Carta haya

1. Tel.: 4127-7443 // e-mail: csliermann@hcdn.gob.ar
Riobamba 25, of. 843 8° piso Anexo “A“ – Honorable Cámara de Diputados de la Nación
Buenos Aires, 15 de agosto de 2018
Al Representante para América Latina y el Caribe
Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado
Sr. Ignacio Goicoechea
De mi mayor consideración:
En primer lugar, quería agradecer la invitación realizada por las
autoridades de la Conferencia Internacional de La Haya (HCCC) para celebrar su 125
Aniversario y en especial la participación del prestigioso jurista Dr. Christophe
Bernasconi, Secretario General de la Conferencia de La Haya.
Al mismo tiempo, deseo felicitar a los organizadores de este evento,
realizado en el emblemático Palacio San Martin, quienes han permitido al público
asistente obtener una detallada información acerca de los trabajos realizados por la
HCCC, enmarcado por prestigiosos panelistas nacionales e internacionales que han
realizado durante las jornadas transcurridas, un pormenorizado análisis de las
problemáticas, los desafíos y el futuro de los instrumentos internacionales surgidos de
la Conferencia.
Lamentablemente, por motivos de agenda me resulta imposible
estar presente en el panel de cierre. Sin embargo, no quería dejar de enviar mis saludos,
acompañados de estas breves palabras.
Quisiera recordar a Tobias Carel Asser, principal gestor del
nacimiento de la Conferencia de la Haya, la que tuvo lugar por primera vez en el año
1893, cuyo objetivo fue el de codificar el Derecho Internacional Privado a nivel
internacional y que fue también el inspirador para que la iniciativa se replicara en
nuestro continente americano, cuando se decidió aprobar, en el marco del Congreso de
Jurisconsultos Americanos, el Convenio de Lima de 1878, que es considerado el primer
Tratado Multilateral General que estableció normas uniformes de Derecho Internacional
Privado en nuestra región.

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El Dr. Asser, presidente de aquella recordada primera Conferencia,
es frecuentemente citado por los expertos del derecho internacional privado, como un
hombre pragmático y directo a la hora de instrumentar sus innumerables iniciativas y
acciones tendientes a lograr una codificación internacional que fuera completa en
atención a las temáticas abordadas y de carácter universal en lo que respecta a los
Estados Participantes. Lo destacable de esta noble y enorme tarea del Dr. Asser fue su
pragmatismo y simplicidad al momento de delinear un sistema jurídico tan ambicioso
que logró una armonización casi inimaginable de las normas de Derecho Internacional
Privado en los países de la comunidad internacional. Y subrayo estas dos virtudes, la
del pragmatismo y la simplicidad, ya que considero que debieran ser los ejes para darle
fluidez al trabajo de nuestras instancias locales, responsables de la asimilación de la
legislación de los convenios internacionales en nuestro plexo jurídico.
En lo que a la tarea legislativa respecta, es necesario procurar un
mejoramiento en los procesos de incorporación, a los que deberíamos dotar de tiempos
adecuados y efectivos al momento del tratamiento de la incorporación normativa, a fin
de no tornar ilusorio el objetivo por el cual fueron creados.
La preservación de los derechos del individuo, más allá de la que
le pueda brindar su propia legislación local, se torna impotente si los estamentos
responsables de los Estados no coordinan sus esfuerzos en la tarea de incorporar
fluidamente las normativas internacionales en su legislación interna, dado que las
dimensiones extraterritoriales que pueden alcanzar las numerosas problemáticas que
enfrenta el Derecho Internacional Privado, tales como la protección de la niñez y de los
derechos familiares, el comercio internacional, la obtención de pruebas en el extranjero,
el acceso a la justicia, etc., dificultan la protección de los sujetos de derecho
internacional privado.
En el caso de la Argentina, si bien es uno de los países signatarios
de la Conferencia de la Haya, es necesario reconocer que existen demoras en la
aprobación interna de los cuerpos normativos internacionales, como es el caso de
Convenio de 23 de noviembre de 2007 sobre Cobro Internacional de Alimentos para los
Niños y otros Miembros de la Familia, el Convenio del 19 de octubre de 1996 Relativo
a la Competencia, la Ley Aplicable, el Reconocimiento, la Ejecución y la Cooperación

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en materia de Responsabilidad Parental y de Medidas de Protección de los Niños y el
Anteproyecto de Ley de Procedimiento sobre el Convenio de Sustracción de Niños. Las
temáticas abordadas por estos Convenios, como es el caso de la protección de la niñez
en todos sus aspectos, es particularmente sensible para mí como legisladora, dado que
dedicó gran parte del tiempo de mi labor parlamentaria en abordar estrategias que velen
por la protección de los derechos de los niños, consciente del indelegable rol que los
miembros del Congreso de la Nación tenemos en dicha materia, sin dejar de reconocer
que queda todavía un largo camino por recorrer.
Dicha preocupación que comparto debe apuntar a dotar de un
enfoque abarcador a la protección de los derechos del niño y en tal sentido creo
firmemente que la protección jurídica debe ser instrumentada desde el momento de la
concepción, tal cual hemos venido manifestando en diferentes ocasiones y
oportunidades, no solo en el ámbito local sino en el internacional. La no aprobación del
proyecto de interrupción voluntaria del embarazo por parte del Congreso Argentino
demuestra que no ha tenido consenso porque no refleja el sentir argentino de defensa
de las dos vidas. Este resultado nos obliga a redoblar esfuerzos para reconocer que
existe un problema y que es necesario mejorar la legislación, articulando políticas de
educación sexual integral y de protección de la mujer embarazada, como también del
niño por nacer, respetando las disposiciones de la Constitución Nacional y de los Pactos
y Tratados Internacionales. La Argentina debe analizar este resultado como una
oportunidad para darnos cuenta que estamos ante una posibilidad de posicionamiento
fuerte de una nueva concepción de los derechos humanos y coliderar una corriente
humanista que permita difundir estas posturas pro vida en la comunidad internacional.
Otra de las iniciativas de protección a la niñez que he sido impulsora
desde mi rol como legisladora es la creación de un Tribunal Internacional de Derechos
del Niño. La falta de una instancia internacional que permita proteger los derechos de la
niñez de manera integral, con la colaboración y el compromiso de los estados que
integren el mencionado mecanismo debilita el esfuerzo que estamos haciendo desde
todas las instituciones, sean públicas o privadas, para la protección de los derechos del
niño. Es por ello que invito a reflexionar sobre dicha propuesta de creación del Tribunal,
y este foro es un ámbito ideal para debatir esta posibilidad, dado que, sin lugar a dudas,

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Diputada Nacional
Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto
Presidente del Grupo Parlamentario de Amistad con Alemania
apoyar el funcionamiento de una instancia jurídica internacional contribuirá a resolver
situaciones de vulnerabilidad e indefensión de los niños.
Por último, aprovecho esta oportunidad para renovar mi
compromiso con el espíritu que tuvieran los padres fundadores de la Conferencia de la
Haya, intentando, desde mi lugar, realizar todos los esfuerzos que estén a mi alcance
para dotar de fluidez y celeridad a la incorporación de los Convenios de la Haya que
requieran de la intervención del Congreso de la Nación Argentina.
Deseando poder encontrarlos prontamente, les envío una vez más
mis felicitaciones por el desarrollo de esta celebración y los saludo muy afectuosamente,