2. El imperialismo es una doctrina política que
pretende situar por encima de otros Estados o
comunidades al propio. El imperialismo moderno
suele referirse a la actitud de algunas potencias,
principalmente europeas, desde la Edad Moderna
hasta el proceso de descolonización tras la
Segunda Guerra Mundial; y más específicamente,
incluso con el nombre Era del Imperialismo, utilizado
por la historiografía, al periodo que va de 1871 a
1919, en que se produjo una verdadera carrera para
construir imperios, principalmente con el llamado
reparto de África.
3. A ese periodo se refieren dos de los textos más importantes que
fijaron el concepto: Imperialism, a study, de Hobson,
El imperialismo, fase superior del capitalismo, de Lenin. Hay que
mencionar que, imperialismo y colonización, son términos
parecidos pero no iguales, ya que pueden ser confundidos, y
tomarse como sinónimos. Desde una perspectiva marxista el
imperialismo no es un periodo acabado de la historia, ni
tampoco una forma extinguida de dominación política, sino la
forma por la cual la propiedad del capital se concentra en unos
países "centrales". Los países "periféricos" (en politología
también se emplea la nomenclatura "norte-sur") sufren de este
modo la explotación de los primeros. El trabajo y los recursos
naturales se concentran en los países periféricos pero no su
"gestión" ni, por ende, el
4. El imperialismo se puede entender como el dominio que pueden
ejercer naciones sobre otras más débiles. Existen imperialismos
desde que han existido imperios desde la antigüedad, pero hay
una tendencia actual generalizada a enfocar como
"imperialismo" al proceso de expansión económica que tuvo
lugar en Europa a mediados del siglo XIX, sobre todo a partir de
1870, y éste fue conocido como imperialismo librecambista.
Durante este periodo, muchos países europeos, especialmente
Gran Bretaña, se extendieron, primero de forma no oficial y más
tarde anexaron territorios y formando colonias en África, Asia y
el Pacífico. Esta expansión fue consecuencia de la búsqueda
fuera de Europa de mercados y materias primas para la
revolución industrial y se dio hasta el comienzo de la
Primera Guerra Mundial, en 1914 y permanecieron sus vestigios
hasta la descolonización, en los años 70.
5. A partir de finales del siglo XIX el imperialismo se
caracterizó sobre todo por la dominación económica
impuesta por las potencias sobre naciones inferiores a
éstas, ya que la dominación política cada vez fue más
puesta en duda. A comienzos del siglo XX y durante la
segunda postguerra, en los países subdesarrollados
surgieron movimientos nacionalistas que muchas veces
acabaron la colonización de otras potencias sobre ellos.
En ese sentido se debe decir que en la actualidad la
prepotencia de los países más poderosos se verifica más
en el terreno económico que en el político, aunque un
análisis exhaustivo de la evolución política del sur muestra
la dependencia del norte también en lo político.
6. No obstante, en los albores de la
Segunda Guerra Mundial, se comienza a usar la
denominación de "imperialismo" para referirse a dos
nuevas potencias, más tarde enfrentadas en la
Guerra Fría; son la Unión Soviética y Estados Unidos.
En este sentido, una famosa cita del líder político inglés
Winston Churchill, acerca de los vencedores en el
conflicto armado, dice: "La historia la escriben los
vencedores"; no obstante, surgirían diversas corrientes
de opinión y movimientos sociales de distinto signo
político o ideológico que mantendrían posiciones
críticas o abiertamente contrarias a la visión
predominante
7. A finales del siglo pasado y comienzos de este (XXI) se
imponen las posiciones norteamericanas; la
preponderancia económica de los EEUU, conlleva además
un predominio cultural, encabezado por industrias del
entretenimiento como la cinematográfica y la musical. Este
dominio económico-cultural, unido a la publicidad y en el
consumo, se ha valorado por algunos sectores ideológicos
como un tipo de colonialismo cultural (ver Pierre Bourdieu
y Loïc Wacquant, Las razones del imperialismo), mientras
que en el campo político, se ha calificado como
imperialista la política exterior de Estados Unidos, Europa
Occidental y Japón principalmente, y su intervencionismo
en diversos conflictos .
