprende que
lo único que hoy parece unificar a todos los cristianos
es el afán de crecimiento numérico, que es sano en sus
intenciones, más que la preocupación por un auténtico
crecimiento espiritual.
El gran historiador cristiano Richard Nieburhn hace la
perspicaz observación de que cada coyuntura histórica
trae un nuevo movimiento dentro del protestantismo; y
así, por ejemplo, durante los últimos decenios:
Las mega iglesias agrupan a creyentes que trabajan en
el ámbito del conocimiento.
El pentecostalismo, en general, a personas sin grandes
posibilidades de movilidad social.
¿Vamos, entonces, hacia la especialización de iglesias
para élites e iglesias para proletarios? Eso sería destruir
por la base el principio esencialista de igualdad que, por
virtud de la Reforma, aniquiló al feudalismo.
Siendo imposible borrar las clasificaciones sociales, po-
dríamos pensar en la iglesia como en un jumbo jet con
sus tres clases: primera, ejecutiva y turista. Todos los pa-
sajeros viajan en la misma nave, al mando de la misma
tripulación, sometidos a la misma carta de navegación,
expuestos a las mismas turbulencias y todos llegarán al
mismo aeropuerto...
Hablando de modas, el paradigma evangélico es el de
los grupos caseros, según el sistema celular ideado en Co-
rea por el pastor Paul (hoy David) Yonghi Cho, de mucho
éxito en su caso particular, pero que (como tuve la opor-
tunidad de comentárselo personalmente al propio Cho
durante su visita a Colombia en 1991) en Latinoamérica
significa algunos riesgos. El primero es el de la rebelión
espiritual. En algunos casos, el líder de un grupo casero,
al hallarse ligado en la intimidad a sus miembros, cae in-
sensiblemente en la tendencia a sustituir a su autoridad:
impone manos, ora por enfermos, expulsa demonios, pro-
fetiza, ofrece consejería, etc. Poco a poco, el grupo invade
el lugar de la iglesia y, a veces, acaba por independizarse
de ella. Nuestra sicología colectiva difiere de la de las
naciones amarillas de Oriente, más disciplinadas y gre-
garias; ello explica el fracaso de quienes, al instrumentar
el sistema Cho entre nosotros en forma mecánica, sólo
han conseguido crear grandes montoneras sin identidad
o fomentar una multiplicidad sectaria pintoresca.
Hay quienes experimentan responsablemente este sis-
tema de iglecrecimiento y muchos de ellos han diseñado
organigramas que garantizan orden, disciplina, autori-
dad. ¡Dios los bendiga por ello! Pero no es saludable la
tendencia incontrolada a generar células más o menos
espontáneas al cuidado de neófitos. Las iglesias deberían
tomar en cuenta una obvia prioridad: primero el obrero
y después la obra.
El pastoreo en estos países resulta más expedito a través
de grupos especializados y homogéneos en la propia igle-
sia, no competitivos sino complementarios de ella, bajo
la responsabilidad de líderes de tiempo completo y con-
tacto permanente con el cuerpo pastoral para mantener
la integridad doctrinaria y moral de toda la feligresía. La
copia de métodos no garantiza eficacia. A la indisciplina
propia de nuestra gente no deben añadirse pretextos adi-
cionales para la anarquía. Generalmente, lo que se ve es
elefantiasis en vez de crecimiento normal del cuerpo; y,
sobre su piel, celulitis en vez de lozanía.
Sin duda, hemos tomado en préstamo ideas extrañas a
las bíblicas. ¿Por qué no hacer un intercambio enrique-
cedor entre nosotros mismos? Si practicamos las esencia-
listas normas de conducta de la iglesia primitiva, sería-
mos cristianos prósperos y felices. Nos hemos enredado
en tradiciones, religiones y denominaciones. Jesucristo
nos hizo libres y, después, nosotros inventamos cadenas
para atarnos. Si el Señor no viene antes, este nuevo siglo
será un viaje de retorno de dos mil años, para gloria de
Dios.
Darío Silva-Silva es Ministro del Evangelio, Comuni-
cador Social y Periodista, autor de libros de éxito,
posee varios doctorados académicos y honorarios
y es presidente del Concilio Global de CASA SOBRE
LA ROCA, Iglesia Cristiana Integral.
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OCT-DIC. 08 | 23
E
n el mundo postmoderno el con-
cepto de autoridad ha cambiado
de manera dramática. Tu posición
de liderazgo no te inviste, a los ojos de
la nueva generación de jóvenes, de nin-
guna autoridad. La única autoridad que
reconocerán es la que ellos te otorguen
como consecuencia de tu carácter e in-
tegridad.
Este artículo nació a raíz de una con-
versación con un líder juvenil británico.
Ambos estábamos en Adis-Abeba, la
capital de Etiopía, participando en un
proyecto misionero. Saboreábamos una
deliciosa taza de café etíope, cuando
comenzamos una discusión acerca de la
manera tan diferente en cómo los jóve-
nes postmodernos se acercan, y perciben
la vida, en comparación con las gene-
raciones previas y, poco a poco, nuestra
conversación se centró en la diferente
perspectiva que unos y otros sostienen
en el tema de la autoridad.
No es una sorpresa para nadie la exis-
tencia de una auténtica crisis de auto-
ridad. Todas las instituciones están ex-
perimentando y sufriendo esa realidad.
