1. Western: Historia de un Genero
Americano Clásico
Por Maximiliano Curcio
El western es un género americano clásico que se centra en
contar historias situadas en el Oeste Norteamericano del siglo XIX
con todas las connotaciones humanas, sociales y políticas de la
época. Como género, su esplendor se ha mantenido a lo largo de
la Edad de Oro del cine, pero su prominencia como tal ha decaído
desde fines de la década del ’70, si bien ha logrado en la década
del ’90 un reconocido, pero fugaz resurgir. Es el genero que
probablemente mejor defina a la industria cinematográfica de
Estados Unidos y con nostalgia se adentra en los años de
expansión de la civilización por sobre las fronteras de los nativos
en la conquista del territorio virgen. Las películas de westerns se
desarrollan en los estados del Oste norteamericano durante el
periodo que abarca desde el comienzo de la Guerra Civil en 1860
hasta el final de las llamadas Guerras Indias en 1890, sin embargo
este periodo cronológico presenta sus alternativas. Algunos
westerns incorporan la Guerra Civil, un conflicto escencialmente
ligado al este del Río Mississippi, he incluso han cruzado la frontera
norteamericana, frecuentemente en México.
El denominador común popular de las películas del oeste es un
personaje central de características nómades o errantes similar a
los caballeros de los antiguos cuentos y poesías europeas
enfrentando villanos, rescatando mujeres en peligro y
transgrediendo las normas de las estructuras de la sociedad sin
traicionar su honor, bajo la figura de un vaquero o un pistolero cuya
caracterización incluye una vestimenta típica, su revolver y su fiel
compañero el caballo, figura que llega a adquirir dimensiones
importantes para la historia narrada. El western toma estos
elementos y los usa para contar cuentos morales ambientadas en
el escenario del oeste, muchas veces un paisaje desértico, salvaje
2. y desolador con sus ranchos y fuertes en medio de la nada y otras
tantas veces en la típica descripción del pueblo del oeste: el
almacén local, las vías del tren en cuyos vagones albergara
persecuciones, un banco que será atracado, la cantina de bebidas,
juegos de azar, música autóctona y prostitutas, frecuente escenario
de peleas y tiroteos entre los fuera de la ley y finalmente la celda
del alguacil que albergara a los malhechores. Como genero el
western es polifacético y contiene varios subgéneros con films que
se ambientan en las Guerras Indias, la Guerra Civil y las Guerras
Mexicanas. De todas maneras, es usual que el western retrate la
conquista de la civilización por sobre la barbarie y la subordinación
de la naturaleza o lo nativo o la confiscación de territorios sobre
derechos a los habitantes originales de los mismos. El western
escenifica una sociedad organizada en base a códigos de honor, ya
sea en familia o en soledad, mas que al apego de la ley en si, en
las películas estas temáticas están contrapuestas y el avance de la
civilización es inevitable.
Los primeros westerns eran filmados en estudios, al igual que
otras películas de Hollywood, pero cuando la filmación en
exteriores se hizo mas común, los productores utilizaron locaciones
aisladas en el Oeste en lugares como California, Utah, Arizona,
Nevada, Texas, Kansas y Colorado haciendo del paisaje no solo un
factor mas vivido y evidenciable, sino al punto de convertirse en un
factor fundamental del film. Como arquetípicos personajes
vaqueros y pistoleros juegan un rol fundamental en las películas de
westerns. En sus frecuentes batallas contra los nativos americano,
estos últimos son retratados como villanos y deshonestos, si bien el
western revisionista les otorga un lugar alejado de dicho
estereotipo y les da un tratamiento mas comprensivo de su
accionar.
El genero western encuentra sus raíz iniciática en el film “Asalto
y Robo al Tren” que Edwin Porter rodara en 1903, época del cine
mudo, haciendo populares a estrellas interpretativas como Broncho
Billy Anderson y Williams S. Hart. Cineastas como David Wark
Griffith con “La Masacre” (1909) y Thomas H. Ince con una gran
cantidad de cortos dieron vida al genero. Durante la etapa del cine
mudo John Ford plasmaría en “El Caballo de Hierro” (1924), un
estilo entre romántico y épico que sentaría la estética que
3. caracterizaría al western clásico que popularizaría con su obra
cumbre “La Diligencia” (1939) luego de muchos años de filmar
westerns de clase B, “La Diligencia” fue un punto de inflexión
donde personajes y situaciones cobraban mas peso y encontraban
su densitud moral. Ese mismo año Cecil B. De Mille filmaría de
forma espectacular la construcción de una ferroviaria en “Union
Pacific”. Los cimientos del género estaban poco a poco
consolidándose y la época de esplendor no tardaría en llegar.
