Este documento presenta el marco legal para la formulación del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del Cantón Quilanga para el periodo 2012-2022. Se basa en la Constitución ecuatoriana y leyes como el COOTAD y el COPFP, las cuales establecen que los gobiernos autónomos descentralizados deben formular planes de desarrollo y ordenamiento territorial de manera participativa y articulada con los planes de los otros niveles de gobierno. El documento también presenta la institucionalidad del proceso de formulación del plan, incl
Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial dedl Cantón Quilanga
1. 8
I. PRESENTACIÓN
“Los Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial son
los instrumentos de planificación previstos por la
Constitución, que permiten a los Gobiernos Autónomos
Descentralizados desarrollar la gestión concertada de su
territorio, orientada al progreso armónico e integral”.
En realidad inmiscuirnos en los problemas de la
ciudadanía de nuestro querido cantón Quilanga, es
compartir aquellos y de esta manera buscar alternativas
de solución a los retos que nos pone la vida diaria. Es por
ello que a través de estas vivencias hemos cumplido un
proceso y de esta manera estar en la capacidad de formular el Plan de Desarrollo y
Ordenamiento Territorial del Cantón Quilanga, con proyección 2012-2022., ha sido una
tarea muy difícil pero no imposible, porque han confluido factores de viabilidad política
(decisión del Concejo), participación ciudadana y concertación de propuestas desarrollo
entre los actores participantes. Pero esto se ha logrado gracias a la decisión de nuestro
ejecutivo central, quien a través de diversos mecanismos, principalmente SENPLADES
(Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo) se ha logrado disponer de una
herramienta de planificación del desarrollo. Guía que va a orientar las actuaciones y
priorizaciones de propuestas de inversión en la gente con una visión estratégica, más allá
de infraestructura u obras de corto plazo, sino pensando en planes que aseguren
sostenibilidad alimentaría y calidad de vida, coincidiendo con la ley del buen vivir.
Hago publico el agradecimiento a un reconocido personaje, hombre preclaro, como es el
caso del historiador Dr. Galo Ramón y por su digno intermedio al equipo que forma parte
de COMUNIDEC (Comunidades en Desarrollo), por sumarse a este proyecto muy
emblemático, no puedo dejar de lado al equipo técnico, conformado por profesionales
entusiastas, al equipo facilitador, coordinadores de mesa, Presidente/a de los Gobiernos
Parroquiales, al Concejo Técnico Cantonal, lideres/as y todos los ciudadanos/as del
cantón que desinteresadamente se mancomunaron para perseverar en la busca de un
nuevo horizonte para el progresista cantón Quilanga.
Finalmente para encontrar el verdadero progreso para nuestro cantón debemos
permanecer unidos, enmarcándonos al respeto de los articulados de la constitución de
nuestra republica, haciendo prevalecer la ley de equidad en todos sus aspectos, ante ello
mi compromiso de procurar la conformación de un equipo técnico para que vigilemos
constantemente en conjunto con quienes forman la asamblea cantonal, el cumplimiento
de todos los objetivos propuestos en el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del
Ing. Francisco Neptali Jaramillo Alverca Mg. Sc.
ALCALDE DEL CANTÓN QUILANGA
2. 9
II. INTRODUCCIÓN
El Gobierno Autónomo Descentralizado del cantón Quilanga, Provincia de Loja, con la
finalidad de orientar y armonizar el cumplimiento de los objetivos y políticas
institucionales de acuerdo a la Ley, y con la finalidad de implementar el Plan de
Desarrollo y Ordenamiento Territorial del cantón Quilanga 2012-2022, mediante la
ejecución de programas, proyectos, acciones y actividades en el ámbito de sus
competencias exclusivas constitucionales y concurrentes, la actual Administración
Municipal 2009-2014, formula y presenta a través de la Unidad de Planificación y
Desarrollo, EL PLAN DE DESARROLLO Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL DEL CANTON
QUILANGA 2012-2022, el cual fundamenta sus principios en el Desarrollo Humano
Sostenible, con orientaciones éticas y programáticas que contribuyan a la cosnstruccion
de un estado democrático y plurinacional conforme la constitución de la republica y el
Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013,
Es deber primordial de los Gobiernos Autónomos Descentralizados, planificar y erradicar
la pobreza, promover el desarrollo sustentable y la redistribución equitativa de los
recursos y la riqueza para acceder al Buen Vivir en beneficio de los habitantes del cantón
Quilanga, así como mejorar el seguimiento de las actividades programadas.
El propósito del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del cantón Quilanga 2012-
2022, es institucionalizar un sistema de planificación participativa dentro del territorio
cantonal, impulsando a través de esta herramienta y mecanismo, un sólido y eficiente
proceso de articulación multinivel (Gobierno Parroquia de Fundochamba y San Antonio
de las Aradas; Gobierno Municipal de Quilanga y Gobierno Prvincial de Loja) y
multisectorial (Ministerios Sectoriales, Agenda Zonal de la Rigión 7 Sur), que pérmita la
búsqueda de igualdad y justicia social y propiciar el buen vivir de la población
quilanguense, en armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas
humanas, aplicando un nuevo paradigma del desarrollo cuyo fin promueva una
estrategia económica incluyente, sostenible y democrática, con la toma de decisiones de
todos los actores sociales que con su participación activa, juegan un rol fundamental en la
búsqueda de alternativas viables para solucionar la problemática comunitaria, parroquial
y cantonal.
La formulación del presente Plan de desarrollo y ordenamiento territorial, se basa en la
conceptualización y principios del desarrollo sustentable considerados en el plan Nacional
del buen vivir, para lo cual, la estructura del estudio se clasifica en los siguientes sistemas:
Sistema Político - Institucional
Sistema Socio - Cultural
Sistema Económico - Productivo
Sistema Ambiental
Sistema de Asentamientos humanos
Sistema Movilidad, Energía y Conectividad.
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La metodología propuesta apunta a la Articulación del Plan de Desarrollo y Ordenamiento
Territorial del Cantón Quilanga con el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial de la
Provincia, y este a su vez con los planes Parroquiales y Nacional; manteniendo siempre los
principales objetivos de todo modelo económico que son: impulsar el Desarrollo
económico, Estabilidad económica y Eficiencia distributiva.
De esta forma, nos ha permitido ir desarrollando dicho plan y asi poder establecer una
visión estratégica del desarrollo del cantón, construida a través de un proceso
participativo con todas las y los actores claves, donde la Sociedad Civil, representada por
ciudadanos, miembros de diferentes organizaciones sociales de todas las comunidades
que conforman el Cantón Quilanga participaron durante el proceso de la ejecución del
PDyOT, del Cantón Quilanga.
4. 11
III.II INSTITUCIONALIDAD DEL PROCESO
ALCALDIA
Ing. Francisco Jaramillo Alverca
ALCALDE DEL CANTON QUILANGA
CONCEJO MUNICIPAL
Lic. Oswaldo Samaniego Dr. Juan Luna Rojas Sra. Carmen Yaguana
CONCEJAL DEL GAD-Q CONCEJAL DEL GAD-Q CONCEJAL DEL GAD-Q
Egda. Mireya Cueva Sr. Antoliano Moncayo Sra. Nancy Cueva A.
CONCEJAL DEL GAD-Q CONCEJAL DEL GAD-Q CONCEJAL DEL GAD-Q
Sr. Ulvio Merino
CONCEJAL DEL GAD-Q
CONFORMACION DEL CONCEJO CANTONAL DE PLANIFICACION (CCP)
Ing. Francisco Jaramillo Alverca Sra. Nancy Cueva Alverca
PRESIDENTE DEL CCP. REPRESENTANTE DEL LEGISLATIVO LOCAL
Ing. Hermel Castillo Lic. Juan Carlos Santín
JEFE DE PLANIFICACION DELEGADO DEL ALCALDE
gdo. Edwin Japón Abad Eco. Jorge Luis Moncayo
DELEGADO DEL ALCALDE DELEGADO DEL ALCALDE
Sr. Manuel Agustín Gonza Abad Sr. Wilson Cueva
REPRESENTANTE DEL GAD PARROQUIAL REPRESENTANTE DE LA SOCIEDAD CIVIL
Sr. Aureliano Troya Sta. Dayana Alverca
REPRESENTANTE DE LA SOCIEDAD CIVIL REPRESENTANTE DE LA SOCIEDAD CIVIL
CONFORMACION DE LA ASAMBLEA CANTONAL
Ing. Danilo Cueva Lic. Oswaldo Samaniego
PRESIDENTE DE LA SAMBLEA CANTONAL VISEPRESIDENTE DE LA ASAMBLEA CANTONAL
Dr. Saul Hidalgo Santín Dra. Lupe Mireya Jiménez
TESORERO DE LA SAMBLEA CANTONAL SECRETARIA DE LA ASAMBLEA CANTONAL
Rvdo. Manuel Rojas
VOCAL PRINCIPAL DE LA ASAMBLEA CANTONAL
5. 12
CONFORMACION DE VEEDORES/AS CIUDADANOS
Sr. Valentín Guayanay Sra. Melania Ojeda Sr. Vitelio Salazar
SISTEMA AMBIENTAL SISTEMA AMBIENTAL ECONOMICO-PRODUCTIVO
Sra. Maria Cueva Florentino Cueva
ECONOMICO-PRODUCTIVO SISTEMA DE ASENTAMINETOS HUMANOS
Sr. Bolívar Guarnizo Sr. Rogelio Cabrera
SISTEMA DE ASENTAMINETOS HUMANOS SISTEMA DE ASENTAMINETOS HUMANOS
Lcda. Laura Caiza Ing. Jhon Cueva
SISTEMA SOCIO-CULTURAL SISTEMA SOCIO-CULTURAL
Dr. Jorge Ortega Sra. Silvia Castillo
SISTEMA POLITICO-INSTITUCIONAL SISTEMA POLITICO-INSTITUCIONAL
6. 13
2.1.MARCO LEGAL
La construcción del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del Cantón Quilanga 2012-2022,
se constituye en el instrumento de planificación previsto por la Constitución, que permitirá al
Gobierno Autónomo Descentralizado del Cantón Quilanga, desarrollar la gestión concertada de su
territorio, orientada al desarrollo armónico e integral.
Está enmarcado en las siguientes disposiciones legales:
TITULO V. ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DEL ESTADO, de la Constitución de la República. Art.
241.- La planificación garantizará el ordenamiento territorial y será obligatoria en todos los
gobiernos autónomos descentralizados.
La competencia obligatoria de los GAD respecto de la planificación del desarrollo y ordenamiento
territorial consta en:
Capítulo Cuarto. Régimen de competencias.
Art. 262.- Los gobiernos regionales autónomos tendrán las siguientes competencias exclusivas, sin
perjuicio de las otras que determine la ley que regule el sistema nacional de competencias:
1. Planificar el desarrollo regional y formular los correspondientes planes de ordenamiento
territorial, de manera articulada con la planificación nacional, provincial, cantonal y parroquial.
Los artículos 263 y 264, especifican la competencia y participación en la construcción de los
PDyOTs.
Además:
Art. 279.- Sistema Nacional Descentralizado de Planificación Participativa.
Art. 280.- EI Plan Nacional de Desarrollo es el instrumento al que se sujetarán las políticas,
programas y proyectos públicos; la programación y ejecución del presupuesto del Estado; y la
inversión y la asignación de los recursos públicos; y coordinar las competencias exclusivas entre el
Estado central y los gobiernos autónomos descentralizados. Su observancia será de carácter
obligatorio para el sector público e indicativo para los demás sectores.
En el COOTAD, Artículo 295.- los gobiernos autónomos descentralizados, con la participación
protagónica de la ciudadanía, planificarán estratégicamente su desarrollo con visión de largo
plazo considerando las particularidades de su jurisdicción, que además permitan ordenar la
localización de las acciones públicas en función de las cualidades territoriales.
En el art. 41 del COPFP.- “Los planes de desarrollo son las directrices principales de los GAD
respecto de las decisiones estratégicas de desarrollo en el territorio. Estos tendrán una visión de
largo plazo, y serán implementados a través del ejercicio de sus competencias asignadas por la
Constitución de la República y las Leyes, así como de aquellas que se les transfieran como
resultado del proceso de descentralización”.
