Este documento presenta una historia sobre un astronauta llamado Bonifacio que viaja al planeta Tiriton. Al llegar, se encuentra con seres pequeños llamados tiritones que lo saludan amablemente. Los tiritones le muestran varios inventos tecnológicos impresionantes, incluyendo una máquina llamada "La máquina de la paz" que evita que la gente discuta. Bonifacio decide llevar esta máquina de vuelta a la Tierra para traer la paz al mundo.
3. Los valores morales son
aquellos que responden a las
acciones como correctas o
incorrectas que llevan
al hombre a defender y
crecer en su dignidad las
persona que conduce al bien
moral que mejora y completa,
el valor moral que
perfecciona al hombre en
su voluntad, su libertad y
su razón además se puede
tener buena o mala salud
más o menos cultura que no
afecta directamente al ser
hombre del bien y el mal, de
lo correcto y lo incorrecto,
lo justo y lo injusto, lo bello
y lo feo.
4. La lealtad es la fidelidad o devoción a una persona, país, grupo o causa
5. EL PRINCIPE VANIDOSO
Había una vez un príncipe muy presumido que solo se preocupaba de lucir una hermosa melena y endurecer sus
abultados músculos. El rey, su padre, le insistía para que estudiara, leyera y aprendiera cómo funcionaba el
gobierno. Pero al príncipe todas esas cosas le daban lo mismo.
-Hijo, algún día serás rey, y de nada te servirá tener un pelo bonito y cuerpo escultural si no sabes gobernar -decía el
rey a su hijo, un día tras otro-. Tienes que hacer otras cosas, además de peinarte y levantar pesas.
Pero el príncipe todo esto le entraba por un oído y le salía por el otro, mientras se miraba en el espejo y
contemplaba lo guapo que era.
Un día el príncipe se dio cuenta de que su padre tenía razón en una cosa: tenía que hacer algo más. Lo que hacía no
era suficiente. Y entonces empezó a correr para ganar agilidad y resistencia.
-¡Qué voy a hacer con este muchacho! -se lamentaba el rey.
El tiempo pasaba y el príncipe seguía a lo suyo, sin preocuparse del reino de su padre, a pesar de que el rey era ya
mayor y pronto tendría que cederle la corona a su sucesor. Todo iba bien hasta que un día el jefe de la guardia real
dio la voz de alarma. El castillo iba a ser asaltado.
-Hijo, corre y escóndete en el bosque -dijo el rey-. No vayas por donde puedan verte. Cuando estés salvo debes
organizar el rescate del castillo y recuperar el trono. Yo ya soy viejo para huir. Vete y recuerda tu deber.
6. El príncipe huyó y corrió. Pero estaba acostumbrado a correr por los caminos, donde todos
podían admirarle al pasar, al internarse en el bosque se tropezó una y otra vez, y su pelo y
sus hermosos ropajes se enredaron entre las ramas.
Quiso esconderse, pero tenía tanto miedo que decidió buscar alguna aldea donde ocultarse.
Pero estaba tan sucio y tenía las ropas tan rotas que nadie le reconoció. Y, confundiéndolo
con un mendigo, nadie le dio posada. Así que no le quedó más remedio que buscar aceptar un
trabajo en una cuadra para poder conseguir un lecho de paja en el pasar la noche y algo
caliente para comer.
Días después, el jefe de la guardia, famoso por ser un gran explorador, encontró al príncipe y
le ayudó a organizar un pequeño grupo para recuperar el castillo y la corona. Al príncipe no le
quedó más remedio que confiar en el jefe de la guardia, un hombre leal que le ayudó hasta
alcanzar su objetivo.
Después de aquello el príncipe fue coronado rey y, aunque siguió preocupándose por su
aspecto y su forma física, nunca más volvió a desatender sus deberes como monarca de su
pueblo. Al fin y al cabo, una cosa no está reñida con la otra, como el joven rey se encargó de
demostrar siendo el mejor gobernante que ese reino había tenido jamás, además del más
guapo y el más fuerte, como no podía ser de otra manera.
