La lección describe la importancia de la oración en la vida de Jesús y cómo Él es un ejemplo a seguir. Jesús oraba regularmente para mantener una relación cercana con Dios Padre a pesar de ser divino. También enseñó a sus discípulos sobre la oración, mostrando que Dios escucha las peticiones de quienes le piden con humildad y fe. Al igual que Jesús dependió del Espíritu Santo, los creyentes deben guiar sus vidas mediante la oración y permitir que Dios dirija sus caminos.
3. TEXTO CLAVE
“Y yo os digo:
Pedid, y se os dará;
buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquél que pide,
recibe; y el que busca, halla; y
al que llama, se abrirá”
(Lucas 11:9, 10)
4. VERDAD CENTRAL
La oración fue fundamental
en la vida y la misión de
Jesús.
Aun siendo plenamente
divino, igual al Padre y al
Espíritu, en su humanidad,
Jesús nos dejó un ejemplo
vital respecto de la oración.
5. OBJETIVOS
1. Reconocer la importancia de
la obra del Espíritu Santo en
el ministerio de Cristo y en
nuestra vida diaria.
2. Comprender cuán importante
es nuestra relación con Dios a
través de la oración.
3. Procurar llevar una vida de
oración guiada por el Espíritu
Santo, aceptando la voluntad
divina.
7. Jesús y el Espíritu Santo
JESÚS, EL ESPÍRITU
SANTO Y LA
ORACIÓN
El Espíritu fue un Compañero permanente
de Jesús. De igual manera debe serlo de
sus discípulos.
Jesús prometió que Dios le concedería el
don del Espíritu a todos que se lo
solicitaran (Lucas 11:13).
El Espíritu que conectó a Cristo con su
Padre y con su misión redentora, es el
mismo que fortalecería a sus discípulos en
su peregrinaje por fe.
¿De qué modo el ministerio terrenal de
Jesús fue conducido por el Espíritu Santo?
¿Cómo podemos nosotros, en nuestra
vida práctica cotidiana, ser guiados por el
Espíritu?
8.
9. La vida de oración de Jesús
Jesús demostró, a través de su vida, la
importancia de la oración, al ponerla en
práctica en las más diversas
circunstancias.
No alcanza sólo con orar; es necesario
permitirle a Dios el control de nuestras
vidas. Aún cuando en muchas ocasiones la
respuesta divina a nuestra oración no sea
aquello que esperamos.
Al considerar el ejemplo de Jesús, ¿qué
lecciones podemos extraer para nuestra
vida? ¿Cuán dispuestos estamos a permitir
que Dios haga su voluntad en nosotros al
orar?
JESÚS, EL ESPÍRITU
SANTO Y LA
ORACIÓN
10. Aunque era de naturaleza
divina y uno con el Padre y el
Espíritu, Jesús necesitó de la
oración para permanecer en
contacto permanente con su
Padre y recibir de Él consuelo e
instrucción. Lucas nos presenta
la vida de Jesús como una vida
de oración.
Oró en su bautismo
(Lucas 3:21)
Oró antes de elegir a los
doce apóstoles
(Lucas 6:12-13)
Oró por sus discípulos
(Lucas 9:18)
Oró antes de su
transfiguración
(Lucas 9:28-36)
Oró en Getsemaní
(Lucas 22:39-46)
Oró en el momento de
su muerte (Lucas 23:46)
Si Jesús necesitó orar para mantener la comunión con su Padre,
¿cuánto más necesitaremos nosotros vivir una vida de oración?
11. La oración modelo: 1ª parte
Jesús no sólo nos dejó un modelo de
oración, sino que a través de él nos
mostró grandes verdades.
Tenemos un Padre Celestial que se
preocupa por nosotros, por eso, al
orar, podemos estar seguros de que Él
nos escucha.
Mediante la oración somos llevados
más cerca de Dios, y experimentamos
una relación real con nuestro
Creador.
¿Qué verdades encontramos en la
primera parte de la oración modelo de
Jesús? ¿Cuán cerca de Dios nos
sentimos al orar?
JESÚS, EL ESPÍRITU
SANTO Y LA
ORACIÓN
12. La oración modelo: 2ª parte
Dios siempre está dispuesto a darnos lo
mejor: nos otorga el perdón, nos da
fuerza para vencer las tentaciones y,
especialmente, a través de Él obtenemos
la salvación.
Dios anhela escuchar las oraciones de
todos aquellos que se dirigen a Él.
Las respuestas divinas a nuestras
oraciones siempre serán lo mejor para
nosotros.