Los estados y los gobiernos -no sin causa
justificada- debido al abuso de poder y la
corrupción, pierden la autoridad delan-
te de los ciudadanos. En la escuela, la
autoridad de los maestros se vuelve más
frágil. En muchos hogares la situación
no es mucho mejor. Pareciera como si al-
rededor nuestro el concepto de autoridad
simplemente se estuviera derrumbando
y, para ser realistas y honestos, así es.
Este cuestionamiento de la autoridad
también ha llegado, está llegando o lle-
gará a la iglesia y a la vida comunitaria.
Podemos ver como en la Iglesia Católica
un número creciente de fieles cuestiona
la jerarquía y las enseñanzas del clero.
La Iglesia Evangélica, en sus diferentes
versiones, no está ni estará a salvo de
ver cómo sus líderes, pastores, ancianos,
diáconos y, naturalmente, los líderes ju-
veniles ven puesta en entredicho su au-
toridad.
¿Cuál es la causa para que la auto-
ridad esté sometida a esta presión de
acoso y derribo? Bien, tratemos de expli-
carlo. Hasta ahora, en la mayoría de las
culturas, la autoridad iba ligada o vincu-
lada con la posición. Cuando una per-
sona tenía una determinada posición en
la estructura de una organización, está
posición llevaba aparejada, implícita o
asociada una determinada autoridad.
Si además, la persona tenía un carác-
ter noble e íntegro, eso le ayudaba a un
mejor ejercicio de la autoridad; sin em-
bargo, aunque deseable, eso no era re-
querido ya que era la posición, no la per-
sona, quien ostentaba la autoridad.
Este modelo de autoridad vinculada a
la posición era, además, totalmente apo-
yado y reforzado por la cultura y la so-
ciedad. Todo en la familia, la escuela, la
iglesia y el estado, contribuía a sostener
y atrincherar esta idea de que, la autori-
dad estaba vinculada a la posición, y era
correcto y necesario respetar a aquellos
que, por las razones que fuera, ostenta-
ban en un momento determinado esa
posición.
Todo funcionó más o menos bien, has-
ta que alguien cuestionó ese modelo de
autoridad.
Para las nuevas generaciones, la au-
toridad formal, aquella que se deriva de
la posición que una persona ocupa, ya
no es suficiente. Este tipo de autoridad
no es ni reconocida, ni mucho menos
aceptada por muchos jóvenes. El abu-
so, y mal uso de la autoridad formal por
parte de muchos que la ostentaban, ha
favorecido y acelerado este proceso de
falta de aceptación. Hemos de darnos
cuenta que lo que está en crisis no
es la autoridad; lo que está en crisis
es un determinado modelo o forma
de ver la autoridad y el derecho a
ejercerla.
¿Cuáles son las implicaciones que de
ello se deriva? En primer lugar, que la
autoridad formal, a menudo, no puede
hacerse valer o hacerse efectiva; a me-
nos, que disponga de medios coercitivos
para imponerse. En segundo lugar, que
la autoridad moral, aquella que se deriva
del carácter, integridad y cualidades del
líder es la que se impone y es reconocida
por los seguidores. En tercer lugar, que
la autoridad moral debe ser ganada por
los líderes y otorgada por los seguidores
para poder ser ejercida de forma prác-
tica y efectiva. En cuarto lugar, se pue-
de producir un auténtico divorcio entre
los que sostienen la autoridad formal,
y aquellos que tienen autoridad moral.
AQUÍ MANDO YO
por Felix Ortiz
Félix Ortiz esta casado y con
dos hijos. Estudió historia y
educación en la Universidad
de Zaragoza. Con una Maes-
tría en Educación Cristiana,
del Southwestern Baptist Theological Seminary de Texas.
Ha escrito numerosos libros sobre el trabajo con jóvenes
y es profesor de varias instituciones teológicas españo-
las. En la actualidad es el responsable de formación y
desarrollo de líderes de Campus Crusade for Christ para
Europa.
Finalmente, la crisis del modelo no es
necesariamente mala. Hemos de reco-
nocer que muchos líderes en nuestras
congregaciones han abusado del poder.
Ron Enroth, en su recomendable libro,
“Iglesias que abusan”, habla e ilustra
ampliamente este concepto del mal uso
de la autoridad por parte de los “ungi-
dos”. El nuevo concepto de autoridad,
vinculado a carácter e integridad su-
pone un desafío para todos los líderes
ostentando autoridad formal, a fin de
no dormirse en los laureles y ganarse la
autoridad moral, es decir, el derecho a
mandar.
Estamos pues, hablando de un nuevo
concepto de autoridad. Una autoridad
ganada por el líder y otorgada por sus
seguidores. Es un modelo de autoridad
que el líder ha de merecer, y que no pue-
de reclamar por su posición o status.
Al observar a Jesús, podemos aprender
mucho cuando nos acercamos a su mi-
nisterio y, por cierto, ¡qué diferente es su
liderazgo del que ejercen muchos de los
que presiden nuestras iglesias y grupos
juveniles!
