La primera vuelta electoral en la región del ariar1
Sin agua no hay futuro en el Piedemonte del Meta
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No hay futuro en el Piedemonte del
Meta, sin agua
Emilio Garcia Gutiérrez
Villavicencio, Meta, abril de 2014
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1. El piedemonte del Meta
El piedemonte del Meta cuenta con una buena ubicación geográfica, lo que
constituye una potencialidad destacada, gracias a la cercanía del centro del país,
que denota oportunidades de intercambio de la producción agropecuaria y mayor
actividad en el desarrollo del comercio.
Se destaca la vía marginal de la selva, con lo cual la subregión ha salido favorecida
pues esta se convierte en una vía de salida hacia el llano colombiano hacia
Venezuela y de otra parte pasando hacia la capital de la República.
La posición geoestratégica es sin duda una de las mayores potencialidades que
tiene la subregión. La infraestructura vial nacional la convierte en nodo de
transporte, estratégicamente situada sobre corredores de comercio internacional.
También tiene una función articuladora y de distribución en lo que tiene que ver
con las infraestructuras eléctricas, de hidrocarburos y de telecomunicaciones en la
región. Este aspecto la hace constituirse en un importante espacio de intersección
comercial para el país. Este aspecto es importante y representativo, gracias a la
facilidad de acceso a la ciudad, producto del plan vial que se ha venido
desarrollando con miras a proyectar la capital metense como receptora de un
importante flujo urbano y comercial en un futuro no lejano.
De esta manera el turismo se constituye como un potencial para el crecimiento
económico; donde el ecoturismo, es la modalidad más relevante, por la gran
variedad de riqueza natural, destacándose sitios de atracción, su paisaje de
piedemonte y sabana; unidos a la riqueza hídrica del territorio como productor de
agua a nivel regional y albergue de riquezas bióticas reconocidas a nivel mundial,
son una enorme fortaleza que tiene la región para proyectar un desarrollo
sostenido.
2. Los recursos naturales y su manejo
Colombia es un país tropical de diversa topografía; posee una amplia variedad
climática y una gran oferta de bienes y servicios ambientales que son el sustento
de la producción nacional y de la multiplicidad de usos del territorio (DNP, Plan
nacional de desarrollo, 2003). En este sentido, sus condiciones ambientales son ejes
fundamentales de la sostenibilidad del desarrollo, como lo plantea la Meta de
Sostenibilidad Ambiental de los Objetivos del Milenio.
En relación con la cobertura forestal de 114 millones de hectáreas de extensión
continental Colombia posee alrededor de 55 millones de hectáreas cubiertas por
bosques naturales (Ideam, 2001), que sustentan un gran porcentaje de la
"megadiversidad" del país, la que representa, a su vez, 10% de la biodiversidad
mundial (Plan nacional de desarrollo forestal, 2000). Así mismo, Colombia ocupa el
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séptimo lugar en el mundo entre los países con mayor cobertura de bosques
tropicales (FAO, 1999), y alberga 1,5% de los bosques del planeta.
Entre 1986 y 2001 la superficie de bosques naturales disminuyó del 49,8 al 48,7%
de la superficie del país, lo que significa una tasa de deforestación anual promedio
de 0,15%; sin embargo, al calcular la tasa de deforestación promedia anual se hace
evidente un incremento de 0,14 a 0,18% anual entre los períodos 1986-1994 y
1994-2001.
Las causas de la deforestación en el país, en orden de importancia son: la
expansión de la frontera agropecuaria y la colonización (73,3%), la producción
maderera (11,7%), el consumo de leña (11%), los incendios forestales (2%) y los
cultivos ilícitos (2%) (DNP, Ministerio del Medio Ambiente, Documento Conpes No.
2834, 1996).
Colombia con la necesidad de mejorar su economía y aumentar su participación en
el mercado internacional, se ha enfocado en implementar políticas y proyectos que
ayuden a lograr altos índices de productividad, competitividad en sus sectores
económicos, y elevar los niveles de Producto Interno Bruto (PIB); por esto el
Estado ha desarrollado una institucional débil que brinde garantías a las
empresas multinacionales para producir en este territorio. Dirigir el país bajo la
necesidad del cumplimiento de este objetivo principal, ha llevado al desarrollo de
consecuencias, que han afectado los recursos naturales (floja, fauna, agua) y a la
población, poniendo en riesgo la calidad de vida de los colombianos.
