1. César Vallejo: Es uno de los poetas
peruanos más reconocidos de todo el
mundo, dada la impresionante
innovación que supuso su obra para la
poesía del siglo XX. Nació el 16 de marzo
de 1892 en Santiago de Chuco y falleció
en París a los 46 años.
Su poesía se caracteriza por presentar un
lenguaje poético muy auténtico que,
si bien se apoyó en sus comienzos ("Los
heraldos negros") en las bases del
modernismo, poco a poco consiguió
diferenciarse tanto que no tuvo punto de
comparación ("Trilce"). Además cultivó la
narrativa, ofreciendo obras como
"Escalas" y "Paco Yunque", uno de sus
relatos más famosos.
Se considera que Vallejo es uno de los
autores que supo anticipar el
vanguardismo; su legado como artista
implicó una renovación del lenguaje
literario al que se unirían muchos poetas
que le sucedieron, como Huidobro o
Joyce.
2.
Hoy no ha venido nadie a preguntar;
ni me han pedido en esta tarde nada.
No he visto ni una flor de cementerio
en tan alegre procesión de luces.
Perdóname, Señor: qué poco he muerto!
En esta tarde todos, todos pasan
sin preguntarme ni pedirme nada.
Y no sé qué se olvidan y se queda
mal en mis manos, como cosa ajena.
He salido a la puerta,
y me da ganas de gritar a todos:
Si echan de menos algo, aquí se queda!
Porque en todas las tardes de esta vida,
yo no sé con qué puertas dan a un rostro,
y algo ajeno se toma el alma mía.
Hoy no ha venido nadie;
y hoy he muerto qué poco en esta tarde!
3.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
4.
Es el título de un conjunto
de poemas escritos por el poeta peruano César
Vallejo, entre 1931 y 1937, y que fueron
publicados póstumamente, organizados en un
volumen, bajo la supervisión de Georgette
Vallejo(viuda del poeta) y Raúl Porras
Barrenechea, y con colofón de Luis Alberto
Sánchez y Jean Cassou (París, Les Editions des
Presses Modernes au Palais Royal, julio
de 1939).Esta edición parisina englobaba
también otros poemas de Vallejo escritos
entre 1923 y 1929 (conocidos después como
"Poemas en prosa"), y el poemario titulado
"España, aparta de mí este cáliz". Años
después, en una nueva edición de la poesía
completa de Vallejo (Lima, Francisco Moncloa
Editores S. A, 1968), quedó definido el nombre
de Poemas humanos para un grupo de 76
poemas póstumos, diferenciados de los
"Poemas en prosa" (estos últimos 19 en total).
Por lo general, la crítica ha considerado a
los Poemas humanos como lo mejor de la
producción poética de Vallejo, que lo acerca
mucho más al concepto de “universalidad” que
sus anteriores creaciones
Poemas humanos: