Primera huelga general

LA LUCHA POR LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA
El régimen franquista, surgido de la guerra civil, elimina toda representación de
los trabajadores y las centrales sindicales históricas CNT y UGT desaparecen y
se reconstruyen, no sin tropiezos, en el exilio.
El objetivo confeso de los sublevados era la
aniquilación de los enemigos, por eso la
posguerra fue un período de persecución y
represión sistematizada e institucionalizada
que recayó en buena parte sobre la clase
obrera. Las leyes que va configurando el
régimen político establecen la prohibición de
partidos y sindicatos, estableciendo un
partido único FET y de las JONS y un
sindicato único, CNS, de afiliación obligatoria
donde la patronal y los trabajadores están
obligados a convivir. Esto conlleva que los
trabajadores no gocen de ningún derecho
sindical o laboral como la negociación
colectiva, el derecho de libre afiliación,
derecho de asociación, de reunión o de huelga.
El régimen mantendrá las esencias a lo largo
de su existencia pero demostrará una gran
capacidad de adaptación a la coyuntura
internacional política y económica. Así, a
finales de la década de los años cincuenta y
principios de los años sesenta, se publicarán
una serie de leyes que promoverán un
desarrollo económico que transformará
profundamente el país, pero que a la vez
provocará grandes desequilibrios. En
Cataluña, estos cambios significarán
intensificar la industrialización expandiendo
hacia nuevos sectores como el químico y el
metalúrgico, que necesitan gran cantidad de
mano de obra. Esta es la razón por la que
Cataluña se convierte en un gran polo de
atracción de población una buena parte de la
cual se establece el Baix Llobregat.

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El día que se consolidó el 'cinturón rojo'
Una mañana del año 1974, a la hora de entrada en las fábricas, un coche
oscuro recorre el barrio Almeda de Cornellà, donde se encontraban la Pirelli,
Laforsa, Fama y Clausor, después la zona de Siemens, Elsa, Plásmica y
sigue hacia la Corbero en Esplugues. Viaja despacio. Le sigue un vehículo
camuflado de la policía político-social. En el coche oscuro viaja de incognito
José García Hernández, Vicepresidente Primero del Gobierno y Ministro de la
Gobernación de Arias Navarro. Así lo narro Josep María Ferrer Penadés,
alcalde de Cornellà y más tarde subgobernador de Barcelona. Era el año 1974
y ya se hablaba desde hacía tiempo del “cinturón rojo” de Barcelona, del Baix
Llobregat. El responsable de la seguridad del Régimen franquista quería
conocer el territorio y viajo desde Madrid para inspeccionarlo personalmente.
Tal vez ese coche oscuro llegara a cruzarse con el que, en plena huelga
general y en una situación muy difícil llevaba a Cornellà al entonces clandestino
secretario general del PSUC. Gregorio López Raimundo que acudía a
orientar y escuchar a los dirigentes comunistas locales en un piso del barrio de
las Gavarres o a un taller de confección de Sant Joan Despí. Muchos militantes
obreros lo conocieron aquel día y quedaron impresionados al encontrarse en
aquella reunión clandestina ante aquel personaje mítico de la resistencia
democrática. Según contaría el propio Gregorio tiempo después, aquel día
salió con tiempo de su escondite en Barcelona y recorrió, sin bajar del coche
que lo llevaba, el escenario de las fábricas donde se había iniciado la huelga
general del 74 y los barrios de la parte baja de Cornellà.
Manuel campo Vidal

EL CINTURÓN ROJO
LOS INICIOS DEL MOVIMIENTO OBRERO EN EL BAIX LLOBREGAT
En la década de 1950 la población de la comarca aumenta un 61% y en la
década siguiente, un 126%. Algunas ciudades, como Cornellà, aumentarán
entre 1960 y 1970 un 212%. Este aumento de población de la comarca se debe
a que entre 1964 y 1974 se crearon 216 nuevas industrias, la mayoría del
sector del metal y de la química.
El gran crecimiento económico de la década de los sesenta tuvo un enorme
coste social. Para obtener un salario digno había que hacer muchas horas
extras, lo que significaba una jornada de entre 10 y 12 horas diarias. Las
condiciones de trabajo a menudo eran penosas, sin garantías de salubridad y
seguridad, lo que conllevó un aumento de accidentes laborales y enfermedades
profesionales. A las duras condiciones de trabajo, se tenían que añadir las
deficiencias del barrio, de las viviendas, de la escolarización de los hijos, la
falta de sanidad, es decir, la vida cotidiana de las clases populares estaba llena
de dificultades.
Las condiciones de vida y de trabajo produjeron estallidos puntuales de
conflictividad sin continuidad debido a la política represora del régimen. A partir
de la ley de convenios colectivos de 1958 se fue abriendo paso la idea de
participar en las estructuras del régimen para conseguir alguna mejora. Así es
como católicos y comunistas coincidieron en la estrategia de entrar en las
estructuras básicas del sindicato vertical: es el llamado entrismo. Esta dinámica
conlleva que, a través de una labor paciente y continuada, se lograra poner en
pie un movimiento sociopolítico que se conoció con el nombre de Comisiones
Obreras. Los primeros pasos de este movimiento se dieron en Barcelona,
concretamente en la fábrica Montesa de Esplugues de Llobregat, donde
trabajadores de diferente procedencia ideológica socialistas, comunistas y
católicos y de origen -inmigrantes y autóctonos- coinciden en hacer un
encuentro fuera de toda consigna política para resolver los problemas que

afectaban a la clase obrera. Desde las primeras reuniones en la parroquia de
San Miguel de Cornellà se pasó a la asamblea fundacional de CC. OO en la
parroquia de Sant Medir del barrio de Sants de Barcelona en noviembre de
1964. La represión detuvo de raíz esta articulación incipiente del nuevo
movimiento obrero.
El movimiento obrero en la comarca tenía una capacidad de organización y
movilización que tuvo algunos antecedentes importantes, como la huelga de la
Siemens de 1962, que se convirtió en un referente casi mítico de la lucha
obrera. (1)
En la segunda decena del mes de septiembre, los trabajadores de la Siemens
reclamaron un salario mínimo vital de 160 pesetas, por 8 horas de trabajo. Tal
reclamación no es nueva ni única. Aumentos de salarios vienen exigiéndolos
los trabajadores de muchas otras empresas del país. Lo que diferencia la
acción de la Siemens es la forma de organizarla y desarrollarla. Pueden citarse
centenares de ejemplos de grandes empresas en las que los obreros de uno de
sus talleres reclamaron aumento de salario y acompañaron su petición con
paros parciales o disminuyendo el ritmo de la producción, etc., pero limitando la
acción a los obreros del taller o sección, aislados de los otros talleres. Y no
porque los de los otros talleres no sintiesen la misma necesidad de aumento de
salarios, ni porque, en muchos casos, no estuviesen animados para la lucha La
acción no se generalizaba por falta de iniciativa, de una comisión, y a veces de
una persona prestigiosa, que les invitara y les ayudara a vencer las
vacilaciones, si existían, y decidirlos a la lucha Creemos que circunstancias
como la descrita se han dado en estos años en la inmensa mayoría de las
grandes empresas
En la Siemens — y ésta es una de las experiencias que queremos destacar —
no ha ocurrido así La iniciativa de petición de aumento de salario partió,
naturalmente, de los obreros de uno de los talleres. El paro también se inició en
este mismo taller, pero en los otros, como por ejemplo los de fundición,
transformadores, etc., existían vacilaciones que ponían en peligro la lucha
emprendida. Esta debía ser llevada a cabo por todos los obreros de la empresa
¿Y cómo conseguir incorporar a la lucha a los vacilantes e imprimirles un
espíritu combativo y vencer la presión de los ingenieros y jefes de talleres, etc?
Aleccionados por experiencias negativas; anteriores, los obreros, en su
mayoría mujeres, decidieron invadir en masa las otras secciones e invitar a sus
compañeros a secundar el paro, respondiendo así a la negativa de la empresa
a acceder a la petición formulada y contra los despidos que, para intimidar a los
obreros, había ordenado.

EL CINTURÓN ROJO
Las vacilaciones fueren vencidas. Los ingenieros y jefes que intentaron impedir
el paso, de los obreros hacia las otras secciones, fueron arrollados. La unidad
de acción se hizo y el paro fue unánime.
Como represalia, las autoridades ordenaron el cierre de la fábrica. Los obreros
respondieron al lock-out oficial llevando la, lucha a la calle, organizando una
manifestación y denunciando con pancartas las medidas arbitrarias de las
autoridades y de la empresa. La lucha se amplió. El pueblo, en solidaridad con
los huelguistas, se incorporó a la acción. Las calles y la iglesia de Cornellà
fueron escenario de una violenta y valiente lucha de los obreros contra la
policía que atacó brutalmente a los manifestantes para disolverlos. Hubo palos,
pedradas y heridos (entre ellos un párroco) por ambas partes.
Al manifestarse en las calles y resistir, activamente los ataques de la fuerza
pública, los trabajadores de la Siemens han dicho con la elocuencia de su
acción que las tradiciones combativas de los obreros españoles no han muerto,
pese al régimen de dictadura del general Franco
Aquella huelga del 62 estaba en la memoria de los obreros más conscientes y
sirvió de estímulo a la hora de plantear las propias reivindicaciones.
En 1965, se constituyeron las CC.OO. del Baix Llobregat en la Iglesia de Sant
Jaume de barrio de Almeda de Cornellà, en donde unas amplias vanguardias
de trabajadores prepararon las candidaturas unitarias que triunfaron en
innumerables empresas y en todas las Uniones de Técnicos y Trabajadores. A
diferencia de otras convocatorias de elecciones sindicales la participación fue
de un 90 % del censo laboral y con ello fueron barridos todos los enlaces y
jurados que eran elegidos por la patronal y los jerarcas falangistas del sindicato
vertical.
Las elecciones sindicales de 1966 se vieron como una oportunidad de retomar
el camino que se había estancado y, a diferencia de otras ocasiones, la
participación fue alta y un gran número de trabajadores se presentaron o bien
clandestinamente dentro del movimiento de CC. OO o bien espoleados por sus
propios compañeros que buscaban algún tipo de representación. El encuentro
de todos ellos dentro del sindicato vertical fue el verdadero arranque del
movimiento obrero para oponerse frontalmente al régimen franquista y a los
empresarios que gozaban de su protección.
El resultado de las elecciones sindicales no solo representó el aislamiento de
los jerarcas verticales de la comarca, también que el nuevo movimiento obrero
empezaba una ofensiva sobre los espacios legales imponiendo su presencia y
su estilo de acción democrática y con ello se iniciaba un proceso de abandono
de la clandestinidad a través de la presencia pública del cargo sindical. Ello

permitió articular y abordar la negociación colectiva, la lucha reivindicativa y la
solidaridad.
En realidad, puede afirmarse que nunca se profesó una vocación de
clandestinidad, porque desde esta era totalmente imposible la relación con los
trabajadores y por ello se inició el asalto y conquista de la CNS, a través de la
representación sindical, obtenida en las elecciones sindicales de septiembre de
1966.
De todos modos, para que los conflictos no se
conviertan en fenómenos aislados y consigan
resultados, hay una articulación que se va haciendo
realidad con la cooperación de personalidades como
Juan García Nieto, que se instala en Cornellà con
la idea de trabajar codo a codo con los más
desfavorecidos. Las primeras reuniones del
movimiento las podemos hallar en la propia casa de
Juan García Nieto y también a los locales de la
parroquia de San Jaime de Almeda, cedidos por
rector Oleguer Bellavista. El encuentro entre los
trabajadores y algunos sectores de la Iglesia
comprometidos es una constante en esta época y
sin la ayuda de algunas parroquias no se puede entender ni el movimiento
obrero ni la lucha antifranquista en la comarca.
La progresiva articulación del movimiento obrero hace que, a pesar de la fuerte
represión, haya conflictos importantes que consiguen resultados notables.
En el Baix Llobregat, el 22 de abril de 1967, después de dos años de reuniones
en la Iglesia de Almeda de Cornellà, la BPS (Brigada Político Social) detiene a
42 personas, no sólo al salir de la reunión de la iglesia, sino también en los
bares de los alrededores. Después de efectuar una selección pone a
disposición del TOP a 16 miembros de CC. OO, entre los que figuraban cuatro
miembros de la coordinadora del Baix Llobregat. Ante los paros solidarios de
los trabajadores de Siemens, Pirelli Moltex, Plásmica, Cerdans y otras
empresas consiguen la libertad provisional, después de las 72 horas
reglamentarias, el 25 de abril de 1967.
La reunión convocada por la coordinadora trató de las acciones por desarrollar
el 30 de abril y de la celebración del Primero de Mayo en el campo de la
Fontsanta de Sant Joan Despí, (ver anexo nº 10, informe de la Dirección
General de la Guardia Civil nº 1474 de fecha 10 de abril de 1967; en el mismo
se refleja la imposibilidad de los agentes para infiltrarse en nuestras reuniones
en la Iglesia de Almeda).

