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Extravagancias
lúdicas
Ana Enriqueta Terán
BIBLIOTECA AYACUCHO esunadelasexperiencias
editorialesmásimportantesdelaculturalatinoameri-
cana. Creada en 1974 como homenaje a la batalla que
en 1824 significó la emancipación política de nuestra
América, ha estado desde su nacimiento promovien-
do la necesidad de establecer una relación dinámi-
ca y constante entre lo contemporáneo y el pasado
americano, a fin de revalorarlo críticamente con la
perspectiva de nuestros días.
EstaeslacolecciónpopularodebolsillodeBiblioteca
Ayacucho. Se dedica a editar versiones abreviadas o
antológicasdelosautorespublicadosenlaColección
Clásica.Sigueelrastrodeldinámicogénerodelacró-
nica que narra las maravillas del mundo americano,
da cabida a la reflexión crítica y estética, y comple-
menta y redondea los asuntos abordados por las otras
colecciones de Biblioteca Ayacucho. Los volúmenes
llevanpresentacionesensayísticasconcaracterísticas
que los hacen accesibles al público mayoritario.
Colección Claves de América
Extravagancias
lúdicas
MINISTERIO DEL PODER POPULAR
PARA LA CULTURA
Reinaldo Iturriza
Ministro del Poder Popular para la Cultura
Giordana García
Viceministra de la Cultura para el Desarrollo Humano
Aracelis García
Viceministra para el Fomento de la Economía Cultural
Viceministro de la Identidad y Diversidad Cultural
FUNDACIÓN BIBLIOTECA AYACUCHO
CONSEJO DIRECTIVO
Humberto Mata
Presidente
Francisco Ardiles
Director Ejecutivo
Alberto Rodríguez Carucci
Rosa Elena Pérez
Mariela González de Agrella
Extravagancias
lúdicas
Ana Enriqueta Terán
41
Presentación
Jorge Romero León
©Ana Enriqueta Terán
©Fundación Biblioteca Ayacucho, 2015
Colección Claves de América, Nº41
Hecho Depósito de Ley
Depósito legal lf50120158001572
ISBN 978-980-276-525-6
Apartado Postal 14413
Caracas 1010 - Venezuela
www.bibliotecayacucho.gob.ve
Director Literario: Francisco Ardiles
Coordinación Editorial: Jorge Romero
Coordinación de Edición: Shirley Fernández
Edición: Gladys García Riera
Coordinación de Producción: Elizabeth Coronado
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Corrección: Julio Bustamante y Nora López
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Diagramación: Delia Contreras
Coordinación de Multimedia: Jesús León
Diseño de colección: Pedro Mancilla
Impreso en Venezuela / Printed in Venezuela
BIBLIOTECA AYACUCHO VII
SUMA POÉTICA DE ANA ENRIQUETA TERÁN
ANA ENRIQUETA TERÁN, junto a Enriqueta Arvelo Larriva
(1886-1962),IdaGramcko(1924-1994)yElizabethSchön(1921-
2007), es una de las poetisas venezolanas más relevantes de la ge-
neración de los años cuarenta del siglo XX. Nacida en 1918 en Va-
lera, estado Trujillo, se traslada a Caracas a realizar estudios de
secundaria en el conocido liceo de monjas San José de Tarbes. Jo-
ven, aunque no haya pertenecido a los grupos literarios más co-
nocidos en la formación de la literatura venezolana de esos años
(Viernes, 1936; Contrapunto, 1946), Ana Enriqueta Terán se de-
dicará con fervor a la creación poética. Así, muy joven, entre los
veinte y treinta años de edad, escribe y publica su primer celebra-
do libro: Al norte de la sangre (1946).
A partir de allí no cesará de crear y viajar. Vivirá en Uruguay,
Argentina y París. Uno tras otro aparecerán sus poemarios revelán-
donos una vocación poética impenitente: Verdor secreto (1949),
Presencia terrena (1949), Testimonio (1954), De bosque a bos-
que (1970), Libro de los oficios (1975), Música con pie de salmo
(1985), Casa de hablas (1991), Albatros (1992), Construcciones
sobre basamentos de niebla (2006), y Autobiografía en tercetos
trabados con apoyos y descansos en don Luis de Góngora (2007)1
.
1. Ver: Ana Enriqueta Terán, Piedra de habla, Patricia Guzmán; pról., bibliog.
VIII EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
Estaobraincesantehasidomerecidamentereconocidafuerayden-
tro del país. En 1989 le es otorgado nuestro máximo galardón: el
Premio Nacional de Literatura.