8. Económicas
La crisis de 1873 provocó el descenso de los precios, y con ello el proteccionismo, es
decir, la protección de los productos propios de cada país prohibiendo la entrada de
artículos extranjeros o gravándolos con impuestos. Esto dio lugar a la necesidad de
encontrar nuevos mercados que no estuvieran controlados por dicho sistema. Por otra
parte, potencias capitalistas europeas como Inglaterra, Países Bajos y Francia necesitan
dar salida a su excedente de capital y lo hacen invirtiéndolo en países de otros
continentes estableciendo préstamos, implantando ferrocarriles, instalando puertos, etc.
Además estos países necesitan buscar materias primas para sus industrias ya que,
empiezan a agotarse o a escasear en Europa. La Segunda Revolución Industrial, por otra
parte, necesita de nuevas materias primas de las que Europa no dispone o escasean,
como plata, petróleo, caucho, oro, cobre, etc. las causas económicas fueron el fruto de la
expansión del capital industrial y se vieron obligados a buscar territorios nuevos donde
pudieran invertir el exceso de capitales acumulados, estos capitales encontraron una
productiva salida en forma de créditos otorgados a la minoría de los indígenas que
colaboraban con la metrópoli, y principalmente a la inversión de infraestructuras, también
la apropiación de territorios para obtener materias primas y para dominar espacios donde
colocar sus mercados para fines del régimen del monopolio
9. En Europa, entre 1850 y 1914, se produjo un gran
aumento demográfico, llegando incluso a duplicarse
su población, por lo que en algunos países
empezaban a escasear los recursos. Gran parte de
la población, unos 40 millones de europeos, no
tenía otra salida que marcharse a las colonias de su
respectivo país ya que no contaban con trabajo, ni
con alimentos suficientes para abastecerse todos y
cambiaron su residencia en busca de riquezas y
mejores condiciones de vida.
10. Adoptado por los imperialistas, sobre todo en
Inglaterra, para excusar sus actuaciones. Tras
conocer las recientes teorías de Darwin sobre la
evolución de las especies por selección natural,
sostenían que, al igual que las distintas especies
o razas, las sociedades más avanzadas tenían
derecho a imponerse y a seguir creciendo aunque
fuera a costa de las más inferiores o retrasadas
11. Existía un fuerte interés por descubrir y analizar
nuevas especies de animales y plantas, conocer
nuevos territorios y realizar investigaciones de
todo tipo. Esto hace que muchos científicos
deseen progresar, lanzándose a la aventura
consiguiendo a cambio grandes avances en
campos como la biología y la botánica.
12. Algunos políticos quieren hacer olvidar rápidamente
sus derrotas consiguiendo nuevos territorios. La
navegación también fue un factor importante ya que
los barcos de vapor, ahora capaces de llegar mucho
más lejos, necesitan disponer de puntos costeros por
todo el mundo para poder reponer las existencias de
carbón, por lo que cuando el establecimiento de estos
pasó a manos del estado, en lugar de limitarse a
dicho punto, éste intentó controlar cada vez más
territorio. Allí donde se tenga un predominio político se
tendrá el predominio de los productos, un predominio
económico.
13. El periodo entre 1871 y 1914 fue de paz entre las
principales potencias europeas, la denominada Bella
Época (Belle Époque). La disponibilidad de un creciente
potencial demográfico para el alistamiento se puede
emplear en territorios extra europeos, siguiendo o
precediendo a la expansión colonial económica de las
empresas y a la emigración.
Las razones geoestratégicas eran resultado de la
competencia por el dominio de rutas navales (escalas
necesarias para el repostaje de los buques) y de espacios
continentales clave, como la denominada área pivote del
Asia Central o el imperio continuo en África (la continuidad
territorial entre las bases navales en mares opuestos).
