El documento resume la historia de las dos universidades más antiguas de España: la Universidad de Salamanca, fundada en 1218 por el rey Alfonso IX de León, y la Universidad de Alcalá, fundada en 1499 por el Cardenal Cisneros aunque ya existía un Estudio General desde 1293. Ambas universidades desempeñaron un papel importante en la educación del clero y los funcionarios en España.