Un hombre rico llamado Don Ramón disfrutaba de una vida de lujos, comiendo grandes desayunos y pasando sus tardes en la tienda de una mujer llamada Mariana. Por las noches, después de beber mistelas, Don Ramón se jactaba y desafiaba al gallo de la catedral. Una noche, después de beber demasiado, el gallo cobró vida y atacó a Don Ramón, hiriéndolo. El gallo le perdonó la vida a Don Ramón solo después de que este prometiera no volver a beber o insultar