Filipenses, en el magnifico capítulo 2,
nos dice que Jesús -quien tenía toda la
autoridad formal del universo- no se afe-
rró a su condición de Dios y, por tanto,
al derecho a que su poder y autoridad
fuera reconocida y aceptada por toda la
humanidad. Al contrario, Pablo nos in-
dica que Jesús, se despojó a sí mismo, se
humilló bajando a la condición huma-
na y, una vez en esta posición, lejos de
ocupar los lugares de autoridad y poder,
ocupó los más bajos y humildes, ocu-
pó la condición de un siervo. Si te das
cuenta, lo que el apóstol indica en su
carta, es que Jesús comenzó desde cero,
desde nuestro propio nivel, a ganarse su
autoridad y reconocimiento entre no-
sotros. Jesús nunca utilizó su divinidad
para exigir a las personas obediencia;
contrario a eso, sirvió y exigió a los de-
más que hicieran lo mismo en imitación
y siguiendo su ejemplo.
La encarnación significa: Dios renun-
ciando a su autoridad divina, bajando a
nuestro nivel; y, desde allí -a través de
su amor, entrega, servicio y aceptación-
ganándose nuestro respeto y autoridad.
Si bien es cierto que el señorío de Cristo
será reconocido al final de los tiempos
por toda la creación, no es menos cierto
que en la vida del creyente no es nunca
impuesto por la fuerza, sino aceptado
por cada persona. Jesús invita a recono-
cer su autoridad y señorío, pero nunca
fuerza su imposición.
De todos es bien conocida la reflexión
de Jesús acerca del liderazgo cristiano.
Afirma que los grandes y poderosos de
este mundo se enseñorean de sus segui-
dores, sin embargo, afirma que entre
nosotros no debe ser de esta manera. Je-
sús desarrolla el concepto del liderazgo
de servicio -aquel que obtiene su gran-
deza y su derecho para guiar a otros- de
su servicio, su entrega desinteresada e
incondicional a sus seguidores.
Autoridad y Posmodernidad
¿Cómo podemos aplicar esto
a la pastoral juvenil?
Aquí vienen algunas sugeren-
cias prácticas.
1
Entiende que el modelo
de autoridad vinculado
con posición es sólo
eso, un modelo pero, no nece-
sariamente el único o el mejor.
2
Entiende que tus jóve-
nes funcionan bajo otro
modelo, uno basado en
la autoridad otorgada o autori-
dad moral.
3
Entiende los límites de
la autoridad formal, es
decir, aquella vinculada
con la posición. Es importante y
bueno tener ese tipo de autori-
dad, pero puede ser insuficiente
cuando trabajas con muchachos
y muchachas postmodernos, y
tendrá que ir acompañado de la
moral u otorgada.
4
Entiende el modelo usa-
do por Jesús. Tuvo la
autoridad formal pero
no se aferró a ella y ganó su au-
toridad moral.
5
Entiende cómo ganar
autoridad moral con tus
jóvenes. Baja hasta su
nivel, hazte como uno de ellos;
sírveles, ámales, acompáñales
espiritualmente y permíteles ver
tu carácter e integridad.
13. 24 MARZO.08 | LiderJuvenil.com
INFORME CENTRAL
OCT-DIC. 08 | 25
P
ensar en iglesias saludables es pensar en iglesias que crecen, se desarrollan, crean vínculos fuertes
entre sus miembros e interactúan con la sociedad en la que están inmersos. Es un proceso que
a veces nos quita el aliento y otras el sueño. Sin embargo hay quien sostiene que crecer es llenar
asientos vacíos y varios turnos de reunión en un mismo día.
Para algunos, ser muchas personas en los servicios de la iglesia local es sinónimo de crecimiento.
Pero no todos piensan así, como Higinio Regla, líder juvenil de Guadalajara Jalisco México, quien
opina que “Tener una iglesia numerosa es un mandato divino, con sus bemoles. Es decir, tiene que
reproducirse, pero no generar gigantismo. Tiene que crecer como el cuerpo humano sanamente y de
acuerdo a sus proporciones”. En ese sentido también David Padilla, pastor de la Iglesia Vida Real de
Guatemala, sostuvo que “la Biblia nos manda a desarrollar SALUD en la iglesia y una iglesia saludable crece
naturalmente. Buscar la salud es mas importante que enfocarse en los números”.
Para Ulises Oyarzún, pastor de jóvenes de la 1° Iglesia Bautista de Concepción, Chile, tener una
iglesia numerosa “es una bendición, pero que no depende siempre de un honesto llamado por parte de
un pastor. Hoy, en medio de una sociedad bajo la dictadura del éxito, muchos ministerios caen en la
fiebre por las estadísticas. Es sabido de iglesias o pastores que por tener su nombre en el salón de la
fama, recurren a la manipulación, la mentira y otras mañas” especificó.
Kenneth Marroquín, líder en la Iglesia Casa del Alfarero (MCCA) de la ciudad de Chiquimula,
Guatemala, aseguró que “una Iglesia numerosa se da como resultado de tener, ser y hacer lo que la
gente necesita. Entonces yo te diría que Jesús ordenó: “Vayan y hagan discípulos de todas las nacio-
nes” el parámetro aquí es todas las naciones. Dios quiere que nos reproduzcamos y el límite es todo el mundo.