EL CINTURÓN ROJO
Para la defensa jurídica ante el TOP intervinieron los abogados siguientes:
Albert Fina, Montserrat Avilés, Gil Matamala, Soler Barberà, Miguel Roca,
Joan Ignasi Roca, Manuela Carmena, Joan Gay, Luis Avilés, Avelina
Rocosa y Francisco Fortuny.
Al juicio ante el TOP celebrado en Madrid se
desplazaron numerosos trabajadores. Como testigo
a favor de los trabajadores actuó mosén Oleguer
Bellavista, cura párroco de la Iglesia de Almeda.
Después de su testimonio seguro que tuvo que ser
asistido en confesión para expiar como penitencia
cuanto dijo ante el tribunal a favor de los
encartados.
¡A Dios rogando y con el mazo dando! Tras la
denegación del recurso presentado por los
abogados, los acusados ingresaron para cumplir
una condena de entre tres y seis meses en la
cárcel Modelo de Barcelona, entre el año 1969 y 1970. Durante la permanencia
en prisión la solidaridad moral y económica de los trabajadores no les faltó. A
sus familiares se les hacía llegar una semanada de dos mil pesetas. Se recogía
dinero de una forma abierta en las empresas y en el propio sindicato vertical, y
después se reflejaba en las hojas informativas de las CC. OO del Baix
Llobregat. Se recolectaron 800.000 pesetas. La solidaridad económica y
combativa del movimiento obrero de nuestra comarca ha sido otro de los
rasgos más característicos.
Es cierto que el Baix Llobregat hemos tenido y seguimos teniendo un
determinado carácter comarcalista, pero también es cierto que nuestra
aportación solidaria con el resto de la clase obrera de Catalunya y España ha
estado presente, a veces de manera destacada, en los momentos de más
trascendencia y conflictividad.
Un mes antes de las detenciones en la Iglesia de Almeda, en marzo de 1967,
se produce el primer acto solidario con la lucha que venían desarrollando los
trabajadores de laminación de bandas en frío de Echevarry (Vizcaya) y los de
Hispano Olivetti en Barcelona. Diez empresas de la comarca (Soler Almirall,
Siemens, Rockwell Cerdans, Pirelli Moltex, Faura, Matacás, Serra,
Fundiciones Lara, Metron y Corberó) recaudaron 60.000 pesetas. 30.000
pesetas se entregaron a una representación del jurado de empresa de Hispano
Olivetti. Los 30.000 restantes se donaron a los trabajadores de Vizcaya, a
través de Rafael Cruz, jurado de empresa de Olivetti que se encontraba
despedido.

Con la sentencia del Tribunal Supremo declarando ilegales a las CC.OO, el
gobierno, la BPS y los jerarcas sindicales iniciaron un proceso de detenciones,
encarcelamientos y destituciones sindicales. Se trataba de contrarrestar el
resultado de las elecciones de 1966. La permisibilidad o tolerancia había
finalizado.
En marzo de 1967 en el Baix Llobregat se recogieron miles de firmas en un
documento que fue entregado al fascista delegado provincial de sindicatos. En
el mismo se exigía la inmediata libertad de todos los detenidos, la exigencia de
readmisión de todos los despedidos y la paralización de las múltiples
destituciones que se venían produciendo. El documento también contemplaba
que la BPS no interviniese en los asuntos laborales.
Las detenciones de la Iglesia de Almeda representaron un serio revés para las
CC.OO del Baix Llobregat. Por ello, cuando se trataba de llevar a cabo
reuniones o asambleas de militantes, el marco obligado era el campo, aunque
casi siempre hostigados por la Guardia Civil. La Fontsanta de Sant Joan Despí,
El Papiol, Torrelles o Gavà se convirtieron en la nueva escuela de militancia
obrera para todos aquellos que se arriesgaban a participar en las asambleas.
Ello nos obligó a reivindicar con más fuerza la exigencia del derecho de reunión
en el interior de la CNS, y a concienciar y coordinar con más fuerzas a los
centenares de representantes sindicales elegidos en 1966
En mayo de 1969 ingresaron en la cárcel Modelo de Barcelona 13 de los 16
detenidos en la Iglesia de Almeda de Cornellà en abril de 1967. Entre ellos se
encontraban tres destacados dirigentes de la coordinadora de CCOO del Baix
Llobregat pertenecientes a las empresas Siemens, Pirelli Moltex y Tuperin.
Todas estas circunstancias determinan un repliegue del movimiento obrero de
la comarca, y que se extremaran aún más las medidas de seguridad. Esta
prudencia permitió que durante el estado de excepción la represión no afectase
a la comarca. (5)
Si la huelga de los trabajadores de Siemens de septiembre de 1962, en
Cornellà, representó el despertar del nuevo movimiento obrero de la comarca,
con el consiguiente coste de 42 despedidos, la lucha de los 600 trabajadores
de la Rockwell-Cerdans de Gava entre 1967-1968, en la defensa de sus
puestos de trabajo, represento un laboratorio de experimentación de cómo
aplicar en la práctica la utilización de las posibilidades legales, que marcaría el
proceso a seguir por el movimiento obrero de la comarca. (2)

EL CINTURÓN ROJO
La Rockwell-Cerdans de Gavá consiguió paliar los efectos del expediente de
crisis con una movilización sin precedentes: paros, ocupación de la fábrica,
solidaridad de otras empresas, intervención del Abad de Montserrat, un
despliegue de actividad insólita. Este conflicto y otros mostraban, al final de la
década del sesenta, que se había iniciado con solidez la articulación de un
movimiento obrero que ya no tenía marcha atrás. Pese a los tropiezos y
dificultades, en Barcelona estaba demostrando un dinamismo que obtuvo sus
frutos en la década siguiente.
Los años setenta representaron un salto cualitativo en la comarca. Así, en 1970
se produjeron conflictos en Laforsa, Pirelli, Elsa, Fama, Papelera, Corberó,
Tornillería Mata, Soler Almirall, Siemens y Matacàs. En 1971 hubo huelgas
en la Roca de Gavá, a Exin, Clausor, Siemens, Laforsa y Seda. En 1972, a
pesar de ser un año de reflujo por las medidas de represión emprendidas por el
régimen, en el Baix Llobregat se registraron conflictos en Tornillería Mata,
Faema, Laforsa, Solvay, Fenixbron, Clausor, Soler Almirall, Gallina
Blanca, Pianelli y Elsa. El año siguiente, con unas características similares, se
volvieron a producir conflictos en la Siemens, la Seda, Corberó, Tornillería
Mata, Papelera, Pirelli, Elsa y Solvay. En esta lista no están presentes
multitud de empresas de toda la comarca que tuvieron situaciones conflictivas,
pero las empresas mencionadas son aquellas donde hubo más número de
trabajadores en huelga y más número de días de conflicto. En los primeros
años de la década de los setenta, se veía con claridad la creciente subida del
movimiento obrero que hacía posible una acción generalizada que podría
conducir a la huelga general política, pero a la vez se observaba también que
había que superar las divisiones y tensiones internas que frenaban la
posibilidad de convertir CC.OO en un movimiento fuerte y articulado.
En el año 1974 es un año clave para el movimiento obrero del Baix Llobregat.
Las luchas de Elsa de Cornellà y de Solvay en Martorell, junto con la
negociación del convenio comarcal del metal, se convirtieron en los detonantes

de la primera huelga general de toda la comarca en el mes de julio. Poco
tiempo después, el mes de diciembre, se produjo otra huelga general en la
comarca, en este caso, en lucha por la carestía de la vida. Las dos huelgas
Generales confirman lo que ya era patente: en Barcelona se estaba
convirtiendo en la comarca referente del movimiento obrero de Cataluña con
unas características propias que la configuraban como un modelo a seguir.
La fuerza conseguida en las movilizaciones obreras se constata en la
presentación de las candidaturas unitarias y Democráticas a las elecciones
sindicales de 1975. Esa candidatura, expresión de la amplitud y pluralidad del
movimiento obrero, consiguió un éxito abrumador que conllevó la casi
ocupación del sindicato vertical de la comarca.
La Intersindical fue el organismo unitario para coordinar e impulsar la acción
sindical y política de los trabajadores. Esta capacidad de organización y
movilización tiene su punto culminante en una nueva huelga general en enero
de 1976, precedido de un conflicto de la empresa Laforsa de Cornellà.
El especial momento político por el que pasaba el país con la muerte del
dictador Franco, dotó esta huelga de una connotación política innegable. Los
líderes obreros de la Intersindical negociaron directamente con las autoridades
franquistas, lo que suponía que el régimen se sentía sobrepasado por la fuerza
de las acciones obreras. Poco tiempo después, la huelga de la Roca de Gavá

EL CINTURÓN ROJO
de principios de 1977 supuso un reto para las autoridades en un momento
político de incertidumbre, en que no quedaba claro todavía hacia dónde iba el
proceso de transición. Desde la práctica ocupación del sindicato vertical hasta
las amplias movilizaciones comarcales, pasando por incontables conflictos de
empresa y de ramo, la comarca se convirtió en un modelo de lucha y de
organización para otras comarcas catalanas.
Cuando nos referimos al liderazgo del movimiento obrero dentro de los
movimientos sociales y de la lucha antifranquista, estamos hablando de
hombres y mujeres que se encuentran en las fábricas y que buscan mejorar las
condiciones con las que les ha tocado vivir.
La fábrica es un espacio de socialización donde confluyen trabajadores de
diferentes orígenes que se enfrentan con los mismos problemas y que forman
una sola comunidad, sin distinción por razón de menguar o cualquier otra
consideración. La degradación de los barrios y la falta de servicios hacen que
la experiencia del movimiento obrero germine en otros ámbitos. Los militantes

despliegan una gran actividad formando parte de varios movimientos, como las
asociaciones de vecinos, las escuelas de padres y madres, las asociaciones
juveniles o de carácter cultural.
Es decir, el movimiento obrero actuará, en muchas ocasiones, de referente y
dinamizador de las movilizaciones ciudadanas. Asimismo, la lucha del
movimiento obrero procurará a la población, autóctona o venida de todo, un
sentimiento de pertenencia a una comarca que en poco tiempo había sufrido
una gran transformación. (1)
El Baix Llobregat fue la zona del Estado Español que con mayor inteligencia
aprovecho las posibilidades legales y estas hicieron posible la convocatoria,
desde el mismo sindicato fascista, de las tres huelgas generales entre 1974 y
1976.
La primera huelga general del Baix Llobregat, en julio de 1974 por el convenio
comarcal del metal y la lucha de los trabajadores de Elsa y Solvay, cambió
muchas cosas y actitudes de personas y colectivos. El contenido reivindicativo
y político de la huelga fue la más clara exigencia del derecho de reunión y
asamblea, del derecho de huelga y de lo que debía ser un auténtico sindicato
de clase. La huelga general afectó durante siete días, a 30.000 trabajadores de
unas 300 empresas. Más de 3000 policías y guardias civiles fueron trasladados
a Cornellà desde diversos puntos de España. La actitud intransigente de la
patronal trajo como consecuencia que se perdieran más de dos millones de
horas de trabajo y que toda la población se sumase a la huelga con el cierre de
1000 establecimientos. La huelga terminó con la victoria del movimiento obrero
del Baix Llobregat. Fueron readmitidos todos los despedidos y puestos en
libertad los detenidos. El convenio comarcal del metal se firmó con importantes
mejoras económicas y una reducción sensible de la jornada laboral. (2)
Desde un punto de vista político, a menudo se dice que la transición fue
producto de la decisión de las élites políticas que decidieron que la democracia
era de interés para España. Contrariamente a esto, el estudio del movimiento
obrero en general, y en particular el de Barcelona, demuestra claramente que
en esta tesis hay un olvido, estudiadamente querido, de la fuerza y la presencia
del movimiento obrero en el contexto histórico en que se inicia la transición. Sin
esta tarea no se puede comprender la movilización sindical y social del fin del
franquismo de la que Barcelona fue, en buena parte, responsable, que muestra