7. 14
Los planes de desarrollo de los gobiernos autónomos descentralizados deberán contener, al
menos, lo siguiente: (i) diagnósticcon los contenidos que describan las inequidades y
desequilibrios socio territoriales, potencialidades y oportunidades de su territorio, la situación
deficitaria, los proyectos existentes en el territorio, las relaciones del territorio con los
circunvecinos, la posibilidad y los requerimientos del territorio articuladas al Plan Nacional de
Desarrollo y, finalmente, el modelo territorial actual; (ii) propuesta con la visión de mediano y
largo plazos, los objetivos, políticas, estrategias, resultados y metas deseadas, y el modelo
territorial que debe implementarse para viabilizar el logro de sus objetivos; y, (iii) modelo de
gestión, deberán precisar, por lo menos, los datos específicos de los programas y proyectos,
cronogramas estimados y presupuestos, instancias responsables de la ejecución, sistema de
monitoreo, evaluación y retroalimentación que faciliten la rendición de cuentas y el control social.
Los planes de desarrollo de los gobiernos autónomos descentralizados considerarán los objetivos
de los planes de los niveles superiores e inferiores de gobierno
Los Planes de Ordenamiento Territorial, según lo dispone el art. 43 del COPFP, “son los
instrumentos de la planificación del desarrollo que tienen por objeto el ordenar, compatibilizar y
armonizar las decisiones estratégicas de desarrollo respecto de los asentamientos humanos, las
actividades económico-productivas y el manejo de los recursos naturales en función de las
cualidades territoriales, a través de la definición de lineamientos para la materialización del
modelo territorial de largo plazo, establecido por el nivel de gobierno respectivo.
Artículo 297.- Objetivos del ordenamiento territorial.- El ordenamiento del territorio regional,
provincial, distrital, cantonal y parroquial, tiene por objeto complementar la planificación
económica, social y ambiental con dimensión territorial; racionalizar las intervenciones sobre el
territorio; y. orientar su desarrollo y aprovechamiento sostenible, a través de los siguientes
objetivos:
Estos instrumentos de gestión estratégica y operativa, configuran el marco filosófico y conceptual
para la construcción continua y progresiva, de mediano y largo plazo, de una cultura de
participación, el ejercicio de ciudadanía, acuerdos o mandatos sociales consensuados,
expresados en Estrategias Globales de Desarrollo (EGD), condiciones de sostenibilidad de las
acciones e inversiones y, el fortalecimiento de la gobernabilidad democrática local para ello se
tiene previsto la articulación de todo este proceso al Plan del Buen Vivir, Plan de Igualdad de
Oportunidades.
El COPFP Art. 46. Formulación participativa. Los planes de desarrollo y ordenamiento territorial
de los gobiernos autónomos descentralizados se formularán y actualizarán con participación
ciudadana, para lo cual se aplicarán los mecanismos participativos establecidos en la Constitución
de la República, la Ley y la normativa expedida por los gobiernos autónomos descentralizados
El COOTAD Artículo 304. Sistemas de Participación Ciudadana. Los gobiernos autónomos
descentralizados conformarán un Sistema de Participación Ciudadana, que se regulará por acto
normativo del correspondiente nivel de gobierno, tendrá una estructura y denominación propias.
La inclusión de estos enfoques, dentro de esta guía de pasos para asegurar la participación en los
procesos de planificación local, obedece a la concepción de que la “participación suficiente” solo
8. 15
•
•
es aquella que puede tener en consideración las percepciones, intereses y necesidades de todos
aquellos grupos que componen la diversidad poblacional. Es un desafío técnico, en el proceso de
territorialización de las políticas planteadas por el PNBV
Plan Nacional para el Buen Vivir –PNBV es el instrumento al que se sujetarán las políticas,
programas y proyectos públicos; la programación y ejecución del presupuesto del Estado, la
inversión y la asignación de los recursos públicos. Su observancia será de carácter obligatorio
para el sector público e indicativo para los demás sectores (Art. 280).
Plan de Igualdad de Oportunidades -PIO- utilizado como la herramienta para disminuir las
brechas de inequidad de género existentes. Enfatiza los temas de: participación social y política
de las mujeres, su ejercicio de ciudadanía vinculado a la gobernabilidad democrática y a los
derechos sociales, económicos, políticas y de participación.. Este Plan contiene políticas que
orientan la gestión de los gobiernos locales para planificar su desarrollo, garantizando recursos
para incluir la equidad
2.2. PROCESO METODÓLOGICO
La gestión y administración local y municipal, implica la definición de un conjunto de ideas que
sustenten teóricamente la propuesta; es decir la definición del enfoque ideológico, la propuesta
conceptual, la concepción política que guiará el accionar municipal. No creemos en criterios
neutros que oculten la intencionalidad de un gobierno municipal. Consideramos que administrar
un ayuntamiento, implica no perder de vista los intereses de la mayoría de quienes habitan la
circunscripción territorial y que constituyen el municipio.
El proceso metodológico empleado para la construcción del PDOTQ 2012-2022, partió de la
predisposición técnico-política de promover el conocimiento, la reflexión y el análisis de la
realidad concreta y su incidencia en las posibilidades de desarrollo del cantón, la provincia y el
país, en una actitud responsable con el presente y futuro de las generaciones que habitan este
Cantón fronterizo de Quilanga.
Estrategias metodológicas empleadas:
Creación de espacios de consensos y acuerdos ciudadanos.
Participación de los actores sociales en la realización de las diferentes acciones del
proceso planificatorio, fundamentalmente en las propuestas del quehacer futuro del
cantón.
Territorialización de las políticas publicas
Vinculación activa y permanente con la realidad social, económica, productiva, cultural,
organizacional e institucional del cantón.
La producción interactiva, sinérgica, sistémica y en equipo en los diferentes momentos del
proceso planificatorio y su permanente retroalimentación.
La elaboración participativa del PDOTQ se desarrolló en 4 fases: inicial y preparatoria, diagnóstico
por sistemas y estratégico, propuesta y modelo de gestión.
9. 16
La fase I. Inicial y Preparatoria consistió en generar las condiciones para el INVOLUCRAMIENTO
Y PARTICIPACIÓN DE LOS DIFERENTES ACTORES a través la sensibilización, comunicación y
difusión, se conformó las instancias de planificación local, se sistematizó la información
secundaria de las condiciones del territorio y su población, los hitos históricos necesaria para la
formulación del PDOT Cantonal. También se esbozo el SISTEMA CANTONAL DE PARTICIPACIÓN
CIUDADANA, que sea aplicable en los principales instrumentos de gestión pública como son el
PDOT , el control social, los planes sectoriales, las agendas de coordinación y sus respectivas
políticas públicas desde un enfoque de derechos, género, intercultural, generacional, y
territorialidad. Esta fase culmino con la I ASAMBLEA CANTONAL DE INICIO DEL PDOTQ, que sirvió
para sentar las bases de representatividad y legitimar el proceso planificatorio.
Esquema metodológico de la fase I. Inicial y preparatoria
Elaboración. Equipo Técnico 2012
La fase II. Diagnóstico, comprendió la recuperación, documentación, sistematización y análisis de
información de fuentes secundarias y primarias que permiten mostrar la situación que atraviesa el
cantón y su población medida por sus deficiencias o carencias, pero especialmente por sus
potencialidades, así como la dinámica que lo generó, los factores positivos o limitantes que
originaron la situación actual y sus proyecciones en el mediano o largo plazo; además de las
interacciones e interrelaciones, grados de dependencia y afectación para el desarrollo local de los
sistemas ambiental, económico productivo, social cultural, político institucional, de movilidad
energía y conectividad y asentamientos humanos, considerados en el proceso de planificación.
Esquema metodológico de la fase II. Diagnóstico por sistemas y estratégico
10. 17
Elaboración. Equipo Técnico 2012
La Fase III-IV, consistió en la definición de las decisiones ESTRATEGICAS, TERRIOTORIALES Y
ORGANIZACIONALES (MODELO DE GESTIÓN), que orienten a las acciones del GADQ y los
diferentes actores territoriales y extraterritoriales que operan en el territorio, con lo cual se tenga
claridad de la visión de desarrollo del cantón, los objetivos, políticas, estrategias y metas para
lograr el desarrollo local a través de la definición consensuada de los programas y proyectos que
concreten estos propósitos
Esquema metodológico de la fase III-IV. Propuesta y Modelo de Gestión.
Elaboración. Equipo Técnico 2012
2.3. LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA: El proceso participativo.
Participar es hacer parte de, pertenecer, incidir, incluir. Todo ser social es, por naturaleza,
partícipe de un colectivo o de mecanismos de relación social que rebasan su voluntad, están en
las relaciones inmediatas de la familia, los espacios de reproducción simple o ampliada o en
sofisticados procesos de organización basados en redes electrónicas.
La participación se expresa a través de acciones individuales y/o colectivas desplegadas por
sujetos que desarrollan su vida en condiciones materiales, culturales e ideológicas determinadas,
en un contexto político e institucional concreto.
En el proceso de elaboración del PDOTQ la participación ciudadana se constituyó en el principal
elemento que definió la naturaleza de cada uno de las fases, talleres y eventos de análisis, debate,
retroalimentación y construcción colectiva de criterios y conceptos contenidos en el plan. Las
herramientas metodológicas empleadas en los diferentes momentos del proceso permitieron
trabajar con un total de 1056 personas.
La concurrencia en la fase inicial y de diagnóstico fue superior a la fase de propuesta y modelo de
gestión. Esto debido a que en los primeros momentos se precisaba de la masiva participación de
los actores sociales y territoriales para el levantamiento de información, al mismo tiempo que
11. 18
permitía al equipo técnico cualificar a los actores, para luego prepararlos a mayor profundidad
sobre los elementos que se debatiría en las fases posteriores, además que permita lograr una
participación más informada, sin descuidar la representatividad, la equidad de género, inter
generacional, territorialidad e interculturalidad.
Cuadro de participantes en la elaboración del PDOTQ 2012-2022
Participantes
/Fase
Inicial y
preparatoria
Diagnóstico Propuesta
y Modelo
de gestión
Total % H-M
Hombres 287 364 69 720 68%
Mujeres 205 112 19 336 32%
Total 492 476 88 1056 100%
% Fase 47% 45% 8% 100%
Fuente. Registro de participantes
Elaboración. Equipo Técnico 2012
La participación de la mujer en los eventos de elaboración del PDOTQ, fue baja (32% total). A
pesar de la masiva convocatoria efectuada a este importantísimo sector de la población su
presencia fue menor a la de los hombres.
Participación ciudadana en el proceso de elaboración del PDOTQ
Fuente. Registro de participantes
Elaboración. Equipo Técnico 2012
III. DESCRIPCIÓN GENERAL DEL CANTÓN
Cantón Quilanga
Cabecera Cantonal: Quilanga
Provincia Loja
Superficie 240.69 km2
Clima Sub tropical y templado.
T° de 16 a 20°C en la parte alta y 26°C
parte baja.
Parroquias Quilanga (urbana)
San Antonio de las Aradas
12. 19
Fundochamba
Población 4337 (CPV 2011)
Hombre/ mujer
Urbana Rural
2,221 / 2,116
880 / 3,457
Fuente. INEC, CPV 2010
Elaboración. Equipo Técnico 2012
El cantón Quilanga es uno de los cantones más jóvenes de la provincia de Loja, creado el 8 de noviembre de
1989. Está ubicado en la parte sur este de la provincia de Loja a una distancia de 96 km de la cabecera
provincial. Limita al norte con el cantón Gonzanamá, al sur con el cantón Espíndola, al este con el cantón
Loja y al oeste con el cantón Calvas. Tiene una extensión territorial de 240.69 km
2
, presenta un clima
templado y subtropical, su temperatura promedio es de 19.8°C. Se caracteriza por tener suelos con
pendientes pronunciadas, ocupados en su mayoría por pasto (60%) ya sea en silvopasturas o pasto natural
seguido del suelo de uso forestal en la que se encuentran bosques naturales, intervenidos y las
plantaciones de pino y eucalipto; también se encuentra los suelos utilizados en la agricultura.
El cantón tiene una población de 4337 habitantes de los cuales 2116 son mujeres, y 2221 hombres. La
población predominantemente habita en comunidades rurales (80%), únicamente un pequeño número
(20%) de personas vive en las áreas que se consideran urbanas (cabecera cantonal Quilanga). A nivel
parroquial el mayor porcentaje de personas habita en la parroquia Quilanga con un 63 %, le sigue Las
Aradas con un 29 % y finalmente Funduchamba con un 8%.