Como resultado de eso, ¡se dan las famosas mega-iglesias! Cada pastor, debería aspirar una Iglesia numerosa,
porque es una necesidad mundial conocer a Dios y sus Maravillas, y además es un mandato de Dios para sus
hijos.”
iglecrecimientoiglecrecimiento
No existe la iglesia estancadaNo existe la iglesia estancada
por Lizzie Sotola
Un poco de historia
Sea como fuere todos tienen en mente el crecimiento y la historia comienza
con el doctor Donald McGavran, quien acuñó el término iglecrecimiento en la
década del ‘50 del siglo pasado. McGavran era misionero de los Discípulos de
Cristo en la India, y se dio cuenta que algunas iglesias crecían en su campo de
trabajo y otras no. Llegó a la conclusión de que la filosofía de la organización
que lo había encomendado no alcanzaba al propósito de llevar las personas a la
cruz de Jesús. Esta preocupación lo llevó a investigar y a escribir “Los puentes
de Dios” (1955), un libro que para muchos significó la base en el movimiento de
“iglecrecimiento”.
Más tarde McGavran sirvió en la Junta Misionera Cristiana Unida, tiempo
en el cual definió sus ideas sobre el crecimiento de la iglesia y la posibilidad de
enseñárselo a otros. Su sueño se hizo realidad en 1961 cuando fundó el “Insti-
tuto de crecimiento de la iglesia” en Eugene, Oregon (EE.UU.) en el campus del
Instituto Bíblico, Northwest Christian College. ¡La primera clase se inició con un
solo alumno! En 1965 el instituto se trasladó al Seminario Teológico de Fuller en
Pasadena, California con el nombre de “La Facultad de Misiones Mundiales”.
McGavran creía que la misionología ecuménica “se había apartado de la com-
prensión clásica de la misión. Es decir, se estaba dejando la proclamación del
evangelio, la invitación a recibir a Cristo y la incorporación a Su iglesia para
concentrarse en problemas de ayuda social y de cooperación inter-eclesiástica.
De esta manera se perdía la visión de los millones que todavía no habían sido
evangelizados”. Desde aquel tiempo él recalcaba la necesidad de alcanzar con el
evangelio a todos los grupos de personas que hay en el mundo. Si otros querían
dedicarse a las necesidades sociales y a las injusticias, adelante. Pero, por su
parte, buscaría a los que se encontraban todavía fuera del Reino de los cielos
para presentarles a Jesucristo. He aquí el énfasis sobre el crecimiento espiritual
y numérico de la iglesia de Jesucristo: “Que toda persona en el mundo tenga la
oportunidad de conocer a Cristo sin necesidad de cruzar barreras raciales, lin-
güísticas o de clases”.
14. En la década de los 90, el interés en esa línea
de pensamiento empezó a menguar. Los motivos
fueron varios, pero mayormente fue por el sentido
pragmático generado por los aficionados de “igle-
crecimiento”. Su entusiasmo a veces fue más allá
de lo bíblico y, por ende, fue criticado por haberse
cruzado la línea. Por eso ganaron la fama de no
prestar la atención merecida a la Palabra de Dios
y depender demasiado de las leyes del “marketing”,
sociología y antropología.
El futuro de la Iglesia
Uno de los seguidores de este concepto de igle-
crecimiento es Eddie Gibbs, quien asegura que hay
un proceso de mayor profundidad y analiza la so-
ciedad en la que hoy vive la iglesia. En su libro “La
Iglesia del futuro”, Gibbs afirma: “... las iglesias
evangélicas en el nuevo milenio deben extender-
se desde sus fortalezas suburbanas para impactar
a la urbana, rural y corporativa América. Además
deben moverse más allá de su preocupación con
los baby boomers, para dar más atención a aque-
llos que tienen menos de treinta y cinco años, lla-
mados baby busters o Generación X, sin los cua-
les no habrá ninguna iglesia del mañana. En una
sociedad contemporánea, la cual está cada vez
más impregnada del pensamiento postmoderno,
las iglesias deben transformarse en comunidades
misionales, lo que llevará a la descentralización de
sus operaciones. Los líderes de la iglesia necesita-
rán facilitar esta transición, dando una prioridad
más alta al trabajo fuera de la institución, funcio-
nando como equipos de creyentes en un mundo
altamente polarizado y pluralista. Las iglesias de-
ben cambiar de una estrategia de invitación a una
estrategia de infiltración, siendo así la subversiva y
transformadora presencia de Jesús.” 1
¿Juego de estrategias?
En otras palabras, en las de Kenneth Marro-
quín, la visión de una iglesia que crece encuadra
en “tener muy en claro que el crecimiento lo da
Dios. Cuando hacemos las cosas solo en nuestras
fuerzas no pasa nada, o suceden cosas ordinarias.
Pero cuando entendemos que es Dios quien da el
crecimiento, todo lo que hacemos gira alrededor
de Él y para Él. También debemos tomar muy en
cuenta que si una iglesia no tiene visión, no va a
ningún lado. Es muy importante saber quiénes
somos, qué hacemos, pero lo más importante es
determinar hacia dónde vamos. Jesús dio la visión
a sus discípulos en Mateo 28:18-20 ‘Por tanto va-
yan y hagan discípulos de todas las naciones, bau-
tizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo...’. Eso es lo que debemos hacer en
una iglesia: Hacer discípulos de todas las nacio-
1 Eddie Gibbs - La Iglesia del Futuro. Ed. Peniel pág. 236.
nes. Ahora bien, la visión va acompañada de es-
trategias y es allí donde muchas iglesias se quedan
estancadas, porque no logran determinar el cómo
de una visión. Saben qué quieren hacer y para
dónde quieren ir, pero no saben cómo lograrlo.