EL CINTURÓN ROJO
claramente a los sectores recalcitrantes del régimen que no había futuro fuera
de la democracia. (1)
PRIMERA HUELGA GENERAL
El día que se consolidó el 'Cinturón Rojo'
El Cinturón Rojo formado alrededor de Barcelona por las comarcas más
industriales, consolidó su nombre, a principios de julio de 1974. Los conflictos
laborales latentes, agravados por el crecimiento de la inmigración, el
hacinamiento y las relaciones sindicales y políticas de los momentos de
descomposición del franquismo, se concretaron en una huelga general. Las
movilizaciones, puntuales primero, se extendieron rápidamente a toda la
comarca del Baix Llobregat. Hoy la historia explica ya aquel acontecimiento
como pieza clave para el movimiento obrero español reciente. Treinta mil
trabajadores y alrededor de 400 empresas fueron a la huelga en solidaridad
con unos despedidos de las empresas Elsa y Solvay y en reivindicación del
convenio comarcal siderometalúrgico. La vieja estructura del sindicalismo
vertical sirvió a los dirigentes obreros como marco de la convocatoria.
La censura de la época trastocó el nombre de la huelga general del Baix
Llobregat, iniciada el 4 de julio de 1974, y la convirtió en "paros generalizados",
el eufemismo forzoso entonces para los medios de comunicación. La comarca,
que en esa época tenía ya 500.000 habitantes, había recibido durante los años
cincuenta y sesenta una gran corriente de inmigrantes en medio de un
crecimiento urbanístico especulativo y sin planificación, no acompañado por los
servicios y equipamientos necesarios. Este contexto favoreció el desarrollo de
un movimiento obrero reivindicativo. Hay que tener en cuenta que el mercado
de trabajo español de 1974 ofrecía un índice de desempleo de sólo un 1,24%.
El origen de la huelga fue la negociación del convenio colectivo en Elsa y en
Solvay. Las direcciones ofrecían aumentos salariales mínimos. En Elsa se
proponían, además, unos cambios de turno y de condiciones de trabajo que los
trabajadores no aceptaban. Tras unos paros iniciales de protesta, la dirección
de Elsa despidió a dos dirigentes: Carles Navales y Pepe Martínez. Estos
despidos provocaron reacciones de solidaridad, lo que se tradujo en el despido
de la totalidad de los 700 integrantes de la plantilla. En Solvay, en un proceso
parecido, los despedidos fueron 64 y el resto de la plantilla fue sancionada.
El conflicto coincidió con la negociación del convenio comarcal del Metal, a
cuya concreción se negaban los empresarios. Este hecho permitió que las
zonas norte y sur del Baix Llobregat tuvieran un punto de referencia y una
sensibilidad común por el tema.

La convocatoria de huelga general llegó dentro de un proceso en el que
confluían la inquietud del movimiento obrero y una creciente concienciación
ciudadana en casi toda Cataluña. La popularidad de los trabajadores
represaliados, por ejemplo, alcanzó tal punto que la policía intentaba que por la
calle se quitaran las batas y monos azules para que no pudieran ser
identificados. Para neutralizar esta acción, las trabajadoras y las esposas de
los despedidos se colocaban las batas sin ninguna prenda debajo, por lo que,
cuentan ahora, "no se atrevían a desnudarnos en medio de la calle".
Esteban Cerdán, Pere Caldes, ¿, Carles Navales, Paco Ruiz, Antonio García, Juan Ramos
El movimiento obrero de la comarca tenía además conciencia de que algunos
sectores que hasta aquel momento habían sido utilizados por el régimen
estaban a favor de la democracia: una parte de la Prensa, una parte de la
Iglesia, algunos representantes del sindicato oficial, entre otros, entraron en
confluencia con la oposición democrática. A partir del sindicalismo unitario del
Baix Llobregat se fueron creando en todas las localidades de la comarca
asambleas democráticas y asociaciones de vecinos coordinadas con la
Asamblea de Catalunya, el organismo unitario que en aquel momento
coordinaba a toda la oposición.
En los locales del sindicato vertical en el Baix Llobregat, según recuerda uno de
los principales di rigentes de aquella huelga, Carles Navales, como resultado
del desgaste de la situación y por la infiltración sistemática, "se vivía un
sindicalismo casi en libertad, se consolidó el derecho a la huelga, el de reunión
y las colectas para cajas de resistencia, y esto dio pie a la creación de una
intersindical."
La huelga duró una semana y finalizó el 10 de julio con la aceptación patronal
del convenio comarcal y la aceptación de los empresarios de renegociar con
los trabajadores de Elsa y Solvay sus diferencias, manteniéndose los despidos
de Navales y Martínez en Elsa. Ambos fueron readmitidos tres años más
tarde, cuando se dictó la amnistía laboral.
Cargas policiales contra las numerosas manifestaciones callejeras, encierros
de solidaridad en las iglesias, cierres del comercio, inactividad escolar y en
gran parte de la industria, caracterizaron aquella huelga vivida en la primera
comarca industrial de Cataluña.

EL CINTURÓN ROJO
EL TRASFONDODE LA POLÉMICASINDICALEN UN CONFLICTO
QUE NOFUE ESPONTÁNEO.
La huelga -que no fue
espontánea- tuvo una
gran influencia en el
movimiento obrero del
Baix Llobregat y su
organización
clandestina. Fue motivo
de una fuerte polémica
entre las dos
organizaciones más,
fuertes de entonces:
CC.OO, controlada por
el Partit Socialista
Unificat (PSUC), y las
Comisiones de Barrio y
de Fábrica, controladas
por Bandera Roja
(BR). El PSUC contaba
con gran presencia en
algunas fábricas como Siemens y Laforsa, pero se encontraba alejado de las
formas de lucha sindical que impulsaban las nuevas comisiones. Mientras BR
defendía la extensión de la huelga "como una mancha de aceite" a través de
los piquetes de trabajadores de Elsa, el PSUC desconfiaba y temía que se
llegase a "una huelga desastre" que quemase lo conseguido hasta entonces en
el movimiento obrero comarcal. El secretario general del PSUC, Gregorio
López Raimundo, decantó la balanza y sus compañeros de Siemens,
encabezados por el líder sindical histórico Juan Ramos Camarero impulsaron
la huelga general, elemento que fue decisivo para generalizar la protesta.
Formalmente, la huelga general fue
convocada a través de la Unión de
Técnicos y Trabajadores (UTT) del
Metal, en una asamblea amplia de
delegados. Emilio García, secretario
general comarcal de CCOO, y Paco
Arias, trabajador de Pirelli y
destacado dirigente de cristianos por
el Socialismo, hicieron el llamamiento
formal a la huelga el 4 de julio,
después de haberlo acordado la víspera una comisión reducida de los tres
comités que actuaban en el conflicto: el de Elsa, que era el que marcaba el
tono del enfrentamiento, el de CC OO y Comisiones de Barrio y de Fábrica, y
un comité de personas cuyo protagonismo en la huelga fue fundamental. Entre
Manuel Campo, Ignasi Subirats, Gregorio López Raimundo
Antonio Gutiérrez, Juan Ramos
Emilio García Paco Arias

ellas se encontraban el escritor Ignasi Riera, el periodista Manuel Campo
Vidal.
Ignasi Subirats, Marta Farrés,
Pere Caldas, también participaron
activamente el desaparecido Alfons
Carles Comín, el jesuita Juan N.
García Nieto y Jordi Borja.
Un mes antes de la huelga, el 5 de
junio de 1974, Rodolfo Martín Villa
había tomado posesión como
gobernador civil de Barcelona.
Habían pasado sólo cuatro meses
del espíritu del 12 de febrero de
Arias Navarro y seis del asesinato
de Carrero. Franco, aquejado de flebitis, dejó de presidir el Consejo de
Ministros el día 10. Fue entonces cuando 170 trabajadores de Solvay se
encerraron en el monasterio de Montserrat para exigir una entrevista con
Martín Villa, quien finalmente la concedió. Al dirigirse al comité de huelga,
Martín Villa pronunció una frase para recordar: "Dejaos de historias. Ya sabéis
que yo procedo del sindicalismo, así que o desconvocáis la huelga o mando a
la fuerza pública". (3)
Joan Lloret Devesa
LA ESPAÑA DEL SETEÑTA Y CUATRO
Carles Navales
En 1974 la huelga de la Elsa. Fue un año difícil.
En diciembre del año anterior un atentado asesinó
al almirante Carrero Blanco, delfín de Franco
puesto por el dictador al frente de la jefatura de su
gobierno; hubo el proceso 1001 contra los líderes
de Comisiones Obreras; Carlos Arias Navarro,
antiguo alcalde de Madrid y antes ﬁscal del ejército
fascista -el carnicero de Málaga, le llamaban-, fue
nombrado presidente del gobierno; en marzo del
setenta y cuatro fue ejecutado Salvador Puig
Antich; el 25 de abril Portugal recuperó la libertad;
en verano se constituyó en París la Junta
Democrática con el objetivo de conseguir la
“ruptura democrática” con la dictadura y ese
mismo verano Franco cayó enfermo y dejó por
unas semanas la jefatura del Estado en manos del entonces Príncipe Juan
Carlos.
Juan N. García Nieto

EL CINTURÓN ROJO
Cornellà cambió
En nuestra ciudad todo estaba comenzando a cambiar. Tres grupos se
superponían en busca de lo mismo: El primero lo formaban los jóvenes que
actuaban desde la clandestinidad y que discrepaban de la moderación de sus
padres.
El segundo grupo era el de sus padres, que ya
desde el ﬁnal de la guerra civil se movían en la
ilegalidad. Unos y otros, padres e hĳos, eran la
gente de las fábricas: los padres en las comisiones
obreras de siempre y los hĳos, en otra
organización clandestina, que tenía por nombre el
de sectores de barrios y fábricas y que no era otra
cosa que las comisiones obreras de los jóvenes.
Y, el tercer grupo, los jóvenes que optaban por una
legalidad que ya era otra y pensaban que podía
seguir ensanchándose hasta que desplazara para
siempre la vejación de la dictadura. Los tres grupos
estaban juntos y separados. Juntos en las
reuniones para decidir cómo ir a lo mismo y
separados en los caminos que querían recorrer, los unos desde las octavillas y
las reuniones secretas, los otros desde la prensa y las entidades legales y una
mezcla de los unos y los otros desde ambos sitios a la vez.
En 1974 todo petó y del estrépito surgió la victoria: Cornellà cambió. La
actividad política petó: el PSUC temía que la larga huelga de Elsa acabara
quemándolo todo y se perdiera en un día el esfuerzo de treinta y cuatro años
de energía acumulada dos pasos adelante y uno atrás, como enseñó Lenin; la
ya desaparecida, pero entonces fuerte y aglutinante de la juventud clandestina,
la organización Bandera Roja, se dividió entre los socialdemócratas y los
ortodoxos y vivió su cisma. Al ﬁnal el paraguas estratégico del PSUC -muchos
años de saber- propició el encuentro de todos en aquel partido renovado, del
que saldría lo que después ha sido en la ciudad políticos y políticas.
En ese clima de división se produjo el momento más delicado, que lo viví a
media huelga. Los enlaces y jurados sindicales de Siemens pidieron una
reunión con los de Elsa en el sindicato vertical, que fue autorizada. Su
propuesta era que aceptara el despido para que así la huelga se acabara. A
cambio, me proponían ir a trabajar a la Cooperativa de Consumo de Cornellà.
Mi respuesta fue que no, a no ser que me lo pidieran mis compañeros de
trabajo. A la salida hablé con sus principales dirigentes, que militaban en el
PSUC y en CC.OO, e intenté hacerles ver que no debían temer por la evolución
de las cosas. Les expliqué que acababan de expulsarme de Bandera Roja por
mi moderación, y que el sector radical de la organización no tenía peso en la
toma de decisiones de los trabajadores de Elsa. Creo que esa conversación
actuó como un bálsamo, pues a los pocos días me pidieron si quería asistir a
una rueda de prensa, que CC.OO. organizaba ilegalmente, para informar a la