En su desarrollo en Hollywood, es un género con una rica
historia que se extiende en formato y contenido a otros géneros
como la comedia, la parodia y el musical. En su época de oro, el
genero esta marcado y delineado por la obra de dos directores:
John Ford y sus innumerables colaboraciones con el protagonismo
del clásico interprete masculino que lo convirtió en leyenda: John
Wayne. y Howard Hawks con su trilogía “Río Rojo” (1948), “Río
Bravo” (1959) y “El Dorado” (1966). En los años '40 otro western de
características románticas y épicas cobraría rumbo de clásico: “Y
Murieron con las Botas Puestas” (1941) de Raoul Walsh. John Ford
retornaría a su preciado Monumental Valley con “Pasión de los
Fuertes” (1946) para filmar una oscura versión de la batalla en OK
Corral con el mítico personaje de Wyatt Earp en la piel de Henry
Fonda, un western crepuscular que va de lo melancólico a lo
trágico. Dos ejemplos paradigmáticos ilustran el western de
aquellos años: En 1946 “Duelo al Sol” una superproducción del
todopoderoso productor David O. Selznick y dirigida por King Vidor
y en 1956 “Más Corazón que Odio” mostraba a John Wayne como
el típico héroe de estas películas que acapararía la atención en el
conflicto armado, el arquetipo de protagonismo masculino que
encarnaba Wayne atraía a la audiencia y otra faceta del mismo
entregaría en su enésima colaboración con Ford para la magnifica
“El Hombre Tranquilo” (1952) en un tándem que genero devoción
entre los fervientes seguidores del genero he hizo de la década del
’50 el mayor esplendor del western en toda su historia.
Algunos westerns posteriores a la Segunda Guerra Mundial
comenzaron a cuestionarse los ideales y el estilo del western
tradicional. Se descubren nuevos elementos como: un tono mas
oscuro generalizado, un sentido mas cabal del antihéroe, papeles
mas preponderantes para roles femeninos, un retrato mas sincero
4. de los nativos americanos, una visión critica sobre los grandes
negociados, el gobierno americano, la milicia y su política de
acción. Comienza a cuestionarse el accionar de las figuras
masculinas, hay un incremento en el uso de la violencia y se
incluye si bien de forma no tradicional el factor sexual, se añade el
humor negro. Es decir, hay un cambio radical que favorece al
realismo, por sobre el romanticismo de otras épocas, como lo es el
clásico de culto de Nicholas Ray “Johnny Guitar” (1953) y su
despliegue casi operístico.
Durante las décadas del ’60 y ’70, el genero arribo a Italia con el
formato de Spaghetti Westerns o Italo-Westerns. Muchos de estas
películas eran de bajo presupuesto y rodadas en locaciones que en
sus paisajes remitían a las utilizadas en Norteamérica. Los
Spaghetti Westerns se caracterizaban por la presencia de mas
acción y violencia que los típicos westerns hollywoodenses. De
este subgénero, sobresale la obra de Sergio Leone, films de un
tono parodico, en las antípodas de lo concebido por aquellos años
de oro en Hollywood, como por ejemplo “Solo Ante el
Peligro” (1952) de Fred Zinnemann y protagonizada por Gary
Cooper, otro referente del genero, que también trabajara a las
ordenes de Robert Aldrich en “Veracruz” (1954, junto a Burt
Lancaster) Anthony Mann, exitoso director de películas del oeste,
como lo demostró junto a James Stewart (un interprete clásico de
este tipo de papeles) en “Winchester ‘73” (1950), pero estos últimos
ejemplos encumbrados dentro del denominado western tradicional.
Charles Bronson, Lee van Cleef y Clint Eastwood se convirtieron en
estrellas del género del Spaghetti Westerns, compartiendo la fama
y repartiéndose los papeles con otras figuras rutilantes de la época
como Jason Robards, James Coburn y Henry Fonda.
El Spaghetti Western obtiene dicha denominación al porvenir de
Italia y encontrar allí su nido ideológico y financiero. Caracterizado
en sus origines por el bajo presupuesto, una violencia mas
marcada, una puesta en escena minimalista que desmitifico ciertos
estándares del western clásico ya establecidos como
convenciones. El mas conocido y al mismo tiempo paradigmático
arquetipo de este subgénero sea la trilogía dirigida por Sergio
Leone: “Por un Puñado de Dólares” (1964), “La Muerte Tenia un
Precio” (1965) y “El Bueno, el Malo y el Feo” (1966). Quizás este
5. ultimo film el pináculo de la trilogía, protagonizadas por Clint
Eastwood y con los acordes musicales compuestos por Ennio
Morricone, un sinónimo del género fruto de futuros homenajes.