14. Demográficas
En general, la población sufrió un incremento al
disminuir la mortalidad, por la introducción de la
medicina moderna occidental y mantenerse una alta
natalidad. Ello se tradujo en un desequilibrio entre
población y recursos, que aún hoy día persiste. No
obstante, en algunas zonas, la población autóctona
sufrió una drástica reducción (especialmente durante
la primera fase del imperialismo), como consecuencia
de la introducción de enfermedades desconocidas
(viruela, gripe, etc.). En otros lugares, la población
indígena fue simplemente reemplazada por colonos
extranjeros.
15. La explotación económica de los territorios adquiridos hizo
necesario el establecimiento de unas mínimas condiciones para
su desarrollo. Se crearon infraestructuras (puertos, ferrocarriles)
destinados a dar salida a las materias primas y agrícolas que
iban destinadas a la metrópolis. Las colonias se convirtieron en
abastecedoras de lo necesario para el funcionamiento de las
industrias metropolitanas, mientras éstas colocaban sus
productos manufacturados en los dominios. La economía
tradicional, basada en una agricultura autosuficiente y de
policultivo, fue sustituida por otra de exportación, en régimen de
monocultivo, que provocó, en gran medida, la desaparición de
las formas ancestrales de producir y la extensión de cultivos
tales como el café, el cacao, el caucho o el té, que alteraron el
paisaje
16. Las consecuencias sociales se manifestaron en la instalación de una
burguesía de comerciantes y funcionarios procedentes de la metrópoli
que ocuparon los niveles altos y medios de la estructura colonial. En
algunos casos, se asimilaron determinados grupos autóctonos dentro
de la cúspide social. Se trataba de las antiguas élites dirigentes y de
miembros de determinados cuerpos del ejército o la función pública
colonial. En ambos casos su asimilación fue acompañada de una
profunda occidentalización. Cuando, a raíz del proceso de
descolonización, comienzan a surgir estados a partir de lo que fueron
colonias, esos grupos sociales ocuparán una posición relevante en la
administración y el gobierno de los nuevos países (ej. Gandhi en la
India). Junto a esas minorías, la inmensa mayoría de la población
autóctona sufrió un generalizado proceso de proletarización que se
constituyó en una inagotable fuente de mano de obra barata destinada
a atender la creación de infraestructuras y al trabajo en la agricultura
de plantación.
17. Los territorios dominados sufrieron un mayor o menor grado de
dependencia respecto a la metrópoli, en función del tipo de
organización administrativa que les fue impuesto. Sin embargo,
esta dependencia no estuvo exenta de conflictos, que fueron el
germen de un antiimperialismo protagonizado generalmente por
las clases medias nativas occidentalizadas, que reclamaban la
toma en consideración de las tradiciones autóctonas. Ello se
canalizó a través de las premisas del juego democrático que las
metrópolis defendían para sí mismas pero que negaban a sus
colonias: libertad, igualdad, soberanía nacional, etc. Un ejemplo
temprano donde se plasma el espíritu de estos movimientos es
el nacimiento del Partido del Congreso en la India, liderado por
Mohandas K. Gandhi, que extendió su base entre los miembros
más humildes de la sociedad colonial.
18. El imperialismo condujo a la pérdida de identidad y de
valores tradicionales de las poblaciones indígenas y a la
implantación de las pautas de conducta, educación y
mentalidad de los colonizadores. Asimismo, supuso la
adopción de las lenguas de los dominadores
(especialmente el inglés, el francés y el español). Ello
arrastró a una fuerte aculturación. La religión cristiana
(católica, anglicana, protestante, etc.) desplazó a los credos
preexistentes en muchas zonas de África o bien se fusionó
con esas creencias, conformando doctrinas de carácter
sincrético. Sin embargo, en Asia y el mundo musulmán el
resultado de la evangelización fue menor que en el África
negra, al estar allí firmemente arraigadas antiguas
religiones, complejas y muy estructuradas
19. Los mapas políticos se vieron alterados por la
creación de fronteras artificiales que nada tenían
que ver con la configuración preexistente y que
supusieron la unión o división forzada de grupos
tribales y étnicos diferentes, provocando
innumerables conflictos políticos sociales y
étnicos, que persisten hoy día
20. La introducción de nuevas formas de explotación
agrícola e inéditas especies vegetales y animales
provocaron la modificación o destrucción de los
ecosistemas naturales. Así, por ejemplo, el bisonte
fue casi exterminado en las praderas americanas; el
conejo se convirtió en una auténtica plaga tras su
introducción en Australia, donde carecía de
depredadores naturales; las grandes selvas tropicales
fueron objeto de deforestación causada por la
sobreexplotación maderera y la introducción de los
monocultivos de plantación; los ríos fueron
contaminados con residuos procedentes de los
sistemas de extracción de metales preciosos.