7. Es una relación entre dos personas que tienen afecto mutuo el uno al otro.
8. POLVOS DE HADA
Érase una vez, un lugar encantado en el que vivían unas bellísimas hadas. Sus alas eran preciosas, de muchos colores, y brillaban
tanto que cualquiera las podía ver cuando volaban en el cielo.
De todas ellas, había dos que destacan por encima del resto. Una de ellas se llamaba Alina y la otra Gisela. Ambas tenían las
alas más grandes y brillantes de todo el lugar. Tanto que el resto de hadas las admiraban profundamente.
No muy lejos de aquellas hadas vivía Úrsula, la reina de los mundos oscuros. Una hechicera muy fea, llena de verrugas y con la
cara muy arrugada.
Cuando la vieja bruja observaba a las hadas pensaba:
- ¡Algún día os robaré vuestros polvos de hada para convertirme en la hechicera más bella del lugar!
Úrsula era tan envidiosa que era capaz de todo. Y así lo demostró el día que las hadas organizaron una fiesta.
Ese día, todas las hadas se pusieron muy guapas y volaron en el cielo mostrando todos sus encantos. Alina y Gisela eran las más
brillantes de todas y ese día estaban especialmente bellas.Cuando Úrsula las vio, no dudó en ordenar a sus cuervos malvados
que fuesen a secuestrarlas. Y, mientras Alina y Gisela revoloteaban en el cielo los pájaros se lanzaron a por ellas.
- ¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡Mirad esos pájaros tan feos! – gritaban el resto de las hadas desde el suelo.
Las hadas volaron y volaron para intentar escapar, pero los cuervos pudieron raptar a Gisela.
- ¡¡¡Noooooo!!! ¡¡¡Soltarla!!! – gritaban las hadas
Pero los cuervos se la llevaron a los mundos oscuros donde la bruja Úrsula le robó sus polvos de hada y la encerró en una jaula.
- ¡Ja, ja, ja! ¡Por fin tengo mis polvos de hada! Ahora me convertiré en la más bella hechicera! – gritaba Úrsula triunfal
La pobre hada se quedó apagada y triste sin sus polvos mágicos. Además la pobre ya no podía volar.
9. El resto de hadas no podían permitir lo que estaban pasando y entre todas pensaron un plan para salvar a Gisela.
Entonces, decidieron enfrentarse a la malvada bruja. Y así fue. Todas las hadas volaron hacia los mundos
oscuros. Fue un viaje muy duro y , aunque las hadas estaban agotadas, sabían que era necesario para ayudar a su
compañera. Se esforzaron mucho, sobreviviendo a las peores tormentas, pero por fin encontraron a Úrsula.
- Venimos a rescatar a Gisela y no nos moveremos de aquí hasta que le devuelvas sus polvos de hada – dijeron
Úrsula no podía parar de reír. Ahora que tenía sus polvos de hada no daría un paso atrás. Pero las hadas, no se
movieron de allí y fue entonces cuando Alina dijo:
- ¡Espera! ¡Yo te daré mis polvos si la liberas!
Úrsula sabía que los polvos de Gisela eran más poderosos que los de esa hada, así que se río aún más.
El resto de hadas se dieron cuenta del gesto que había tenido su compañera y tuvieron una idea:
- Espera. Todas te daremos algo de nuestros polvos si liberas a Gisela. Somos más de cien hadas. Así
conseguirás los polvos que necesitas.
Úrsula se dio cuenta de que así conseguiría mucho más polvo del que tenía y acabó aceptando el trato.