Leone acrecentaría su mito como realizador de westerns con la
impecable “Erase una Vez en el Oeste” (1968).
El término revisionista se usa para describir films que cambian
la concepción tradicional del género en base al uso de nuevos
elementos narrativos, estéticos y la incorporación de nuevos puntos
de vista estilísticos e ideológicos. Entrados los años ’60, muchos
realizadores comenzaron a cuestionarse el cambiar la manera
tradicional de hacer westerns, en principio incrementando de forma
positiva el rol de los nativos americanos hasta el momento tratados
de salvajes. La audiencia también comenzó a cuestionarse el
arquetipo héroe versus villano y el paradigma moral de usar la
violencia para probar o justificar el accionar de sus personajes. Al
mismo tiempo, las mujeres comenzaron a recibir roles mas
preponderantes. Y quizás una perfecta combinación de
revisionismo y entretenimiento resulto el clásico de George Roy Hill
“Dos Hombres y un Destino” (1969) con dos figuritas masculinas de
moda por entonces: Paul Newman y Robert Redford.
Si vaqueros y malhechores son iconos de los héroes y
antihéroes americanos en un genero tan modelo de dicha sociedad
y sus bases como el western, el hecho de trasladarlos a otros
genero puede parecer como un proceso natural a lo largo de los
años. Esta especie de transición entre el genero pionero que sentó
las bases de un lenguaje cinematográfico y por otro lado de la
aceptación de nuevas ideas para aplicarlo a otros contextos hace
plausible el hecho de que parezca compatible con historias de
ficción que toma parte en otros ambientes y donde un régimen sin
ley lucha por la supervivencia social. Poco a poco y a medida que
el genero se fue popularizando, algunos especialistas
argumentaban que el western no necesariamente tenia que
desarrollarse en el Oeste Americano, sino que en sus códigos
podían encontrarse abordaje de temas en común y características
formales del western, tales los casos de ”Los Siete Samuráis” de
Akira Kurosawa (en cuya concepción se inspiró “Los Siete
Magníficos”, un clásico western tradicional), “Hud” de Martin Ritt o
“Los Inadaptados” (1961) de John Huston quien ya había dado
6. muestras de su aptitud para el género en su etapa de oro para la
brillante “Lo que no se Perdona” (1960).
En la década del ’60 la corriente crítica comenzó a considerar
desde otra perspectiva al cine y esta evolución, intelectual si se
quiere, emergía como una visión del cine como una forma de arte
emergente. En ese entonces, la teoría sobre los films intentó
buscar el significado mas profundo de las películas bajo su
estructura semántica y considerando el ambiente de donde surgía
el western se lo catalogaba con una moral simplista lo que convirtió
al genero en una serie de convenciones y códigos que se
relacionaban con su audiencia de forma metódica y cuyos
personajes y situaciones se atenían a los lugares comunes y la
repetición, visión que precipito el ocaso del genero hasta
amenazaron su desaparición. Cineastas emergentes vieron la veta
en el género como una oportunidad para expandir su crítica sobre
la sociedad americana y sus valores, como lo ejemplifica “Pequeño
Gran Hombre” (1971) de Arthur Penn o para desmitificar ciertos
cánones del genero como la notable “La Pandilla Salvaje” de Sam
Peckinpah. Otros films, como los dirigidos por Clint Eastwood
siguieron la línea como es el caso de “El Fugitivo Josey
Wales” (1976) que daba relevancia al reparto femenino y trataba a
los nativos de una manera más comprensiva y posteriormente una
revisión más nostálgica como lo fue “El Jinete Pálido” (1985).
Si bien más tarde, la obra maestra de Eastwood “Los
Imperdonables” (1992) utilizo un tono dramático para criticar el
típico uso de la violencia del western con el objeto de promover
falsos ideales de hombría que por su condición se abusaban de las
mujeres y de las minorías étnicas. El mismo John Wayne, icono
protagonista del masculino héroe del western se animo a la
dirección con el clásico de tonos épicos “El Álamo”. Por ese
entonces, una figura ajena al genero demostraría en su opera
prima sus dotes de buen director y su acertado manejo de los
tiempos del genero: un acercamiento a los dobleces,
ambigüedades, revanchas y venganzas lo fue “El Rostro
Impenetrable”, de Marlon Brando. Incluso John Ford formaría parte
de esta corriente revisionista reuniendo a John Wayne y James
Stewart ya en las postrimerías de su carrera, junto a Lee Marvin
7. para un clásico imprescindible del genero como lo fue “Un Tiro en
la Noche”, la última gran obra de Ford.