21. Económica
Las naciones dominan a otras para expandir su economía, obtener materia prima, mano
de obra, o para dar salida a los excedentes de capital.
Política
Los estados tienden a expandirse por ambición de poder, prestigio, seguridad y ventajas
diplomáticas respecto a otros estados.
Ideológica
Los países se ven impulsados a expandir su influencia para a su vez expandir sus valores
políticos, culturales y religiosos, a su vez los países son beneficiados con paz, seguridad
y prosperidad.
Religiosa
Los países con estándares religiosos solían expandir su influencia por países cercanos a
este para así propagar su religión.es un sistema de la actividad humana compuesto por
creencias y prácticas acerca de lo considerado como divino o sagrado, tanto personales
como colectivas, de tipo existencial, moral y espiritual. Se habla de «religiones» para
hacer referencia a formas específicas de manifestación del fenómeno religioso,
compartidas por los diferentes grupos humanos. Hay religiones que están organizadas de
formas más o menos rígidas, mientras que otras carecen de estructura formal y están
integradas en las tradiciones culturales de la sociedad o etnia en la que se practican.
22. LAS BASES DEL IMPERIO
Inglaterra se anticipa a las restantes potencias en
la toma de posiciones; después de la
desaparición del primer Imperio colonial francés y
de la emancipación de la América española
permanece como el único imperio colonial
europeo. Hacia 1850, dispone:
23. A) De una cadena de escalas, conquistadas en su mayoría a franceses, holandeses y
españoles durante los siglos XVIII y XIX: Malta, Corfú y las islas Jónicas en el
Mediterráneo; Gibraltar, Santa Elena, El Cabo, isla Mauricio, Adén, Ceilán, en la ruta de
las Indias; Singapur y Hong Kong en la ruta de China.
B) Establecimientos comerciales en la costa africana:
Sierra Leona y Gambia, que en el siglo XVIII habían sido centros de la trata de esclavos,
ahora abolida.
c) Colonias de plantación, que suministran productos tropicales: Antillas, Honduras,
Guayana.
d)Colonias de poblamiento blanco, destinadas por sus condiciones climáticas, a absorber
excedentes de población emigrante: Canadá, Australia, Nueva Zelanda, África del Sur,
zona esta última inestable, de continuos conflictos con los boers.
N e)Una colonia de explotación típica, la India, administrada desde 1777 por la Compañía
de las Indias Orientales, y que juega un papel creciente en la economía británica,
especialmente como proveedora de algodón. Inglaterra se afana en controlar sus
accesos, por esta razón ordena Disraeli en 1875 la compra de 176.000 acciones del canal
de Suez, y en aislarla de otras colonias europeas con Estados tapones, como los
protectorados de Cachemira, Beluchistán y Afganistán. La India es, por tanto, el eje del
Imperio.
24. La crisis económica de 1882, en la cual confluyen años de malas cosechas y la competencia
de los productos baratos que sitúan en los mercados Estados Unidos y Alemania, obliga a
muchos ingleses a buscar fortuna lejos de la metrópoli. De 200.000 a 300.000 ingleses salen
todos los años, primero hacia Estados Unidos, más tarde preferentemente hacia las colonias,
aunque no desaparezca la emigración hacia Norteamérica. Disraeli habla con entusiasmo del
Imperio; Gladstone titubea, pero se ve obligado en muchos puntos a continuar la política de
los conservadores, quienes desde 1886 dan nuevo impulso, con Salisbury y Chamberlain, a la
expansión imperial. Lord Curzon exclama: “El Imperio Británico es, después de la Providencia,
el bien más grande que ha habido en el mundo.”