En cuanto a la problemática, a nivel general, en el cantón existe una gran cantidad de comunidades que
presentan problemas de acceso a servicios básico, así como de vivienda saludable; sobre todo en el sector
rural, en donde se asienta el mayor porcentaje de la población. En estas zonas, las familias subsisten en
situación de pobreza (89.4 % índice de pobreza por necesidades básicas insatisfecha), inseguridad
alimentaria, sequías, perdida de fertilidad del suelo, etc. Este contexto se agrava con la falta de fuentes de
trabajo y la consecuente migración.
Si consideramos la población del año 2001 y la población del 2010 el decrecimiento poblacional se cerca a
los 25 habitantes por año, si bien la migración en la década del 1990 al 2000 fue más acentuada (97
hab./Año) esta no se ha detenido; básicamente en estos 20 años los proyectos realizados no han sido lo
suficientemente efectivos para contrarrestar significativamente la situación de pobreza y con ello frenar la
migración.
Entre los aspectos más característicos de la actual crisis está la degradación del entorno natural (pérdida de
cobertura vegetal, pérdida de biodiversidad, disminución de caudales), básicamente por la adopción
prácticas y tecnologías de producción agrícola y ganadera poco eficientes e insostenibles (que provienen de
la colonia);el mismo sector gubernamental ha impulsado prácticas que contribuyen a la degradación del
medio (forestación con eucalipto, pino), dado que la población principalmente se ha dedicado a labores
relacionadas a la agricultura (66.37% de la PEA, 976 personas), esta degradación así mismo ha marcado el
incremento de la pobreza y la consecuente migración.
Finalmente, otro de los factores determinantes de la actual crisis es la pérdida de valores comunitarios, que
han derivado en la disminución de cohesión social, individualismo, pérdida de conciencia ecológica,
consumismo, dependencia del sector gubernamental, factores, que más allá de constituirse en elementos
aislados de riesgo, se constituyen en partes estructurantes del escenario actual.
13. 20
IAGNÓSTICO
3.1.DIAGNOSTICO SOCIAL CULTURAL
Antecedentes
Tejido social es el entramaje de toda la comunidad. En otras palabras, es el entretejido de las
relaciones humanas de una Comunidad, y que constituye en un activo para los individuos y la
sociedad pues les permite ampliar sus opciones y oportunidades para mejorar su calidad de vida.
Para analizar el tejido social en el Cantón Quilanga hay que mirar temporalidad, la del pasado, la
de la historia, la de los acumulados, que pretende ser activada y reconducida, según las
temporalidades actuales y futuras, de experiencias organizativas previas y muy particularmente
de organizaciones comunitarias de base que anclan sus raíces históricas. primero reconocer que
el territorio del actual Quilanga fue parte en el pasado aborigen, del gran Señorío de los
Colambos, uno de los principales grupos étnicos que conformaron a los Calvas y a la
Confederación de los Paltas caracterizados por denodada defensa de la heredad territorial que
nos ha sorprendido por su tenacidad, iniciativa y resistencia.
Posteriormente la gran hacienda como actor dominante . Ellos controlaban la mayor parte del
territorio, de los recursos productivos y de una buena parte de la mano de obra. Se trataba de
grandes terratenientes que la mayor parte de su tiempo vivían en Loja, como “arrimados”, la
mayoría blancos o mestizos pobres, que habían aceptado este tipo de relación como única opción
de sobrevivencia. Era la hacienda tradicional, que apenas se había modificado en tres siglos:
continuaban produciendo caña y habían aumentado su producción de vacunos, puesto que la
producción de mulas había disminuido, porque comenzaron a perder importancia por la crisis del
comercio regional y los impactos derivados de la construcción de los estados nacionales de
Ecuador y Perú
El segundo actor, era la comunidad indígena de Colambo, que tras tres siglos de resistencia se
había quedado con las tierras altas de menor calidad. En este período se produjeron dos cambios
nacionales fundamentales que impactaron a las comunidades: de una parte, el liderazgo
tradicional basado en los caciques fue suprimido, para ser reemplazado por gobernadores
indígenas, en cuya elección tomaban parte decisiva los tenientes políticos, lo cual influyó para que
llegasen al poder comunitario personas vinculadas al mundo mestizo; y de otra, la supresión de
las mitas y del tributo bajó la presión del estado para que los indígenas se vincularan a las
haciendas, de manera que éstas, se quedaron sin mitayos indígenas, debiendo optar por vincular
a arrimados mestizos y blancos. Sin embargo, en lugar del tributo, se instituyó el cobro del trabajo
o contribución subsidiaria, lo cual confirió un gran poder a los tenientes políticos y gobernadores
indígenas para movilizar la fuerza de trabajo para realizar obras públicas (compostura y apertura
de caminos, especialmente
El tercer actor, son precisamente los blancos y mestizos pobres que comenzaron a formar un
centro poblado en Quilanga. Muchos de ellos, que habían llegado en calidad de “arrimados” de la
comuna Colambo, se separaron progresivamente de ella y comenzaron a organizar su economía
de manera independiente. Algunos adquirieron un pedazo de tierra, desempeñaban algún oficio o
14. 21
realizaban alguna actividad comercial, de manera que comenzó a cobrar vida el pequeño centro
poblado. Producto de ello, el Municipio de Loja consideraba a Quilanga como una Viceparroquia
De esta manera, Quilanga dejó de ser una parte de la Comuna Colambo, se diferenció del
territorio hacendario y comenzó a tener su propia dinámica. Ello representó un cambio
fundamental, puesto que, cambió también la lógica de sus intereses: si bien, la lucha por la tierra
entre los quilanguenses de la zona rural aún será importante en los siguientes años, comenzó a
preocuparlos el desarrollo de su circunscripción territorial
En estas condiciones de diversidad social y con la estructura tripartita del territorio que se
mantenía (personas que vivían en las haciendas como arrimados, personas pertenecientes a las
comunas y gente independiente en el pueblo que vivía como comerciantes, arrendatarios de las
haciendas o habían logrado un terrenito propio), los quilanguenses estaban retados a encontrar
elementos de unidad para forjar su identidad.
Esta temporalidad, con procesos a veces densos y sólidos, y otras veces más efímeros y frágiles,
muestra una trayectoria comunitaria rica en experiencias de lucha, de resistencia, de solidaridad,
de conflictos y de pertenencia a un nosotros. Una trayectoria que se ha constituido así mismo en
saberes y poderes desde la subalternidad, desde la exclusión y la pobreza. Como sabemos, desde
sus orígenes , el Cantón se han construido como territorio de resistencia por la reivindicaciones
de sus derecho espacios , con actores claramente diferenciados, incluso segregados étnica y/o
socialmente, que no compartían un imaginario común, puesto que tenían identidades diversas,
modelos productivos distintos e intereses poco coincidentes.
5.1.1. LA RESISTENCIA PALTA
Para entender el proceso de resistencia se debe comprender también el significado de la
conquista española operada en 1532, fue sin duda alguna, la experiencia más traumática que
debieron soportar los pueblos andinos. No se trataba de una conquista como la incaica, que a
pesar de su violencia, se operaba entre pueblos andinos; ésta, la conquista española, fue la de un
imperio colonial que miraba como a inferiores a los indios, que no valoraba su civilización y
conocimientos, que buscaba extirparles sus dioses y creencias, que les quitó sus recursos y los
convirtió en tributarios, mitayos y sirvientes, para el enriquecimiento de las clases altas de la
colonia y en función de un proyecto de acumulación imperial a escala mundial.
Los indios de Colambo se dieron cuenta de la voracidad de los españoles, que en pocos años se
estaban tomando todas las tierras consideradas baldías o sobrantes (que no estaban en la legua
medida para cada comunidad indígena). Por esta razón, varios caciques habían optado por
tramitar “mercedes de tierra” y “amparos”, tal como lo hacían los españoles. Esta acción es
sorprendente, porque muestra que los caciques pronto advirtieron el objetivo de los españoles y
aprendieron a usar (hasta donde les fue posible) las nuevas leyes españolas para tratar de
proteger las tierras
La comunidad de Colambo respondió a la desmembración de su territorio con tres tácticas: la
ocupación periódica y clandestina de las tierras a través de determinados indígenas que
levantaban sus casas y chacras en algún punto de las tierras disputadas; arrendando parte de esas
tierras a algún blanco o mestizo necesitado; e incorporando en calidad de comuneros a blancos
15. 22
pobres que no tenían tierra los hacendados pensaron que consolidaban para siempre su
propiedad. No fue así: los comuneros de Colambo guardaron en su memoria histórica su legítima
propiedad y volvieron a la carga, años más tarde, en los tiempos de la reforma agraria.
5.1.2. LA LUCHA POR LA TIERRA
En 1925-28 se registraron en el territorio de la parroquia o que tenían parte en él, nueve
haciendas: Santa Rosa, Trigopamba y Amani, Tuburo, La Elvira, Palotine, La Cría, Cangopita,
Lanzaca y La Palma, que controlaban la mayor parte de las tierras, en las que vivían numerosos
colonos y arrendatarios. De estas haciendas, los comuneros de Quilanga tenían un especial
recuerdo de Tuburo y La Elvira, que se habían creado en las tierras de Ungananche y
Jumbochanga que siempre consideraron suyas. La historia de la lucha por la tierra en Quilanga, se
dará en buena medida, en estos predios.
El “colono” o “arrimado” era un trabajador interno de la hacienda, que recibía una, dos o tres
pequeñas parcelas donde construía una casita para su familia y levantaba una huerta para su
manutención, a cambio de lo cual, debía trabajar para la hacienda tres o cuatro días por semana a
lo largo del año, desempeñado diversas actividades denominadas “obligaciones”: como vaquero,
labrador o como hortelano (encargado de las actividades domésticas de la casa del patrón
acarreando agua, partiendo leña, desgranando, dando de comer a los animales, cocinando,
actividades en las que ordinariamente, involucraba a su mujer e hijos). Por su parte, el
arrendatario, se diferenciaba del “colono” porque debía pagar un canon de arriendo por las
tierras, pero en muchos casos debía trabajar para la hacienda, sobre todo en los picos agrícolas.
En los dos casos, el patrón debía reconocer las mejoras introducidas en la huerta recibida por el
colono o por el arrendatario, en caso de disolverse el compromiso. Para mantener la sujeción del
trabajador, el hacendado le realizaba algún tipo de préstamo que el colono no podía pagar.
Tampoco el colono quería abandonar la hacienda, porque sencillamente no tenía donde irse. En
general, los contratos establecidos entre el patrón y los colonos e incluso los arrendatarios, eran
verbales y cambiaban en el tiempo, de acuerdo a los caprichos del dueño de la hacienda o del
mayordomo. Sin embargo, las relaciones entre los colonos, arrendatarios y patrones, eran mucho
más complejas, debido a que se iban creando una serie afinidades o a veces tensiones, que le
daban un carácter personal y casuístico a cada una de ellas. Más aún, debido a que muchos
patrones iban una sola vez al año a tomar cuentas al mayordomo, el patrón aparecía como una
figura bonachona y lejana, a la que se le guardaba un respeto casi religioso
En 1960, cuatro años antes de la promulgación de la Primera Reforma Agraria, los colonos y
arrendatarios de Tuburo y La Elvira suspendieron el pago de las obligaciones, argumentado ser los
descendientes de los comuneros de Colambo, para lo cual acompañaron su alegato con el título
extendido por Juan Felipe Tamayo de 1721, se reivindicaron como comunidades bajo los nombre
de “Jumbochamba, Guayucos y Guacunuma”, y señalaron que las comunidades han sido desde
hace algún tiempo objeto de mayor injusticia por parte de gamonales que sin tener títulos y solo
amparados en sus privilegios y poderes arbitrarios, han obligado a sus legítimos propietarios a
someterse pagando tributos en trabajo o en dinero. Uno de ellos fue el señor Daniel Alvarez
Burneo, quien falleció hace 20 años, dejando donación (donación de ajeno) a la llamada
Fundación Alvarez Burneo” (Carta al Presidente de la H. Junta Militar de Gobierno, 1962). Los
16. 23
comuneros de Anganuma, Loana y Purunuma les prestaron las escrituras antiguas, y los
asesoraron en el alegato: la memoria histórica sobre la propiedad de esa tierra renacía después
de 142 años del último fallo en contra de las comunidades, pero esta vez, reivindicado por la
población blancomestiza que había incorporado la hacienda.
