1. Mozart cumple 250 años. “ La flauta mágica” (ópera). Obertura (comienzo). Autor: Eric Cano Guerrero. [email_address] En el 2.006
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3. “ La flauta mágica” (ópera). Obertura (comienzo). Cartel anunciador del día de su estreno: el 30 de septiembre de 1.791, en Viena (“Die Zauberflöte”, significa, en alemán, “La flauta mágica”). Los protagonistas, por orden de aparición.
4. “ La flauta mágica” (ópera). Obertura (comienzo). El príncipe Tamino: Una de las tres hadas al servicio de la Reina de la Noche: Papageno, el cazador de pájaros: La princesa Pamina:
5. “ La flauta mágica” (ópera). Obertura (comienzo). Sarastro, el mago: La Reina de la Noche: Papagena, la novia de Papageno:
6. “ La flauta mágica” (ópera). Obertura (comienzo). Programa de mano para los espectadores que asistieron a su estreno. El argumento.
7. “ La flauta mágica” (ópera). Obertura (comienzo). Ese templo, ya que en efecto esto es lo que era, se encontraba aislado en medio de un bosque y protegido por enormes serpientes. En un lejano país había un extraño edificio, envuelto en misterio. Las gentes de por allí creían que era un templo, mas sólo lo creían, porque nadie lo sabía con certeza. Además, no parecían dispuestos a averiguarlo: tenían miedo cuando estaban cerca de él, y con razón.
8. “ La flauta mágica” (ópera). Obertura (comienzo). Mas no llegó a cogerle, porque la atravesaron con una lanza, y lo último que vio fue a quienes habían logrado acabar con ella: las tres hadas que servían a la poderosa Reina de la Noche, a la cual fueron de inmediato a explicar lo sucedido. Una tarde, entró en ese bosque un príncipe: Tamino. Entonces, de repente, le atacó uno de aquellos monstruos. Y como no llevaba armas para defenderse, emprendió la huida aterrorizado, pero la serpiente era más rápida que él, casi le tenía al alcance de sus dientes.
9. Mientras tanto, el príncipe no se dio cuenta de nada. Había caído agotado, y al despertarse sólo vio a un joven que cantaba y tocaba una flauta, vestido de modo muy raro, cubierto de plumas: Papageno. Éste, que vivía de capturar y vender pájaros, le mintió: dijo que él le había salvado de ser devorado. Pero las hadas, que habían vuelto, no dejaron que siguiera y contaron a Tamino la verdad. Para, después, explicarle por qué le estaban siguiendo y le habían ayudado. “ La flauta mágica” (ópera). Aria “Der Vogelfänger bin ich ja” (“Yo soy el cazador de pájaros”): Papageno.
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13. “ La flauta mágica” (ópera). Aria “Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen!” (“¡La venganza del infierno hierve en mi corazón!”): la Reina de la Noche. Tenían razón los guardias del templo al defender la bondad del mago, como también la tenían en lo que habían dicho de la Reina de la Noche. Ésta, en cuanto supo que el príncipe había aceptado la propuesta de Sarastro, montó en cólera y trató de convencer a su hija para que asesinase al mago. Eso deseaba desde el principio: la muerte de Sarastro, a quien odiaba con todas sus fuerzas porque impedía que se hiciese con todo el poder. Mas de nada sirvieron sus artimañas: ni engañándola, ni amenazándola, logró la colaboración de la princesa.
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15. “ La flauta mágica” (ópera). Aria “Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen!” (“¡La venganza del infierno hierve en mi corazón!”): la Reina de la Noche. Lo cierto es que nadie volvió a verlas, y que su recuerdo se apagó con el tiempo. Según explicó un anciano, muchos años más tarde, se las tragó la tierra. Se ocultó de repente el sol y estalló una gran tormenta, sonaron truenos, cayeron rayos y… desaparecieron. Mientras esto ocurría, la Reina de la Noche se dirigió al templo para acabar por fin con su mayor enemigo. Y la acompañaban sus tres inseparables, y casi tan perversas como ella, hadas. Lo que allá sucedió fue luego motivo de toda clase de habladurías: en los corrillos de las plazas, en las tabernas, en los mercados de los alrededores, en la iglesia..., circularon historias inverosímiles.
16. “ La flauta mágica” (ópera). Dúo “Pa Pa Pa…”: Papageno y Papagena. Por su parte, al príncipe Tamino le esperaba la felicidad que Sarastro el mago le había prometido: el permiso para contraer matrimonio con la princesa Pamina. Como a Papageno, pese a que el pajarero no había luchado mucho por tener suerte. Cuando peor se sentía, cuando lo veía todo perdido, el cazador de pájaros se encontró con la joven con quien soñaba siempre: Papagena.
17. De nuevo otra maravillosa obra de nuestro amigo Mozart, ¿a que sí? Tan bella como la Sinfonía “Júpiter” que ya escuchamos, ¿no es así? Por tanto… ¡démosle otro aplauso de los de verdad! Esto, como entonces, no es un “adiós”. Es sólo otro “¡hasta luego!”, porque la obra del genio de Salzburgo nos esperará siempre que queramos acercarnos a ella… y tengo el pleno convencimiento de que eso ocurrirá en muchas, o más que muchas, ocasiones. “ La flauta mágica” (ópera). Dúo “Pa Pa Pa…”: Papageno y Papagena.