A principios del siglo XX, Inglaterra dispone de un Imperio de 33 millones de km2 con 450
millones de habitantes , aproximadamente la cuarta parte de la población mundial. Los
problemas de tan vastos territorios llegan a ser un peso para sus finanzas y debilitan su
posición internacional en Europa. Es el momento de poner fin a la expansión y de frenar a
Alemania, para lo cual rompe su tradicional aislamiento y se aproxima diplomáticamente a
Francia y Rusia. En todas partes ha podido construir la infraestructura ferroviaria y de puertos,
o efectuar trabajos de irrigación en la India y Egipto, puesto que capitales no faltan en la isla.
Las colonias de plantación han alcanzado su rendimiento máximo: algodón en la India y
Egipto, yute en la India, té en Ceilán, hevea en Malasia. Los territorios de población blanca,
débilmente poblados, le envían excedentes de carne, trigo y lana. Las minas de Africa del Sur,
Australia y otros países ponen a su disposición oro y diamantes, estaño, cobre
25. En este Imperio, base de la potencia económica inglesa, pueden distinguirse dos tipos de territorios: los
“dominios” y las “colonias de explotación”.
Los dominios eran zonas de poblamiento, es decir, las preferidas para instalarse de modo definitivo los
emigrados de Inglaterra. Disfrutaban de amplia autonomía y tenían instituciones de gobierno semejantes
a las inglesas: Parlamento, partidos políticos.
Canadá, Australia, Nueva Zelanda y la Unión Sudafricana, pertenecen a este grupo. En Canadá se
trataba de retener a los inmigrantes que se proponían pasar a Estados Unidos; para ello se distribuyeron
tierras gratuitas o a bajo precio. La pradera canadiense se convirtió en uno de los graneros del mundo.
En Australia se procuró evitar la inmigración amarilla; en sus inmensos espacios desiertos empezaron a
aparecer granjas; el descubrimiento de minas de oro, las posibilidades de explotación de los rebaños de
ovejas y de dar otra vez popularidad en Inglaterra a los tejidos de lana, atrajeron a hombres de la
metrópoli. Eran casi totalmente libres en política interior; sólo un gobernador general representaba al rey
de Inglaterra. La política exterior estaba controlada por la metrópoli, pero ésta trataba de armonizar los
intereses de estos territorios con los propios, por medio de las Conferencias Imperiales, que reunían al
primer ministro inglés y a los de los distintos “dominios”. La estructura del Imperio era, prácticamente,
federal.
En la historia del Imperio Británico África del Sur supone un capítulo complicado. Los descubrimientos
mineros de diamantes y oro atraen a los ingleses desde sus posiciones costeras en El Cabo y Natal
hacia el interior, donde viven negros en las zonas más pobres, y blancos boers, descendientes de
holandeses, en Orange y Transvaal; los boers son agricultores puritanos, hostiles al capitalismo
industrial. Los ingleses les bloquean al anexionarse Basutolandia y Swazilandia alrededor de 1880
26. Disraeli proclama la incorporación de los Estados boers, pero una
revuelta obliga a los británicos a abandonarlos. El cerco lo completa
Cecil Rhodes, que soñaba con una África británica “desde el Cabo al
Cairo’, al conquistar Bechuanalandia y Rodesia. La guerra de los boers
dura tres años (1899-1902). Con la paz de Pretoria pierden su
independencia pero conservan su lengua y obtienen promesas de
cierta autonomía.
