1. Guerra Malvinas 1982:
Entrevista al excombatiente Sr. Mario Torre
Hace aproximadamente 3 semanas, la profesora nos comentó que íbamos a tener la
posibilidad de poder entrevistar a un excombatiente de Malvinas. Miramos una película
“Iluminados por el fuego” que nos dió varias herramientas como para poder realizar la
entrevista. La película nos planteó varios puntos que íbamos a descubrir con su historia
de vida del valiente soldado en aquel momento. El día jueves, gratamente llegó y se
entregó, durante dos horas enteramente entre lágrimas y risas contando la experiencia
que tuvo.
El grupo de 3ºciclo está conformado por dos divisiones diferentes, un grupo de personas
más grandes y otra que no superamos la edad de 30 años, por lo tanto las preguntas que
surgieron fueron diversas, ya que uno de los grupos había vivido la guerra hace 31 años y
el otro sólo la conocía por libros o por lo que les habían contado. El excombatiente se
presentó y nos dijo: “Mi nombre es Mario Torre, veterano de guerra, clase ’62”, donde
todos nos quedamos en silencioy expectantes de lo que nos iba a contar. Comenzó
relatando que es oriundo de la provincia de Chaco y que el Servicio Militar le tocó hacerlo
en CuruzúCuatiá, provincia de Corrientes. Que desde que comenzó el servicio, se les
daba una instrucción intensiva, sin saber para qué. Ellos eran visitados por sus familiares,
en el cuartel , los días domingos, donde iban sus padres, hermanos y novias. Un día
sábado se les comunica que junten sus pertenencias porque debían partir hacia Malvinas.
Fueron llevados a Paraná y nos siguió contando: “No tuvimos comunicación con nuestras
familias.Yo le había mandado una carta a mi mamá, para que no fuera a visitarme el
domingo porque no iba a estar y nunca le llegó. Cuando fue al lugar se enteró que ya no
estaba. Nos llevaron primero en tren, hasta Entre Ríos y de ahí salimos en avión hasta
Puerto Madryn , sentados en nuestras pertenencias, no había asientos.Llegamos a las
Islas. Estuvimos allí en abril. Solo sabíamos que íbamos a defender nuestra Patria.
Teníamos armas, nos faltaban municiones, comíamos, generalmente, polenta con
escasez de carne y nos daban muy poca agua, hasta que hicimos un pozo en un cerro y
de allí brotó agua dulce. El clima, para nosotros fue lo peor, ya que había muchísimo
viento, frío y nevaba o llovía, cosa que no estábamos acostumbrados. Dormíamos de a
ratos, siempre alertas, en trincheras que habíamos construido nosotros. Nos daban
matecocido, que cuando lo tomábamos ya se encontraba frío. Cuando nos atacaron,
fuimos engañados, ya que se nos dijo que eran de la Cruz Roja y al acercarse, comenzó
el combate. Tratamos de protegernos como podíamos, cerca mío cayó una bomba y la
onda expansiva, sumada a las esquirlas me quitó la audición, por lo que hoy utilizo
audífonos. Nos defendimos como pudimos, pero ellos eran superiores, mejor preparados,
con ropa adecuada, con una estrategia armada y con países hermanos que los ayudaban.
Llegó la orden que nos rindamos, que la guerra había terminado. Corría el mes de Junio.
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2. Fuimos tomados como prisioneros de guerra y traídos al continente en el Gamberra. En
Puerto Madryn fuimos muy bien recibidos por la población. Nos daban de comer, nos
dejaron asearnos y conseguimos cambiarnos, estábamos destruidos moral y
anímicamente. Cuando salí hacia Malvinas pesaba 72 kg., y cuando volví llegaba a los 50
kg. De Puerto Madryn fuimos traídos en avión al Palomar, creímos que ya nos llevarían a
Corrientes pero no, estuvimos una semana encerrados en los cuarteles, para
recomponernos un poco, y para hacernos comprometer que jamás debíamos contar lo
vivido. Debíamos comprometernos a un “Pacto de silencio”. Luego de esa semana nos
subieron a un tren, y partimos a CuruzúCuatiá con la intención de llegar, subirnos a un
micro y volver a nuestro querido Chaco. No fue así, cuando llegamos a Corrientes nos
recibieron los superiores y nos hicieron un asado, que ninguno quería comer, y debimos
quedarnos ahí. Perdimos los pasajes del micro, que luego pudimos cambiar y por fin, dos
días después, me reencontré en un abrazo interminable con mi madre y mi familia en el
mes de julio.
Luego nos dieron la baja. Tuve momento muy malos, siempre apoyado por mi familia
pude salir adelante. Me casé con mi novia que me esperó, hoy tengo 3 hijos, Soledad,
Gabriel (por el ángel), Malvina y también tengo nietos. Recién a partir del año pasado, al
cumplirse 30 años de tal hazaña me animé a contar, a que todos los argentinos conozcan
la verdad. Entendí que era el momento de hablar y ahora estamos muy esperanzados,
con el Papa Francisco, que vamos a lograr que las Islas Malvinas sean nuestras, para
nosotros FUERON, SON y SERÁN, argentinas. Todavía no he podido volver a las islas,
estoy esperando la oportunidad y estar preparado para poder ir. Muchísimas gracias por
su atención.”
La visita nos dejó cosas muy buenas, sensaciones nuevas, espontáneamente nos surgió
un aplauso de agradecimiento, dejándonos un mensaje esperanzador. Luego del relato,
nos acercamos y nos fue respondiendo una a una cada pregunta que le hicimos, siempre
positivo, por momentos emocionado y por otros sensible, donde se entregó cien por ciento
al grupo.
Mario, ¡gracias por haber compartido tu experiencia de vida con nosotros!
Alumnos de 3ºciclo
Escuela N°2-DE 12° ADULTOS
(CABA)
-Marzo 2013-
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