TEST DE RAVEN es un test conocido para la personalidad.pdf
Poemas de Juan R. Molina y su anhelo de paz
1. Juan Ramón Molina<br />3949065284480<br /> En Brasil <br />´´Fue mi niñez como un Jardín risueño,<br />Donde a los goces de mi edad esquivo,<br />Presa ya de la fiebre del ensueño<br />Vague dolientemente pensativo.<br />Sentí en el alma un natural deseo<br />De cantar a la orilla del camino<br />Halle una lira no cual la del Orfeo<br />Y obedezco el mandato del destino.<br />Al mirarme al espejo, cuan cambiado <br />Estoy! No me conozco ni yo mismo <br />Tengo los ojos de mirar cansado<br />Algo del miedo del que ve un abismo.<br />Después de haber estudiado la biografía de Juan R. Molina, se puede estimar que tuvo una niñez muy propicia y la cual disfruto bastante, pero era un niño con carácter rebelde y terco, pero tal vez con el tiempo su carácter fue mas pasivo, y por eso la frase al mirarme al espejo, cuan cambiado estoy, y deja la universidad por su instinto a la poesía.<br />Súrsum<br />Ya no nos separemos ni un momento, <br />Porque- cuando se extingan nuestras vida-<br />Nuestras dos almas cruzarán unidas<br />El éter, en continuo ascendimiento.<br />Ajenas al humano sufrimiento<br />De las innobles carnes desprendidas,<br />Serán en una llama confundidas<br />En la región azul del firmamento.<br />Sin dejar huellas ni visibles rastros<br />Más allá de la gloria de los astros<br />Entre auroras de eternos arreboles,<br />A obedecer iremos la divina<br />Ley, fatal y suprema que domina<br />Los espacios, las almas y los soles.<br />Trata del amor que tanto le tuvo a una mujer, y cuando ya no estén juntos sus almas los estarán, sin dejar huella y siempre estará allí el amor más profundo que antes.<br />Madre Melancolía<br />´´A tus exangües pechos, Madre Melancolía,<br />He de vivir pegado, con secreta amargura,<br />Porque absorbí los éteres de la amarga filosofía<br />Y todos los venenos de la literatura.<br />En fatigada de sed alma mía<br />Sueña con una Arcadia de sombra y de verdura,<br />Y con ello el don sencillo de un odre de agua fría<br />Y un racimo de dátiles y un pan sin levadura.<br />Todo el dolor antiguo y todo el dolor nuevo<br />Mezclado sutilmente en mi espíritu llevo<br />Con el extracto de una fatal sabiduría.<br />Conozco ya las almas, las cosas y los seres,<br />He recorrido mucho las playas y los Citeres…<br />¡Soy tu hijo predilecto, Madre Melancolía!<br />Hace referencia a todo el dolor de su vida, porque tuvo momentos muy amargos, ya se desahogó con el alcohol, y eso lo llevo a momentos muy duros.<br /> Anhelo<br />¡Viviese yo en los tiempos esforzados<br />De amores, de conquista y de guerras,<br />En que frailes, bandidos y soldados<br />A través de los mares irritados<br />Iban en busca de remotas tierras.<br />No en esta triste edad en que desmaya<br />Todo anhelo- encumbrado como un monte-<br />Y en que poniendo mi ambición a raya<br />Herido y solo me quede en la playa<br />Viendo el limite azul del horizonte!<br />Quería llegar más lejos de lo que había llegado con sus poesías, pero por la edad sus otros sueños quedaron estancados y quedo solo en busca de los nuevos horizontes. <br />Anhelo Nocturno<br />La lluvia su monótona charla dice afuera.<br />La puerta de mi cuarto por fin está cerrada.<br />Quizás en esta noche no grite mi quimera<br />Y goce del olvido profundo de la almohada.<br />¡Hace ya tanto tiempo que en reposar me empeño,<br />Como si me turbara la fiebre del delito,<br />Que mis ojos enclavo- de los que huyeran el sueño-<br />En la siniestra esfinge del lúgubre infinito!<br />Mas hoy todos los seres me han parecido buenos,<br />El cielo azul brindome su clama vespertina,<br />Y libre de pecados y libre de venenos<br />Purifiqué mi cuerpo en agua cristalina.<br />Quiero la paz aquella de la primer mañana<br />Cuando, en el seno de Eva, tranquilo e inocente,<br />Adán durmió, el arrullo de amor de la fontana,<br />Ajeno a las promesas de la sutil serpiente.<br />Un nirvana sin término, letárgico y profundo, <br />En el que olvide todas mis dichas y mis males, <br />La secreta congoja de haber venido al mundo<br />A resolver enigmas y problemas fatales.<br />Ser del todo insensible como la dura piedra,<br />Y no tallado en una doliente carne viva<br />De nervios y de músculos. O ser como la hiedra<br />Que extiende sus tentáculos de manera instintiva.<br />No como el pobre bruto del llano y de la cumbre<br />Sujeto a la ley ciega de inexorable sino,<br />Que en sus miradas tiene la enorme pesadumbre<br />De todo aquel que encuentra muy ajo su destino.<br />Así gozar quisiera de imperturbable sueño<br />Cuando la noche baja de los cielos lejanos.<br />Estrellas: derramadme vuestro letal beleño.<br />Arcángeles: mecedme con vuestras leves manos.<br />Para que mi mañana florezca como rosa<br />De mayo, exuberante de vida y fragancia,<br />Y la tierra contemple, jocunda y luminosa,<br />Con los tranquilos ojos con que la vi en la infancia.<br />Juan R. Molina escribe, todo lo vivía en esos momento y deseaba olvidar todo lo bueno y malo, deseaba estar en paz y descansar para siempre, eso era felicidad para él.<br />