Las colonias de explotación, la India, África (excepto la Unión
Sudafricana), suministran materias primas y carecen de la autonomía
política de los dominios. La India, con sus casi cinco millones de km2 y
sus 300 millones de habitantes, es la más importante. Desde mediados
de siglo se sustituye la administración de la Compañía de las Indias por
la directa de la metrópoli. Suministra a Gran Bretaña algodón, yute,
trigo, aceites, té y algunos minerales, pero las hambres y la ruina del
artesanado indígena provocan un movimiento nacionalista, del que es
exponente la revuelta de los cipayos en 1859, que tardó dos años en
ser dominada, en el Sur de la India
27. En 1877 la reina Victoria es proclamada
emperatriz de las Indias. En 1885 nace un partido
político nacionalista, el Congreso Nacional Indio,
que solícita la conversión en dominio, tomando
como modelo a Canadá. Inglaterra se resistió a
aflojar el control de un territorio cuya economía
suponía tanto para su industria, pero concedió a
jefes indígenas la administración local
contribuyendo a la prosperidad comercial de
ciudades, como Bombay y Calcuta
28. Francia es la otra potencia que consiguió formar un
Imperio colonial de importancia mundial. De todas
formas, sus bases eran más precarias que las del
Imperio Británico. Los franceses tenían menos
tendencia a emigrar; sólo unos 20.000 anuales en los
años 90 (frente a los 300.000 ingleses). Y ninguna de
sus colonias ofrecía una importancia económica
semejante a la de Canadá, Australia o la India. La
expansión francesa se orienta en primer lugar al
control del África mediterránea; Argelia es la zona de
colonización a la que emigran las familias francesas
29. La importancia estratégica excepcional de Suez la
comprendieron antes que los ingleses; con capital francés y
proyecto del ingeniero Fernando de Lesseps, se construyó el
canal, que se inaugura en 1869. Aparte del espacio
mediterráneo y las posesiones africanas, los franceses se
establecieron en el Sudeste asiático: una colonia en el delta del
Mekong —Cochinchina— y un protectorado en un reino vecino:
Camboya.
Hasta 1870 Francia no tenía una política colonial de amplias
perspectivas. También en Francia una crisis económica,
provocada por la derrota en la guerra contra Prusia, empuja a
los sucesivos gobiernos —Gambetta, Ferry, Delcassé— a
procurar la recuperación del país con la explotación de colonias.
30. Jules Ferry es no sólo el político imperialista por excelencia
sino también uno de los mejores teóricos del colonialismo.
La colonización de Argelia, el protectorado sobre Túnez y la
penetración en África, datan de este periodo de fin de siglo.
A partir de 1873 los franceses, partiendo de Cochinchina,
remontan el no Mekong y buscan una vía de penetración
hacia China. Ocupan Annam, Tonkin (panes del Vietnam
actual) y Laos. Con todos los territorios ocupados se forma
la Unión Indochina. En los deltas se expansionan los
arrozales, la población crece rápidamente. Por el puerto de
Haiphong sale carbón, estaño y zinc para Francia, que
dispone además de grandes cantidades de arroz
indochino.
31. Pieza clave en el Imperio Francés será la extensa isla
de Madagascar. La ocupación comienza con una
intervención en 1883. La figura destacada de la
colonización es Galliéní, que preconiza una ocupación
lenta y progresiva con un mínimo de destrucciones,
funda escuelas, impulsa los traba los portuarios y
ferroviarios.
En menor escala que Inglaterra, Francia entra en el
siglo XX con un Imperio que supone el control de
algunas líneas comerciales y la abundancia de
materias primas y alimentos.
32. Otras potencias consiguieron territorios sin la
cohesión de un imperio multicontinental, porque
no llegaron a tiempo o carecían de fuerza
suficiente para su control.
33. se anexionó el riquísimo Congo en 1908, con lo
que multiplicaba su territorio y sus riquezas. No se
trató de una empresa nacional sino de una
empresa privada pilotada por el rey Leopoldo II,
quien formó una compañía, absorbió la mayoría
de las acciones y a su muerte legó a su país esta
gigantesca colonia
34. Holanda, al igual que Portugal, tuvo la ventaja del
apoyo en posesiones ocupadas desde la Edad
Moderna. Dos notas deben resaltarse en la
colonización de la Insulindia holandesa: un rápido e
inteligente proceso de sustitución de producciones, al
promover la de los artículos de plantación
tradicionales, azúcar, café, nuez moscada, índigo, por
productos nuevos de la era industrial: quinina, caucho
y petróleo; y una auténtica explosión demo gráfica en
las islas índicas, que le proporcionó abundan te mano
de obra.