Ana Enriqueta Terán es, tanto en Venezuela como en América
Latina, una de las voces poéticas fundamentales de nuestro proce-
so de formación literaria y cultural. Por ello vale la pena asomar-
nos a estos tres “libros” que absorben o se nutren de todos sus ci-
clos poéticos anteriores.
“Nopiensoennada;solomiroytodo/sevuelvevidaymegol-
pea duro”, dice en uno de los primeros poemas de Sonetos de to-
dos mis tiempos II, la primera de las tres secciones que componen
el presente volumen. Las otras dos se llaman, elegante y sugesti-
vamente, Extravagancias lúdicas y Explicación numerada a través
de los pájaros. Aunque se trata de un material inédito, dado por la
autora para la presente edición, es una “Suma” poética, pues en-
vuelve todos sus ciclos poéticos. En efecto, hay un poema en Ex-
travagancias lúdicas fechado en 1945, es decir, contemporáneo a
Al norte de la sangre, su primera obra publicada en 1946. Otros,
de Explicación numerada a través de los pájaros, están fechados
en la ciudad de París, en los tempranos años cincuenta (1953). En
el primero, los Sonetos de todos mis tiempos II son en su mayoría
de la última década, los años dos mil.
Por ello podemos leer este libro como un gran río donde con-
vergen todos los otros de su obra poética. Así, reconocemos ecos
de sus grandes obras, no solo de Al norte de la sangre, como ya se-
ñalé, sino también y sobre todo de su gran territorio o lugar; más
queterritorioolugar,susitiomayor,sucasa,suhogar: Casadeha-
blas. Aparecido por vez primera con ese título en 1991, atraviesa
y cronol., Caracas, Fundación Biblioteca Ayacucho (Col. Clásica, 252), 2014,
364 p.
BIBLIOTECA AYACUCHO IX
prácticamente las dos primeras secciones, Sonetos de todos mis
tiempos y Extravagancias lúdicas.
Las ventanas abiertas de esa casa dejan que se asomen textos
escritosenValencia,Jajó,Morrocoy...,esdecir,losterritoriosylas
etapas, para ella “instantes”, donde vivió, “miró todo”, sin pensar
nada, como dice la propia poetisa en los versos arriba citados. La
primera obra es de hecho una historia. Por esa razón, quizás, la au-
tora va marcando como en un diario o en una bitácora de viaje los
días con exactitud. Al pie de un soneto titulado “Tiempo señala-
do” coloca: “Casa de Hablas, 7-11-2010”; y, seguidamente, al pie
del otro, en esta ocasión un soneto con estrambote, pero llamado
más jocosamente “Miradas entre Ana Enriqueta Terán y su peri-
quito filósofo”, coloca: “Valencia, 20-7-2005”. La autora necesita
marcar su voz no solo con el tiempo, por cierto reciente a pesar de
que resuene en muchos de ellos, como ya dije, el eco de sus obras
de siempre, sino también con los lugares. De ese modo, su poesía
es de sitio, de lugar, una poesía de la geografía y el paisaje, trans-
mutados en una “Casa de Hablas”, casa del lenguaje poético, del
ser, como pedía Heidegger. Así, para nuestra poetisa, el paisaje o
lugar es una Casa, y esta es el Habla, el lenguaje poético. Ana En-
riqueta Terán creo que enmendaría la frase del filósofo alemán. Si
ellenguajeeslacasadelser,el“Habla”seríalacasadelpoeta.Por-
que ese territorio de “Hablas” está estrechamente relacionado con
la idea de paisaje, tierra y naturaleza tan importante en esta poesía.
Pero sobre esto volveremos más adelante.
Sonetos de todos mis tiempos II es un diario o bitácora que va
configurandounasuertedeextrañaautobiografía,“extravagante”;
diría ella, “lúdica”. En primer lugar es en versos. Ya nadie cuen-
ta una buena historia en versos, mucho menos la historia en cierto
modo de su vida. En segundo lugar, es una autobiografía paradó-
jicamente “impersonal”.
X EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
Solamente alguien muy clásico, en el sentido más noble, ac-
tual y pertinente de esta palabra, nos relataría los episodios de su
vida en versos, más aún en sonetos. No olvidemos que es esta la
formapoéticadominanteenlaobradeAnaEnriquetaTerán;desde
su primer celebrado poemario, Al norte de la sangre (1946) hasta
Casadehablas:obrapoética,1946-1984(1991),lacultivóyvarió
impenitentemente. Nadie que lea un soneto puede dejar de perci-
bir el ímpetu, el impulso y desafuero pasional, mezclado a la con-
tención, la forma y el límite.