En ocasiones, no recibimos algo que hemos
pedido. ¿De qué manera el texto de Lucas
11:9-13 nos demuestra que Dios es un
Padre que anhela darnos buenas cosas?
JESÚS, EL ESPÍRITU
SANTO Y LA
ORACIÓN
13. • Dios es tan personal, tan real, tan
amante y tan interesado en nosotros
como un padre humano (perfecto).
Padre nuestro
• Dios es santo y real. Ubicado muy por
encima de nosotros, pero totalmente
accesible a través de la oración.
que estás en los
cielos
• Santificamos el nombre de Dios
cuando Su carácter se refleja en
nuestras vidas.
santificado sea tu
nombre
• Tanto el reino de gracia que Jesús
estableció a través de su iglesia,
como el reino de gloria que
establecerá en su Segunda Venida.
Venga tu reino
14. • La voluntad de Dios se obedece en el
cielo, y nosotros somos (en parte)
responsables de que sea acatada
también en esta tierra.
Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así
también en la tierra
• Reconocemos que Dios es la fuente de
todo lo que tenemos y el que suple
todas nuestras necesidades.
El pan nuestro de
cada día, dánoslo
hoy
• Sin perdón no hay salvación. El
perdón recibido debe ser también
otorgado a los demás.
Y perdónanos nuestros
pecados, porque
también nosotros
perdonamos a todos
los que nos deben
• Dios es el único que nos puede
preservar del mal y darnos fuerzas
para vencer la tentación.
Y no nos metas en
tentación, mas
líbranos del mal
15. Más lecciones sobre la oración
La oración no debe convertirse en una
rutina. Debe ser el fundamento de una
relación de absoluta, perseverante y
continua confianza en Dios.
La aceptación divina nos es concedida, no
en base a quién somos o a lo que somos,
sino sólo por su gracia.
¿Hemos perseverado en pedirle algo a
alguien? ¿Existe esa misma persistencia
en nuestra vida de oración?
JESÚS, EL ESPÍRITU
SANTO Y LA
ORACIÓN
16. A
«Les dijo también: ¿Quién de
vosotros que tenga un amigo, va a él
a medianoche y le dice: Amigo,
préstame tres panes, porque un
amigo mío ha venido a mí de viaje, y
no tengo qué ponerle delante; y
aquél, respondiendo desde adentro,
le dice: No me molestes; la puerta
ya está cerrada, y mis niños están
conmigo en cama; no puedo
levantarme, y dártelos? Os digo,
que aunque no se levante a dárselos
por ser su amigo, sin embargo por
su importunidad se levantará y le
dará todo lo que necesite» (Lucas 11:5-8)
La insistencia en la oración no cambia la
voluntad de Dios, sino que fortalece
nuestra confianza. «Orad sin cesar»
(1Ts. 5:17)
17. B
«¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide
pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en
lugar de pescado, le dará una serpiente?
¿O si le pide un huevo, le dará un
escorpión? Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan?»
(Lucas 11:11-13)
Esta parábola muestra la
disposición de Dios a darnos
todo aquello que sea bueno
para nosotros.
Solo pone una condición: que
se lo pidamos.
18. C
«Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro
publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta
manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al
cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a
mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado
antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será
humillado; y el que se humilla será enaltecido» (Lucas 18:10-14)
La humildad, el arrepentimiento
y un corazón quebrantado, son
las claves para acercarnos en
oración al trono de la Gracia y
recibir el oportuno socorro
(Hebreos 4:16).
19. «Hay que orar. Jesús no nos habría encargado que lo
hiciéramos, si no se hubiera tratado de una necesidad real. Él
sabe perfectamente bien que nosotros, por nuestra propia
cuenta, somos incapaces de vencer las muchas tentaciones del
enemigo, o de descubrir las muchas trampas que coloca para
nuestros pies. El Señor no lo ha abandonado para que se
defienda solo; ha provisto una manera por medio de la cual
puede obtener ayuda. Por esa razón le pide que ore»
E.G.W. (Exaltad a Jesús, 20 de diciembre)
20. CONCLUSIONES
1.Al igual que Jesús, debemos tener una
vida de plena comunión con Dios a través
de la oración.
2.Tal como ocurrió con Jesús, nuestra vida
como discípulos suyos debe ser conducida
por el Espíritu Santo, a cuya guía
accedamos mediante la oración.
3.Dios siempre estará dispuesto a
concedernos lo mejor.
21. EL EVANGELIO DE LUCAS
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lecciones que tratan sobre el tema:
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