La Visión de mi iglesia es: ‘Reconciliar a la fami-
lia con Dios y hacer discípulos formados integral-
mente para anunciar el evangelio de jesucristo’. la
misión de mi iglesia es: ‘ir y hacer que cada familia
ame a dios y sirva al prójimo como Jesús lo hizo’”,
asegura Marroquín.
Para el compatriota de Kenneth, David Padilla,
hay diferencias. Padilla sostiene que “el asunto del
iglecrecimiento se ha tornado en una búsqueda
de ‘fórmulas’ para hacer crecer numéricamente
las iglesias y empezamos a preguntar el ‘cómo’ en
lugar de preguntar el ‘por qué’ de los modelos de
iglecrecimiento; deberíamos desarrollar los valores
en lugar de copiar los sistemas.”
Ulises Oyarzún es más incisivo. Asegura que el
crecimiento puede depender de estrategias: “hay
iglesias que su negocio es el discipulado y es su he-
rramienta para el crecimiento. Otros (hoy son los
más comunes) su negocio es el show (eventos) que
sean muy llamativos, que produzcan fuerte carga
emocional. La fórmula: Show--- Convocatoria---
Dinero--- Más Show. Reconozco que como pastor,
las estrategias son importantes, pero por sobre
todo esto es negocio de Dios. Lamentablemente los
medios cristianos, literarios, radiales y televisivos,
en su gran mayoría han inclinado su balanza a la
idolatría de una especie de cristianismo evangéli-
co sensacionalista, exitista, farandulero, emocio-
nalista y regido por estadísticas.
Menos mal que Jesús no vivió en esta época, pues
de seguro un grupo de 12 discípulos no hubiese
impresionado a nadie” concluye.
En busca del éxito
Thom S. Rainer, presidente de Church Central
(www.churchcentral.com) y decano fundador de la
Escuela Billy Graham de Misiones, Evangelismo e
Iglecrecimiento en el Seminario Teológico Bautis-
ta del Sur y presidente de Rainer Group Consul-
ting, afirma que “soy reacio a ofrecer lo que pudie-
ra parecer un método paso por paso para que las
iglesias den un salto al éxito. De hecho la grandeza
de una iglesia es un asunto profundamente teoló-
gico. Las iglesias son grandes debido al poder de
un Dios grande” 2
.
“Hace cinco años teníamos 100 miembros. Cin-
co años después tenemos 2,000 creo que el creci-
miento se debe a que hemos intentado balancear
la iglesia con cinco elementos: compañerismo,
2 Thom S. Rainer - Iglesias Exitosas. Ed. Vida. pág. 216
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26 LiderJuvenil.com
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OCT-DIC. 08 | 27
Las estrategias no pueden estar apar-
te de la sociedad e invitar a las personas
para que venga a ellas en términos de la
iglesia. Por el contrario, las iglesias de-
ben ir al lugar en donde la gente está y
comunicarse con términos que sean com-
prensibles para ellos, tratando los proble-
mas que moldean sus vidas y hablarles en
el lenguaje de ellos.
Los mensajeros del evangelio son lla-
mados a sumergirse en la cultura del an-
fitrión, en lugar de esforzarse en sacar
a de aquellos que responden desde sus
propias culturas. En su estudio sobre las
iglesias que están alcanzando gente que
no pertenece a la iglesia en California, Do-
nald E. Miller también reconoce la reali-
dad de que las poblaciones fragmentadas
necesitan diversas propuestas.
Aquí es importante reconocer que las
diferentes generaciones y las diferentes
subculturas se enfrentan a situaciones
con diferentes significados, y aunque noso-
tros nos hemos movido desde lo primitivo,
hasta lo moderno, y hasta las sociedades
postmodernas, las diferencias entre ge-
neraciones y entre varias subculturas ha
incrementado. Con respecto a esto, los
líderes de las instituciones religiosas que
no alcanzan a deducir el nicho de mercado
de sus iglesias ni a sus particulares audi-
torios con quienes se están comunicando,
normalmente fallarán en su misión. Aun-
que el lenguaje de este mercado pueda
parecer discordante, el punto no es el de
comercializar la religión, sino más bien su-
brayar el hecho de que la sociedad no es
homogénea y que las necesidades de la
gente son todas diferentes unas de otras.
Un mensaje difuso no será escuchado,
especialmente en una sociedad contem-
poránea, porque mientras que el deseo
de que el significado definitivo pueda ser
universal, las creencias y los valores son
contextualizados y experimentados de ma-
nera bastante diferente, dependiendo de
la edad de uno, de la educación, de la raza
o etnia, y de los antecedentes culturales.
Algunos críticos quienes denuncian el
uso de los puntos de vista del mercado,
parecen estar tan enfocados en sus pre-
suposiciones teológicas, que fallan cuando
están frente a los desafíos presentados
por las sociedades occidentales. Están
más experimentados en la exégesis del
mensaje que en la exégesis de la cultura,
o en el caso de las sociedades urbanas, la
pluralidad de las culturas.