¿De dónde provenía, a comienzos de los años cuarenta del si-
glo XX, esa inclinación hispanizante ya visible por ejemplo en Vi-
cente Gerbasi, en sus poemas al miliciano, y tan manifiesta en Cé-
sar Vallejo y Neruda? Sin duda alguna de la solidaridad de algunos
de los grandes poetas del continente con los republicanos duran-
te la Guerra Civil española. Pero también de las estrategias clasi-
cistas de la modernidad poética, la cual, frecuentemente, recupera
de fuentes clásicas modos de crear sentidos nuevos con relación al
contexto poético del poeta, en este caso, de nuestra poetisa.
Ley y desafuero simultáneos procuró esta revitalización del
soneto y la poesía clásica en lengua española. Por un lado ley, pues
hay un reconocimiento y hasta sometimiento cortés al canon lite-
rario y cultural, en este caso la literatura y la cultura del Siglo de
Oro (Garcilaso fundamentalmente para nuestra autora), la métri-
ca clásica española toda ella realizada en el soneto. Por otro lado
desafuero, porque el “corsé” del soneto permite justa y paradóji-
camente liberar la imaginación poética. Si por un lado nos ciñe,
retiene, es para mejor lucir y mostrar la pasión, la sangre que reco-
rre su métrica armonía. ¿Qué mejor forma expresiva que esta, qué
molde mejor que este para contar los instantes y pasiones de una
vida? ¿Qué mejor forma que el soneto para encarnar en él “no pen-
sar nada” junto al “mirar todo”? Todo y nada, desborde del sentir
BIBLIOTECA AYACUCHO XI
y vivir por un lado, y forma y límite por el otro. Es desde esta dua-
lidad, este desafío emocional y formal, creo, que nuestra poetisa
cultivó el soneto.
Esa tensión tan conocida por los barrocos, Ana Enriqueta Te-
rán la atemperó a nosotros, modernos venezolanos. Una época,
culturaysociedadquereciéndescubríaenlosañoscuarentadelsi-
glo XX la libertad y la democracia, aún bajo el torrente y desafue-
ro de las vanguardias de los veinte y treinta, que requería también
de los límites y tensiones entre la pasión y la contención; es la voz
de Ana Enriqueta Terán quien nos recuerda a los modernos que el
amor loco viene de un lugar de la voz y la pasión más clásico que
contemporáneo. Y que es el soneto tan clásicamente español y ba-
rroco la forma poética que lo encarna.
Ya en Al norte de la sangre (1946) nos daba esta primera lec-
ción emocional y crítica para nuestros cuerpos inconscientes, tan
paradójicamente desatados y moralistas al mismo tiempo y con
muy poca conciencia de la experiencia melancólica en torno al
amor y lo erótico. Así, en aquella ocasión, en sus antiguos “So-
netos del amor perenne y el amor fugitivo” que componían el pri-
mer trecho de Al norte de la sangre, manifestaba la contradicción
insoluble entre el amor perenne y el fugitivo. Es más, trató de en-
señarnos que para que sea perenne debe ser y es fugitivo. Y desde
ese punto de vista es un amor transfigurado en pensamiento más
que cuerpo, en ideal más que carne, de allí su perennidad. Parafra-
seándola, pudiéramos tal vez decir que, así concebido, es un “eje
puramente pensado”, como dijera ella misma citando alguna vez
a Alfredo Silva Estrada (“Ejes puramente pensados”, en “Libro en
cifra de alabanza y confesión de islas (1967-1975)”)2
. Sin embargo,
2. Idem, Casa de hablas: obra poética, 1946-1989, José Napoleón Oropeza;
pról., selec. y cronol., Caracas, Monte Ávila Editores, 1991.
XII EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
el soneto ayuda a que esa perennidad, ese dominio ideal se libe-
re, se desanude en aras de la experiencia erótica y corporal. En ese
sentido el soneto colaboraba con una suerte de liberalidad ya que,
con relación al conocimiento, recuperaba una erótica, una viven-
cia corporal del mismo conocimiento o de lo ideal, recordándole
que su norte era la sangre, o que la sangre (¿la pasión, el amor?) se
hallaba en el norte de todo conocimiento, pensamiento, idea o pa-
labra del mundo. Y un conocimiento con sangre es amor y ritmo,
como en el poema, más específica y clásicamente, en el soneto.
