3. Existen carreras musicales largas como la de los
Rolling Stones o cortas como la de Andy Gibb,
pero algo sí es cierto, sólo una sola carrera
musical se ha tornado efímera frente al desespero
del sentimiento de la muerte venidera, aquélla de
un artista recién estrenado, que se sobreexplotó
al doscientos por ciento para dar lo mejor de sí
antes de decir adiós; nada más ni nada menos,
que el desafortunadamente poco conocido, Klaus
Nomi. Originario de Alemania, y nacido en pleno
apogeo de la Segunda Guerra Mundial; allí se
determinó a comenzar su carrera de contratenor
cantando en las prácticas de la ópera de Berlín y
en diversas discotecas gay de la ciudad. Hacia
1972, Nomi se traslada a la urbe de Nueva York, a
donde viaja en busca de una nueva vida para
alcanzar su sueño de ser artista. Allí comienza a
integrarse a la escena avant-garde de la ciudad,
haciendo parte de compañías teatrales y
festivales musicales recónditos, como aquél en el que se estrena como artista de
escenario en el canto, 'El Vodevil de la Nueva Ola'; allí, es la primera vez que él usa sus
distintivas fachas estrafalarias y llamativas, que mas tarde serían el último ícono de la
moda para artistas como Dale Bozzio, Madonna y Cyndi Lauper. Allí conoce a su
compañero musical Kristian Hoffman, con quien posteriormente formaría la Klaus Nomi
Band, y llegaría a escribir junto a éste varios éxitos para la futura carrera solista de Klaus.
Durante mediados de los años '70s, se comienza a inmiscuir más y más en el mundo
bohemio de esta ciudad, armando grupos de modelos, cantantes y actrices para realizar
estrambóticas presentaciones; así como se remarca su participación en programas
locales de televisión y su uso irreverente y cósmico de las prendas de vestir y otros
elementos que usa para su deleite estético. Es durante estos tiempos que él y su colega
transformista Joey Arias son contratados por David Bowie, famosísimo cantautor Inglés,
para su interpretación en el programa Saturday Night Live; en donde presenta tres
canciones con un traje que gusta tanto a Nomi, un esmoquin tipo triangular de material fino
y duro, que manda a hacer uno de su talla; traje que se convertiría en su marca personal, y
qué aparecería en su primer álbum de estudio, la colección de canciones epónima
grabada unos tantos meses después que mezclaría los elementos complejos de la ópera y
la simplicidad de la Nueva Ola en un experimento sin precedentes; éste se abre a una
espectacular crítica pero malas ventas. En el año siguiente, Nomi se entera que tiene el
virus VIH/SIDA, por lo cual su salud empieza a decaer y torna su imagen al maquillaje puro;
además de comenzar a grabar su segundo y tercer álbumes con afán. En 1983, muere por
complicaciones de la enfermedad. pero su legado se plasma cuando su mixtura de
géneros toma fuerza en las bandas a venir, legado visto en su ópera póstuma, Za Bakdaz.
Bajo el maquillaje se escondía un alma de amor, que con su talento, venció la adversidad...