Los luchadores por la tierra establecieron relaciones con la Confederación de Trabajadores del
Ecuador, CTE, y con su filial la federación Provincial de Trabjadores de Loja, FTL. Se
comprometieron a “luchar por la devolución de las tierras comunales, no pagar los arriendos,
luchar contra los desalojos y utilizar todos los medios en el caso de que fueran desalojados”. Esa
relación se convirtió en una escuela política que les permitió ligar el tema de la tierra con otros
problemas de la parroquia. Allí se formaron dirigentes como Agustín Hidalgo, Miguel Cueva,
Godolías Pérez, Ramón Torres, entre otros, que condujeron el proceso con pasión y talento. En
uno de esos cursos, los campesinos formularon con su propio puño y letra un interesante
programa parroquial que muestra la madurez que habían logrado y la influencia del sindicalismo
de izquierda, que bien vale recogerlo. Plantearon la necesidad de “un Colegio de ciclo Básico para
el centro de nuestro pueblo”, “una fábrica de cemento por encontrarse mui difícil de las fábricas
del norte”, “agua potable, vías carrozables, protección en la vivienda…ayuda técnica… la
distribución de la tierra a los trabajadores de acuerdo al estado familiar gratuitamente al
agricultor” “restitución directa de nuestras comunidades campesinas bajo el marco de títulos
riales” y finalizaron señalando que “nuestros grupos en general repudiamos la esplotacion de los
Americanos en todas nuestras comunidades
Para resolver ese impasse, las haciendas pasaron a propiedad de la Junta de Recuperación de Loja
y Zamora Chinchipe en 1962, transformándose el conflicto en un tema entre el Estado y los
campesinos, forma como se procesaron la mayoría de conflictos por la tierra en Loja, en los que,
las tierras con las leyes de reforma agraria y abolición del trabajo precario fueron pagadas por el
IERAC y más tarde repartidas o vendidas a los trabajadores. Fue una solución estupenda para los
terratenientes que plata en mano se llevaron los capitales a Quito o los invirtieron en otros
negocios.
Sin embargo, el conflicto demoró varios años en solucionarse. En 1963 el Ministerio de Previsión
Social negó la restitución de las tierras pedida por las comunas de Jumbochamba, Guayucos y
Guacupamba. La Junta de Recuperación intentó poner una administración propia en 1964 (un
Administrador-Recaudador) con 400 sucres de sueldo, más el 5% de los valores que recaude de las
haciendas. En ese momento, la lucha alcanzó su pico más conflictivo, cuando en febrero de 1964,
el ejército intervino para amedrentar a los trabajadores, momento en el que, según nos lo relató
doña Sebastiana Jaramillo, fueron las mujeres las que enfrentaron al ejército. Con la expedición
de la Ley de Reforma Agraria, los campesinos solicitaron al IERAC la entrega gratuita de los
predios, pero lo hicieron como una restitución de tierras en representación de sus comunas,
cuestión que fue negada por el IERAC. Este organismo les planteó cambiar la figura legal,
sugirieron que se conviertan en cooperativa, y que reclamen las tierras por posesión comprobada
por más de diez años.
El problema de la figura organizativa que debían asumir (comuna o cooperativa) se debatió largo
tiempo en su interior. De una parte, algunos de los campesinos tenían cierta tradición
17. 24
comunitaria, pero la mayoría no la tenían, puesto que habían sido reclutados por la hacienda. La
presión de las autoridades porque asuman una forma organizativa considerada “moderna”
también era importante. No obstante, los campesinos persistieron en su organización comunitaria
por varios años, sobre todo para intentar normar el acceso de las familias a la tierra, que
ocasionaba varios conflictos internos, más aún, por la venta de acciones que muchos campesinos
habían realizado. La comuna también les permitía tener un terreno comunitario, organizar sus
centros poblados, construir sus locales escolares y reclamar obras específicas. Finalmente, los
campesinos recibieron los lotes de tierra, pero la organización en comunas no sobrevivió. La
conversión en parroquias les dio un horizonte distinto, apagó sus impulsos comunitaristas y los
incorporó a la administración jurídico-política del estado.
5.1.3. LA CANTONIZACIÓN Y EL DESARROLLO
Con la creación de Gonzanamá el 30 de septiembre de 1943, la parroquia de Quilanga pasó a
pertenecer a este nuevo cantón. Los quilanguenses esperaban que este cambio hubiera resultado
beneficioso a su desarrollo porque al pertenecer a un cantón más pequeño, aumentarían su peso
político, sin embargo, las escasísimas rentas del municipio, el centralismo que privilegió a la
cabecera cantonal y la escasa representación de las parroquias y de la población rural en este
organismo, mantuvieron el estado de abandono de la parroquia. A ello deberíamos sumar causas
estructurales de larga vigencia: la persistencia de una hacienda tradicional estancada que
mantenía en condiciones serviles y precarias a la mayoría de la población y que adicionalmente
descapitalizaba a la zona, puesto que sus propietarios seguían sacando fuera del espacio las
rentas que producía el trabajo de los arrimados, arrendatarios y colonos generaba; y la
implementación de un modelo de ordenamiento que revisar para que privilegió el comercio
(entrada y salida de bienes y servicios) a través de su conexión longitudinal (con Catamayo-Loja y
con Cariamanga) más que la integración vertical del territorio, para integrar a las parroquias,
desde las alturas del Colambo hasta el río Catamayo, como lo habían hecho los pueblos
ancestrales, que basaron su modelo de desarrollo en la integración vertical de la zona caliente,
templada y fría, tanto para lograr una producción diversificada, como para manejar
adecuadamente la biodiversidad, el ambiente y especialmente la escasa agua, indispensable para
una producción intensiva.
Como reacción frente a ese abandono, los pobladores de Quilanga comenzaron a soñar que sus
problemas podrían solucionarse si lograban mayor autonomía y si apostaban al desarrollo ,la
opinión del cura Segundo Maldonado Reyes, que vio en la parroquialización una alternativa a la
organización comunal que impulsaba la dirigencia local que luchaba contra los patrones por la
tierra. Se conformó entonces un Comité Pro-parroquialización que estuvo presidido por don
Daniel Salinas y coordinado por el padre Segundo Maldonado Reyes. El 4 de agosto de 1961, el
Municipio de Gonzanamá creó la parroquia de San Antonio de las Aradas, en reconocimiento al
enorme esfuerzo de sus habitantes, que por su iniciativa habían construido su centro poblado. La
parroquialización golpeó al proyecto de comunalización, que comenzó a perder fuerza, aunque
como hemos dicho, se mantuvo en el ideario campesino por varios años.
Este impulso por el desarrollo en Quilanga se manifestó en la década 1950-60 en la construcción a
pulso y en mingas a través de una especie de “conscripción cívica” de la vía Quilanga-Gonzanamá;
18. 25
la construcción del templo a San Roque, la escuela Manuel Carrión Pinzano, la escuela de niñas
“Francia”; y en la década 60-70 del convento para la curia, se inició la construcción de la vía
Quilanga-Amaluza y una serie de escuelitas en los diversos barrios.
Los quilanguenses creyeron que no debían perder la esperanza continuaron bregando por la
dotación de nuevas obras, como el subcentro de salud en 1975, el sistema de agua potable para
Quilanga en 1977, el inicio de la construcción del complejo deportivo en 1982, las pequeñas
represas de Chambarango y Anayacu construidas entre 1981 y 1986 que beneficiaron a unos 200
agricultores, una serie de colegios y escuelas en los diversos barrios, el desarrollo urbanístico de la
ciudad (calles, veredas, parque) y la instalación de diversos servicios (Correo, Registro civil, Policía
rural, entre otros). Sin embargo, la realización de estas importantes obras, no cambiaron la
economía de los quilanguenses: a partir de 1976, se produjo un imparable proceso migratorio,
que no se ha detenido hasta el momento
En realidad, la mayor apuesta de los quilanguenses fue la cantonización, bajo la expectativa que
llegarían directamente las rentas estatales y que con mayor autonomía fabricarían su propio
desarrollo. El descontento con Gonzanamá había crecido considerablemente, porque se
consideraba que no había un reparto equitativo de las rentas municipales a las parroquias. El 11
de noviembre de 1980, por iniciativa del párroco, el quilanguense Manuel Enrique Rojas, se
convocó a una asamblea popular que decidió conformar la Junta Cívica Procantonización de
Quilanga, en la que se designó como presidente a Holger Castillo, Angel Jaramillo como
Vicepresidente, Angel Marín Rojas como Secretario, Juan Rojas como Pro-secretario, Nelson Luna
como Tesorero y el padre Manuel Rojas como Coordinador General. Lo novedoso de este proceso
que se inició formalmente en ese año, fue la alta movilización social que logró, lo cual refleja las
expectativas que se tenía sobre ese objetivo
Sin embargo, la propuesta de desarrollo más consistente que recibieron fue de PREDESUR en
1974 denominada “Proyecto de la Cuenca Piloto Pindo-Calvas” que incluía a la mayor parte del
territorio de Quilanga, así como a los cantones de Gonzanamá y Calvas. La propuesta que debía
implementarse en cinco años se inspiraba en los paradigmas del desarrollo de aquellos tiempos,
que creía que la reforma agraria, seguida de una modernización de la producción, apoyada en la
“revolución verde”
19. 26
5.1.4. EL PROCESO DE MOVILIDAD Y MIGRACIÓN HUMANA EN CANTÓN QUILANGA
La población de Quilanga en 1950, era de 4.653 personas (Censo INEC, 1950), para 1962 creció a
6.179 personas (Censo INEC, 1962), a una tasa anual de 2.39%, que se sustentaba en un
crecimiento vegetativo alto (las familias tenían varios hijos), pero ya no llegaba nueva población,
como sucedía en décadas anteriores. Los testamentos que hemos recogido de diversas personas
entre 1950-62, nos muestran un promedio de ocho a diez hijos, aunque en muchos casos, la tasa
de mortalidad infantil era alta: varias familiares reportaron la muerte temprana de tres a cinco
niños. En estos años, la hacienda se sobresaturó de población y su modelo económico tradicional,
que se basaba en la producción pecuaria y de caña de azúcar, llegó a su tope, es decir, ya no podía
incluir a más trabajadores. Las condiciones excepcionales de algunas haciendas, como Tuburo y La
Elvira (que juntas tenían 10.798 has según el IERAC), que por muerte del patrón permitieron un
reparto de hecho de la tierra a 905 beneficiarios, prolongaron la agonía del sistema de hacienda,
porque les posibilitaron a los arrimados y arrendatarios contar con más tierra, pero no se produjo
un cambio en las estrategias productivas: los arrimados y arrendatarios seguían produciendo lo
mismo y con las mismas técnicas.
Entre 1962 y 1974, la población creció aún más, hasta llegar a 7.117 habitantes (Censo INEC,
1974), pero el crecimiento anual fue menor al período anterior, éste llegó al 1,18% anual, lo cual
indica que ya se había iniciado una importante migración en ese período. Como se recordará, en
estos años se produjo la gran sequía de Loja (1967-69), que afectó moderadamente a la
parroquia, en comparación con otros cantones de la provincia, debido a que, su localización en las
estribaciones de la cordillera central, le permitieron recibir alguna humedad proveniente de la
Amazonía (1.231 mm al año en promedio medidos entre 1971 y 1975, que es el doble de cantones
como Paltas, para poner un ejemplo cercano). Es interesante destacar que la mayor parte de
personas que se fueron provenía de la entonces parroquia de Quilanga, que apenas creció a una
tasa de 0,53% al año, en tanto, San Antonio de las Aradas, todavía mantuvo un ritmo alto de
crecimiento del 2,36% anual, confirmándonos que el proceso excepcional de reparto de hecho de
la tierra producido en esa parroquia, les permitió a los campesinos controlar todavía sus procesos
de reproducción social.
El siguiente período, entre 1975 y 1982 significó el primer gran retroceso de la población, la
población bajó en 1982 a 6.518 personas, con una tasa anual negativa de (-1,09%). El grueso de la
migración se produjo a partir de 1976, según nos muestran los registros de nacimiento de la
parroquia. En los registros de nacimiento bajaron a más de la mitad el número de niños inscritos,
de 364 en 1975 a 180 en 1976, descendiendo a 118 en 1979 e incluso a 101 en 1981 (Libros
Parroquiales de bautizo de Quilanga). El descenso de población, se produjo tanto en Quilanga,
como en San Antonio de las Aradas, es decir, el proceso de reparto de las tierras, que fue muy
inequitativo, dejó a muchas familias sin opciones, y el modelo de producción imitado a la
hacienda, no permitía mejores rendimientos.
