Pronunciamiento de Mujeres en defensa de la Ley 348
Territorios emberas son reserva ecológica para el futuro
1. Territorios emberas son reserva ecológica para el futuro
Sitios sagrados resisten a la minería
Por: Mariana Escobar Roldán
El 51% de los bosques naturales de Antioquia están en la mira de las
multinacionales.
Los indígenas emberas de Antioquia protegen sus sitios sagrados. /
Herminso Ruiz
Los que están bajo protección indígena son los mejor preservados,
aunque esto supone una amenaza para los defensores.
Cuando se sobrepone la imagen de los territorios indígenas en el
mapa de Antioquia y la de las concesiones mineras que operan en el
departamento, es posible ver una mancha verde, que aunque
minúscula, contrasta con lo demás (ver mapa).
Esa huella, más visible en el occidente, corresponde a los bosques
naturales mejor conservados, aquellos que la fiebre del oro no ha
podido contagiar. Así lo detectó un grupo de la Organización Indígena
de Antioquia (OIA), que busca proteger el patrimonio natural.
De acuerdo con información de la entidad, el 23% del departamento
es bosque natural. De esta fracción, un 17% pertenece a indígenas y
más de la mitad de esa porción (730.724 hectáreas) está siendo
solicitada para explorar y explotar minerales.
2. La mayoría hace parte del Sistema de Sitios Sagrados Naturales de la
etnia embera, cuyos miembros se han encargado de protegerla frente
a las solicitudes de empresarios nacionales y multinacionales y a las
amenazas e intimidaciones de grupos armados.
Según Hernán Posada, investigador de la OIA, da la casualidad de
que estos territorios (donde los indígenas practican ceremonias,
encuentran el equilibrio ecológico y espiritual y de donde extraen las
bases de su medicina ancestral) son los mejor preservados y, en su
mayoría (un 75%), no han podido ser penetrados por la avanzada
minera que asedia a Antioquia.
Palabras más palabras menos, los sitios sagrados que protegen los
indígenas en el departamento, pese a estar en la mira de las
compañías, presentan las mejores condiciones ambientales de la
región.
Dichas áreas, entre Urrao, Vigía del Fuerte, Murindó, Mutatá, Dabeiba
y Chigorodó, tienen la particularidad de que no están fragmentadas,
sino que conforman un corredor gigantesco de bosque virgen, lleno
de picos, hondonadas, valles y ríos, con un valor ambiental y cultural
incalculable.
Jorge Ceballos, director territorial de Andes Occidentales en Parques
Nacionales Naturales, dice que gracias a la conservación que han
hecho las etnias, el departamento tiene una importante reserva
ecológica para el futuro: “Ese manto verde tiene un nivel de
biodiversidad altísimo, allí se salvaguardan especies amenazadas y
sus ríos surten de agua dulce a gran parte del occidente y el Urabá
antioqueño”.
Quienes por estos bosques han transitado, dicen que entre tanta
espesura se pierde el horizonte y todo aquel que desconozca el
camino. Acceder es tarea ardua.
Esta es una de las razones por las que las compañías con interés en
explorar los sitios sagrados indígenas de Antioquia han tenido que
retroceder.
3. Pese a las condiciones geográficas de los sitios sagrados, el interés y
presencia de las mineras en territorio indígena es inminente.
En enero de 2009, por ejemplo, la Muriel Mining Corporation comenzó
a desarrollar en el Cerro Careperro (el sitio sagrado más importante
para los embera del occidente de Antioquia, ubicado entre los
municipios de Carmen del Darién y Murindó) el megaproyecto “Mandé
Norte”. Su ingreso vino acompañado por la presencia de miembros de
la Brigada Quince del Ejército.
Según Nury Yagarí, líder y abogada embera, aunque la multinacional
tenía el permiso para intervenir nueve sitios, no siguió el proceso de
consulta previa con las comunidades , como lo estipula la ley que
salvaguarda las minorías étnicas. Yagarí asegura que en cambio los
empresarios intentaron comprar con comida, licor y dinero a los
líderes indígenas.
A propósito, la OIA no tiene registros de que alguna empresa haya
consultado a las comunidades antes de emprender un proyecto. En
respuesta, los indígenas se han opuesto y han impedido por vía legal
y mediante movilizaciones dichos agravios.
Nury Yagarí, líder y abogada embera, dice que cuando los indígenas
manifiestan resistencia, temen por su seguridad. En 2011 hubo 20
líderes amenazados, mientras el Ejército los tacha de pertenecer a
bandos contrarios, cuenta ella.
No en vano, este año la Agencia de las Naciones Unidas para los
Refugiados (Acnur) advirtió que, entre otras causas, el conflicto
armado y la presencia de multinacionales ponen en peligro la
supervivencia de 34 pueblos indígenas de Colombia.
Según cuenta Yagarí, hay un médico tradicional de Dabeiba que dice
haber visto en sueños a un gran dragón debajo de la zona del Atrato
antioqueño, diciendo que si lo molestan, si perforan el subsuelo,
podría manifestarse y causar una tragedia para los emberas. Tal vez
el médico no esté delirando. Hernán Posada asegura que de entrar
las mineras a los sitios sagrados, se rompería todo el equilibrio
espiritual y ambiental de las comunidades, la salud de los niños se
4. deterioraría, las fuentes de agua se agotarían y el tejido social tendría
una ruptura. “Estaríamos condenados al exterminio de los indígenas”.
Mariana Escobar Roldán | Elespectador.com