35. Alemania compareció tarde en el reparto del
mundo. La presión de los comerciantes contribuyó
al viraje de la política colonial de Bismarck, quien
en el Congreso de Berlín (1884-1885) maniobró
para conseguir reservas en África. Y
efectivamente parte del África oriental se
convertiría en el botín colonial alemán.
36. L ÍNEAS MAESTRÁS DEL REPARTO
Mientras América se emancipa y Asia presenta zonas de
colonización bien delimitadas —los ingleses en el Sur, los
franceses en el Sudeste—, África es en el siglo XIX el
continente en el que confluyen, de forma confusa, las apetencias
de todas las potencias colonizadoras; es el continente del
reparto, no exento de tensiones y choques. En África con
parecen ingleses y franceses, superpotencias del imperialismo,
pero también belgas, alemanes, italianos, portugueses y
españoles. En 1880 era un continente desconocido, en el que
los europeos ocupaban únicamente una serie de posiciones
costeras; en 1914 está totalmente repartido entre las potencias
europeas y sólo subsisten dos Estados independientes: Liberia y
Etiopía. En la complicada historia del re parto podemos
encontrar algunas líneas maestras:
37. a) Ocupación inicial de la costa. Desde las posiciones
costeras se penetra hacia el interior. El objetivo ideal
sería alcanzar la costa opuesta y formar un imperio
continuo, ambición que sólo estuvo a punto de con
seguir Inglaterra.
b) Aspecto legal. ¿Es el descubrimiento o la
ocupación efectiva la que otorga derecho de explotar
un territorio? La conferencia de Berlín de 1885 se
inclina por la ocupación, lo que acelera el ritmo de la
colonización y la aparición apresurada en el mapa
africano de los países que todavía no habían iniciado
la formación de un Imperio.
38. c) Penetración por los valles de los ríos. Con la
ocupación del valle se considerará que se tiene
derecho a la ocupación de la cuenca entera y a la
formación de una colonia sobre ella. Es el caso del
Nilo, del Niger y del Congo.
d) La ocupación es paulatina, casi lenta. Al principio
no se piensa en colonias, sino en factorías, en bases
costeras de aprovechamiento. La doctrina imperialista
es tardía, empírica, se forma tras la ocupación real de
las primeras colonias
39. e) La clave de la ocupación africana está en Egipto y
en el valle del Nilo. Aunque hubo problemas
complicados, como el del Congo, la base de todos los
planteamientos es la defensa inglesa del valle del Nilo
y el intento francés de llegar a él. En general, todos
quieren llegar al Ni lo, tanto si parten del Atlántico
como del Indico.
La complejidad del reparto de África quedó reflejada
en el Acta de la Conferencia de Berlín, en la que se
habla de territorios, pero también de la libertad de
comercio en la cuenca del Congo y de navegación en
el Níger, así como la protección a los indígenas, y a
viajeros y misioneros en el ejercicio de su actividad.
40. La costa mediterránea parece ser una zona reservada a
Francia hasta la aparición de los ingleses en Suez. Los
franceses han iniciado la ocupación de la costa argelina en
1830, bajo Carlos X. Va a ser una colonia de poblamiento
europeo: en 1870 viven en Argelia 250.000 franceses y en
1914 ya 800.000. Sobre Túnez se volcaban las apetencias
francesas, inglesas —tras la construcción del canal de
Suez— y alemanas. Son los franceses los que consiguen
instalar una especie de protectorado. La doctrina del
protectorado tarda en elaborarse; por el Tratado del Bardo
(1881) se establece una ocupación militar temporal; en la
convención de La Marsa (1883) se habla de tutela, con la
que se priva al protegido de autogobierno
41. La presencia de los ingleses en Suez se produce
cuando, en 1878, Egipto no puede pagar los intereses
de las acciones inglesas y francesas del Canal y se ve
obligado a confiar la gestión de sus finanzas a las dos
potencias europeas. Un movimiento nacionalista
provoca una matanza de europeos en Alejandría: es
el momento esperado por los ingleses para ordenar el
desembarco de Wolseley y la ocupación militar del
país, con la ficción del mantenimiento de la
administración egipcia. Los ataques de los sudaneses
obligan posteriormente a los ingleses a avanzar hacia
el Sur, a lo largo del valle del Nilo
42. En la costa occidental tres grandes ríos señalan la penetración de tres países:
por el Congo se expansionan los belgas, que heredan los derechos de la
sociedad internacional —presidida por el rey Leopoldo II— que ha explorado la
zona; los franceses remontan el Senegal, por medio de Faidherbe; los ingleses
el Níger, dirigidos por Goldie. Las cuencas del Senegal y el Níger no plantean
problemas.