prensa de Barcelona sobre las luchas que había en aquellos momentos dĳe
que sí, y allí conocí a José Luís López Bulla, gran amigo. Decir que pensé:
“Con lo fácil que es reunir a los periodistas en el Patronat de Cornellà, como se
complican la vida estos de CC.OO. con tanta cita de seguridad para vernos con
la prensa”.
LA HUELGA
En 1974 la huelga. Los salarios de Elsa oscilaban entre las ocho mil y las once
mil pesetas al mes. En verano se trabajaba a más de cuarenta grados de
temperatura en algunas secciones.
Los convenios colectivos que se habían firmado eran bastante desfavorables
para los trabajadores. Todos estos factores configuran el clima que precede a
la huelga, que tiene su origen en las negociaciones del convenio colectivo de
1973 en el que la dirección de la empresa se cierra en banda ante las
peticiones obreras y sólo está dispuesta a conceder un aumento salarial si
determinadas secciones aceptan trabajar tres domingos al mes, en vez de dos,
como ya sucedía.
Tras tiras y aflojas y algún que otro paro laboral la Delegación de Trabajo
declara ilegal la pretensión de los empresarios, pero la dirección de Elsa sigue
en sus trece sin mover en un ápice su posición. Ante la disyuntiva y agotadas
las pocas vías de negociación que permitía el antiguo régimen los trabajadores
optamos por iniciar una huelga en defensa de nuestras reivindicaciones.

EL CINTURÓN ROJO
El diseño de la huelga recoge experiencias de luchas anteriores con el objetivo
de popularizarla entre todos los ciudadanos. Se acuerda ir todo el día con la
ropa de trabajo por las calles de la ciudad para provocar el comentario sobre la
lucha, como habían hecho antes los trabajadores de Clausor y Fama. Se opta
por hacer manifestaciones sin bajar de las aceras y sin ocupar la calle, para no
dar pie a la intervención inmediata de la policía franquista, lo que permite una
participación más amplia de trabajadores y que muchos ciudadanos se sumen
al cortejo, como ya habían hecho los compañeros de Tornillería Mata. Para
mantener la continuidad positiva de las asambleas y poder aportar cada día
algo nuevo se inician gestiones y entrevistas con todos los estamentos
oficiales, con la iglesia y con las entidades ciudadanas.
Los bares y demás lugares naturales de reunión también son un punto
obligado para la explicación del conflicto y la extensión de la solidaridad. La
constante presencia de los trabajadores de Elsa en todos los rincones de la
ciudad permitió un permanente estado de opinión sobre el conflicto y el
aumento de la simpatía ciudadana hacia nuestros objetivos. Se consiguió una
estética de legalidad. Se sustituyó la octavilla clandestina, sinónimo de misterio
y de oscuros autores, por la chaquetilla y la presencia a la luz pública, sinónimo
de legalidad y normalidad civil.
Así narran esa fase de la
lucha Ignasi Riera y José
Botella en su libro:
“Realmente, se produjo
una estética del conflicto.
Será difícil olvidar la
presencia tranquila y
constante, por las calles
de Cornellà, del grueso de
la plantilla de la empresa
vidriera. Sorprendía, de
entrada, la edad, ya
avanzada, de muchos de
los trabajadores. Con sus
chaquetillas azules -en donde aparecían grabadas unas letras rojas con el
nombre de la empresa- se brindaban a cualquier tipo de diálogo con la
población. Situados durante muchas horas en la calle del Instituto Nacional de
Enseñanza Media (actual Francesc Maciá) de Cornellà, junto a la Biblioteca y
Casa de Cultura, acompañados muchas veces por números de la policía
armada con los que acabaron conversando (con el consiguiente escándalo de
quien quiso ver en ello un extraño cambalache con las fuerzas armadas), se
entrevistaban con los alumnos del Instituto, con los trabajadores de la vecina
Siemens, para quienes resultaba obligada una visita diaria a los de Elsa, con
los trabajadores de Plásmica y de Fergat, con los hombres que iban al
sindicato a resolver algún asunto laboral. Cuando el horario laboral había
terminado, las chaquetillas de Elsa se desparramaban por la población. Había
bares -el llamado bar del Pino, por ejemplo- donde la “asamblea” de Elsa
continuaba hasta altas horas de la noche. Muchos bares sustituyeron el bote
Gracias por el bote Elsa. Cuando miembros de la Brigada político-social
preguntaron en alguno de esos establecimientos qué significaba aquello,

muchos dueños respondieron: recogemos dinero para Elsa, sin el menor
parpadeo. Porque “lo de Elsa” llegó a dar la sensación de que se inscribía en la
más perfecta normalidad, pertenecía al patrimonio colectivo del pueblo y estaba
muy alejado de lo clandestino. Ello popularizó, por supuesto, a los hombres de
Elsa: ser un trabajador de Elsa llegaba a constituir un orgullo ciudadano.”
La prensa legal fue decisiva. Apenas
hubo octavillas durante la huelga. Los
periódicos de Barcelona iniciaban una
tímida apertura, una nueva
generación de periodistas tomaba el
relevo a la vieja guardia. Quienes
ahora ocupan puestos clave eran
entonces simples redactores. Manuel
Campo, era el ideólogo mediático;
trabajaba como redactor en el diario
Tele/Exprés. Y entre los
corresponsales locales contábamos
con el hoy redactor de La Vanguardia,
Carles Esteban, entonces
corresponsal en Tele/Exprés, que se
convirtió en el cronista de la huelga, y
con Jordi Viñas en El Correo
Catalán, Jaume Funes en La
Vanguardia y con la complicidad de
periodistas de los demás medios
barceloneses.
Una reunión diaria en el Patronat
Cultural i Recreatiu daba pie al diseño
de las noticias. Para que siempre hubiera algo que publicar ingeniábamos una
novedad diaria, fuera una gestión con una autoridad, una entrevista con el
arzobispado o una nueva propuesta de negociación. La verdad es que los
trabajadores de Elsa dispusimos de un gabinete de imagen de auténtico lujo.
La Fiesta Mayor de Cornellà fue el elemento determinante de la popularización
de la lucha y de su plena aceptación ciudadana. Así se recoge en el citado
libro: “Los de Elsa consiguieron que el tiempo jugase a su favor. En este
sentido la Fiesta Mayor fue la identiﬁcación deﬁnitiva de los hombres de Elsa
con la población de Cornellà, hasta el punto que en los ejercicios escolares de
dos centros de Cornellà, en las redacciones y ejercicios sobre la Fiesta Mayor,
abundaron las chaquetillas azules con la palabra Elsa”.
En todo esto nos fue de gran ayuda Josep María Socías Humbert, entonces
Delegado Provincial de Sindicatos, que había comenzado su carrera como
abogado de los trabajadores en Cornellà, cuando la Organización Sindical
estaba ubicada en lo que hoy es el gimnasio municipal de Rubió i Ors.
A comienzos de la huelga convocó a los representantes de los trabajadores en
su despacho. Antes de iniciar la reunión hizo un aparte conmigo y fue al grano.

EL CINTURÓN ROJO
Me preguntó que pensaba hacer, si aceptar una fuerte indemnización por mi
despido o continuar hasta el final de la huelga aún a riesgo de quedarme en la
calle y sin un duro. Él sabía que días antes el delegado comarcal de sindicatos
me había hecho saber que la dirección de Elsa estaba dispuesta a hablar de
indemnizarme para que aceptara mi despido partiendo de dos millones de
pesetas (el equivalente actual serían unos veinte millones), que podían subir a
cifras más altas. Mi respuesta fue clara. Le dĳe que nunca aceptaría una
indemnización, que mi compromiso era con la causa de mis compañeros de
trabajo y nada más. Aproveché para hacerle saber que mi posición política no
era la de quemarlo todo y que el momento de descomposición que vivía el
Régimen debía vehicularse hacia la democracia aceptando el liderazgo del
Príncipe Juan Carlos cuando fuera Rey. Creo que esa afirmación fue definitiva
para generar confianza, pues él me contestó que su referente político europeo
era Willy Brandt, pero que la información que sobre mí le habían dado me
situaba en una organización política que apostaba por radicalizar la huelga con
peligro de enfrentamientos violentos. Le dĳe que yo me consideraba
socialdemócrata, como Willy Brandt, aunque en Cornellà también habían otros
ambientes políticos.
Como puede suponerse no quise desvelarle los enfrentamientos que existían
dentro de Bandera Roja entre la corriente socialdemócrata y la ortodoxa, que
me costó la expulsión de esa organización por mi posición durante la huelga.
Llegados a este punto todo fue bien y convinimos un marco para el desarrollo
de la huelga que era el siguiente: manifestaciones sí, pero por las aceras y sin
banderas rojas; asambleas legales en el sindicato, siempre que sólo asistieran
representantes sindicales y pudiera estar presente el delegado de la
organización sindical; recogida de dinero también, si quien lo hacía era el
presidente de la Unión de Técnicos y Trabajadores (nombre que recibía el
gremio de trabajadores). La verdad es que de aquel encuentro nació una larga
amistad.
Al salir de su despacho sentí una gran responsabilidad, pues no podía
explicarlo todo. Pero lo cierto es que no necesitaba explicar nada, pues el
marco que acabábamos de convenir era el que ya estaba viviendo la ciudad.
Era más su confirmación de la aceptación de lo que hacíamos que un acuerdo
hilvanado en aquel acto. Llegué a la conclusión de que lo único que había
sucedido era que, sin quererlo, me había convertido en el interlocutor de
nuestra realidad ciudadana, a la que habíamos llegado gracias a todas las
luchas anteriores y a la experiencia y moderación de quienes nos antecedieron.
Josep María Socías fue consecuente, incluso en medio de la huelga general
vino a Cornellà sin escolta a reunirse con todos los trabajadores de Elsa y
escuchar respetuosamente el parecer de la asamblea. Fue un momento
cargado de emoción y cuando en febrero de 1976 los Reyes de España
vinieron a Cornellà llamó para proponer que una delegación de trabajadores se
reuniera Su Majestad en el ayuntamiento y expusieran su opinión sobre el
momento que vivía el país. Su iniciativa fue yugulada por quienes se oponían al
cambio. Años después fue para mí un honor llevar al Palacio de la Zarzuela la
carta del alcalde José Montilla solicitando que el Rey aceptara la presidencia

de honor del milenario de Cornellà. Mientras marchaba del Palacio de la
Zarzuela pensaba que ya se había hecho justicia y que aquel Cornellà real que
no quisieron que conociera el Rey ya era el Cornellà legal y democrático que
nadie podría parar. Pocas semanas después en el Palacio de Oriente el Rey
recibió, en audiencia, al consistorio en pleno.
Lo cierto es que la actitud de Josep María
Socias contrastaba con la de otros sectores del
sistema, como fue el caso del entonces alcalde
de Cornellà, que durante la huelga llegó a
boicotear la misa de Fiesta Mayor, porque en la
iglesia había trabajadores de la Elsa. Fue ese
un momento delicado, pero la dignidad de
mosén Jaume Rafanell se impuso y comunicó
a aquel alcalde que la iglesia no cerraría las
puertas a nadie.
Sin mosén Jaume Rafanell la huelga hubiera
sido otra cosa. Jugó un gran papel para
conseguir que la solidaridad fuera un elemento
común en la ciudad y continuó durante los años
siguientes con su compromiso radicalmente
moderado en defensa de la libertad. Cornellà nunca podrá agradecerle lo que
hizo. Gregorio López Raimundo, el tan mítico como real líder del PSUC de
entonces, decía en un informe de 1974: “En Cornellà y otros pueblos del Bajo
Llobregat, los obreros en huelga recorrieron las calles en manifestación, y los
cafés, comercios, bancos y otros establecimientos cerraron sus puertas en
señal de apoyo a los huelguistas. En las iglesias se leyó la declaración de la
vicaría episcopal de la zona sur de Barcelona de apoyo a la huelga y se colectó
ayuda para los huelguistas”. ´
“Los dirigentes obreros de Elsa -continúa López
Raimundo- discutieron con el delegado comarcal y
el delegado provincial de sindicatos; con el
gobernador civil de Barcelona y con las autoridades
locales, lo que supuso la consagración en la práctica
del derecho de huelga y un desarrollo de las vías y
formas de negociación que pueden tener
consecuencias muy favorables para la lucha obrera
en general”.
“Urge entender -concluye- que la lucha obrera sólo
alcanza proporciones de masas cuando el centro de
decisión no está en las reuniones clandestinas de
Comisiones Obreras, sino en las asambleas abiertas
de trabajadores de cada empresa, en las asambleas
de enlaces y jurados de los sindicatos, en la discusión pública de los problemas
en las parroquias, las asociaciones de vecinos y otras entidades de masas;
cuando las reivindicaciones obreras se formulan y divulgan no sólo, ni