Al esplendor del género le siguió indefectiblemente su
decadencia. En los años ’60 Estados Unidos vivió años turbulentos
en cuanto a los social y lo político y la maquinaria de los grandes
estudios se resintió, dando paso a una etapa de profundos
cambios. Y el género vivió sus años de ostracismo y tardo en
recuperarse. Luego de un declive marcado en los años '80 de cuya
evidencia el ejemplo más paradigmático sea el estrepitoso fracaso
de “Las Puertas del Cielo” de Michael Cimino (1980), hubo una
corriente que volvió a poner de moda al género en base a nociones
mas realistas y crudas y menos glamorosas o románticas, así,
fueron ejemplos “Cabalgata Infernal” de Walter Hill, “Silverado” de
Lawrence Kasdan. Hay cierto tipo de films tiene un desarrollo
contemporáneo en el tiempo, sin embargo utiliza temáticas del
Antiguo Oeste en cuanto a situaciones y personajes y sus
motivaciones o derivaciones, a la vez que toman parte en el Lejano
Oeste, muestran la progresión como civilización a finales del siglo
XX, como por ejemplo “Estrella Solitaria” (1996) de John Sayles o
“Un Mundo Perfecto” (1993) de Clint Eastwood o incluso la bizarra
concepción del género de Robert Rodriguez para su “El
Mariachi” (1993).
Mas adelante en el tiempo, esta concepción seria tomada de
forma paródica o puramente livianas para brindar films que
autojustificaban estos códigos como “Maverick” (1994) de Richard
Donner o “Rápida y Mortal” (1995) de Sam Raimi. La opera primera
de Kevin Costner “Danza con Lobos” (1990) resucito los mitos y las
convenciones originales del género, pero preservo las polaridades
extremas que catalogaban a los personajes como buenos o malos.
“Los Imperdonables” (1992) de Clint Eastwood, siguió con éxito
este renacer en base a personajes que no dejan la vida de forma
heroica, sino que sufren y padecen y donde personajes
conflictuados se redimen tomando venganza. En ciertas ocasiones
el género western se ha visto combinado con elementos de otros
géneros, si bien ha mantenido elementos de la puesta en escena y
descripción de personajes reconocibles a las historias del oeste.
“Wild Wild West” (1999) represento una mezcla de western,
aventura y ficción, mientras que el acercamiento de Robert Altman
8. a “Buffalo Bill” en 1975 resulto bastante excéntrico. Por su parte,
Jim Jarmusch acerco su visión de autor a un western rodado en
blanco y negro y con las tan particulares estéticas visuales y
narrativas que hicieron de “Dead Man” (1995) un exponente
metafórico y místico.
Incluso el papel del héroe como un ser estoico e individualista
apegado a su propio código de honor que se convirtió en una
marca clásica del héroe del western, puede ser reconocido en
personajes interpretados por protagónicos del genero noir o incluso
superhéroes del cine fantástico, con la salvedad de desenvolverse
en un contexto urbano. Otra vuelta de tuerca al género resulto una
concepción futura, casi apocalíptica del mismo donde una sociedad
lucha por reconstruirse en medio de una catástrofe como valen de
ejemplo “El Mensajero” (1994) de Kevin Costner y “Mad
Max” (1979) protagonizada por Mel Gibson. Ciertas convenciones
del género fueron tomadas y transferidas a obras de ciencia ficción,
como la estructura narrativa que de forma tan original impuso “Solo
Ante el Peligro” fue adaptada por Peter Hyams en “Atmósfera
Cero” (1981). Aun más emblemático es el caso de George Lucas y
su obra maestra “La Guerra de las Galaxias” (1977), film que uso
diversos elementos del western, entre ellos la puesta en escena de
una cantina o la vestimenta del personaje de Han Solo, con el
objeto de revitalizar cierta mitología cinematográfica que durante
largo tiempo se le atribuyo al genero.
Figuras como Kevin Costner y Clint Eastwood tanto en sus
labores actorales como de dirección, han ayudado a revitalizar un
genero que parecía perdido y se han convertido en protagónicos
iconos y referentes de la nueva corriente del genero, rescatando
valores olvidados y ofreciendo un matiz contemporáneo valioso y
palpable. El genero jamás recupero sus mejores días y quizás su
esplendor ya no vuelva, pero si estrellas como las mencionadas se
mantienen activas, seguirán contribuyendo a que el genero siga
vigente y seguramente servirán de inspiración para que futuras
generaciones sigan produciendo y aportando en un genero que
lleva la clásica marca de la historia norteamericana y que, mas allá
de sus altos y bajos a lo largo de los años, quizás sea esa cualidad
la que en Hollywood lo convierta en inmortal.