Crítica a la mentali-
dad de mercado
Algunas de las estrategias para el cre-
cimiento de la iglesia tanto como para el
crecimiento del evangelio, también pre-
sentan particulares peligros que no deben
ser ignorados. En primer lugar, el hecho
de medir resultados en términos del incre-
mento de la asistencia a los servicios de
adoración y a otras actividades relaciona-
das con la iglesia, crea un prematuro sen-
tido de logro. Siempre tenemos que pre-
guntar quiénes son las nuevas personas
y de dónde vienen. ¿Está alguna iglesia
ganando gente simplemente a expensas
de otras congregaciones que no tienen los
recursos para competir en iguales condi-
ciones en el mercado de la religión?
Es necesario hacer una distinción
entre aquellas iglesias “sensibles al
buscador”que representan un nuevo cre-
cimiento – que regresa a la iglesia y gente
que nunca perteneció a ninguna iglesia- y
las iglesias – “conducidas por el mercado”
que han crecido a expensas de las iglesias
más pequeñas de la comunidad a su alre-
dedor. En el último caso, uno se pregunta
qué pasará con estas iglesias conducidas
por el mercado, cuando las iglesias más
pequeñas convertidas en los sistemas que
las alimentan, se agoten. Es más, gran-
des congregaciones que carecen de una
memoria compartida son comunidades
inestables. Un porcentaje significativo de
sus miembros van sin rumbo de iglesia en
iglesia, y son especialmente vulnerables
durante las transiciones de liderazgo. Si
tales iglesias finalmente se derrumban y
las iglesias a su alrededor están vacías o
ya han dejado de funcionar, ¿habrán pro-
ducido un desierto espiritual?
Al repasar el ministerio de Jesús, hay
ciertos aspectos mediante los cuales los
mercaderes o vendedores pueden ser
identificados. Jesús estaba agudamente
al tanto de las necesidades de la gente
y sabía cuándo tenía que alimentar al
hambriento, sanar al enfermo o liberar
al poseído por demonios. Él comió con
gente excluida de la sociedad y libró a sus
discípulos de un naufragio al calmar la tor-
menta. Era accesible a las multitudes así
como a los individuos que se le cruzaban
en su camino, y habló el lenguaje que to-
dos podían entender. La gente común se
maravillaba de sus enseñanzas, se junta-
ban en multitudes para escuchar sus his-
torias y para seguirlo de un lugar a otro.
Sin embargo, en el análisis final, no eran
las demandas de las multitudes, de los
discípulos o de las autoridades religiosas
lo que determinaba la agenda de Jesús.
Él vino para hacer la voluntad de su Padre
celestial, y se limitó a hacer lo que su Pa-
dre hacía.
Los mercaderes de la Iglesias insisten
en que “la propuesta de mercado requiere
que las congregación estudie sistemática-
mente las necesidades, los deseos, las
apreciaciones, las preferencias y la satis-
facción de sus miembros y la de otros a
quienes tratan de alcanzar” y entonces que
“los proyectistas deben actuar en base a
esta información para conocer más efec-
tivamente aquellas necesidades”.
El tema fundamental es que todas las
propuestas de mercado deben ser vistas
con prudencia y discernimiento. Estas
propuestas pueden ser usadas para fines
equivocados y pueden ser mal empleadas
desde el punto de vista de la manipula-
ción. Es más, la determinación final con
respecto a lo que debe hacerse, deber
ser hecho sobre terrenos teológicos y no
pragmáticos. Las iglesias que adoptan
el método de la conducción de mercado
para el ministerio, también ponen en peli-
gro su propia integridad. No debería ser
el cliente quien determine la agenda de la
Iglesia, sino el Señor, a quien la Iglesia es
llamada a adorar y obedecer.
Tomado de “La iglesia del futuro, cambios esenciales
para lograr un desempeño eficaz”, Editorial Peniel
INFORME CENTRAL>>>>
De una iglesia conducida por el mercado a una
orientada por la misión
columnista invitado
Eddie Gibbs
“Se necesitan
nuevas formas
de pensar
para resolver
los problemas
generados
por las viejas
formas de
pensar”.
Albert Einstein
“La vida se
convierte para
muchos en
una existencia
temporal, exis-
tencial e in-
cluso egoísta,
donde lo que
tratamos de
hacer es vivir
el momento”.
Charles Handy
“No hay un
sólo futuro
posible, sino
múltiples fu-
turos, y basta
cualquier cam-
bio, al parecer
insignificante,
para cambiar
de uno a otro
escenario”.
Alvin Toffler
15. www.LiderJuvenil.com
OCT-DIC. 08 | 2928 MARZO.08 | LiderJuvenil.com
crecimiento, servicio, evangelismo y adoración. Y también
intentamos hacer servicios con mucha creatividad de video
y actuación”, confiesa Padilla.
Higinio cuenta que ellos tenían 600 miembros hace cin-
co años, “se multiplicó [en su momento] y se repartieron
los hermanos por afinidad, mas o menos 300 y 300. Ac-
tualmente tenemos 3 cultos y han estado disminuyendo, a
250-280, ha habido varios movimientos en la mesa directi-
va. El pastor no ha logrado sustituir miembros importantes
que por diferentes circunstancias no han podido continuar.
El pastor a pesar de ser una persona con toda la prepara-
ción, no tiene una mano derecha ni una izquierda, no ha
querido contratar a nadie que le ayude.”
