Un recorrido por los distintos conflictos sociales que vive el Perú, focalizados en diversas regiones pero con un sello en común: la defensa del territorio y los recursos naturales frente al avance de las trasnacionales, apoyadas por el gobierno y un fuerte aparato represivo.
Perú: la defensa del territorio frente al “régimen minero militar”
1. Perú: la defensa del territorio frente al “régimen minero militar”
Un recorrido por los distintos conflictos sociales que vive el Perú,
focalizados en diversas regiones pero con un sello en común: la
defensa del territorio y los recursos naturales frente al avance de las
trasnacionales, apoyadas por el gobierno y un fuerte aparato
represivo.
PUBLICADO: 2015 -06-20. LA MULA.PE
“Régimen minero militar” (1), “régimen empresario militar” (2),
“gobierno minero” (3). Así, diversos analistas políticos, militantes e
intelectuales intentan caracterizar el régimen de gobierno, pero
incluso aún más el propio régimen de poder que se ha ido
configurando en el Perú desde que se erigió el pacto hegemónico
inaugurado con el fujimorismo entre grupos de poder, los llamados
“poderes fácticos”, que prevalece aún después de la recuperación de
la democracia.
Y es que en el régimen de poder, el sector extractivo, particularmente
el minero, ha cobrado una gran importancia así como el despliegue
policial-militar puesto a su servicio. En este momento, una provincia
del Perú se encuentra en estado de emergencia a causa de las
protestas contra el proyecto minero Tía maría, y en varias regiones
que se han sumado a las manifestaciones, las fuerzas armadas están
autorizadas para ayudar a la policía a “resguardar el orden interno”.
2. Luego de la caída del fujimorismo, y con el fuerte ascenso de los
precios de las materias primas, y por tanto con la centralidad que fue
ocupando especialmente la minería en el “milagroso” crecimiento
macroeconómico peruano, la relevancia de las empresas mineras
trasnacionales y nacionales en las decisiones políticas del gobierno,
en la influencia sobre la opinión pública a través de los grandes
medios cada vez más concentrados, en la producción normativa y
una serie de mecanismos represivos para garantizar la inversión
minera y extractiva, se ha vuelto central.
De esta manera, lo que se abrió tras la caída del fujimorismo como
una “transición democrática” ha devenido crecientemente en un
régimen con fuertes connotaciones autoritarias, al igual que el
gobierno dirigido por Ollanta Humala, quien se instaló en 2011 como
resultado de una exigencia popular de reformas políticas y
económicas, se ha convertido en garante de la continuidad y la
posible extensión del pacto hegemónico en los próximos años.
Tiempos de resistencias
Importantes conflictos sociales en torno a los territorios, el uso y la
renta generada de sus recursos naturales, han marcado al gobierno
de Humala. Aunque tengan un hito previo importante en el
“Baguazo”, que fue la culminación sangrienta de una larga protesta
de los pueblos indígenas amazónicos contra decretos que facultaban
la venta y concesión de bosques, así como de sus tierras para la
explotación minera e hidrocarburífera sin que se respete su derecho a
la consulta. El “Baguazo” significó la muerte de decenas de peruanos
entre policías e indígenas aunque también la derrota de esos decretos
que se enmarcaban en la implementación del Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos por parte del gobierno de Alan García.
De esta manera, el Estado ha llevado una suerte de guerra a los
territorios que ha costado la vida de casi dos centenares de peruanos
3. entre los gobierno de García y Humala, la mayoría a manos de las
“fuerzas del orden” que son consideradas inimputables por ley cuando
las muertes se dan en “cumplimiento del deber” o se producen
producto del uso de armas reglamentarias. Protestar en rechazo a la
instalación de un proyecto minero, exigir que la riqueza extraída
beneficie a la población, o rechazar los abusos laborales en el Perú
puede costar la vida.