20. 27
Adicionalmente, ello nos muestra que se produjeron al mismo tiempo dos fenómenos
combinados: migración masiva de personas en edad fértil y que, las familias buscaron racionalizar
el número de hijos frente a la crisis. Lo significativo es que, este proceso de pérdida poblacional,
se produjo en el tiempo en el que PREDESUR ejecutaba su proyecto de desarrollo, que había
ofrecido mejorar la vida de los beneficiarios. El modelo, a pesar de sus buenas intenciones, al
inspirarse en la revolución verde (mecanización, mejoramiento de semillas, riego, insumos
químicos y mejora del manejo), fracasó estruendosamente, no solo por las limitaciones
burocráticas (no se cumplieron las mayor parte de ofrecimientos), sino por su inadecuación a un
medio montañoso que no permite la mecanización: el 93% del territorio tiene pendientes
mayores al 25% y apenas el 7% se puede considerar relativamente plano, con posibilidades de
mecanización, según los propios datos del proyecto.
Entre 1982 y 1990, el descenso poblacional se incrementó aún más, la población total bajó a
5.553 personas, a una tasa negativa de (-1,98%), que seguramente fue una de las mayores de la
provincia en ese período. En estos años, los quilanguenses lucharon por su cantonización,
creyendo que esta sería una solución para su crisis. Nuestra opinión es que, sin duda alguna, la
concentración e inequidad territorial con las parroquias pequeñas y rurales es una de las causas
de su postergación, pero hay otros factores de igual o mayor importancia. Hemos mencionado el
modelo de desarrollo imitado a la hacienda y el fracaso de la revolución verde en un medio
montañoso. A ello debemos añadir la pérdida progresiva de la soberanía alimentaria y la escasa
acumulación interna. Una investigación realizada por Anne Lise Pietri-Levy que entrevistó a 80
escolares de Quilanga y San Antonio de las Aradas en 1982, mostró que para ese año el 9% de los
alimentos se adquirían en Cariamanga y Gonzanamá; y mucho más grave, el 84% de las
herramientas, el 53% de los vestidos, el 38% de las medicinas y el 35% de los útiles escolares, se
adquirían en almacenes fuera de Quilanga (especialmente de Loja y Cariamanga), es decir, el
ahorro interno se escapaba por la vía del mercado (compra de artículos) a otros espacios, de
manera que, la acumulación local era baja, sin permitir ni siquiera el desarrollo de un capital
comercial sólido, menos aún lograr una acumulación para fomentar la agroindustria (Pietry-Levy,
1986:135).
Entre 1990 y el 2001 la población bajó a 4.582 personas, a una tasa negativa anual de (-1,75%)
cercana a la del período anterior, a pesar de que ya se había creado el cantón, se había
parroquializado Fundochamba y había grandes expectativas en la disposición de recursos propios.
En realidad, los recursos asignados a un cantón pequeño como Quilanga, fueron muy restrictivos y
el privilegio por la infraestructura física, sin modificar el modelo de desarrollo hicieron poco por
sacar a Quilanga de su situación crítica. Incluso en este rubro, el de los servicios, la situación era
grave: por ejemplo, para 1995, el 38,8% de la población no contaba con agua potable; el 77,65%
de la población no contaba con servicios de eliminación de las aguas servidas; el 82,38% no tenía
servicios higiénicos en su vivienda; el 51,25% no tenían luz eléctrica, entre otros, de manera que
el cantón ocupaba el puesto 178 de 200, en necesidades básicas insatisfechas (INEC, 1995).
Entre el 2001 y el 2010, la población bajó todavía más para llegar a 4.337 personas, unas 316
menos que en 1950 (INEC, Censo 2010), lo que representa un verdadero fracaso de los de
21. 28
desarrollo aplicados . La tasa anual de crecimiento continuó siendo negativa, alcanzando en este
período el (-0, 49% anual) que sin embargo, es mucho más moderada que en los períodos
anteriores, es decir, bajó el ritmo migratorio, sea porque las oportunidades se cerraron o porque
se alcanzó un punto de relativo equilibrio para el modelo productivo de la zona. Esta última
opción, parece posible, si examinamos la producción agropecuaria, que se había modificado
parcialmente
5.1.5. POBREZA
Se han establecido tres variables sociales clave para medir el cambio experimentado en década,
de 1995-2006, espacio temporal relevante en la historia reciente del Ecuador, por haberse
caracterizado por el impacto de una de las peores crisis que se precipitó en la primera mitad del
período tomado, para iniciarse una lenta recuperación en los siguientes años. Las variables
seleccionadas fueron: el consumo por habitante medido en dólares, la incidencia de la pobreza e
indigencia y la desigualdad social medida a través del coeficiente de Gini. Se partió de la idea de
que un desarrollo equilibrado debía haber logrado aumentar los ingresos de las familias, bajar la
incidencia de la pobreza e indigencia y reducir la desigualdad entre las personas.
POBREZA
1995
POBREZA
2006
PUNTOS
DE
CAMBIO
INDIGEN
CIA 1995
INDIGEN
CIA 2006
PUNTOS
DE
CAMBIO
INGRESO
S 1996
INGRESO
S 2006
CAMBIO COFICIE
NTE DE
GINI
1996
COFICIE
NTE DE
GINI
2006
CAMBIO
0,81 0,63 18 0,41 0,30 11 49,03 63,78 14,75 0,37 0,43 -6
0,81 0,80 1 0,50 0,47 3 50,75 45,92 -4,83 0,45 0,46 -1
0,68 0,72 -4 0,36 0,37 -1 72,56 58,26 -14,30 0,50 0,46 4
Fuente. INEC, CPV 2010.
Elaboración. Equipo Técnico 2012
Como se advierte, el mejor desempeño tuvo en el período la parroquia Fundochamba, que bajó la
pobreza en 18 puntos y la indigencia en 11 puntos. También mejoró sus ingresos en 14,75 dólares
por familia al mes, pero creció la desigualdad en 6 puntos. A pesar de este desempeño, la
población de la parroquia ha disminuido consistentemente desde 1990, cuestión que se relaciona
con tres razones: el envío de algunos hijos al exterior para beneficiarse de remesas, el envío de
hijos a estudiar y una importante diferenciación social, que llevó a las familias más desfavorecidas
a buscar oportunidades en otros sitios. La mejora producida en los indicadores de ingreso y
pobreza, pudo haber sido sobrevalorada parcialmente por la migración, pero ello es difícil de
diferenciar.
Por su parte, la mejoría experimentada por esta parroquia está asociada a la producción de café,
aunque, como hemos dicho, se observa un creciente proceso de diferenciación entre las familias.
Esta diferenciación, ya fue observada por el CRADES en el 2004, que realizó un estudio de siete
casos, mostrándonos una importante diferencia de ingresos entre las familias: desde aquella que
tenía ingresos agropecuarios anuales de 818,13 dólares, hasta aquella que tenía un ingreso de
6.593,16 dólares, ocho veces más que la primera. Esta diferenciación social, estaba asociada a tres
factores decisivos: la disposición de terrenos de cultivos (entre media hectárea en el primer caso
hasta 10 has en el otro), la disposición de terrenos de pastoreo (entre media hectárea a 18,5 has)
y el ingreso no agropecuario (de 0 en unos casos, hasta 800 dólares en el más alto).
22. 29
Por su parte, San Antonio de las Aradas se estancó, puesto que la pobreza apenas disminuyó un
punto (de 81 a 80%) y la indigencia en 3 puntos (de 50 a 47%, que son estadísticamente poco
significativos) Los ingresos de las familias disminuyeron en 4,83 dólares mensuales y la
desigualdad empeoró en un punto. Sorprende este desempeño respecto a Fundochamba, puesto
que son parroquias de características ecológicas similares y han soportado una alta migración. El
estancamiento de San Antonio de las Aradas podría estar relacionado con el mayor peso de la
ganadería extensiva en sus estrategias productivas, una mayor incorporación de insumos
químicos en la producción agrícola y una mayor articulación al mercado, cuestiones que los
tornarían más vulnerables a los precios del mercado y a los riesgos de la producción.
Existen cuatro tendencias preocupantes: (i) una alta incidencia de plagas y enfermedades en los
cultivos de ciclo corto con riego tomate, fréjol, yuca, maíz (roya, broca, lancha, ojo de pollo,
oídium) que los obligaba a invertir de manera creciente en productos químicos para su control; (ii)
la dependencia de los productores (especialmente de los barrios El Subo, La Soledad, Tuburo, San
Rosa, Valdivia, Las Cuadras, Jacapo, Las Choras, San José, El Limón) de intermediarios y piladoras
de Cariamanga que tomaban una buena parte de los excedentes producidos por los campesinos;
(iii) una estrategia productiva fuertemente basada en la ganadería extensiva de poco rendimiento
(el 65% de las tierras se dedicaban a esta actividad), con alta incidencia de brucelosis, fiebre
aftosa, carbunco y parásitos; y (iv) las estimaciones realizadas sobre los egresos familiares,
mostraron que las familias habían perdido buena parte de la soberanía alimentaria, puesto que
debían emplear entre el 40 a 50% de sus ingresos en comprar alimentos. Sin embargo, muchos
campesinos pertenecían a PROCAFEQ o habían emprendido en pequeñas empresas comunitarias
de procesamiento del café para mercados locales, lo cual mostraba alternativas posibles, pero a
diferencia de Fundochamba, había menos capital social: escasa coordinación con el Municipio,
desorganización interna, débil liderazgo y capacitación de los socios. Estos aspectos detectados
no han sido aún superados, lo cual explica el estancamiento señalado
El peor desempeño tuvo la parroquia Urbana de Quilanga, cuya pobreza se incrementó en cuatro
puntos (del 68 al 72%), la inequidad creció en un punto (de 36 a 37%) y los ingresos familiares
bajaron en 14,30 dólares al mes. Solo mejoró la igualdad social en cuatro puntos (de 0,50 a 0,46,
donde uno es la máxima desigualdad), es decir se igualaron un poco en la pobreza. En este caso,
los resultados se relacionan con la menor productividad de esta parroquia y su baja asociatividad:
las mayores obras de infraestructura aquí edificadas, no sirvieron para modificar esta compleja
realidad.
5.1.6. CULTURA
El territorio del actual Quilanga fue parte en el pasado aborigen, del gran Señorío de los
Colambos, uno de los principales grupos étnicos que conformaron a los Calvas y a la
Confederación de los Paltas. Las huellas del Señorío de los Colambos son claras y aún son visibles:
nos quedan las comunas Colambo, Sasaco,Purunuma, Anganuma y Loana, que son las herederas
directas de la antigua organización; un conjunto de petroglifos situados en diversos sitios del
territorio que nos muestran los espacios rituales, los dibujos de las deidades y de los dirigentes
étnicos; los mitos que nos dan pistas de los antiguos sistemas de manejo de la humedad y un
extraordinario número de documentos históricos que testimonian: el manejo del territorio del
23. 30
señorío, la toponimia, la enorme biodiversidad, los linajes cacicales de hombres y mujeres, sus
sistemas productivos basados en la chacra agroforestal y una denodada defensa de la heredad
territorial que nos ha sorprendido por su tenacidad, iniciativa y resistencia
5.1.6. 1. Quilanga como parte del Señorío de los Colambos (700-1460)
El salto de pequeñas aldeas dispersas a la creación de un Señorío Etnico muy consolidado, se
produjo desde los años 700 de Nuestra Era. Hay un consenso entre los investigadores en explicar
este verdadero salto histórico, con la llegada por oleadas de grupos protoshuar (denominados
Pacamoros o Bracamoros-paltas) que vivían en el Alto Chinchipe, que atravesaron la cordillera
para ubicarse en el territorio de la actual provincia de Loja, como también en Piura, Túmbez, parte
de El Oro y Zamora. Los bracamoros habían logrado el manejo de varios pisos ecológicos bajo un
mando más centralizado tipo cacicato, una actividad agropecuaria bien desarrollada y una
capacidad ofensiva que les permitió someter a los débiles asentamientos que encontraron,
llegando a ocupar la mayor parte del territorio de Loja. Este proceso de ocupación por parte de
los bracamoros, sometimiento y mezcla con los habitantes locales, dio lugar al aparecimiento de
los paltas, que por su origen tienen una doble influencia: selvática y costeña, pero que en esta
región desarrollan con el tiempo características propias.