EL CINTURÓN ROJO
principalmente, en octavillas clandestinas, sino en la prensa legal, en la radio y
en la televisión”.
Cornellà se había convertido en una “zona de libertad” expresión con la que
entonces se definía el conseguir un marco de actuación superador de la
legalidad franquista y cercano a los usos democráticos del resto del mundo
europeo.
Cornellà,la ciudad pacífica
Fue el triunfo de la ciudad. A partir de aquel día ser ciudadano de Cornellà era
un gran orgullo y la mejor tarjeta de visita que presentar en todas partes. De
todo aquello queda el poso. Al menos es mi opinión. Cornellà optó por la
moderación, por la radical moderación para expresarse libremente, para
apostar por la solidaridad, para evitar la violencia.
A partir de aquella huelga todo cambió. Las entidades de la ciudad fueron el
punto de referencia de los ciudadanos de cada barrio. La organización sindical
del régimen se convirtió en el sindicato que conducían los dirigentes más
representativos de la oposición. El ayuntamiento pasó a ser una institución
sometida al control de los sectores democráticos, aunque costó algún tiempo.
La iglesia local se confirmó como el punto obligado de cita para la solidaridad y
la libertad. Con aquella huelga Cornellà conquistó su dignidad ciudadana y
determinó su compromiso progresista, confirmado en las primeras elecciones
democráticas y que aún hoy mantiene. (4)
LA PRIMERA HUELGA GENERAL DEL BAIX LLOBREGAT
Desde abril de 1974, los trabajadores de Elsa y Solvay venían manteniendo un
duro combate por sus reivindicaciones de convenio en el ámbito de empresa.
Ello reportará un valor añadido de suma importancia en las causas y desarrollo
de la primera huelga general de la comarca. Estas dos empresas, de estructura
y capital diferente, jugaran un papel de sensibilización solidaria en dos polos
distintos de la comarca. Elsa situada en el epicentro de lucha del movimiento
obrero en Cornellà; y Solvay, en Martorell, localidad de más reciente
implantación industrial y por consiguiente de menor desarrollo y experiencia de
lucha de los trabajadores.
Elsa fue fundada a finales del siglo XIX con el nombre de Unión Vidriera de
Catalunya. En la década de los cincuenta, llamándose ya Elsa, pasó a manos
de la familia Massanet. En 1974 disponía de una plantilla de unos 800 obreros,
la gran mayoría de avanzada edad. Los salarios que percibían los trabajadores
eran de los más bajos de la comarca (ver cuadro nº 1 del capítulo IV) y las

condiciones de seguridad en el trabajo eran notablemente deficientes, por lo
cual la silicosis era frecuente.
Elsa estaba constituida por una estructura familiar y paternalista con marcados
rasgos despóticos. La dirección de la empresa era ejercida por Francisco
Massanet y la jefatura de personal por su hermano Miguel. Durante la
deliberación del convenio y dada la intransigencia de la familia Massanet, los
trabajadores realizan paros y concentraciones en el patio de la empresa en el
mes de abril. La empresa sólo accede a pequeñas concesiones salariales a
cambio de que los trabajadores trabajen tres domingos consecutivos en lugar
de los dos que venían desarrollando. Requerida por la empresa, la fuerza
pública desaloja a los trabajadores, lo que provoca una larga y accidentada
huelga de 50 días de duración. La empresa despide a los trabajadores y estos
reivindican hasta el final un aumento salarial de 5.000 pesetas mensuales, la
readmisión de todos los despedidos y el rechazo a trabajar tres domingos.
En Solvay, de Martorell, el capital en su mayoría es de procedencia extranjera.
La plantilla laboral la componían unos 600 trabajadores, distribuidos en 380
obreros, 150 administrativos y 70 jefes, ingenieros y mandos intermedios.
La forma de trabajo de los obreros es la llamada de turno continuo, es decir, la
fábrica no paraba nunca su fabricación de cloruro de polivinilo, utilizado en la
elaboración de envases de plástico. Los obreros trabajaban en turnos rotativos
las 24 horas durante los siete días de la semana. La fábrica estaba montada
con tecnología avanzada y fuertemente automatizada. Por ello su producción
se había multiplicado por cuatro, cuando los salarios no podían rebasar el
índice de la carestía de la vida establecido por el INE.
El conflicto ocurre en torno a una cláusula de revisión salarial del convenio
colectivo establecido para los meses de octubre de 1973 y marzo de 1974. El
día 3 de mayo de 1974 se realizó una asamblea general de los trabajadores, en
desacuerdo con los datos del INE, que en este periodo de tiempo cifraba el
aumento del índice de precios al consumo en un 6,5%. Convocada una nueva
asamblea de trabajadores, modifican sus iniciales peticiones de 6.000 a 3.500
pesetas de aumento lineal. Para presionar a la empresa, que se mantenía en el
incremento marcado por el INE los trabajadores realizan paros y asambleas. El
alcalde de Martorell visita la fábrica, preocupado por los efectos de la huelga,
dado que los materiales son altamente inflamables, tóxicos y explosivos, lo cual
hace de sus instalaciones un enorme peligro para la población en caso de que
estos estallaran. Los trabajadores elaboran un escrito y se comprometen a
hacerse cargo de la seguridad de las instalaciones. Los técnicos y
administrativos no participan.
El conflicto se fue enrareciendo y el 31 de mayo el gobernador civil cierra la
factoría y militariza a 63 trabajadores. Se desaloja la factoría con un gran
despliegue de la Guardia Civil. El día 4 de junio la empresa notifica el despido
de 5 trabajadores y 3 representantes sindicales. El 13 de junio los despidos
alcanzan a 279 trabajadores que se habían negado a la incorporación del
trabajo si previamente no eran levantadas las sanciones. Durante el desarrollo
de esta huelga la empresa tiene unas pérdidas diarias de 15 millones de
pesetas. Esta postura intransigente por parte de la dirección contrasta con los

EL CINTURÓN ROJO
beneficios brutos obtenidos, por año y trabajador, de 1.450.000 pesetas desde
el año 1972.
El foco principal de la primera huelga general del Baix Llobregat tuvo como
escenario la ciudad de Cornellà de Llobregat. La lucha emprendida por los
trabajadores de Elsa repercutió de forma destacada en el conjunto del
movimiento obrero, pero también irradió a amplios sectores de población.
Durante todo el mes de junio serán continuas las concentraciones en las
inmediaciones de la empresa, las asambleas en los locales de la CNS y los
paseos pacíficos por las aceras de la ciudad con la indumentaria laboral.
Los trabajadores de Elsa constituyen comisiones de información a la prensa y a
trabajadores de otras empresas, realizan visitas a todo tipo de autoridades y
controlan la solidaridad económica. La cifra de despedidos alcanza a 500
trabajadores, pero el punto fundamental de desacuerdo lo constituye la
negativa de la empresa a readmitir a Carles Navales (vocal jurado) y José
Martínez (administrativo), condición indispensable, según los empleados, para
negociar la reincorporación al trabajo.
A la salida del templo parroquial son disueltas por la fuerza pública.
Los encierros en las iglesias fueron otra manera de protesta pública de los
trabajadores de Elsa y Solvay. Se iniciaron por los obreros de Fenixbron y
Fama en 1973, ante la angustiosa situación de la pérdida de puestos de trabajo
originados por expedientes de crisis y suspensiones de pago. Estos encierros
ayudaron a crear un nuevo clima entre la población, cuyos comentarios eran

totalmente favorables a la lucha de los trabajadores. Mosén Jaume Rafanell,
cura párroco de la Iglesia de Santa María de Cornellà de Llobregat (arcipreste
de Cornellà), prestó un importante apoyo a los trabajadores de Fama, Elsa y
Laforsa y en general al movimiento obrero y democrático de la ciudad. Ello le
condujo a serios enfrentamientos con las autoridades locales, y especialmente
con el alcalde Josep María Ferrer, que se negaba a asistir a determinados
actos religiosos con la presencia de los trabajadores de Elsa. Fue otro de los
sacerdotes llamados al orden por la jerarquía eclesiástica, pero siempre
mantuvo una actitud clara en la defensa de los más humildes y de los
trabajadores para los cuales reclamaba el derecho de huelga y la constitución
de un verdadero sindicato de clase, ya que en realidad eran obreros los que
sufrían con más intensidad el drama del desempleo, los bajos salarios y la
persecución policial, cuando no la cárcel. Los trabajadores y en especial las
CCOO del Baix Llobregat siempre le tendrán presente y le guardarán un alto
reconocimiento de gratitud por su valiente apoyo solidario y su compromiso por
las libertades democráticas y nacionales de Catalunya.
Cuando fue trasladado a otra diócesis los trabajadores de Elsa le hicieron un
merecido y emotivo homenaje de despedida.
El estilo sindical del Baix Llobregat (5)

EL CINTURÓN ROJO
CRONOLOGIA DE UNA HUELGA
VIERNES 24 DE MAYO DE 1974
El viernes día 24 la empresa suspende de empleo y sueldo a todos hasta el
día 28, martes. El martes los trabajadores continúan en paro y responden que
no están dispuestos a trabajar hasta que no admitan el despedido y concedan
el aumento de las cinco mil pesetas, Como respuesta, la empresa llama a la
policía para que desaloje la fábrica,
Para estos momentos la huelga de los trabajadores de Elsa estaba ya en boca,
de todo Cornellà, desde un primer momento había sido bien acogida por el
pueblo, la mayoría de ellos viven en Cornellà y la empresa era conocida por las
duras condiciones de trabajo y por la sobreexplotación que sufrían sus
trabajadores
Las CC.OO viendo con claridad que si dejaban solos a los compañeros de Elsa
en su lucha contra la patronal serian fácilmente vencidos y represaliados, cono
ha ocurrido en estos meses en tantas y tantas empresas, lanzaron la consigna
de "todos a la lucha con Elsa " Siguiendo la consigna de CC.OO, el mismo 29
de mayo paran ya 19 empresas en solidaridad con los trabajadores de Elsa.
(10)
SÁBADO 25 DE MAYO DE 1974 LA VANGUARDIA
Suspensión de empleo y sueldo a 687 trabajadores de Cornellà
Su empresa había sido desalojada por la Fuerza Pública el día anterior
En la jornada de ayer, y en los diferentes turnos, la empresa «Elsa», del sector
Vidrio y radicada en Cornellà de Llobregat, fueron entregadas cartas de
suspensión de empleo y sueldo a 887 trabajadores de su plantilla, que se eleva
a 900 trabajadores.
En esta empresa, con anterioridad, la fuerza pública había desalojado a 250
trabajadores del turno de tarde y a 89 de un total de 180 del turno de noche.
Los primeros se declararon el jueves en paro y los de la noche se mantuvieron
sin iniciar el trabajo en el interior de las naves hasta las 23,15 una hora y cuarto
después del cambio de turno. En la mañana del miércoles la fuerza pública
desalojó también a los 257 del turno a las 7,15, una hora y cuarto después del
relevo, tras advertirles que volviesen al trabajo o abandonasen el recinto.

