4. Este experimento es muy fácil, en primer
lugar hay que verter agua natural en cada
uno de los vasos. Disponer los tres vasos con
agua sobre una mesa; en el primero de estos,
añadir 3 cucharadas grandes de sal y revolver
con la cuchara. Hacer lo mismo con el
segundo vaso y una vez listo, quitar la mitad
del agua salada y completar con agua
natural. El tercer vaso quedará intacto, no se
debe añadir sal. En cada uno de los vasos,
añadir 1 huevo y observar qué sucede.
5. Como habrás podido apreciar, en el
primer vaso (agua salada) el huevo
flota hasta la superficie, en el segundo
(½ agua salada y ½ agua natural) el
huevo flota relativamente y en el tercero
(agua natural) se hunde y queda en el
fondo.
6. Pues porque sobre el huevo actúan dos
fuerzas: su peso (la fuerza de gravedad que lo
empuja hacia abajo) y el empuje del agua
(resistencia del agua que lo lleva hacia arriba).
Si el peso es mayor que el empuje del agua, el
huevo se hunde. En caso contrario flota y si
son iguales (o aproximadamente iguales): el
huevo queda en el medio.
7. El empuje que sufre un cuerpo en un
líquido depende de tres factores: la
densidad del líquido, el volumen del
cuerpo y la gravedad. El volumen y la
gravedad se mantienen inalterables,
pero al agregar sal lo que hacemos es
aumentar la densidad del agua, con lo
que logramos que el empuje sea mayor
al peso del huevo y entonces el huevo
flota.