El gobierno de Humala se inició con el sonado conflicto en rechazo al
proyecto aurífero Conga en la región de Cajamarca (zona andina
norteña) y ahora parece estar terminando con la lucha social en
rechazo al proyecto cuprífero Tía Maria de la Southern en el Valle
agrícola de Tambo, en la Provincia de Islay, región de Arequipa (costa
sur). Sin embargo, otros conflictos han sacudido al gobierno
provocando la caída de varios gabinetes. Uno de ellos es el de
Espinar, una provincia cusqueña que convive conflictivamente con la
minería y que ha tenido persistentes conflictos con la empresa Xtrata.
Las causas: la contaminación y también la exigencia de la población
por obtener recursos provenientes de las utilidades de dicha
empresa.
Otro caso es el de la ciudad de Marcona en la región Ica, en la que,
tras la privatización de la empresa estatal Hierro Perú, se instaló la
empresa China Shougang, con una serie de privilegios otorgados por
el gobierno de Fujimori como el control territorial de gran parte de la
ciudad, de varios servicios públicos, pero además una serie de abusos
laborales amparados en un régimen terciarizado. Recientemente
estalló un conflicto debido al despido de trabajadores mineros de
empresas contratistas tras su exigencia de reconocimiento de similar
estatus al de los trabajadores contratados directamente por
Shougang. A esta protesta se sumó toda la localidad por los
permanentes abusos de la empresa.
Saqueo y represión
4. Varios elementos comunes recorren estas protestas sociales: una
gran movilización y ocupación territorial por parte de la policía y
también en algunos casos militar. En un país en el que día a día se
vive una permanente zozobra por la acción del crimen organizado, el
Estado moviliza a miles de agentes para respaldar a las empresas y
ponerlas bajo su mando, al extremo que muchas comisarías
funcionan en instalaciones de dichas empresas. La muerte de
personas por armas de fuego utilizadas por la policía es otro
elemento común que revela la dimensión de la represión
desencadenada. Debemos agregar la persecución, criminalización y
judicialización de los dirigentes sociales, así como la intervención del
Estado a los gobiernos locales o regionales que toman partido por la
población a través del congelamiento de sus cuentas.
Con el fin del ciclo de crecimiento producto de la caída de los
minerales, con una economía adicta a las divisas provenientes de su
exportación, los poderes fácticos dominantes no han tenido mejor
idea que profundizar la desregulación ambiental, laboral, tributaria, y
de acceso a la propiedad no formalizada de las comunidades
indígenas y campesinas hoy desprotegidas jurídicamente debido a la
indolencia histórica del propio Estado. Esto a través de paquetes
legislativos presentados y aprobados en un Parlamento obsecuente,
compuesto por varios congresistas cuyas campañas fueron
financiadas por fundaciones de empresas mineras.
De esta manera, el Perú se viene convirtiendo en una suerte de mapa
de archipiélagos territoriales controlados por grandes empresas en
alianza con el gobierno que ejercen funciones estatales, no sólo
políticas o “militares”, sino de inversión con recursos públicos a
través de las llamadas obras por impuestos y las iniciativas público-
privadas impulsadas por el gobierno central para “dinamizar la
economía”, pero también para legitimar a las empresas frente a la
población o eximirlas de impuestos.
5. Si bien es cierto que las movilizaciones y protestas sociales han sido
importantes, estas carecen de articulación o de algún tipo de
representación política, además de concentrarse principalmente en
las áreas rurales, lo que impide que, al menos por ahora, puedan
convertirse en la base de una alternativa política. Por otra parte, en
una economía marcada por la informalidad, ante la ausencia del
Estado y la destrucción del tejido organizacional popular por las
lógicas mercantiles consumistas, porciones también importantes de
los territorios vienen siendo utilizadas como plataformas de poderes y
economías delictivas o no reconocidas, que también han empezado a
jugar un rol relevante. Este es el Perú que se ha construido luego de
más de 20 años de neoliberalismo y de varios años de crecimiento
económico.
1- Santiago Pedraglio http://bit.ly/1GG5uWO
2- Raúl Wiener http://bit.ly/1Fi9UOd
3- Francisco Durand http://bit.ly/1IeaOO3
Publicado en: Revista Marcha. Una mirada popular de la
Argentina y el mundo. http://www.marcha.org.ar/