La empresa estatal sueca Vattenfall es una de las mayores contaminadoras de Europa debido a su dependencia del carbón, especialmente del carbón colombiano, cuya extracción ha estado vinculada a daños ambientales y violaciones de derechos humanos como el asesinato de líderes sindicales. Vattenfall se niega a dejar de comprar este "carbón ensangrentado" a pesar de los llamados de organizaciones como PAX para que compensen a las víctimas en Colombia.
1. Empresa sueca se lucra de la guerra en Colombia Periódico El Turbión Nora Pinta – octubre 26 de 2014 El daño ecológico causado por las operaciones de las grandes transnacionales es una de las principales amenazas para el medioambiente en el mundo, y se ven especialmente afectados los países de donde se extraen las materias primas. Este es el caso de Colombia, donde la extracción minera ha significado no sólo contaminación ambiental sino la muerte de líderes sindicales. Según un estudio encargado por la Unpri (http://www.unpri.org/), los daños ambientales pueden traducirse en costos económicos, sin embargo, las vulneraciones de los derechos humanos de trabajadores y habitantes no están calculados. En la actualidad, las tres mil empresas más grandes del planeta causan daños medioambientales estimados en unos 2,15 trillones de dólares anualmente y si estas empresas se responsabilizaran por los daños medioambientales, tendrían que reducir (http://www.theguardian.com/environment/2010/feb/18/worlds-top- firms-environmental-damage) sus ganancias en un tercio o más. Una de las empresas estatales que más contamina en el mundo es la estatal sueca Vattenfall, empresa que adquiere carbón colombiano y que, por lo tanto, es también corresponsable de los crímenes de lesa humanidad y de los daños ambientales que ocurren en el país.
2. Vattenfall: “es simplemente más barato quemar carbón que quemar gas natural” Cuando se trata de empresas estatales uno podría esperar que la responsabilidad socio ambiental fuese más satisfactoria. Lamentablemente, la empresa estatal de energías sueca, Vattenfall, no cumple con las promesas sobre responsabilidad socio ambiental. Vattenfall es la quinta empresa energética más grande de Europa y una de las peores empresas europeas en relación a las contaminaciones y emisiones de CO2. La empresa emite más CO2 que toda la nación Sueca, alrededor de 90 millones de toneladas anuales, mientras que Suecia emite alrededor de 50 toneladas anuales. Vattenfall es dueña de 5 centrales de carbón en Alemania, 3 en Dinamarca, 2 en Holanda y este año abrirá 2 más en Alemania. Esto significa que pronto la nación sueca será dueña (http://www.greenpeace.org/sweden/se/) de 12 plantas de energía eléctrica, de las que 4 se sitúan en las top 30 de las empresas más contaminadoras (http://wwf.panda.org/?100140/Europes-Dirty- 30) de Europa. Con respecto a las emisiones de CO2, el director estratégico de Vattenfall, Andreas Regnell, explica el porqué la empresa aumenta su generación energética a base del carbón: “es simplemente más barato quemar carbón que quemar gas natural. Hoy perdemos dinero si quemamos gas” dijo en una entrevista al diario sueco Svenska Dagbladet a principios de este año. Incluso especificó que el único incentivo, según su punto de vista, que conllevaría a que las empresas energéticas redujeran el uso del carbón, sería el alza de impuestos por las emisiones de CO2. En el mismo artículo el diario sueco cita a Ben Caldecott, jefe de Smith School of Enterprise and the Environment de la universidad de Oxford, quien sostiene que el actual cambio hacia una producción energética basada en el carbón ha aumentado significativamente el total de emisiones de CO2 de la región, con respecto a la producción basada en gas natural. Esto es un desarrollo muy negativo (http://www.svd.se/naringsliv/kolkraften- okar-vattenfalls-utslapp_8980702.svd) con respecto a las políticas climáticas. Vattenfall compra grandes cantidades de carbón de países como Colombia, Rusia y Sudáfrica. También lo extrae en Alemania y Polonia, aumentando de este modo su abastecimiento de carbón, según su plan de expansión de su generación energética a base del carbón que se extiende hasta el año 2050. Este desarrollo ha causado indignación entre muchos ciudadanos y organizaciones ambientalistas. La Oficina de Medioambiente de Europa, Greenpeace
3. e incluso la cuestionada World Wide Foundation han protestado en contra de las actividades carboníferas de Vattenfall. Este año los activistas formaron una cadena humana de ocho kilómetros entre la localidad polaca de Grabice y la alemana Kerkwitz. Kerkwitz es uno de los pueblos que se ve amenazado con la expansión de la extracción minera de la mina Welzow-Süd, en manos de Vattenfall. Em Peterson, quien lidera las campañas sobre las temáticas climáticas y energéticas de Greenpeace en Suecia, condena al desarrollo de la estatal sueca Vattenfall, y acusa http://www.svd.se/naringsliv/vattenfall-mots-av-nya- protester_3833128.svd) a la empresa por anular la credibilidad del estado sueco en los foros internacionales sobre temas climáticos a la vez que convierte a todos los ciudadanos suecos en “bandidos climáticos”. Vattenfall y el “carbón ensangrentado” de Colombia La contaminación por emisiones de CO2 no es el único daño cometido. Vattenfall, al igual que otras empresas energéticas de Europa, importan gran parte del carbón para sus plantas de países en vías de desarrollo. Este carbón es generalmente extraído de manera poco sustentable y amigable para los seres humanos y el medioambiente. Es más, la responsabilidad socio ambiental es violada a diario. La ONG holandesa, PAX, publicó recientemente un informe(http://www.oidhaco.org/uploaded/content/article/1710112046.pdf) sobre los graves problemas socio ambientales relacionados con la extracción de carbón en Colombia, en el que se concluye que las empresas europeas que compran carbón colombiano deberían no solo parar de importarlo, sino también recompensar a la población colombiana por los crímenes cometidos en nombre de la extracción carbonífera. PAX ha investigado a cinco empresas energéticas que actualmente compran carbón colombiano, Essent, Nuon/Vattenfall, E.ON, Delta y Electrabel, y les ha hecho un llamado a paralizar la importación de lo que ellos denominan ‘el carbón ensangrentado’ de Colombia, que en gran parte es extraído por las empresas Drummond y Prodeco - Glencore Xtrata. El informe exige que las empresas mineras reconozcan e indemnicen a las miles de víctimas de la violencia paramilitar relacionada con la extracción minera durante el periodo 1996-2006, así como que estas activamente influyan en que los derechos humanos sean respetados en Colombia. Según el informe, las empresas multinacionales mineras Drummond y Prodeco financiaron a paramilitares e intercambiaron información estratégica sobre la población local con estos grupos.
