1. ¿Progreso vs. Cultura?
Reflexiones sobre la división de Calle Angosta: ¿Progreso vs. Cultura? - El
nuevo planteo de nuestros gobernantes*
Los lugares suelen ser reconocidos por un signo o símbolo que los caracteriza.
Los pueblos o ciudades acuñan con el paso del tiempo algún rasgo distintivo,
propio y único que los diferencia del resto. Cuando ese elemento se populariza,
se vuelcan sobre él sentimientos, historias, vivencias y vicisitudes que hacen
que las comunidades identifiquen claramente la “insignia del lugar”.
Así sucede que Tucumán es el lugar de la “Casita de la Independencia”;
Rosario la ciudad del “Monumento a la Bandera”; A Puerto Madryn van las
Ballenas; En Mar del Plata está, no solo el faro, sino el puerto y la playa donde
se suicidó Alfonsina Storni; La casita del “Che” Guevara está en Alta Gracia, lo
mismo que de Liniers; La casa y el Parque de Don Carlos Gessel es toda una
curiosidad y un símbolo de la costa; El palacio de San José, ubicado en Entre
Ríos; El cementerio de la Recoleta en Buenos Aires; Etc. etc. etc.
Todos estos lugares, solo por citar algunos, y eso para no extendernos en los
sitios que se transformaron en símbolos mundiales (Torre Eiffel, Piza,
Pirámides, Big Ben, Torres Gemelas –Hoy Zona 0- etc.) no solo fueron alguna
vez, en algún momento, construidos materialmente, sino que fueron,
esencialmente construcciones culturales a lo largo del tiempo, es decir de la
historia.
Nuestro Villa Mercedes posee numerosas construcciones materiales que el
devenir cultural e histórico han “decidido” olvidar, sobre todo por la anomia de
un estado ausente. Ejemplo de ello sería el antiguo edificio del Correo, el
edificio donde se radicó la “All American Cables”, el Dique Vulpiani, la casa de
Betbeder, la quinta del Coronel Iseas, la manzana donde Rivarola comenzó a
diseñar esta ciudad “rectangular”, etc. etc. etc.
2. La historia reciente, ayudada por los acordes de una cueca de Alfonso y
Zabala, por las cien guitarras mercedinas y por los fenómenos culturales,
siempre difíciles de explicar, ha querido que nuestra “insignia”, nuestro símbolo
como común-unidad, nuestra “carta de presentación ante el mundo” sea
nuestra querida “Calle Angosta”.
Difícil es creer que todo el mundo la conoce en realidad. Más sensato es
pensar que “todo el mundo” conoce la canción, y que al escuchar “Calle
Angosta, Calle Angosta, la de una vereda sola… En los Alamos comienza y el
molino termina…”, a todos les surge la inexplicable sensación de querer
conocer esa calle de una vereda sola que comienza en los álamos y termina en
el molino. Eso, no solo hace al bagaje histórico y cultural de nuestro pueblo,
sino además, tiende a incentivar un atractivo turístico en esta zona de llanuras
donde los atractivos turísticos son los que justamente escasean.
Es innumerable el paso de grandes cantautores folclóricos y artistas de la
música que han dejado su huella y han llevado este pasaje de nuestra historia
al mundo, por ejemplo Mercedes Sosa quien, tras su paso por nuestra ciudad
decidió grabar la canción.
Este Complejo, es nuestra construcción cultural e histórica. De eso se trata.
Es falsa e ilusoria (y hasta en cierto modo perversa) esa aparente contradicción
en la que pretenden inmiscuirnos: progreso vs conservación cultural. No es así.
Tal contradicción en realidad no es más que un triste y limitado recurso
discursivo para intentar superar lo negativo de la decisión coyuntural de destruir
un Complejo Cultural e Histórico, un Símbolo de nuestra ciudad. Un signo
característico por la que Villa Mercedes ha sido reconocida en el mundo entero.
Tal contradicción en realidad no existe más que en un análisis meramente
especulativo que no contempla valores intangibles como lo son la historia y la
cultura.
El progreso se lleva a un sitio cuando existe detrás un proyecto cultural,
histórico, social, de identidad, etc. que sea capaz de promover, contener,
preservar y desarrollar todos los diferentes aspectos que rodean a un lugar.
Se puede llevar el progreso “al otro lado de las vías” de otra manera. Es más
una cosa no excluye la otra. Es decir, se puede conservar el patrimonio
histórico, cultural y turístico, y tranquilamente acercar el progreso a la zona
que, justamente los mismos que hoy dicen pretenden favorecer, nunca antes lo
h
hicieron, a pesar de haber gobernado casi 30 años.
Se puede hacer el acceso por Avenida Mitre y no romper la Calle Angosta. Los
planes alternativos han sido presentados en el ámbito legislativo y ejecutivo,
pero aún aguardan tratamiento. El Colegio de Arquitectos de la ciudad tiene en
su poder numerosas opciones. Prestigiosos profesionales del medio han
presentado y explicado las diversas posibilidades. ¿Nadie los ha tenido en
cuenta?
3. Pero como si esto no fuera poco: se violaron Ordenanzas, se violó la Carta
orgánica, comenzaron una “obra” entre gallos y medianoche en la víspera de
un feriado. Sin consultar a nadie, sin preguntar a nadie. Sin reparar siquiera en
que se está tomando una decisión trascendental para nuestra historia y para
nuestro por-venir. ¿No nos merecíamos acaso la realización de un plebiscito o
consulta popular para semejante decisión? ¿No merecíamos que se nos
preguntara nuestra opinión a cada uno de los que vivimos en “nuestro lugar en
el mundo” que es Villa Mercedes?
Tal vez la obra finalizada quede bien. Hoy no puedo saberlo ni asegurarlo (ellos
tampoco). Tal vez esta audaz decisión arribe a buen puerto. Ojalá así sea.
Lo que sí me atrevo a asegurar rotundamente es que al menos debimos ser
consultados, más allá de lo que establecen las normas (y que no se ha
cumplido), Mercedes debió ser consultada para tomar semejante decisión. No
se hizo, no se hará, seguramente bajo la pretensión de quedar en la historia y
“asumir los “riesgos” de tomar tal decisión. Esto es nuevamente equivocado,
pues este gobierno ya está en la historia de nuestra ciudad.
La historia de la ciudad recordará al gobierno de Blanca Pereyra como el
gobierno de “Risked, Provincred, los $2,2 millones, las cuentas en Chile” y
ahora, como el gobierno que cortó en dos a la Calle Angosta. Ante esta
realidad ¿qué “riesgo” se puede correr para decidir romper la Calle Angosta y
luego cambiar 16 calles? ¿Corre algún riesgo quien ya no tiene nada que
perder? Esa es la contradicción. Eso es lo que nos convierte, día a día, en
conejillos de india de un gobierno que ha perdido todo, absolutamente todo,
hasta la dignidad, que siempre debe ser lo último que se pierda.
José Giraudo, Concejal de la Ciudad de Villa Mercedes.
*Parte de este escrito ha sido incorporado como Fundamentos Culturales del
Recurso de Amparo que más de 400 ciudadanos de nuestra ciudad
presentarán el lunes 18 de octubre a las 11 hs ante la justicia local.