El establecimiento de empresas multinacionales, con metodología de producción
poco amigable con el medio ambiente, ha llevado a elevar el Producto Interno
Bruto del país; pero ha traído consecuencias en términos de contaminación y daño
al territorio que han sido de mayor escala. Es necesario que el Estado analice y
cuantifique los beneficios y daños que se han dado en el país, por estas medidas
implementadas con la necesidad de buscar la competitividad económica.
Es indispensable que los colombianos y el Estado nos cuestionemos, si este diseño
económico que rige al país, busca alcanzar un “desarrollo sostenible”, entendido
como el desarrollo que se encarga de satisfacer las necesidades actuales de la
población, sin comprometer los recursos con los que cuenta el territorio para
posibles generaciones; ya que si se basara la economía en el garantizar un
desarrollo sostenible en el territorio, no se generaban consecuencias como las que
se están dando en el departamento del Valle del Cauca, en el Tolima, en
Santander , en la Guajira , en el Casanare , por la pelea del agua, donde se
evidencia el mal uso de los recursos naturales con los que cuenta el territorio por la
producción de caña, ganadería extensiva , de palma aceitera. En estos territorios
el agua es explotada por la inversión privada, pasando de ser un bien público a ser
un recurso privado; esto ha llevado a que este desperdicio de agua en la producción
agropecuario alcance cifras de gran magnitud, donde el desperdicio cubre el
abastecimiento de la población colombiana de este recurso por muchos años más.
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El cuestionarnos de la importancia que tienen los recursos naturales con los que
cuenta el territorio es indispensable, ya que estos recursos son un potencian que
garantiza nuestra calidad de vida y la de nuestros sucesores por muchos años; por
esto se debe implementar políticas que ayuden a preservar estos recursos; donde se
deje a un lado la necesidad de comercializar estos bienes, y se les dé una verdadera
importancia y un valor adecuado, ya que son los garantizadores del bienestar de la
población.
Con la ayuda de políticas, programas, leyes y proyectos; se ayudara a que los
agentes que interactúan en el sistema se concienticen del cuidado de estos
recursos, dejando a un lado la mirada a variables económicas, que así ayuden a
lograr mayores recursos económicos al país, no han logrado solucionar la calidad
de vida que se brinda en el país a toda la población, donde se garantice el
cubrimiento de las necesidades básicas insatisfechas (NBI) de las personas (
Andrea Castellanos M ,23-02-2014).
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2. Sin agua y sin vida
En Villavicencio no se sabe hacia dónde crecer, no se sabe qué función va a
desempeñar la ciudad; las preguntas ¿cómo y hacia dónde crecer? , ¿Qué papel
vamos a ejercer a nivel regional y nacional? son interrogantes que recalcan la
importancia de planear ciudad, de prever hoy las acciones que encaminen a un
futuro deseable, a tener en cuenta la integración con los municipios vecinos y con
Bogotá, para trabajar conjuntamente hacia un mismo norte.
La inquietante pregunta es saber cómo nos ve Bogotá, de pronto como una ciudad
de descanso o como un destino turístico, de pronto como una zona industrial o
como una despensa de alimentos o posiblemente como receptor de población. De
igual forma, ¿cómo vemos a Bogotá? como un mercado potencial como un socio
estratégico o de pronto como una posible amenaza a nuestro crecimiento
poblacional.
Estas manifestaciones advierten la necesidad de idear la ciudad de Villavicencio a
un futuro no muy lejano (20 y 30 años) y a convocar a los secretarios de planeación
y alcaldes de los municipios vecinos, con el fin de encontrar puntos que puedan
permitir gestionar una agenda micro-regional, para tratar temas en común, con la
función de determinar un mejor aprovechamiento del territorio.
Todos los sueños serán posibles, si existe agua.