4. “El Lado Oscuro del Carbón” El informe (http://www.paxforpeace.nl/stay-informed/news/spanish- version-the-dark-side-of-coal-is-out-now), realizado con datos recopilados en Colombia, concluye que entre 1996 y 2006 paramilitares colombianos asesinaron a 3.100 personas y desplazaron de sus tierras a 55.000 campesinos. Estas víctimas no han recibido ni compensación ni reconocimiento. Las empresas mineras se aprovechan hasta el día de hoy de que las tierras estén abandonadas, ya que una significativa parte de las tierras robadas están actualmente en posesión de estas. Debido a la violencia mortal que conllevó el paramilitarismo, se logró además sabotear, de manera sistemática, la existencia del sindicalismo minero a través de amenazas, violencia y asesinatos. Según los testimonios recopilados, la cooperación entre las empresas mineras del carbón y los paramilitares en el departamento del Cesar, Colombia, consistió además en apoyo financiero y material por un intercambio de información estratégica sobre las comunidades y los trabajadores mineros. La investigación del informe ‘El Lado Oscuro del Carbón’ se enfoca en primer lugar en los actos de la empresa Drummond. En cuanto al involucramiento de Prodeco, no se encontró la misma cantidad de fuentes, pero los autores sostienen que da motivo para una investigación más profunda. El informe concluye que las empresas energéticas Nuon/Vattenfall, Essent, Delta, Electrabel y E.ON compran carbón mineral de Drummond y Prodeco y que conocen de las violaciones a los derechos humanos ocurridas a gran escala en Colombia. Sin embargo, estas empresas nunca han dejado de comprar carbón proveniente de la región del Cesar. PAX ha iniciado la campaña http://elturbion.com/www.stopbloedkolen.nl/) “A parar con el carbón ensangrentado”, la iniciativa busca que estas empresas compensen a las víctimas de las violaciones de derechos humanos en el departamento de Cesar. Con la campaña se pretende convocar a todos los clientes, particulares y privados, de las empresas que suministran energía a base de ‘carbón ensangrentado’ para que les exijan a las empresas que publiquen de dónde proviene el carbón y, en caso de ser ‘carbón ensangrentado’, frenar la importación de este. Sin embargo, Vattenfall se niega a revelar información específica sobre el país de origen del carbón que quema. Sin embargo, la empresa sí revela que entre el 75 y el 85 % de todo el carbón es adquirido a través de acuerdos bilaterales con las mismas empresas mineras. El informe
5. realizado por la ONG holandesa SOMO, en 2012, complementa datos sobre Vattenfall con lo publicado en Coal Americas Energy Publisching Inc., donde se revela que Vattenfall compró 892, 587 toneladas de carbón de Cerrejón sólo entre agosto y noviembre de 2011. El estudio encontró que Colombia es la fuente individual más grande de carbón para las centrales eléctricas holandesas, además, el reporte concluye que las seis principales compañías de energía en los Países Bajos compran carbón colombiano, incluyendo la estatal sueca Vattenfall (dueña mayoritaria de Nuon), las otras empresas con: E.ON, GDF Suez/Electrabel, RWE/Essent, DONG Energy y EPZ. Con una exportación anual de más de 70 millones de toneladas, el carbón colombiano compone una gran parte del total del consumo carbonífero mundial. Pero Colombia se coloca en un lugar único entre los países carboníferos, ya que exporta más del 90% de su carbón, es decir, el carbón no es consumido en su país de origen. Es más, las regiones carboníferas de Colombia son de las más pobres del país. Desde hace varias décadas, las empresas transnacionales que extraen el cabrón colombiano son participes de la realidad de pobreza, contaminación y violencia que viven las zonas carboníferas. Anglo American (Reino Unido), BHP Billiton (Reino Unido y Australia), Rio Tinto (Australia y Reino Unido), Xstrata (Canadá y Reino Unido), Drummond (EE.UU.), Amcoal (Sud África y Reino Unido) y Glencore International (Suiza) son responsables directos de daños ambientales, despojos, desplazamientos, amenazas y asesinatos, mientras empresas como Vattenfall, Essent, Delta, Electrabel y E.ON son corresponsables.