MIÉRCOLES 29 MAYO DE 1974 LA VANGUARDIA
Paro en la factoría ELSA
En la pasada semana se produjeron paros laborales en la fábrica de vidrio
Elsa, de Cornellà de Llobregat, en la que trabajan unas mil personas. La
dirección de la empresa sancionó a los participantes con varios días de
suspensión de empleo y sueldo. Ayer, se debían reincorporar los trabajadores;
los del turno de mañana entraron en la factoría, se reunieron en el patio, pero
no se reincorporaron al trabajo, A las diez y media, abandonaron sin ningún
incidente la factoría a instancias de la dirección. Lo mismo ocurrió con los del
turno de la tarde.
Los trabajadores observaron esta actitud con vistas a lograr sus demandas,
que son entre otras: no trabajar tres domingos seguidos: aumento de sueldo en
cinco mil pesetas sobre las ocho mil que vienen cobrando actualmente peones
y mecánicos, y reincorporación al trabajo de un trabajador que ha sido
despedido.
Parece ser, por otra parte, que esta última solicitud es el actual punto de
fricción entre dirección y trabajadores. Se nos ha informado, asimismo, que en
la mañana de ayer el jurado de empresa planteó esta situación al director
provincial de Ordenación Social,
JUEVES 30 DE MAYO DE 1974
El 30 de mayo los patronos de Elsa entregan cartas de despido a 785
trabajadores para intentar romper su unidad y atemorizarlos, pero llegan ya
demasiado tarde. Los compañeros de Elsa se sienten unidos y están
dispuestos a todo, además se sienten fuertes pues saben que cuentan con el
apoyo y la lucha de los compañeros de la comarca.
La patronal del Baix Llobregat, asustada por el paro del día 29, intenta cortar de
raíz las acciones de solidaridad imponiendo sanciones y despidos: así en Soler
Almirall sancionan de 2 a 4 días, Fénixbron 21...
A la lucha solidaria, algunas empresas de la comarca unen la lucha por sus
propias reivindicaciones como Dumper Ibérica, Drim y Solvay. (10)
COMIENZA LA LUCHA EN SOLVAY
Durante el montaje de las nuevas instalaciones de la factoría de Martorell hubo
ya en 1.972 algunos paros. No les caía por tanto de nuevo a los compañeros
de Solvay la necesidad desapoyar sus peticiones con la lucha.
El 3 de mayo de este año, en vista del increíble aumento del coste de la vida,
los compañeros de Solvay pidieron un aumento de 3.500 ptas. a todos por
igual y revisión del salario cada seis meses; apoyan estas peticiones con paros

EL CINTURÓN ROJO
intermitentes durante el mes de mayo. La empresa se resiste a concederles
reivindicaciones pensando que no aguantarían mucho en su postura, iba
probando las mil artimañas para desunir al personal,
El día 39 de mayo al ver que va en serio el paro y que además se lleva a cabo
de forma conjunta y organizada entre las empresas de la zona empieza con su
política represiva suspendiendo de empleo y sueldo a todos los trabajadores
por un día.
De las primeras formas de lucha (boicot a las horas extras) se va pasando a
nuevas formas de lucha cada vez más decididas y combativas:
-asambleas en las fábricas,
-paros parciales.
-paro total.
-asambleas en la calle.
-recorrer las calles en ropa de trabajo.
-paros cortos coordinados»
-unión de la lucha en solidaridad con la lucha por la, consecución de las propias
reivindicaciones.
-piquetes de extensión de la huelga.
-concentraciones.
-manifestaciones.
-caja de resistencia.
-juicios en Magistratura apoyados con paros en la comarca.
-retirada de la demanda de Magistratura cuando el juez no acepta' la
readmisión.
-encierro en las iglesias.
-enfrentamientos con la policía.
-HUELGA GENERAL.
Los compañeros de Solvay se sienten fuertes también al verse respaldados
por el resto de los compañeros de la comarca y así, el día 31, al reincorporarse
al trabajo deciden no comenzar a trabajar hasta que no concedan el aumento
de las 3.500 ptas. Es el comienzo de su huelga. La patronal responde con el
cierre, y por orden gubernativa, hasta el 4 de junio. Así mismo, alegando "los
graves peligros que la huelga produce" son militarizados 63 trabajadores. Estos
compañeros atienden las condiciones de seguridad de la empresa, pero se
niegan en toda la huelga a participar en la producción. El día 4, al volver a la
fábrica, les comunica que cinco compañeros son despedidos y que a tres
cargos sindicales les abren expediente. Los compañeros se reúnen, dentro de
la empresa, en asamblea y deciden continuar el paro hasta -conseguir la
anulación de las sanciones. A las 5 de la tarde son desalojados por la Guardia
Civil.

Los paros en solidaridad con los valientes compañeros de Elsa y SOLVAY que
se realizan en esos primeros días son:
29 de mayo paran 19 empresas.
5 de junio paran 20 empresas.
12 de junio paran unas 20 empresas.
18 de junio paran l8 empresas.
Algunas de las empresas que más se han destacado en los cuatro paros
solidarios habidos en estas tres semanas son: Corberó, Fergat, Arco,
Tuperín, Clausor, Soler Almirall, Siemens, Pirelli, Codena, G y S, Serra,
Laboratorios Fher, Radiadores Compact, Pianelli, Talleres Stock, Tubos
Borna, Laforsa, Editorial Ariel, Matacás, ERMSA, Metron, Dumper Ibérica,
Bonas, Cuebas.
Empresa Solvay de Martorell

EL CINTURÓN ROJO
LUNES 3 DE JUNIO DE 1974 EL CORREO CATALÁN

MARTES 4 DE JUNIO DE 1974
El día 4 de junio les patronos de Elsa y Solvay intentan poner fin a la huelga
con las negociaciones que se llevan a cabo en sindicatos; los compañeros
ponen como condición para comenzar la negociación la inmediata readmisión
de todos los despedidos. Los patronos no acceden y la lucha continúa.
Las Comisiones Obreras del Baix Llobregat vuelven a hacer un llamamiento a
la comarca, La idea central de este llamamiento es: sólo con nuestra lucha
unida haremos retroceder a la patronal. La comarca tiene ya bien claro a estas
alturas, que el Sindicato poco nos va a solucionar y que nuestra fuerza está en
la lucha unida y solidaria.
LA VOZ DEL LLOBREGAT

EL CINTURÓN ROJO
MIÉRCOLES 5 JUNIO DE 1974 LA VANGUARDIA
Parte de los despedidos de Elsa reciben cartas de readmisión
con pérdida de antigüedad
Un nuevo hecho se ha producido en la fábrica de vidrio Elsa de Cornellà.
Algunos de los trabajadores despedidos han empezado a recibir esta semana
cartas de readmisión en el trabajo. Se nos ha informado que en dichas cartas
se especifica que los trabajadores readmitidos lo serán con la pérdida de la
antigüedad, y con un contrato de tres meses que la empresa podría renovar
transcurrido este período de tiempo.
Por otra parte, también se nos ha informado que el Jurado de Empresa de Elsa
ha organizado una comisión de donativos en la Casa Sindical de Cornellà para
recibir ayudas para los trabajadores necesitados.
SERVIR AL PUEBLO Nº2 Suplemento informativo del MCE
A primeras horas de la mañana del día 5 de junio salen en piquetes los
compañeros de ELSA a las fábricas vecinas y, apoyadas por las CC. 00 del
Baix Llobregat, recorren todas las empresas que pueden hasta que se
encuentran con la policía que los espera. El día 5 paran 20 empresas en
Cornellà. Por la tardé se hace una concentración y "a eso de las ocho, cuando
se concentran unos 1.000, comienzan a manifestarse por las calles de Cornellà
ante la entusiasta acogida de todo el pueblo. Llevaban una hora de paseo
triunfal cuando de pronto aparecieron los gorilas de los "especiales" apoyados
por los refuerzos de los "grises"' venidos de Barcelona, y empezaron a cargar
brutalmente contra todos. Hay un detenido que es soltado a media noche. (10)
JUEVES 6 DE JUNIO DE 1974 LA VANGUARDIA
La situación laboral en «Elsa»
Referente a una información publicada ayer sobre la fábrica de vidrio hueco «
Elsa » su dirección nos ha remitido una carta y una fotocopia de la carta
circular que la empresa ha dirigido a su personal. La dirección pone de relieve
que en dicha carta circular no se hace mención alguna ni a contratos
trimestrales ni a pérdida de antigüedad del personal que solicite el reingreso.
Dicha carta circular lleva fecha de 31 de mayo y se dirige al personal' al que se
le comunicaba con fecha de 29 de mayo la rescisión de .su contrato laboral y
se le hace saber que la empresa ha decidido iniciar la contratación de personal.
La solicitud de reingreso debe formularse en el plazo de una semana a partir
del pasado día 4, martes.
Caso de que no se solicite la empresa entenderá que la afectada renuncia a
dicho reingreso y se procederá a cubrir su vacante.

SÁBADO 8 DE JUNIO DE 1974 LA VANGUARDIA
Sigue la inactividad en la empresa vidriera de Cornellà
Ayer siguió la inactividad en la empresa vidriera «Elsa», de Cornellà de
Llobregat, tras la asamblea celebrada el jueves por la mañana y en la que se
había acordado la readmisión de sus setecientos trabajadores, con una sola
excepción y conservándoles la antigüedad de plantillas, además de ofrecer un
aumento salarial de 2.400 pesetas.
La no reincorporación de aquéllos trabajadores, se debe a que no aceptan las
condiciones ofrecidas por la empresa hasta que sean readmitidos.
Para el día 8, sábado, por la tarde estaba prevista una asamblea en la iglesia
de Cornellà para que los compañeros de Elsa y Solvay explicaran su situación.
"La iglesia aparece tomada por la policía desde varias horas antes y no dejan
entrar más que a ancianos, mujeres y niños. En vista de la situación no
entramos nadie en la iglesia y nos dirigimos al ayuntamiento y de allí en
manifestación por la Ciudad Satélite, eran unos 1.500. Se respiraba un gran
ambiente combativo y solidario, durante el recorrido un campanero de Elsa y
otro de Solvay hicieron dos intervenciones agradeciendo la solidaridad y
animando a la lucha: poco después fue descubierto un social y, al verso
acorralado, sacó la pistola,, Pero tuvo que huir como una centella por la
cantidad de piedras que le cayeron encima que como dijo un compañero allí
hubieran sido suficientes para empedrar la calzada, poco después llegó la
policía que los disolvió a porrazo limpio.(10)

EL CINTURÓN ROJO
DOMINGO 9 DE JUNIO DE 1974 PARTE MUNICIPAL

MARTES 11 DE JUNIO DE 1974 LA VANGUARDIA
Los trabajadores de una empresa química de Martorell
suspendidos por cuatro días
Ayer siguieron sin entrar en la factoría los 350 trabajadores, de una plantilla de
683, que se encuentran en estado conflictivo en la empresa química «Solvay»
de Martorell.
Durante la mañana se vieron varios grupos de trabajadores por las cercanías
de la factoría que más tarde entraron en la misma para cobrar las liquidaciones
del último mes. La empresa anunció que al persistir la actitud de no reanudar el
trabajo les había impuesto una sanción de cuatro días de suspensión de
empleo y sueldo.
Situación estacionaria en la Vidriera de Cornellà
En la empresa del sector vidrio de Cornellà «Elsa», ayer al no reintegrarse al
trabajo los 700 trabajadores readmitidos se registró una situación estacionaria.
Grupos de estos trabajadores se reunieron por la mañana cerca de la factoría,
sin llegar a incorporarse a la misma.
En solidaridad con estos trabajadores, durante la mañana, se registraron paros
de una a tres horas en las empresas «Siemens», Estructuras Ranuradas
Metálicas y S.A. Natrón qué afectaron a unos 2.580 trabajadores de unas
plantillas totales de 2.670.
Nota de la Parroquia de Santa María de Cornellà
Según una nota
de la parroquia
der Santa María
de Cornellà, el
sábado, a las
siete de la tarde,
en aquella iglesia,
estaba previsto
un acto, de
reflexión cristiana
dada la situación
laboral de la
citada empresa,
al que la fuerza
pública impidió la
entrada a
hombres de toda
edad, autorizando la entrada a mujeres, niños y ancianos. La misma
circunstancia Se dio a las ocho, en que se celebraba la misa vespertina de
vigilia, sin que en ningún momento se registraran incidentes.