De estos nuevos asentamientos, surgieron en toda esta región diversos señoríos étnicos de un
importante nivel de complejidad: los Chaparra al norte (en la zona de Saraguro-Zaruma), los
Garrochambas-paltas (ocupando toda la franja occidental del río Catamayo), los Calvas (que
ocuparon la franja oriental del Catamayo y los Malacatus al este. En la cuenca del Zamora se
ubicaron los “palta-xiroa” y en Zaruma los “yaznez”, todos ellos con costumbres similares y un
idioma común, es decir, se trataba de una “región cultural” (la de los paltas) claramente
identificable, que guardaba a su vez, un gran parecido con los “guayacuntu” de Ayabaca y Caxas, y
con los Tallanes de Piura y Túmbez, pues todos ellos tenían influencia protoshuar, pero con
diverso grado de mezclas e influencias de pobladores de origen costeño y surandino.
Un Señorío Etnico se caracterizaba por ser una organización mas o menos centralizada, que
controlaba un territorio escalonado con diversos pisos ecológicos, la presencia de un Señor Etnico
que ejercía el mando, que organizaba la producción y los intercambios, predecía la lluvia y
organizaba los rituales, y un conjunto de familias que tenían una alta capacidad de producción de
subsistencia, que ofrecían algún tipo de tributo al Señor Etnico, que generalmente pertenecía a la
familia más numerosa. En el caso de los Calvas, habían varios Señoríos Etnicos: los Nambacolas,
los Colambos, los Changaimines, los Cariamangas, los Tacamoros, los Otuana y los Sozorangas que
llegaron a tener un mando unificado, por lo cual se los conoció como “calvas”, cuyo asiento
principal al final del período estuvo en Cariamanga. Cada uno de estos señoríos tenía un territorio
conocido y a su interior varias aldeas o llajtas, distribuidas en los diversos pisos ecológicos. Para
este relato histórico, nos interesa con particular acento, el Señorío de Colambo al que perteneció
el actual territorio del cantón Quilanga.
Aunque resulta difícil ubicar fuentes antiguas que describan a estos pequeños señoríos, por
fortuna, la gran cantidad de litigios que tuvieron que emprender los Colambos en la época
colonial para defender su heredad territorial, nos permite leer entre líneas la realidad anterior en
esos documentos coloniales.
24. 31
El territorio de la etnia Colambo, era hacia el siglo XIV, una ancha faja que comprendía,
aproximadamente los territorios de las actuales parroquias de Purunuma, Quilanga,
Fundochamba y San Antonio de las Aradas, cubriendo aproximadamente ocho leguas, según una
estimación realizada en 1689. El centro de la etnia estaba en un pueblo situado a legua y media
detrás del cerro Anganuma, mientras la mayoría de familias se distribuían en ese amplio
territorio, bajo la modalidad del control simultáneo de varios pisos ecológicos.
Los Colambos controlaban tres pisos ecológicos o “temples” claramente diferenciados: el piso
caliente, integrado por los valles como Sasaco, Canangola, Yambananga y Canchunamaca al norte
y el hermoso valle de Guancocolla al sur, donde tenían sus platanares, yucales, ajialaes, camotes,
maní y diversas frutas; las partes templadas, como Palotine, Guayo, Sandilla, Yanganamá, Olleros,
Colasa, Quilanga, Naymuro, Ungananchi, Peremine y Jumbochanga donde producían el maíz y
frijoles; y la parte alta, como Purunuma, Loana y Anganuma, donde producían maíz, frijoles y
papas. También accedían en su territorio a bosques exuberantes donde cazaban una gran
diversidad de animales y obtenían plantas medicinales, madera y miel; en los ríos y lagunas tenían
una gran cantidad de peces. Se trataba de un territorio predominantemente escarpado, que sin
embargo tenía una gran cantidad de agua, por la existencia de lagunas, una gestión adecuada del
agua y un bosque primario bien conservado.
Cada familia reproducía este patrón de control de diversos pisos ecológicos, a través de la
posesión de parcelas ubicadas en distintos sitios. Las familias vivían en casas de bahareque
(generalmente de chachacomo, carrizos, barro y cubierta de paja) ubicadas cerca de una vertiente
para obtener el agua para consumo humano, de los animales domésticos y para regar su huerta
agroforestal, se trataba pues, de un ordenamiento agrícola basado en el control de nichos o
parcelas con riego, de extensas zonas de secano y del acceso a los recursos comunitarios. Varias
familias se agrupaban en aldeas, lo cual les permitía intercambiar la mano de obra para realizar
las faenas agrícolas Este sistema organizativo aún subsistía en 1808, según lo relata don Joaquín
Añasco: “Todo su terreno está inculto, a esepción de algunas huertesillas pequeñas de plátano y
caña, y algunos sembradíos muy cortos de alberjas, maìs y frijoles
El modelo productivo de los Colambos basado en la huerta agroforestal, el control de varios pisos
ecológicos y la ayuda comunitaria, les permitió desarrollar una importante población. Aunque,
con la información disponible, no es posible conocer con exactitud la población que llegó a tener
esta etnia en el pasado aborigen, podemos realizar algunas aproximaciones. En 1591, un informe
de Luis de Morales Figueroa señala que la etnia Colambo tenía 538 tributarios, es decir unas 1.401
personas, constituyendo en ese momento, la comunidad indígena más grande de Loja. En ese
año, congregaba al 18,88% de la población indígena lojana, siendo incluso superior a pueblos
como Cariamanga que congregaba al 15,4% de la población indígena total, a Sozoranga o a
Garrochamba, (este último había sido el principal asentamiento de los paltas). Si estimamos que
la población de Colambo decreció en una modesta relación de tres a uno, por el impacto de la
conquista española (sarampión, viruela, guerras, huidas, trato abusivo, etc), su población pudo
haber alcanzado fácilmente las 4.202 personas al momento de la llegada de los españoles.
El poder político, como hemos dicho, estaba basado en la figura del Señor Etnico, que al mismo
tiempo oficiaba de shamán, es decir, combinaba elementos administrativos, políticos,
25. 32
adivinatorios y rituales, por tanto, resultaba una combinación entre dirigente andino y amazónico.
El petroglifo de Yurarumi (o Yuracrumi) nos permite tener una idea clara del gobernante étnico:
su vara de mando, sus atuendos distintivos en la cabeza y las orejas que marcaban su jerarquía.
Está acompañado por súbditos representados de manera muy estilizada y un elemento que al
parecer evoca a la luna, que marcaría su relación con las divinidades, es decir, mostraba su doble
carácter de dirigente político y shamán, que es típico de los caciques paltas.
Es importante destacar que el diseño y elaboración de petroglifos en la zona tenía varios
objetivos: establecer relaciones con los dioses que propiciaban la lluvia, marcar espacios rituales y
políticos para grandes reuniones, marcar linderos étnicos, establecer símbolos de identidad de la
etnia, representar a shamanes y dirigentes étnicos, ordenar el territorio y establecer relaciones
con las divinidades. Resulta bastante claro, que la principal divinidad era el cerro Colambo, que
representaba a su vez a una culebra mítica. La presencia de animales míticos como deidades entre
los paltas era común, por ejemplo, en Catacocha, la deidad principal era una Perdiz, denominada
en kechwa “Pisaca”. Precisamente en Anganuma, se elaboró un petroglifo que representa al cerro
Colambo (culebra mítica o conza que constituye la deidad más importante de la zona, relacionada
con la fertilidad, la lluvia, la salud, la limpieza de roedores que podían infestar las casas o los
cultivos y la protección), tallado en bajo relieve, con línea curvas y estilo figurativo, que
probablemente servía para invocar al cerro por la lluvia y otros favores. El estilo figurativo y
estilizado del dibujo muestra la enorme influencia protoshuar, de la que provenían. Se ubica en un
lugar amplio propicio para grandes ceremonias y se despliega en una piedra, al parecer trabajada
como una microcuenca integrando oquedades como lagunas, es decir, insinúa la eventual
elaboración de un mapa didáctico para manejar la humedad
Las familias que habitaban la etnia Colambo, pertenecían a linajes o troncos familiares masculinos
y femeninos característicos, en los que funcionaba la descendencia paralela, esto es, que los
hombres heredaban los antropónimos y bienes de sus padres varones y las mujeres de sus
madres.
Los principales troncos familiares masculinos fueron los Calva y Ubaco muy particulares a esta
etnia; los Maza, Acaro, Chamba, Cango y Agila (comunes a toda la región de los paltas) y los
Sacapi, Sarango, Mija, Atarama, Gualo, Landacay, Cumbicus y Quinde, que provienen de diversas
zonas cercanas (Guayacuntu, de Chito, Malacatus). Varios documentos coloniales de la Cofradía
de Nuestra Señora del Rosario de San Pedro Apóstol de Colambo de 1721 a 1724, que informan
sobre la elección de priostes, oficiales y muñidores (hombres y mujeres) que debían encabezar la
celebración anual de las fiestas de su patrona, nos permiten observar que los “apellidos”
femeninos eran distintos a los masculinos: entre los “apellidos” femeninos encontramos:
Arisimango, Puruña, Candoa, Cura, Yara. Lamentablemente, estos “apellidos” se perdieron en la
época colonial en el que comenzó a funcionar el nuevo sistema patriarcal de apellidos,
subsistiendo únicamente los linajes masculinos y no los femeninos. Esta evidencia refleja el
funcionamiento de una descendencia paralela, parecido al que hemos encontrado en el norte de
Quito.
También hay evidencias en la zona de la construcción de un sistema de captación de agua lluvia
para formar cochas o humedales de altura para recargar a las vertientes. Por ejemplo, en el cerro
26. 33
El Chiro, que constituye el cerro tutelar de Quilanga, hay claras muestras de la existencia de una
“cocha” de altura que servía para recargar las vertientes de la zona. Sobre esta cocha o laguna se
conserva hasta hoy un mito que cuenta sobre el ofrecimiento de niños que hacían ciertos padres,
que los colocaban en la orilla de la laguna en calidad de regalo, a cambio de lo cual, la laguna los
reciprocaba con flores, plata o ropa, es decir con elementos de prosperidad. El mito nos muestra
que la laguna era una deidad que propiciaba el enriquecimiento (plata o ropa) y la fertilidad (las
flores y su belleza). Esta función de la laguna de altura, nos insinúa que funcionaba un sistema de
control y manejo de la humedad, parecido al que hemos localizado entre los paltas: en Catacocha
(Gran Laguna) hay una laguna antigua que subsiste hasta la actualidad denominada “cocha del
Pisaca” (laguna o humedal de la Perdiz), que pudo estar emparentada con una similar de
Quilanga. El mito “refiere que cuando una madre soltera tenía un hijo, le regaban al cerro,
colocándolos a la orilla de la laguna junto a un sombrero, mientras la madre soltera se lavaba las
manos, el niño desaparecía, y el sombrero queda lleno de flores que despedían un exquisito
aroma, según otras, lleno de plata o de ropa para bebé” (Walter Novillo Castillo, Quilanga,
Expediente de la cantonización de la Parroquia de Quilanga, documento, Municipio de Quilanga,
1986.