La Iglesia El Buen Redentor tiene menos de cinco años
de existencia y crece a un ritmo de un 7% cada año. Está
ubicada en una avenida principal por donde pasa, a cada
rato, un ómnibus de una de las siete líneas que entran a la
ciudad. La iglesia, que hace sólo tres años estrenó su nue-
vo local, ya tiene 420 miembros con una asistencia prome-
dio de 560 personas. El equipo ministerial cuenta con dos
pastores a tiempo completo y cuatro más a tiempo parcial,
porque son alumnos de un seminario ubicado en la misma
ciudad. El pastor principal ha estado con la iglesia desde el
comienzo. La junta administrativa la integran doce miem-
bros, de los cuales seis tienen menos de tres años como
miembros de la iglesia. La iglesia está involucrada en un
programa de evangelismo continuo y discipulado de cada
miembro nuevo. Todo indica que esta iglesia está crecien-
do y seguirá creciendo.
En otro sector de la misma ciudad se encuentra el tem-
plo de la Iglesia Getsemaní, de la misma denominación,
que ha formado parte de su comunidad por más de veinte
años. Aunque está escondida en una calle poco transitada
es bien conocida, por lo menos en este sector. Creció hasta
que tuvo 600 miembros, pero en los últimos tres años la
comunidad ha cambiado y más de 250 miembros se han
mudado a otras partes de la ciudad; algunos asisten a la
Iglesia El Buen Redentor. Además, dos de sus cinco pasto-
res han salido para ir a pastorear otras iglesias, debido a
que los ingresos disminuyeron considerablemente y la igle-
sia no pudo seguir sosteniéndolos económicamente, ni pu-
dieron contratar a nuevos pastores para reemplazarles. La
junta administrativa está compuesta por hombres y muje-
res que tienen un promedio de trece años como miembros
de la iglesia. El plan de trabajo del equipo ministerial se
enfoca mayormente sobre las necesidades de su comuni-
dad, aunque también incluye dos campañas evangelísticas
durante el año. A pesar de la ayuda social a la comunidad
y las campañas, todo indica que esta iglesia está declinan-
do y seguirá declinando.
Viendo ambos ejemplos, nos viene a la mente esta pre-
gunta: ¿por qué tanta diferencia? Algunas razones son bien
obvias, aunque otras no son tan evidentes. Investigando el
asunto más a fondo se comprueba que hay enfermedades
eclesiásticas que impiden el crecimiento de la Iglesia Get-
semaní e, incluso, están matándola. Se puede decir que
INFORME CENTRAL>>>>
Lo que desean de la Iglesia
los que nunca asisten
Una de las inquietantes revelaciones que surgen de nuestra
investigación es que la mayoría de los pastores, y una larga
proporción de individuos cristianos, limitan sus ideas a cerca
de cómo alcanzar a los que no va a la Iglesia. Tienden a limitar
sus esfuerzos a invitarlos a un culto de adoración. Dado que
las bases de una genuina vida cristiana incluyen la adoración,
el discipulado, la mayordomía, la evangelización, el servicio y
las relaciones con otros, el significado del culto de adoración
no se debe ignorar. Sin embargo tratar de reconectar con Dios
a las personas que no asisten a ninguna iglesia por medio de
un culto de adoración es ser corto de vista.
Los adultos más jóvenes fueron los que expresaron el menor
interés en cultos de adoración. Sus respuestas revelaron in-
terés en más experiencias de relaciones, tales como proyectos
de alcance a la comunidad o actos especiales que conecten a
personas de fuera y de dentro de la Iglesia.
No es que sea malo invitar a personas que no asisten a ningu-
na iglesia a los cultos de adoración, o que estas no van asistir
si las invitan. La información sugiere que una proporción
substancial de los que no asisten a ninguna iglesia espera re-
conectarse con la misma a través de esos mismos medios. La
revelación clave es que debe haber múltiples rutas de entrada
disponibles para las personas que no asisten a ninguna iglesia.
Así como algunas personas regresan al ejercicio físico a través
de diferentes medios -uniéndose a una clase de aeróbico, co-
rriendo, nadando, usando máquinas que acelera el ritmo car-
díaco, jugando racquetbol, participando en equipos deportivos,
etc.-, los estadounidenses escogerán regresar a la iglesia por
distintas vías. No podemos permitirnos el colocar todos nues-
tros huevos en la canasta d la adoración si de veras pensamos
ganar a un mayor número para el reino de Dios.
El factor gente
Una perspectiva se hizo muy evidente a través de nuestro es-
tudio de los que no asisten a ninguna iglesia que nos tomó dos
años. La posibilidad de regresar a una iglesia y permanecer
en ella depende en gran medida de la naturaleza de las per-
sonas en cualquier congregación en particular. La teología
tiene importancia, pero en la mente de quienes no asisten a la
iglesia (y, creo yo, en la mayoría de los que van a la Iglesia), la
naturaleza amistosa y la atención que reciban de las personas
importa más.
George Barna
columnista invitado
continúa en pág.30
16. Líder Juvenil®
30 LiderJuvenil.com
de estas dos iglesias, una decidió poner en práctica los principios de
crecimiento que van a encontrar en este libro y la otra no 3
.