EL CINTURÓN ROJO
MARTES 11 DE JUNIO DE 1974 LA VOZ DEL LLOBREGAT

EL CORREO CATALÁN
MIERCOLES 12 DE JUNIO DE 1974 LA VANGUARDIA
Reunión de los jurados de las empresas afectadas, en la Casa
Sindical
En la Casa Sindical el delegado provincial de Sindicatos señor Socias
Humbert mantuvo una reunión con los miembros del jurado de empresa de la
industria vidriera «Elsa», de Cornellà, cuyos trabajadores siguen sin
reintegrarse en la factoría, en su postura de que también sea readmitido el
único despedido, tras los incidentes registrados días atrás.
El señor Socias Humbert mantuvo otra reunión con si jurado de empresa de ia
industria química «Solvay», de Martorell, donde también sus trabajadores
siguen, desde ayer, una sanción de suspensión de empleo y sueldo por cuatro
días y ocho de ellos fueron despedidos.
El delegado provincial de Sindicatos, asimismo, mantuvo conversaciones con
los representantes de aquellas dos empresas.

EL CINTURÓN ROJO
Paros en una empresa metalúrgica de San Andrés de la Barca
En la empresa metalúrgica «Auto accesorios Harry Walker», de San Andrés
de la Barca, se viene registrando un paro, entre 500 de sus 585 trabajadores,
desde el lunes por la mañana y que siguió en el día de ayer.
El motivo de esta actitud era como acto de solidaridad con un trabajador de
aquella empresa que había sido suspendido de empleo y sueldo por siete días,
a la par que fue presentada una plataforma reivindicativa.
Paros en varias factorías de la provincia
En solidaridad con los trabajadores de la Vidriera de Cornellà
La situación laboral en la empresa vidriera «Elsa», de Cornellà de Llobregat,
siguió ayer estacionará, sin entrar en la misma los setecientos trabajadores que
habían sido readmitidos. Como se sabe, tal actitud se tomó al no ser readmitido
un único despedido que mantuvo la empresa.
En solidaridad con los trabajadores de «Elsa», ayer se registraron paros de
treinta minutos a cuatro horas en varias empresas. En Cornellà de Llobregat se
registraron paros en «Fergat Española», «Pirelli Moltex», «Industrias Fiser»,
«Laforsa» y «Siemens». En San Juan Despí, en «G. y Serra», «Armco-
Tuperín» y «Urna». En Esplugas, en «Ediciones Ariel» y «Corberó» y en
Gavá, en «Damper Ibérica».
Los paros afectaron a un total de 3.435 trabajadores de unas plantillas totales
de 5.823 productores.
Situación estacionaria en la Química de Martorell
En |a empresa de industrias químicas de Martorell «Solvay», la situación ha
seguido como en días anteriores, con la incorporación al trabajo de 55 obreros.
No lo ha hecho el resto, hasta 295, de los que se encuentran en situación
conflictiva.
Otro paro, por solidaridad con un trabajador despedido, se registró entre veinte
de los 585 trabajadores de la plantilla de la empresa «Autoaccesorios Harry
Walker», de San Andrés de la Barca.

Miércoles día 12 eran las fiestas de Cornellà; se decide que la mejor forma de
festejarlas era con un paro por la mañana y concentración en la plaza por la
tarde. Buen numere de empresas de la zona paran en solidaridad,
fundamentalmente en Cornellà pero también se van sumando algunas desde
Gavá a Martorell, pasando por San Andrés de la Barca, Molins da Rei,
Viladecans, Prat del Llobregat, San Just Desvern, San Feliu de Llobregat y San
Joan Despí.
Los compañeros de Elsa no faltaron a las "fiestas'' de Cornellà con su ropa de
trabajo, como ya era costumbre, explicando su lucha. Se aprovecha también
cualquier ocasión que se presenta para recoger dinero y asegurar así la caja de
resistencia para poder aguantar la lucha, A lo largo de la lucha se ha recogido
en la caja de resistencia de Elsa dos millones de pesetas, y en la de Solvay un
millón de pesetas; es una nuestra de la gran solidaridad habida en la comarca y
en toda Barcelona.
Ante el paro generalizado y la lucha solidaria, la patronal, desesperada,
agudiza la represión: la dirección de Solvay envía al día 13 cartas de despido a
279 trabajadores (los 63 que quedan en la fábrica están militarizados); el resto
son técnicos y administrativos que no se suman a la huelga, también hay unes
50 esquiroles, de los cuales la mayoría se unen a sus compañeros en los
siguientes días; los nuevos que la empresa había admitido esos días pidieron
la cuenta al ver que los querían utilizar de rompehuelgas.
En Martorell se respira un fuerte ambiente solidario también, aunque todavía no
llega al grado del de Cornellà, En el pueblo se recoge dinero, algunas tiendas y
particulares entregan también alimentos para los huelguistas, la parroquia cede
los locales para las asambleas. (10)

EL CINTURÓN ROJO
SABADO 15 DE JUNIO DE 1974 EL CORREO CATALÁN
16 DE JUNIO DE 1974 LA VANGUARDIA
El conflicto de Elsa, en punto
muerto
Después de veintiún días la mayor
parte de Ia plantilla de la empresa
Elsa, de Cornellà, del ramo del
vidrio, sigue en huelga. Además de
la duración del conflicto varias
razones justifican una detenida
atención de este caso. Se trata de
una huelga que comenzó en el
momento en que todos los cauces de
negociación se habían agotado; por
otra parte, la solidaridad de otras
empresas en la comarca del Baix
Llobregat está siendo muy extensa
habiéndose contabilizado hasta
ahora más de cincuenta paros en
treinta empresas diferentes y el
apoyo moral y económico de la
población de Cornellà es muy
elevado. El conflicto de Elsa llega,
además, en unos momentos de
profunda polémica en torno al
reconocimiento del derecho de
huelga y otras implicaciones sobre el
rescate de derechos, no solamente en el interior
de la Organización Sindical sino también en los diarios, y en diversos
estamentos.
Durante toda la semana ha continuado la huelga en Elsa frente a la
intransigencia patronal que se niega a la readmisión de dos trabajadores
despedidos (Carlos Navales y José Martínez).

Un día tras otro, los obreros de " Elsa " prosiguen su acción, manteniendo su
presencia en "monos" por las calles de Cornellà. Gestiones respecto al
Gobernador, Martín Villa, conversaciones con Socias Humbert y otros
dirigentes verticalistas iban siendo analizadas y discutidas en asambleas
masivas en los locales de la Delegación Comarcal de la CNS.
Mientras, ha proseguido la solidaridad de otras empresas. Así, tras las
acciones de semanas pasadas, el lunes 10 van al paro "Metron" (1 hora),
"Pianelli" (3/4 de hora), "Siemens" (2 horas), "Fama"(1/2 hora cada turno),
"Ermsa" (3 horas). Continúa también la solidaridad económica que, a mitad de
semana, alcanzaba las 700.000 pts. entregadas y distribuidas a través de la
permanente establecida en la Delegación Comarcal, Destaca el hecho de que
parte de esta ayuda solidaria ha sido recogida entre diversos estamentos de la
población, como, por ejemplo, los alumnos de COU del Instituto de Molins de
Rei han entregado para los huelguistas de " Elsa " el importe de lo que habían
recaudado para su viaje de fin de curso, unas 20.000 pts.
Entre las tomas de posición en favor de los trabajadores hay que señalar que
se ha difundido ampliamente en el Baix Llobregat un documento firmado por el
Grupo de cristianos para la defensa de los derechos humanos" dando una
amplia información sobre la lucha de " Elsa " y llamando a la solidaridad.
Por su parte, las CC. OO han insistido también en la importancia de la lucha
llevada a cabo por los trabajadores de Cornellà.
Así, una octavilla firmada por Sectores de CC.OO. (Cornellà, Sant Joan Despí y
Esplugues) destaca "que la política de Comisiones de impulsar la lucha
solidaria ha podido ser difundida con mayor eco a través de utilizar con audacia
los cargos sindicales". "Es imprescindible, añade la octavilla, aprovechar el
clima y la combatividad crea da para estudiar en cada empresa las
reivindicaciones fundamentales. Y a través de asambleas y amplias coordina
doras de Comisiones Obreras, sentaremos bases de reivindicaciones conjuntas
asumidas por los trabajadores que permitan dar un empujón a la lucha
reivindicativa".
También ha difundido una octavilla la "Coordinadora de Comisiones del Ramo
de la Química" de la Local de Barcelona en la que llama a la solidaridad: "la
lucha de los obreros de Elsa es la lucha de todos los obreros: contra la misma
patronal, contra el mismo estado".
Otro llamamiento difundido ha sido el de la Coordinadora de Sectores de
CC.OO.

EL CINTURÓN ROJO
HABLAN LOS TRABAJADORES
"LA OFERTA ECONÓMICA ES POBRE"
La opinión da los trabajadores de Elsa es que se ha llegado a la huelga
después de haber agotado todos los cauces legales. Insisten en que no se
reintegran al trabajo por reivindicaciones salariales y además, pero no
exclusivamente, porque no quieren que se despida al administrativo José
Martínez y a Carlos Navales.
—Llevo dieciséis años de antigüedad y con los puntos y todo no llego a nueve
mil pesetas mensuales. Un operario tornero de primera con veinte años de
antigüedad no llega a las trece mil. Un jefe de equipo, oficial de primera
también con doce años en la empresa, no llega e las trece mil, y debajo de él
hay siete categorías.,
¿Qué pasos se dieron antes da llegar a la huelga? —preguntamos a
Carlos Navales, secretario del jurado de empresa y vicepresidente del
Sindicato de Construcción, Vidrio y Cerámica.
—El conflicto se remonta a que en diciembre del 1972 dejamos de hacer horas
extras al solicitar un aumento de mil pesetas al margen del convenio. Esto
motivó que los domingos que se cubrían con horas extras quedaran la mitad de
las máquinas paradas lo que suponía para la empresa una gran baja de
productividad. Al llegar el convenio la empresa quiere solucionar esta situación
trabajando el tercer domingo y descansando el cuarto, aunque luego se

compensase, dejando claro que sí esto no se acepta no habrá negociación del
convenio.
Solicita permiso para ello a la Delegación de Trabajo y le es concedido. Se
para durante dos días y la fábrica es desalojada por la Fuerza Pública.
Entonces el delegado de Trabajo se comprometió a que la empresa dejaría sin
efecto la resolución hasta conocer el recurso interpuesto a Madrid, siendo
también sobreseídos los expedientes a cinco cargos sindicales. Una Comisión
del Jurado de Empresa se trasladó entonces a Madrid a entrevistarse con el
director general de Ordenación del Trabajo. Ese día se sanciona a la mayor
parte de la plantilla con cinco días de suspensión de sueldo, pero no de empleo
y otros a tres y siete días, iniciándose expediente disciplinario a ocho
representantes sindicales. A los pocos días, desde Madrid, se falla a favor da
los trabajadores. Al mismo tiempo se intenta declarar conflicto colectivo ante la
Organización Sindical pero no prospera y se mantiene la condición por parte de
la empresa de trabajar los tres domingos si se quiere llegar al convenio. En
esas mismas reuniones la empresa se niega a levantar las sanciones. En
desacuerdo con las mejoras salariales que se ofrecen y con las sanciones se
inicia otro paro. Hay que hacer constar que los trabajadores hemos estado
siempre dispuestos al diálogo y que a partir del 30 de mayo, fecha en que la
empresa suspendió la reunión normal del jurado de empresa, los contactos se
han tenido que llevar a través de la Organización Sindical.
.
¿Cuáles han sido las últimas gestiones para tratar de hallar una solución?
El lunes por la tarde nos entrevistamos con Socias
Humbert, delegado provincial de Sindicatos, pero la
empresa se mantuvo en la misma posición
negándose a admitir a los dos despedidos, aunque
la sentencia de Magistratura fuese despido
improcedente. Ayer, martes, por la mañana, la
asamblea de los trabajadores celebrada en la Casa
Sindical, donde hemos podido reunimos hasta el
momento, decidlo seguir adelante porque la oferta
económica se considera pobre y por la readmisión
de los despedidos. Carlos sindicales de Cornelia
solicitamos una entrevista con el gobernador civil y
como que Sindicatos no la había concertado nos
personamos ayer en el Gobierno Civil pero el señor
Martín Villa se hallaba ausente, tomándosenos nota
para ser llamados cuando sea posible.
Y la huelga continúa
—Consideramos que a pesar de que la huelga existe en España, el derecho no
las reconoce por temor a las posibles implicaciones políticas que supone. Pero
lo que sucede es que al no existir ningún cauce para influir cuando se llega a
situaciones límite, |a situación es aprovechada y se dan casos como el de Elsa
con salarios bajísimos cincuenta grados de temperatura en verano en algunas
secciones, deficientes condiciones de seguridad e higiene, contratos

