1. En un país vivía un príncipe, que tenía un padrastro muy vanidoso.
El padrastro preguntaba a su espejo mágico y éste respondía: Tú eres, oh rey, la más hermoso de todos
los hombres. Y fueron pasando los años. Un día el rey preguntó como siempre a su espejo mágico: ¿Quién es el más bello? Pero esta vez el espejo contestó: - El más bello es el príncipe.
Entonces el rey, lleno de ira y de envidia, ordenó a una cazadora: - Llévate al príncipe al bosque, mátalo y
como prueba de haber realizado mi encargo, tráeme en este cofre su corazón. Pero cuando llegaron al
bosque la cazadora sintió lástima del inocente joven y dejó que huyera, sustituyendo su corazón por el
de una jabalina.
El príncipe al verse solo, sintió miedo y lloró. Llorando y andando pasó la noche, hasta que, al amanecer
llegó a un claro en el bosque y descubrió allí una casita. Entró sin dudarlo. Los muebles eran
pequeñísimos y, sobre la mesa, había siete platitos y siete cubiertos enanos. Subió a la habitación, que
estaba ocupada por siete camas. El pobre príncipe, agotado tras caminar toda la noche por el bosque,
juntó todas las camas pequeñas y al momento se quedó dormido.
Por la tarde llegaron las dueñas de la casa: siete enanitas que trabajaban en unas minas y se admiraron
al descubrir al príncipe. Entonces el les contó su triste historia. Las enanitas suplicaron al niño que se
quedase con ellas y el aceptó, se quedó a vivir con ellas y todos felices. Mientras tanto, en el palacio, el
rey volvió a preguntar al espejo: - ¿Quién es ahora el más bello? - Sigue siendo el príncipe, que ahora
vive en el bosque en la casa de las enanitas.
Furioso y vengativo como era, el cruel padrastro se disfrazó de inocente viejecito y partió hacia la casita
del bosque. El príncipe estaba solo, pues las enanitas estaban trabajando en la mina. El malvado rey
ofreció al príncipe una manzana envenenada y cuando este dio el primer bocado, cayó desmayado.
Al volver, ya de noche, las enanitas a la casa, encontraron al príncipe tendido en el suelo, pálido,
creyeron que había muerto y le construyeron una urna de cristal para que todos los animales del
bosque le diesen el último adiós. En ese momento apareció una princesa a lomos de un caballo y nada
más contemplar al príncipe quedó impresionada de el. Quiso despedirse besándole y de repente, volvió
a la vida, pues el que le había dado al príncipe rompió el hechizo del malvado rey. El príncipe se casó
con la rescatadora y expulsaron al cruel rey, todos felices.
FIN
(Cambio el sexo de los personajes para que se note como cambia el cuento cuando no es el hombre el
duro y el salvador y la mujer solo una cara bonita, en los cuentos tradicionales, viendo a la mujer en el
papel de salvadora la historia cambia y contrarresta el sexismo del cuento tradicional “Blancanieves y
los 7 enanitos” )