No ocurre lo mismo con el Congo, en cuya orilla derecha se ha establecido el
francés Brazza, y en cuya desembocadura los portugueses han instalado el
enclave de Cabinda. La complejidad de la colonización en el Congo provoca la
convocatoria del Congreso de Berlín (1885), en el que se determina la
existencia de un Esta do libre del Congo —en realidad controlado por los
belgas—, se delimita la zona francesa, en la orilla derecha, y se dibuja otra
zona que quedará bajo control internacional. Después del Congreso la mayor
actividad en la costa Oeste es la francesa; con la penetración hacia el interior
se empieza a pensar en la unión con la costa mediterránea y en la constitución
de un África Occidental Francesa.
43. En la costa oriental africana no existían grandes Esta dos en tierra
firme, ni tampoco un comercio intenso, a excepción del marfil, que era
transportado por esclavos. Por este motivo, Inglaterra no deseaba
establecer en Zanzibar un protectorado británico. Pero la presencia ale
mana, representada por la Compañía Alemana del África Oriental, incita
a los ingleses a defender sus bases y a declarar que los puertos de
Mombasa y Zanzíbar son vitales para las comunicaciones con la India.
Ante esta situación, Salisbury y Bismarck se dividen en el año 1886 la
tierra firme, el Norte para los ingleses, el Sur para los alemanes.
Es la hora de los italianos, espoleados por las ansias colonizadoras de
Francesco Crispi; desde el puerto de Massaua en el mar Rojo se
expansionan hacia Eritrea y posteriormente hacia Etiopía, lo que
provoca el recelo de los ingleses ante la aproximación al valle del Nilo.
Los italianos son obligados a detener su avance, aunque se les
reconoce, como compensación, la posesión de una parte del territorio
somalí
44. Los últimos capítulos de la ocupación africana se localizan en el
valle del Nilo. Los franceses, con apoyo ruso, exigen el
abandono del valle por los ingleses, mientras penetran desde el
Sahara Occidental hasta el Chad, camino del alto Nilo. En 1895,
Grey avisa a los franceses de que un avance hasta el Nilo será
considerado inamistoso.
Todavía existía en África una zona sin ocupar, el Sudán. Los
ingleses la invaden para ayudar a los italianos, derrotados en
Etiopía: Los franceses avanzan hacia el Sudán desde el Oeste,
los ingleses desde el Norte y el Sur. En Fachoda se encuentran
los ejércitos de Mar chand y Kitchener. La retirada del francés
Marchand permite el control del valle del Nilo exclusivamente
por los ingleses y la constitución de un imperio casi continuo,
Norte-Sur, como soñaba Cecil Rhodes, de El Cairo a El Cabo,
únicamente interrumpido por el África Oriental Alemana.
45. África ha sido ya totalmente repartida; los ingleses se han
llevado la parte del león: el valle del Nilo con su algodón y
el Sur del continente con su oro y diamantes, dos zonas
que tienen además el valor estratégico de apoyos en las
dos rutas de la India. Francia ha constituí-do un imperio
sólido en la zona occidental. Los belgas han podido
reservarse una colonia de inmensas riquezas. Los
portugueses se han establecido en Angola y Mozambique,
pero no han podido unirlas por rutas terrestres, por la
presencia inglesa en Rhodesia; es un conflicto similar al
de Fachoda, el cruce de un imperio que intenta extenderse
de Oeste a Este con otro que lo hace de Norte a sur.