Esta tecnología era conocida por todos los pueblos paltas. Por ejemplo, en Nambacola, hay claras
muestras de la existencia de una antigua cocha en el cerro Ingaurco, que recogía agua lluvia que
permitía recargar los acuíferos de dos vertientes, una de agua sulfurosa y otra que denominada La
Toma que está al pie del cerro y que abastecía a la población, Nambacola: delicia del alma,
La actual ciudad de Quilanga era parte, como hemos dicho, del señorío de los Colambos. Desde
aquella época, el sitio era descrito como una pequeña llanura fértil productora de maíz y
platanales, ubicada en la zona templada, donde habían construido varias casitas de diversas
familias, tal como la describe el visitador don Joseph Tapia de Escamilla que llegó al sitio el 29 de
junio de 1696:
“Hacia mano derecha desde el dicho mojón citado (una cruz en el portete de Anganuma) para
hacia el rio que baja al valle de Guancocolla están unos sitios nombrados de Quilanga a donde vi
muchas casas con muchas comodidades de hacer sementeras, quebradas con platanales, muchos
talados y ganado vacuno, cuyo bosque y vertientes de lomas tendidas según me informé que
tocaban a dichos sitios, eran de muchas aguas, reconocí ser muy cómodos para hacer grandes
haciendas de longitud dilatada de más de cuatro leguas de travesía y de largo otras tantas. A
estos dichos sitios se añade otro puesto templado que toca a sierra llamado Guallanamá
circunvecino a otro sitio llamado Ungananchi que las más de lomas y llanos están de baldío sin
que ningún indio asista en ellas, mas que el dicho puesto de Quilanga y Guallanamá…”(ANH, Q,
Indígenas, C.22)
Junto al llano donde actualmente se edificó la actual ciudad, está la Pallca de Quilanga, un hito
importante en las mediciones realizadas de las tierras. La “Pallca” es una denominación en lengua
kichwa que significaba ramificación o bifurcación de caminos, pero que en el lenguaje local
también significaba “ensillada” o “portete”, según lo señalaron explícitamente los testigos de la
época. Los documentos identifican tres pallcas: una entre Anganuma y Quilanga llamada “la Pallca
Grande”; otra cerca de El Salado “Portete grande o Palca que está en la loma de Perumine, hoy
27. 34
nombrado con el nombre de Amani y Corralillo de donde se divisa otra Encillada o Palca, que hoy
conocen con el nombre del Lugmo en el sitio de Palotine” (Archivo de la Comuna de Anganuma).
Por la Pallca Grande de Quilanga pasaba el camino que iba hacia el valle de Guancocolla y de allí
se bifurcaba el camino, uno hacia Gonzanamá y otro hacia Purunuma.
Para fortuna de los quilanguenses, hemos podido localizar el dibujo antiguo realizado por el
Visitador de tierras en 1696, que nos muestra siete elementos importantes: (i) los temples frío,
templado y caliente, es decir la diversidad de pisos ecológicos de la zona, que les permitía
producir diversos artículos para el sustento de las familias; (ii) el dibujo del cerro de Anganuma y
El Chiro, cerros tutelares de Quilanga, marcado con cruces por los españoles para señalar linderos
y para “cristianizar” (desencantar como dirían los antiguos) a las deidades de los “gentiles”; (iii) el
dibujo de la Pallca Grande de Quilanga (ramificación de caminos, ensillada o portete) por donde
bajaba el camino a Guancocolla; (iv) el sitio donde se edificó años después la actual ciudad de
Quilanga con algunas casitas de familias indígenas con sus huertas de plátanos; (v) el río grande
de Guayo, muy importante para la pesca y el riego, lindero con los de Gonzanamá: (vi) un sitio de
“pedrería” (terreno lleno de piedras), que seguramente era un sitio sagrado, en una de cuyas
piedras se elaboró el petroglifo del Colambo (la población local le llama equivocadamente Sirena);
y (vii) señala que a legua y media se encuentra el centro poblado de la étnica Colambo
(asentamiento que desapareció y que puede ser recuperado para el turismo). Los cañaverales,
corrales y casas de Diego Briceño, son parte de los cambios introducidos por los españoles que
pretendían quitarle la heredad territorial. En realidad, es un dibujo único en su especie, que nos
muestra el Quilanga antiguo, antes del actual asentamiento y que constituye la referencia gráfica
más lejana que hemos podido localizar
5.1.6. 2. La pluralización de la sociedad
Hacia 1768, el número de indígenas que tenía la comuna Colambo, era de alrededor de 250
personas, es decir, unas 62 familias nucleares. Este reducido número de indígenas, tenía
dificultades de copar y defender su territorio (tanto la legua entregada por la Corona, como las
tierras de Guayo, Palotine, Jumbochanga, Amani y Perumine) que se las disputaban con los
hacendados. Una de las tácticas usadas por los caciques, tal como hemos señalado, fue procurar
el ingreso de personas externas como miembros de la comuna, de manera de mostrar mayor peso
social ante las autoridades.
De otra parte, en esos años, entre 1740 y 1790, se produjo el ciclo de la “exportación de
cascarilla”, que era obtenida justo en la cordillera alta que divide Malacatos-Vilcabamba con la
tierra de los Colambos, cuestión que provocó que varios caciques fueran involucrados en la
extracción y acarreo de este producto hasta Macará para obtener algunos ingresos con los cuales
pagar los tributos. Por ejemplo, en 1771, don Manuel Mora, vecino de la ciudad de Loja, por orden
del Corregidor de dicha ciudad, remitió diez petacas de cascarilla, de a seis arrobas y media, con
los indios caciques de los pueblos Changaymine, Nambacola y Colambo, hacia donde el Teniente
Corregidor de Malacatos (ANH; Q; Cascarilla, C1, Exp.5); o las transacciones que realizaba el
Corregidor Daza y Fominaya que también utilizó los caciques de las tres comunidades para extraer
y transportar la cascarilla a Cariamanga.
28. 35
Estas actividades atrajeron a varios comerciantes (blancos y mestizos pobres), que deseaban
hacer fortuna, puesto que, ya no era posible acceder a las grandes haciendas, tomadas por los
descendientes de los conquistadores y las grandes familias coloniales. Estos comerciantes se
dispusieron en los tambos, en los pueblos y a lo largo de los caminos que transitaban de Loja y
Malacatos a Macará con dirección a Piura y Paita (el puerto de exportación). El mapa trazado por
Pedro Vicente Maldonado en 1740, nos permite observar, precisamente, dos caminos que
pasaban por Colambo: uno que venía desde Loja, Bernabé, Colambo, Gonzanamá, Cariamanga,
Colaysacapi, Sozoranga, Macará y Piura; y otro que venía desde Vilcabamba, Malacatos, Colambo,
punto donde se unía con el anterior. Maldonado también dibujó el antiguo Camino Real de los
Incas, que aún se usaba para ir a Ayabaca, Huancabamba y bajar a Piura. Por estos caminos se
transportaba en esta coyuntura el algodón, jabón, harina, sal, pescados y otros productos dLos
dos factores juntos, la necesidad de personas que tenía la Comuna para defender y copar el
territorio, así como la presencia de blancos y mestizos pobres que buscaban alguna oportunidad
en el comercio, que comenzó a declinar hacia 1790 (caída de la exportación de cascarilla y del
comercio de textiles entre Cuenca y el norte del Perú), crearon las condiciones para que la
comuna incorpore paulatinamente a blancos en su organización; así como, las haciendas los
incorporen en calidad de arrimados o “colonos”, porque la fuerza de trabajo de los mitayos
indígenas, ya no era suficiente. Poner aquí mapa de pv Maldonado
En 1768, encontramos en la nómina de comuneros a personas de apellido Aguilar; en 1783 los
documentos señalan explícitamente que las personas que ocupaban los sitios en disputa eran
“mozos blancos” (Valdez, Martínez, Marín, Granda), definidos como “arrimados de la comuna”.
Esta dispersión en el territorio para defenderlo, ha quedado recogido en la memoria popular que
recuerda que fue el cacique Sebastián Chamba el que ordenó “que la mitad de habitantes de la
comuna se quedara en Quilanga y la otra mitad en Chalanga (Purunuma)”.
El mismo proceso se vivía en las haciendas, por ejemplo, en 1783 Antonio Reátegui declara ser un
“mozo blanco” que fue llevado desde Cariamanga por don José Carrión para ser vinculado como
arrimado de su hacienda de Cangopita.
Los documentos de 1818, muestran ya, que en el actual pueblo de Quilanga habían una cuántas
casas de blancos, mestizos e indígenas mezclados que pertenecían a la comuna Colambo, al punto
que, comienza a denominarse al sitio como “Anexo de Quilanga” o “el pequeño pueblito de
Quilanga”. La presencia plural de blancos, mestizos e indígenas que se mezclaban en un activo
mestizaje cultural en esta localidad, iniciará una historia distinta, que coincide con la
independencia del Ecuador: desde aquí en adelante, ya no podemos hablar exclusivamente de la
comuna Colambo, sino de la sociedad plural de los quilanguenses.
5.1.6. 3. Mitos y tradiciones de una sociedad plural
Con la presencia cotidiana de mestizos y blancos en los territorios de los indígenas de la comuna
Colambo, se produjo una relación cultural intensa entre los diversos, que era más o menos
igualitaria, debido a que, las relaciones interétnicas, que en otros contextos eran violentas,
conflictivas y caracterizadas por la dominación, en este caso, debido a que los blancos y mestizos
eran “invitados”, pobres y huéspedes de la generosidad indígena, desarrollaron relaciones más
respetuosas, que aunque podían incluir alguna conflictividad, fueron más tolerantes, lo cual
29. 36
propició el sincretismo cultural, es decir, la mezcla y la interrelación entre las culturas. Estas
interacciones dieron lugar a la modificación de mitos, tradiciones y ritualidades que traían
consigo, tanto los indígenas como los blancos y mestizos, apareciendo una serie de mezclas que
conformaron una nueva tradición. Veamos aquellas que gozaban de mayor popularidad.
Una de las tradiciones que se recuerdan hasta hoy es el llamado “tusorio” o corte de pelo de un
niño. Era una fiesta o ritual que generalmente se realizaba a los cuatro o siete años de edad del
niño, organizada por los padres y el padrino del agasajado, al que le hacían numerosas trenzas o
“jimbas” con su cabello, de manera que el padrino y los invitados puedan cortarlas, a cambio de lo
cual depositaban dinero que servía para que el niño inicie la compra de algún animal o de un bien
preciado. Se trata de un ritual de paso, en el que el varón cambiaba su estatuto, de una guagua
indiferenciada, a un niño varón con su pelo corto, que es reconocido y auspiciado por diversos
miembros de la comunidad y adquiere el derecho a tener algún bien. Este tipo de rituales se
realizaban en la sociedad indígena, pero también se hacían entre los judíos. Podría tratarse de un
encuentro de estas dos tradiciones, puesto que muchos quilanguenses que provenían de Jimbura,
Amaluza y Cariamanga pudieron tener origen sefardita (judíos cristianizados). “Tusar” o “Atusar”
deriva del español antiguo, en tanto “jimba” proviene del kichwa, mostrándonos un fuerte
sincretismo incluso en el lenguaje utilizado en el ritual.
Otra costumbre muy recordada era la celebración de los “castillos”, que se celebraban en la fiesta
de los “Santos”. El dueño de casa, organizador de la fiesta, acumulaba muchos racimos de banano
que en la noche se remataban al invitado que deseaba hacerlo, que con ese gesto se
comprometía a devolver una “pieza” llena de racimos en el siguiente año. El ritual tiene un claro
sabor andino, se trata de fomentar el compromiso de la reciprocidad, fertilidad y la redistribución,
es decir, el compromiso de cada uno de los miembros de la comunidad, de tomar obligaciones,
ser productivo y redistribuir sus bienes con los demás. El nombre “castillos” y el tiempo “todos los
santos” son de origen cristiano-español, que han sido acoplados a la celebración, dándole ese
carácter sincrético que hemos señalado.
También los informantes recordaron la tradición de enterrar a los niños menores de siete años,
llamados “angelitos” con una fiesta, en la que los invitados bailaban, se embriagaban y comían
para despedir al infante, celebración que se realizaba antes y después de llevar al niño al
cementerio, pudiendo extenderse por tres días. Esta costumbre es también sincrética, porque de
una parte se relaciona con el tema de las edades de claro raigambre andino y con la idea del
angelito inocente que se va al cielo por no haber pecado, de origen cristiano español. El tema de
las edades y su relación con el grado de conciencia entre los indígenas, fue abordado con detalle a
finales del S XVI y principios del XVII por Guamán Poma de Ayala. Este cronista distinguía diez
edades y una específica para enfermos y discapacitados, en el ciclo de vida tanto en hombres
como en mujeres. De manera específica, entre el nacimiento y los 7 años, establecía tres edades:
Los niños de teta de hasta un mes (guagua quiraupicac) que estaban en la cuna atendidos por sus
madres; los niños de un mes hasta cinco años (llullo llocac huambracuna), que aprenden a gatear
y caminar, son servidos, guiados y cuidados por otra persona y juegan con otros niños; y los niños
de cinco a siete años (pucllacoc huambracuna) que ayudan en su casa en la cría de animales y
participan en los juegos con sus hermanos, aprenden (como decir ahora la doctrina y la escuela),
30. 37
es decir, comienzan a tener conciencia de sí mismos, o lo que en Loja se decía “entrar en uso de
razón”, paso que como hemos dicho se festejaba con el “tusorio”.