Las hadas le hicieron prometer que nunca más las molestaría y entre todas consiguieron salvar a Gisela. Todas
sabían que si perdían parte de sus polvos de hada ya no serían tan brillantes, ni volarían tan alto, ni serían tan
espectacularmente bellas, pero también sabían que era la única manera de ayudar a su amiga y entre todas
hicieron el esfuerzo y devolvieron a Gisela la magia de sus alas.
10. Es un estado de tranquilidad que se caracteriza por la no permanencia de conflictos violentos y la facilidad
de no tener temor a la violencia.
11. LA MAQUINA DE LAPAZ
En la ciudad de Plenur todos estaban pendientes del lanzamiento del primer cohete al planeta Tiriton. Tiriton era un
planeta desconocido que ningún país se había atrevido a conquistar desde que se supo que había vida en el y todas las
televisiones mostraron imágenes de unos pequeños seres a los que llamaron tiritones.
El valiente astronauta que había accedido a la misión se llamaba Bonifacio y estaba muy intrigado por cómo lo
acogerían los extraños seres que lo esperaban en el desconocido planeta.
El día grande llegó y Bonifacio se enfundó en su traje espacial que constaba de una funda de color verde esmeralda,
un casco y una mochila del mismo color donde llevaba una cámara de fotos, un botellín con un líquido con vitaminas
y una bufanda para taparse la boca en caso de que hubiera muchos virus en el aire de Tiriton. Todo el pueblo esperaba
alrededor del cohete gigante cuando empezó la cuenta atrás: 10, 9, 8,7…
El cohete salió con una rapidez asombrosa dejando una gran estela en el aire. Bonifacio cerró los ojos y enseguida
sintió cómo empezaba a flotar en el interior de la nave. A lo que se dio cuenta, ya había llegado a su destino.
Siguió las pautas indicadas: se enfundó su casco, rodeó su boca con la bufanda, quitó los cierres de seguridad del
cohete y se dispuso a abrir la puerta. La primera sensación que tuvo fue la de un viento pesado que le golpeó en la
cara y con un olor fuerte a alga de mar. Algo extraño, sabiendo que en Tiriton no existía ningún tipo de agua.
12. Bonifacio caminó por la tierra oscura hasta que
delante de él apareció un ser diminuto de color
naranja con una antena en el lado izquierdo de su
cabeza y tres ojos de color verde que lo saludó
alegremente:
- Uli Uli hombre de la Tierra. Aquí conocer mi
mundo. Venir conmigo.
Bonifacio estaba alucinado, no llevaba cinco
minutos en Tiriton y ya había podido comprobar
con sus propios ojos que en efecto, había vida
inteligente en ese planeta. Cuando llegó donde se
encontraban un grupo de tiritones se presentó a
ellos y todos aplaudieron. A continuación, el primer
tiritón al que se encontró le dijo:
- Te vamos a enseñar muchas cosas sobre nuestro
planeta. Te dejaremos que te lleves lo que más te
guste para que lo tengas como recuerdo de tu
visita a nuestro planeta.
Le enseñaron un montón de objetos curiosos: una
plancha que si la tirabas encima de un montón de ropa
lo planchaba todo al instante, un horno que cocinaba
los platos en segundos, motos que te tele transportaban
a diferentes sitios..
. Pero lo que más sorprendió al astronauta Bonifacio era
una máquina que hacía que nunca nadie discutiera en
Tiriton: La Máquina de la Paz. Consistía en cápsula en la
que se encerraban las personas que estaban enfadadas
y que no se abría hasta que las dos llegaban a un
acuerdo o se pedían disculpas. De modo que este fue el
objeto elegido por Bonifacio para llevarse a la Tierra.
El tiempo que tenía Bonifacio para estar en Tiriton se
acababa así que el astronauta se despidió de todos los
tiritones muy agradecido por su amabilidad. Cuando
llegó de nuevo al planeta Tierra fue muy aplaudido y
reconocido por ser el primer terrícola en llegar a Tiriton
y por haber conseguido además traer algo tan
importante como la paz al mundo.