EL CINTURÓN ROJO
eventuales, etc. Y en esto» casos sólo nos podemos oponer con la huelga. El
derecho de huelga debería ser regulado para que situaciones como éstas no
puedan existir cuando se han agotado todos los recursos legales.
Otros trabajadores hablan de que nadie les infunde miedo para que no
entren a trabajar.
Con más de cuarenta y cinco años, todos hemos pasado la guerra y miedo no
tenemos ninguno y daño no hemos hecho a nadie de los que trabajan.
La popularización del conflicto y la organización de la solidaridad económica ha
sido algo notable. Hasta el momento se han recogido más de setecientas mil
pesetas y los paseíllos con ropa de trabajo por Cornellà de los trabajadores
explicando los motivos del conflicto son diarios. Mañana mismo empieza la
fiesta Mayor de Cornellà y ochocientos trabajadores de Elsa siguen en
paro.
—Pues que Siegue la Fiesta Mayor, que nosotros ya tenemos la ropa
preparada.
Manuel J. CAMPO

MARTES 18 DE JUNIO DE 1974 Nº 392 TREBALL

EL CINTURÓN ROJO

Para el martes l8 las CC.OO. hacen un llamamiento al paro, lo secundan l8
empresas de la comarca. La respuesta solidaria de todos los obreros de la
comarca es comentada con gran entusiasmo y alegría. "Todos nos sentimos
más unidos y con mayores fuerzas para, apoyar a nuestros compañeros de
Elsa y Solvay. Sabemos que su lucha es la nuestra y no estamos dispuestos a
claudicar".
Al día siguiente los obreros de Elsa hacen una asamblea en el Sindicato e
informan que parece ser que los patrones de la comarca están dispuestos a dar
trabajo a los 785 despedidos. Los compañeros de Elsa deciden que no lo
aceptarán, que entran todos o ninguno. Esta decisión es acogida con un gran
aplauso por todos.
Durante este día los compañeros de Solvay nombran una comisión que se
desplaza a conectar con los sindicatos europeos, donde se encuentran
organizados sus compañeros de Solvay en Europa, para pedir apoyo solidario,
reciben de ellos importantes ayudas económicas (los italianos les entregan un
millón de liras) y hacen varios paros en apoyo a la huelga de sus compañeros
de Cataluña.
JUEVES 20 DE JUNIO DE 1974
El jueves, muy de mañana, ocurre un incidente que sirve para caldear el
ambiente en toda la comarca: al parecer intentaron quemar el coche de un
encargado de Elsa. Al poco tiempo son detenidos tres trabajadores
acusándoles de la quema. Ante esta noticia el resto de sus compañeros se
encierra en la iglesia; no pasaron muchas horas cuando la policía rodeo toda la
iglesia pero no consiguen atemorizarlos, deciden no salir hasta que los
compañeros detenidos se reúnan con ellos, A dos de ellos les sueltan
inmediatamente y el tercero, a media tarde, es puesto en libertad» (10)

EL CINTURÓN ROJO
VIERNES 21 DE JUNIO DE 1974 EL CORREO CATALÁN
El día 21 de junio de 1974 los trabajadores de Elsa se encierran en la Iglesia de
Santa María en solidaridad con un compañero detenido la noche anterior por la
Guardia Civil. Abandonan el encierro cuando es puesto en libertad a las
puertas de la misma iglesia.
SÁBADO 22 DE JUNIO DE 1974 LA VANGUARDIA
SIGUEN LOS PAROS EN LA VIDRIERA DE CORNELLÀ Y
QUÍMICA DE MARTORELL
En la mañana de ayer se registró un
encierro en la parroquia de Santa María
Sigue, después del mes, estacionaria la
situación; en las empresas vidriera «Elsa» y de
productos químicos «Solvay», de Martorell, sin
reincorporarse los trabajadores de aquellas
plantillas.
En la mañana de ayer, los trabajadores de
«Elsa» que normalmente se reunían en la Casa
Sindical de Cornellà, al tener conocimiento que
uno de sus compañeros había sido detenido
acordaron encerrarse en la iglesia parroquial de
Santa María, lo que se llevó a efecto sobre las
diez de la mañana. Anunciaron que seguirían
en tal actitud mientras no se dejara en libertad a su compañero detenido, lo que

se produjo a las tres menos cuarto de la tarde, momento en que abandonaron
el templo
Estos trabajadores, en número de 700, están recibiendo cartas de la empresa,
unos con la liquidación de su contrato y otros de readmisión. La empresa
últimamente elevó la cantidad de 2.400 pesetas ofrecidas en un principio, a
2.700 pesetas de aumento salarial, pero manteniendo la condición de trabajar
tres domingos durante el mes, motivo por el cual sus empleados siguen en
disconformidad.
SÁBADO 22 DE JUNIO DE 1974 EL CORREO CATALÁN
DOMINGO 23 DE JUNIO DE 1974 LA VANGUARDIA
El gobernador civil recibió a varios cargos sindicales de la
empresa Solvay
El martes se reunirá con la totalidad de los miembros del jurado
Del gabinete de Prensa del
Gobierno Civil hemos recibido
la siguiente nota: «Varios
cargos sindícales de la
Empresa Solvay han sido
recibidos por el gobernador
civil de la provincia, don
Rodolfo Martín Villa, que se
encontraba acompañado de
los delegados de Trabajo y de
Sindicatos.
Como la representación del
Jurado no estaba completa, la

EL CINTURÓN ROJO
reunión que debía tener lugar ha sido pospuesta para el próximo martes, con la
totalidad de los miembros del Jurado.»
Informe sindical sobre la anormalidad laboral en «Elsa» de Cornellà
Ante los últimos acontecimientos de la empresa «Elsa», de Cornellà, la
Delegación Provincial de Sindicatos informa sobre los siguientes extremos:
Desde los primeros momentos en que se produjeron las situaciones de
anormalidad laboral, en la empresa de referencia, se iniciaron gestiones
sindicales a nivel de jurado de empresa y de la dirección, con el fin de lograr un
acercamiento entre las partes Que permitiera una rápida solución del conflicto.
A través de la Delegación Comarcal Sindical de Cornellà, de la Dirección
Provincial de Asuntos Sociales y del delegado provincial de Sindicatos, se han
mantenido constantes reuniones, no solamente con los representantes
sindicales de la empresa y la gerencia, sino también con todos los trabajadores
afectados que vienen celebrando asambleas en los locales de la Delegación
Comarcal de Sindicatos de Cornellà, con la necesaria asistencia técnico-
jurídica.
Desde un principio, se pudo comprobar que
aunque existían entre ambas partes
diferencias considerables con respecto a las
condiciones económicas en general, aplicadas
en la empresa, el punto fundamental de
fricción era el despido de dos trabajadores,
uno de ellos vocal del jurado de empresa con
respecto a los cuales, las posturas eran de
total intransigencia, ya que en tanto la
gerencia.ds la empresa no estaba dispuesta a
aceptar la readmisión, los trabajadores en
conflicto, mantenían un criterio unificado de
que si no eran readmitidos dichos
trabajadores, no se reanudaría la actividad
laboral en la empresa.
Tras arduas gestiones pudo lograrse un
primer compromiso, por parte de los
representantes sindicales, en el sentido de dar
un voto de confianza al delegado provincial de
Sindicatos con el fin de que pudiera
encontrarse, a la mayor urgencia posible,
puestos de trabajo, para los dos despedidos, en alguna empresa de la
comarca. Paralelamente se logró otro compromiso con la dirección en eI
sentido de que para el restablecimiento de la normalidad laboral, se requería la
readmisión de todos los trabajadores despedidos, a excepción de los dos
mencionados, el respeto de todas las condiciones de trabajo Incluida la
antigüedad; la mejora de las condiciones económicas en cuantías bastante
superiores a las que se habían concedido hasta di momento, dentro de los
límites de posibilidad económica de la empresa, y una mejora económica
considerable para los que quisieran trabajar, voluntariamente, los domingos.

Ante el compromiso de la empresa, por una parte, y de los trabajadores, por
otra, se estimó oportuno dar conocimiento a todos los trabajadores con el fin de
que en asamblea abierta y por votación secreta, se determinara la voluntad
mayoritaria de los afectados. A tales efectos, se celebró el pasado día 20 de los
corrientes una reunión del jurado de empresa, en la Delegación Provincial de
Sindicatos, presidida por el director provincial de Asuntos Sociales, en la que
se acordó celebrar una asamblea de trabajadores al siguiente día 21, en la que
se procedería a realizar la información y votación anteriormente referidas.
En la noche del mismo día 20, el automóvil de un administrativo de «Elsa» fue
incendiado, lo que dio lugar a que el afectado presentara la oportuna denuncia
contra tres trabajadores qua le había visitado horas antes, los cuales fueron
detenidos y puestos en libertad al día siguiente.
Por tal motivo, el día 21, en que se debía celebrar la anunciada asamblea, la
mayoría de los trabajadores se negaron a reunirse en tanto no se pusiera en
libertad a los detenidos, como así sucedió a las 14.30 horas, aplazándose la
citada asamblea para el siguiente día 22 a las diez de la mañana.
A la hora anunciada se ha celebrado en el día de hoy la asamblea de
trabajadores, presidida por el delegado comarcal sindical, en la que tras la
oportuna información del Jurado de empresa a todos los asistentes, sobre las
gestiones realizadas a nivel sindical, se ha procedido a una votación secreta
en la que, por unanimidad, se ha acordado no reintegrarse al trabajo, dado que
el juicio por los despidos de todos los afectados por el paro tendrá lugar el
próximo día 28, entendiendo que es preferible esperar el resultado del mismo.
El 23 de junio, una asamblea en el salón de actos de la delegación comarcal.
En la misma, los 516 trabajadores asistentes, en votación secreta deciden por
unanimidad mantener la huelga, en espera del juicio por la demanda
interpuesta por los trabajadores que se celebraría el 28 de junio en
Magistratura.
MARTES 25 DE JUNIO DE 1974
El martes, día 25 de junio, a consecuencia de un infarto de miocardio, fallece el
trabajador de Elsa Graciano Palacios, de 54 años de edad. Todos sus
compañeros deciden ir al entierro el jueves, día 27, pero el gobernador civil
obliga a la familia a inhumarle a toda prisa el día antes para evitar la
manifestación de duelo.
JUEVES 27 DE JUNIO DE 1974
El día 27, a las 8 de la tarde, tiene lugar en la parroquia de Santa María un
oficio religioso en memoria del obrero fallecido. Asisten unas 1.500 personas,
que al concentrarse a la salida del templo parroquial son disueltas por la fuerza
pública

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