Una costumbre particular de Quilanga, que se creó en medio de una sociedad
predominantemente rural que utilizaba los caballos y mulas para movilizarse en los duros caminos
de esta geografía montañosa, es la “carrera de los novios”, que se realizaba con motivo de un
matrimonio en el pueblo, al que salían los invitados en caravana y en acémilas bien “aperadas”,
en formación y con gran algarabía acompañando a los novios al casamiento civil y eclesiástico. La
carrera incluía tiros al aire y las vivas a los novios, para luego regresar a la fiesta donde se los
recibía con arcos de flores y frutas, bebidas, comilonas y la gran farra que podía durar entre tres o
cuatro días. Es decir, este ritual de paso de la soltería a la formación de la familia, era
acompañado de una enorme alegría, un gran derroche y un gran estímulo a la fertilidad con las
flores y las frutas, en una sociedad que precisaba muchos hijos para el trabajo, en medio de una
elevada mortalidad infantil.
Las peleas de gallos traídas por los españoles y las grandes mingas de raigambre andina,
completaban las tradiciones culturales. La afición por los gallos era una actividad masculina que
requería una gran dedicación, desde escoger a la gallina fina que le da la “raza” al gallo, para
garantizar que no “corra” o huya en las peleas, escoger al padre que le transfiere la habilidad para
picar, revolotear e hincar la espuela en el contrincante, entrenarlos, darles la alimentación
requerida y por fin “jugarlos”, en las fiestas en medio de las apuestas con otros jugadores. Las
mingas, provenían de la costumbre andina de juntar los brazos y los esfuerzos para realizar obras
públicas, para hacer la casa o para realizar faenas agrícolas. En esta sociedad, en la que nada
recibían del estado o de los gobiernos locales, la mayoría de vías y edificios públicos se hicieron
con mingas, lo mismo que, la actividad productiva que se realizaba con el “prestamanos”.
En cambio, las invocaciones y predicciones realizadas por los shamanes para propiciar la lluvia o
para liberar las plagas, fueron reemplazadas por ceremonias religiosas. Las nuevas fiestas se
organizaron en torno a santos y patronos del lugar. En Quilanga, las fiestas se organizaron en
torno a San Pedro y San Roque. Más tarde, con el surgimiento de las parroquias de San Antonio
de las Aradas y Fundochamba, se celebrará a San Antonio, al Señor de la Buena Muerte, Las
Cruces, el Divino Niño, Santa Marianita, Cristo Pobre, entre las principales, que cumplieron el
papel que antes tenían ls sant locales. En estas ritualidades, cumplieron un papel destacado las
cofradías y los curas doctrineros que llegaban a la zona, que también utilizaban “los bazares”,
“priostazgos”, “misas gregorianas”, “limosnas” para levantar fondos. Posteriormente, se
agregarán las fiestas cívicas. Todo este nutrido calendario festivo, estuvo acompañado de las
celebraciones familiares del “santo” de los principales miembros de la familia.
Sobre la base de esta diversificación de la población local, se operó en las décadas 40 y 50, la
construcción de nuevos elementos de identidad. Este cambio estuvo impulsado por profesores,
músicos, deportistas y sacerdotes influidos por el “terrigenismo” que vivió el país en esos años,
que buscaba inspirarse en diversos aspectos de la cultura (campesina, pueblerina y mestiza), para
encontrar elementos de identidad en una sociedad fuertemente fracturada por distancias étnicas,
regionales y campo/ciudad, cuyas diferencias se manifestaron de manera profunda y traumática
en la escasa unidad y reacción en torno a la ocupación territorial del Perú en 1941. Ellos
31. 38
desarrollaron actividades musicales, teatrales, deportivas y educativas que se inspiraron en las
raíces para buscar cierta proyección provincial. De esa mirada “terrigenista” decidieron volver a su
nombre antiguo “Quilanga”, que en el imaginario de los profesores fue traducido como “Nido de
gavilanes”, nombre sonoro y soberbio, que transfería orgullo, sueños y ganas de volar alto como
los gavilanes.
Quilanga fue traducido del kichwa, del “anga”= gavilán y del quil semejante a quillico (también un
gavilán). Como se ve, es una construcción bastante forzada, pero cada pueblo tiene derecho a
inventar sus respectivos mitos que le transfieran orgullo. La del historiador es que el nombre
proviene del idioma palta (hay varios topónimos en la geografía lojana con ese sufijo) y no del
kichwa.
Según nos lo cuenta el Abogado Walter Novillo, por iniciativa del sacerdote José Miguel Zárate, se
formó la banda de música. Para adquirir los instrumentos se formó un Comité Pro-banda dirigido
por don Alipio Ludeña, congregando a varios jóvenes de la localidad: Agustín Emilio Rojas, Lauro
Santín Macanchí, Clotario y Rogelio Castillo Brito, Godofredo Castillo Rosales, Herminio Santín,
Floresmilo Rojas, Miguel Santín, Vicente Briceño, Jaime Marín y Clotario Torres Ochoa. Para su
formación musical contrataron al músico Daniel Armijos Carrasco por dos años, para luego ser
reemplazado por don Julio César Viteri, a quienes se les pagaba con donaciones, cuotas,
productos y bazares. La banda logró una importante notoriedad en la localidad y en los pueblos
cercanos, amenizando las fiestas con sus melodiosos sanjuanitos, cachullapis, guarachas, pasillos,
pasacalles. Tocaban ritmos como “El pobre pollo”, “El chulla quiteño”, “La chola cuencana”,
“Zaruma Urco”, entre los más recordados. La banda se convirtió en esos años en la embajadora
del pueblo, en su representante, mientras la acción comunitaria para mantenerla, constituyó una
experiencia significativa en la construcción de su identidad.
Al mismo tiempo que se formó la banda musical, por iniciativa del profesor Amable Novillo
Sánchez se impulsó la actividad teatral, que incorporó a jóvenes como Eulogio Pinzón Jaramillo,
Segundo Castillo Padilla, Luis Alonso Ojeda, Alfredo Añazco, Enrique y Julio Ludeña, Lauro Torres,
Alipio Ludeña, que montaron obras de singular calidad que animaron las veladas culturales de
Quilanga, Yangana y otros pueblos. Con enorme nostalgia Walter Novillo evoca las voces del dúo
de Carmen Amadora Castillo y Margarita Maza, y el atildado violín de los hermanos Rojas Ludeña.
También se fomentó el deporte, especialmente el ecuaboley, formándose un poderoso trío
compuesto por Amable Novillo Sánchez, Eudoro y Gregorio Ludeña que cosecharon varios
triunfos por los diversos rincones de la provincia. Esta acción combinada de música, educación,
deporte y teatro, apuntaló la acción comunitaria del pueblo para emprender grandes mingas de
construcción de locales escolares, las vías a Gonzanamá y Purunuma, la dotación de agua potable,
entre otras, que crearon la fisonomía del pueblo actual.
Pero no sólo en el pueblo se vivía la construcción de la identidad. También los comuneros,
después de la atomización sufrida por la comuna Colambo, buscaban reorganizarse.
Aprovechando la ley de Comunas de 1937, los comuneros de Anganuma y Loana, organizaron sus
respectivas comunidades. En 1941, la gran comuna Colambo se dividió oficialmente en cinco
comunidades, entre ellas, las de Loana y Anganuma en el actual territorio de Quilanga que
obtuvieron su personería jurídica en 1946. Cada comuna tenía sus autoridades, integradas por un
32. 39
presidente, vicepresidente, tesorero, secretario y síndico, que generalmente se elegían el 25 de
diciembre de cada año. Para ello, el Teniente Político conjuntamente con la directiva saliente
organizaban una asamblea general, en la que se elegía a tres escrutadores (el mismo Teniente
Político, otro elegido por la Asamblea y el secretario) que contaban los votos que los asambleístas
realizaban de manera verbal. En 1954, por ejemplo, la asamblea de la comuna Anganuma
integrada por 36 personas eligió como Presidente a don Julio Chamba, como Vicepresidente a don
Aurelio Chamba, Tesorero a Baudilio Yaguana, Síndico a Santos Castillo y Secretario a Juvenal
Santín. En la comuna de Loana, en esa misma fecha y con el mismo procedimiento, 30 comuneros
eligieron como Presidente a don Agustín Hidalgo, Vicepresidente a don Parsemón Granda,
Tesorero Rufino Arévalo, Síndico Abel Godoy y Síndico Jesús Godoy.
5.1.7 EDUCACION
Los servicios educativos en el canton se inscriben en el contexto de las características vigentes en
el país, con escasas virtudes y grandes deficiencias. Estos problemas resultan gravitantes para el
desarrollo intercultural, geoambiental y socio-económico
El campo educativo, arrastra problemas de carácter histórico, originados en los procesos
de dominación económica y cultural, que no han podido aún ser superado A pesar de las
reformas que se han diseñado y aplicado, para cumplir con los preceptos constitucionales, legales
y demás compromisos asumidos en el ámbito internacional, la educación no ha podido responder
a los retos que le impone los cambios y demandas en los ámbitos social, político y económico“
Hay que tomar en cuenta además que el acceso y permanencia en el sistema escolar es uno de los
parámetros para medir la pobreza por necesidades básicas insatisfechas.
5.1.7.1. Nivel de instrucción por grupos de edad
5.1.7. 1.1.Quilanga
En la parroquia Quilanga según los indicadores que la mayor parte de la poblacion estudiantil
se encuentra en esta parroquia se puede evidenciar un alto numero de personas analfabetas en
el rango de 15 a 65 años (157) , que contrasta con el numero de personas que acceden a
educacion superior (190). Es precupante observar el alto número personas (750) pcon instrucción
primaria en el rango de 15 a 65 años. Baja significativamente la cantidad de (280) personas que
acceden a educacion secundaria y el bachillerato completo han completado 116 personas.
Cuadro. Niveles de instrucción.
Nivel de instrucción más alto al
que asiste o asistió
Grandes grupos de edad
De 0 a 14
años
De 15 a 64
años
De 65 años y
más
Total
Ninguno 18 57 100 175
Centro de Alfabetización/(EBA) - 9 2 11
Preescolar 6 5 2 13
Primario 115 730 327 1,172
Secundario 71 283 11 365
Educación Básica 342 40 4 386
Bachillerato - Educación Media - 116 - 116
33. 40
Ciclo Postbachillerato - 17 1 18
Superior - 187 3 190
Postgrado - 5 - 5
Se ignora 6 21 21 48
Total 558 1,470 471 2,499
Fuente: INEC, CPV 2010. Procesado con Redatam+sp
Elaboración. Equipo Técnico 2012
5.1.7. 1.2.Fundochamba
El grado de instrucción primaria en la parroquia es el indicador ( 88 personas ) mas alto de acceso
a la educacion en el rango de 0 a 65 años, si embargo es alentador mirar las personas (35) que
tienen acceso, al bachillerato completo en el mismo rango.
Nivel de instrucción más alto
al que asiste o asistió
Grandes grupos de edad
De 0 a
14 años
De 15 a 64
años
De 65 años
y más
Total
Ninguno - 12 10 22
Centro de
Alfabetización/(EBA)
-
8 8 16
Preescolar 2 - - 2
Primario 19 88 28 135
Secundario 4 30 - 34
Educación Básica 45 18 - 63
Bachillerato - Educación
Media
-
35
-
35
Ciclo Postbachillerato - 1 - 1
Superior - 7 - 7
Postgrado - 1 - 1
Se ignora - 7 4 11
Total 70 207 50 327
Fuente: INEC, CPV 2010. Procesado con Redatam+sp
Elaboración. Equipo Técnico 2012
5.1.7. 1.3.San Antonio de las Aradas
La población analfabeta es de 98 personas cifra que revela que entre la población de Quilanga y
San Antonio se encuentra el indicador del 7 por ciento de las persona sin instrucción bajando
significativamente en un 50 por ciento en esta parroquia. Es una constante en las tres parroquias
el alto número de personas en instrucción primaria, que bajan considerablemente las personas
que acceden a bachillerato completo.
Nivel de instrucción más alto al
que asiste o asistió
Grandes grupos de edad
De 0 a 14
años
De 15 a 64 años De 65 años y más Total
Ninguno 5 43 55 103
Centro de Alfabetización/(EBA) - 6 2 8
Preescolar 9 5 4 18
Primario 99 377 116 592
Secundario 29 90 - 119