Análisis de datos en acción: Optimizando el crecimiento de Cyclistic
Diez Noches de Sueño.docx
1. Fragmento de «Diez Noches de Sueño »
NATSUME SOSEKI
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Sin embargo, se reprimía y seguía sentado allí. Pero en sus adentros lo
agobiaba una insoportable congoja. Aquella congoja era como si le alzara las
entrañas, para luego querer salir a chorros por cada uno de los poros de su
cuerpo. Pero los poros de su cuerpo estaban todos completamente cerrados,
y él vivía una situación más y más angustiosa.
Finalmente, su cabeza sufrió un colapso. El farol, la pintura de Buson, los
tatamis, las repisas estaban allí, si bien parecían no estar allí. O al contrario,
no estaban allí, si bien parecían estar allí. Pero «la nada» seguía sin llegar a
él. Se podía deducir que todo el tiempo había permanecido sentado de una
manera poco sensata. Y precisamente en ese momento, el reloj del salón dio
su primera campanada.
La respiración del samurái se detiene. Con la mano derecha agarra el puñal.
El reloj da la segunda campanada.
Tercera noche
Soñé este sueño.
Yo cargaba a un niño en la espalda. Al parecer era mi hijo. Lo curioso era que
ahora él estaba ciego y tenía la cabeza rapada como un monje budista. Le
pregunté desde cuándo estaba ciego. Me respondió que desde hacía mucho.
La voz era la de un niño, pero la manera de hablar era la de un hombre ya
maduro. Hablaba conmigo de igual a igual.