2. El gallo de la catedral
Había una vez un hombre muy rico que vivía como príncipe. Muy por la mañana
comía el desayuno. Sí, pero este señor comía el desayuno. Pues, le servían una gran
taza de leche "postera" , con gotas de algún licor; un plato de lomo fino, bien asado;
pasa enteras, huevos fritos y una taza de chocolate con pan de huevo y queso de
Cayambe.
Que rico
mejor que
admuerzo
3. Así es. Barriga llena, corazón contento dijo, don
ramón gozaba de la vida. Después del desayuno
dormía la siesta.
Esto si que Como yo
es vida digo barriga
llena
corazón
contento
4. A la tarde, oloroso a perfume, salía a la calle.
Bajaba a la Plaza Grande
La la la la
la la la
5. Se paraba delante del gallo de la Catedral. Burlándose
le decía:
-¡Qué gallito!
¡Que
disparate de
gallito!
6. Luego Don Ramón seguía por la bajada de Santa Catalina.
Entraba en la tienda de la señora Mariana. Allí se quedaba
hasta la noche.
Ricas son las
cervezas por
ahí
bajada
7. Cuando regresaba a su casa, don Ramón ya estaba coloradito.
Había tomado algunas mistelas. Entonces gritaba:
8. ¡Don Ramón se creía el mejor gallo del mundo! Una vez ... había
tomado más mistelas que de costumbre. Al pasar por el atrio de la
Catedral, volvió a desafiar al gallo:
¡Qué tontera de
gallito! ¡No hago
caso ni gallo de la
Catedral!
9. En ese momento se volvió más oscura la noche. Sintió que una
espuela enorme le rasgaba las piernas. Cayó herido.
Déjame
quien
quiera
que seas
10. El gallito le sujetaba y no le dejaba moverse. Un sudor frío corría
por el cuerpo de don ramón. Creí que le había llegado el momento
de morir. En eso oyó una voz que le decía:
¡Prométe
me que
¡Ni no
siquiera volverás a
tomaré tomar
agua! mistelas!
¡Prométeme
que nunca
jamás
¡Lo
volverás a
prometo!
insultarme!
¡Ni
siquiera te
nombraré!
11. ¡Levántate,
hombre!
¡Pobre de ti
si no
cumples tu
Muchas
palabra de
gracias por
honor.
tu perdón,
gallito.
Conseguido lo que esperaba, el gallito regresó a su
puesto.