Frente al relato anterior Thom Rainer dirá: “¿Por qué el pastor de
una iglesia en comparación renunciará luego de varias luchas y crisis
cuando el pastor de una iglesia exitosa perseveró? No encontramos evi-
dencia de desafíos ni problemas mayores en las iglesias a comparar. No
encontramos problemas más largos en las iglesias a comparar ni tam-
poco vimos indicios de que los pastores exitosos tuvieran una mayor
tolerancia al dolor. Solo parece que los pastores de las iglesias exitosas
tomaron la decisión de perseverar y buscaron la fortaleza de Dios para
llegar hasta el final de sus pruebas y dificultades” 4
.
Las iglesias estancadas ¿es un mito?
Rainer sostiene que no existe la iglesia estancada. “La iglesia o está
creciendo o está decayendo”. En su investigación de miles de iglesias,
Rainer asegura nunca haber visto una iglesia que mantuviera similares
estadísticas durante dos años consecutivos. “El término iglesia estan-
cada -explica- se utiliza para describir iglesias que están decayendo
ligeramente o están creciendo ligeramente. (...…) algunas iglesias pue-
den experimentar varios años de un crecimiento casi plano, cuando
su asistencia se mantiene en un rango estrecho. Pero en realidad una
iglesia o está decayendo o está creciendo.” 5
Quizás el caso en México, de la iglesia a la que pertenece Higinio,
sea un caso de crecimiento ligero, lento, moderado o tal vez sea una
iglesia que está decayendo. El punto es que es el momento para ha-
cer cambios. Una planificación estratégica podría dar en el clavo del
asunto. Charles Handy, autor y filósofo irlandés que se especializa en
comportamiento y en gerencia de la organización corporativa, introdu-
ce la teoría de la curva de crecimiento, donde sostiene que cuando la
mayor parte del crecimiento ocurre es cuando hay que hacer cambios.
Pronto llegará el tiempo de declinación y un buen líder debe hacer
cambios adecuados y necesarios antes que esto ocurra. “Deberemos
utilizar nuestras habilidades para intentar descubrir como será ese fu-
turo” certifica.
Handy además levanta la apuesta y asegura que “El futuro no está
ordenado, es un caos que se construye. Un pequeño cambio puede
dar lugar a grandes cambios. En el futuro hay grandes oportunidades
para muchas personas. Se podrá cambiar a mucha gente de todo el
mundo”.
“…las cifras siempre son oscilantes y no todas las veces pueden ser
interpretadas correctamente. Pues una mega iglesia puede no estar
cumpliendo su labor de ser fiel a Cristo en su mensaje y obra. Así tam-
bién una iglesia pequeña puede ser una congregación sana, con buen
liderazgo, pero algún factor interviene en el crecimiento” concluye
Oyarzún.
3 Fred Smith - La dinámica de una iglesia que crece. Publicaciones Alianza. Cap. 1.
4 Thom S. Rainer - Ídem
5 Thom S. Rainer - Ídem
Buenos recuerdos
Cerca de dos terceras partes de los que no
asisten a ninguna iglesia dijeron que cuando
recuerdan las cosas que les gustaban acerca
de las iglesias que habían visitado en el pasa-
do, recordaban más bien a las personas. Se
sentían atraídos a la comunidad y a las au-
ténticas luchas por la fe de los individuos de
esas iglesias. Puede que no hayan entendido
ni abrazado los mismos valores de los asisten-
tes regulares a la iglesia, pero respetaban los
esfuerzos honrados que los miembros hacían
por clarificar y asimilar esos valores.
Algo más de una tercera parte de los que no
asisten a ninguna iglesia tenía un cálido re-
cuerdo de la predicación y la enseñanza en las
iglesias a las que habían asistido; pero para la
mayoría de las personas, el énfasis intelectual
o sustancial era menos significativo que el én-
fasis emocional o relacionable las iglesias. El
ambiente de la iglesia cuán formal o informal,
cuán atractivo o no atractivo sea, cuán física-
mente cómodo o incómodo, cuán estimulan-
te o negativa sea su atmósfera lo recordaba
con cariño uno de cada cinco de los que no
asisten a ninguna iglesia. Casi tantos citaban
diferentes elementos del ministerio colectivo
de la iglesia, tales como la música o las tra-
diciones. Solo unos cuantos (5%) calificaba
los programas o actividades ministeriales de
la iglesia como atracción.
El toque personal
El significado de toque personal en la iglesia
es muy intrigante a la luz de nuestros descu-
brimientos de que las personas que no asisten
a ninguna iglesia no se relacionan con tan-
ta facilidad como los típicos asistentes. El
enfoque en las relaciones también motiva la
pregunta de por qué las personas que no asis-
ten a ninguna iglesia abandonaron la iglesia
a la que asistían si se sentían bien atendidos
y conectados. La respuesta resultó ser que
quienes ahora no asisten a la iglesia no es-
taban suficientemente vinculados con la vida
de las personas en la iglesia. No se sentían
bien conectados. Esto más las otras presio-
nes que encaraban en sus vidas, la limitada
importancia que le daban a la predica y a
la enseñanza de la Biblia, y su ambivalencia
hacia la adoración, hicieron que no se sintie-
ran compelidos a continuar siendo parte de
la iglesia.
Tomado de “Haga crecer su iglesia de afuera
hacia adentro”, Editorial Vida
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