Es necesario que el pueblo del Piedemonte metense entienda que está en juego la
vida, la posibilidad de vida para las próximas generaciones y que por lo anterior
se requieren las discusiones, los debates, las marchas , los foros y las batallas
entre el pueblo y entre las grandes empresas mineras que vienen a explotar
nuestras tierras. Un ejemplo claro de esto es lo que pasa en Santander y en el
Tolima . Más exactamente en el páramo de Santurbán, donde las compañías
mineras tienen planeado una gran explotación que puede dejar sin agua en
algunos años a gran parte del territorio santandereano. Con multitudinarias
marchas, quejas y aguante del pueblo santandereano se ha logrado echar para
atrás este proyecto que tanto daño causaría. El dinero se está volviendo más
valioso que el agua y eso podrá ser por ahora, pero en un futuro las guerras se
darán por el preciado líquido y ahí sí no habrá dinero que valga y que pueda
compararse con el agua.
Es evidente que el agua está mal repartida y eso se ve en muchos lugares del país;
Hay lugares en que el agua se desperdicia y en otros, por el contrario, se están
muriendo miles de animales. Este es el caso que se presenta en el Casanare y en
otros sitios de la Orinoquia (llanos), precisamente por estos días y donde se ha
descubierto que unos de los grandes culpables son las empresas mineras que están
trabajando en el sector y que según algunas fuentes periodísticas, habrían
desviado el río causando un daño irreparable (Gabriel Rincón Romero 09-04-2014)
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2.1. El Agua Privada
Los problemas no se limitan a la minería. Extensas zonas están dedicadas a la
explotación agropecuaria intensiva que acabará alterando el equilibrio ambiental y
desplazando las prácticas adaptativas que se habían aplicado durante muchas
décadas.
El 2013 fue un año de protestas motivadas por los problemas ambientales
que ocasiona el extractivismo imperante en el país
Tal es el caso de la Orinoquía, que incluye la zona de transición entre los llanos y
la Amazonía. Esta importante macro región de 347.165 kilómetros cuadrados
abarca el 30,4 por ciento del territorio continental del país y se caracteriza por su
gran biodiversidad representada por 32 tipos de sabana que se agrupan en dos
categorías: la sabana de altillanura “bien drenada” entre los ríos Meta y Vichada y
la sabana inundable que comprende gran parte de los departamentos de Arauca y
Casanare. Estos singulares ecosistemas son el hábitat de 1435 especies de peces de
agua dulce, lo cual los hace únicos en el mundo y, como si fuera poco, en ella
habitan 700 especies de aves, el 40 por ciento de las registradas en Colombia.
Pues bien, la Orinoquia viene siendo sometida a un proceso acelerado de
desecación, deforestación, sustitución de la cobertura vegetal y pérdida o
menoscabo de las culturas autóctonas. Un solo producto, la palma de aceite, ha
llegado a cubrir amplias extensiones y la propia Fedepalma anuncia que gran
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parte del millón seiscientas mil hectáreas que se proyectan para el 2032, lo serán
en la Orinoquía (que hoy aporta cerca del 30 por ciento de la producción nacional
de palma aceitera [2]).
Las circunstancias oscuras que acompañan este proceso aparecieron con toda
claridad en el 2013, cuando trascendió que una de los monopolios que quieren
convertir la Orinoquía en un campo agroindustrial –Riopaila S.A.- había acudido a
triquiñuelas jurídicas para hacerse con 40.000 hectáreas de baldíos nacionales
destinados por la Ley 160 de 1994 a ser adjudicados a población campesina solo a
través de Unidades Agrícolas Familiares (UAF), que para la región no sobrepasan
las 1.100 hectáreas cada una.
El agua, un recurso tan importante pero tan poco valorado no solo en Colombia
sino en el mundo. Muchos ecologistas han tratado de luchar por este recurso pero
no son muchos los buenos resultados que tienen. En Colombia este recurso que es
privado puesto que no todos los colombianos cuentan con privilegio a este, en
ocasiones está muy mal administrado, cómo es posible que por tan mala
administración en este recurso haya todavía gente que tiene que ir con un balde a
recoger al agua una o cuatro veces a la semana y los millonarios políticos
malgastando este recurso, creyendo que el agua va a hacer para siempre y más
aun queriendo hacer infraestructura s en presas que son rica y nos poseen este
valioso recurso ( Zulay Moreno 07-04-2014).
