El ser humano ha de preguntarse
por las hondas razones
que le mueven a caminar.
Ha de plantearse el porqué
y el para qué
de sus elecciones.
La gran tentación es
la de volver la espalda a la verdad.
2, 13-17
El hombre sometido a la prueba,
trata de someter a la prueba al mismo Dios.
El evangelio ha puesto en boca de Jesús
uno de los mandatos
del Deuteronomio.
2, 13-17
Tentamos a Dios cuando nos ponemos
osadamente en un peligro y pretendemos
que Él venga a librarnos en el último momento.
Tentamos a Dios cuando olvidamos su amor
y adoramos a otras cosas como si fueran un Dios que
puede salvarnos.
Tentamos a Dios cuando nos llamamos hijos suyos
y olvidamos a nuestros hermanos
que también lo llaman “Padre”.
Señor Jesús,
tentado como nosotros,
te damos gracias
por habernos revelado,
con el ejemplo de tu
insobornable fidelidad
al Padre, el camino
que nos lleva a la felicidad.
Amén.
José Román Flecha Andrés
DIOS CON NOSOTROS–Salamanca
Presentación: Antonia Castro Panero