Pero seamos justos, los del poder no son los únicos que tienen la culpa puesto que
también nosotros mismos que poseemos esta la malgastamos y no la cuidamos.
Debemos tener conciencia porque llegara el día en el que este recurso no exista.
Desde siempre ha sido evidente el hecho de que el agua es el elemento
fundamental para la vida, ya que sin ella, no se puede crear ni sostener un
ecosistema, a partir de allí debe comenzar el compromiso del estado para proteger
las fuentes hídricas, independientemente si son muy grandes o muy pequeñas,
entendiendo estado como el conjunto de gobernantes y habitantes de un país.
Es evidente que en el Piedemonte y en el departamento del Meta los
gobiernos locales están haciendo poco para detener este magnicidio
contra la naturaleza.
Queda en el aire saber si los gobernantes locales tal vez pueden estar llenándose
sus bolsillos a costa de la degradación del ecosistema de sus municipios, cosa que
no sería extraña ya que vivimos en un país donde lo primordial es el beneficio
individual, parece que se nos ha olvidado lo que significa vivir en sociedad (
Cristian Gil 27-03-2014) .
Pero si analizamos más profundamente, los gobernantes representan los intereses
de los ciudadanos que los eligen, con base en esto puede que salgan a la luz
muchas dudas acerca de la importancia que le damos el hecho de elegir un voto, tal
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vez si tomamos conciencia de lo que significa votar, se le pueda dar un mejor
rumbo al país, pero eso solo será posible si cada uno comienza con el cambio.
Encrucijadas ambientales y paz
Colombia vice un gran dilema: destruir para prosperar, o utilizar adecuadamente
su territorio para garantizar el futuro.
El asunto central consiste en que las zonas de páramo en Colombia -que
representan un poco más del 1 por ciento del territorio- proveen el 85 por
ciento del agua que utilizamos.
El Gobierno se inclina por la primera alternativa. Varias decisiones e intentos dan
cuenta de ello:
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*Frente a la rebeldía de los municipios ante la minería, el gobierno emitió el
Decreto 934 de 2013, prohibiendo que los Planes de Ordenamiento Territorial
excluyeran la minería.
*Intentó facilitar la “extranjerización” de la tierra para impulsar el agro-negocio
vinculando la inversión foránea (Según el Representante a la Cámara Wilson
Arias, varias empresas extranjeras poseen ya 134.000 hectáreas en la altillanura
orinoquense. De otra parte el Gobierno Nacional presentó el proyecto de ley 164 de
2012, para facilitar el acceso del capital extranjero a la tierra, el cual fue aprobado
por la Comisión V del Senado, con fuerte oposición del Polo Democrático
Alternativo en cabeza del Senador Jorge Robledo Castillo).
*Persiguió las semillas criollas y pretende imponer las semillas patentadas.
*Ha insistido en facilitar la adjudicación de baldíos a monopolios nacionales y
extranjeros, pese a la declaratoria de inconstitucionalidad de los artículos del Plan
de Desarrollo que lo permitían.
*Ha nombrado al frente de las carteras de Agricultura y Medio Ambiente a
personajes estrechamente vinculados con el extractivismo agropecuario y minero.
La resistencia de amplios sectores de la sociedad colombiana aumentó en el 2013,
además de los movimientos contra la minería en gran escala, el propio Paro
Agrario Nacional y la protesta indígena son manifestaciones de la misma y
encierran la posibilidad de un cambio de rumbo en las formas de ocupación del
territorio y los sistemas productivos (Rafael Colmenares, Miembro de Unión Libre
Ambiental). La solución de esta confrontación de manera que se garanticen
derechos fundamentales cono el agua, la seguridad y soberanía alimentaria y la
autodeterminación del país está en la base de la paz duradera y estable que se
busca en La Habana.