Pero esto fue en aquella ocasión. Percibo acá, en “Sonetos del
amor perenne”3
pero de Extravagancias lúdicas, una lectura, una
reescritura y hasta una enmienda de aquellos. De hecho no añade
nada del amor fugitivo. Esas dos palabras desaparecieron en esta
¿nueva? versión de “Sonetos del amor perenne”. Pareciera que
ahora la dualidad entre lo pensado y lo corporal ha desaparecido:
el amor, parece decirnos, es Uno y es contradictorio: es “ritmo ala-
do”, aéreo, vuelo, pájaro, brote, fruto, pulpa. Pero, al mismo tiem-
po, es ponzoña y garra. El amor es cama sagrada pero devora y es
cruel. Pareciera que ya no es tan central o no interesa para nada
oponerlo al cuerpo perecedero. La lección actual es un poco más
ruda en “la señora” que “esconde la niña”4
, que se asoma, en esa
evocación, al balcón y su corazón de rosas. El amor es primaveral,
brote, flor, fruto, pero el “reencuentro” es “suplicante”, se acude
solocon“eldisfrazausentedelainocencia”,y“elinsectoseposay
hace cruento // lo que iba a ser caricia”, explica ella. Ahora, en esta
versión la poetisa siente que su voz, su personaje, ¿el evocado o el
actual?, se “enamora casi”, o lo que es lo mismo, se apasiona tanto
por el amor “hasta fingirlo como el bosque finge los árboles”.
3. Idem, “Sonetos del amor perenne”, p. 18, en el presente volumen.
4. Idem, “Maltratos de niebla grande”, Piedra de habla, p. 161.
BIBLIOTECA AYACUCHO XIII
Asimismo, en estos últimos “libros” los sonetos han variado
desde el punto de vista de la “urdimbre” poética. Reconocemos el
soneto pero no tiene exactamente el mismo ritmo. Antes dije que
nuestra poetisa lo atemperó a nosotros. En estos sus últimos “li-
bros” más. Ahora están llenos de encabalgamientos que quiebran
juguetonamente el clasicismo del soneto. Podríamos decir que “la
señora” que “esconde la niña” nos ha hecho otra jugada. Impreg-
nó al soneto de elementos propios de la estructura de los poemas
románticos, dándoles así otro aire, otro ritmo. Es normal también.
Es una historia, la de su vida, y así como es de tentador contarla en
sonetos, la autora requirió de otros ritmos para poder relatar, na-
rrar casi, a veces en episodios, trechos o pasajes esos instantes de
su vida.
De hecho podemos, en Sonetos de todos mis tiempos II, ob-
servarhastaciertosepisodiosdealgúnmodocolocadosensecuen-
cias. Así, hay un pórtico referido al oficio poético y su vínculo,
para Ana Enriqueta esencial, con la naturaleza, con el oficio de la
abeja, de explorar y convertir todo lo que traspasa su vuelo y mi-
rada, tal como ella, en miel; una materia, una sustancia tan evo-
cada por ella, por ser natural y al mismo tiempo elaborada por el
oficio tenaz de la abeja. Hay luego un primer episodio, si pudiéra-
mos llamarlo así, que ella misma nombra: “Llegada y medición de
la casa”. Luego otro episodio donde se hace la casa. Después otro
donde vemos a la muchacha y ya al final a la dama, la casi enamo-
rada. En cierto modo, si esto es así, Ana Enriqueta nos da algo que
suelen hacer las narraciones o novelas: la historia de una forma-
ción, de una subjetividad femenina en medio de una casa, una fa-
milia y una nación.
¿Cómo hacer entrar la prosa de la vida, de la historia, con cor-
tesía?Estoes,sindañarlaformaclásica,lasimetríaysonoridadtan
regular del soneto. Así, la poetisa, como buena bordadora, buscó
XIV EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
romper el hilo fonosintáctico entre estrofas; dejó versos “blancos”
que engranaban su sentido en el siguiente trecho, provocando un
desplazamientonosolodelasimetríareiteradadelconjuntodeso-
netos,sinotambiénunritmovariado,másleve,relativoymoderno
en el soneto, algo novelesco, propio para contar la formación del
alma y las emociones de una mujer.
Lossonetos,apartirdesuimaginarioamorosoyerótico,abren
la puerta a una reflexión que en estos sonetos de Extravagancias
lúdicas creo que toman señorío: el de la vida y la muerte. Es nor-
mal. La señora, la dama, la poetisa, de 97 años, requiere relatar la
vida,susinstantescomomodocortésdehablarconlamuerte.¿Po-
drá ser fruto? En cierta manera podría serlo. Sobre todo para noso-
tros los venezolanos modernos, tan volcados al vivir, a sobrevivir,
alaserasdedespilfarropetroleroqueellahaconocidoyconelcual
ha y hemos crecido, hasta jocosamente y olvidadizos de esa som-
bra de la vida que contradictoriamente la hace más arder. En todo
caso la tradición del soneto en lengua española le ha dado la posi-
bilidad de ser “polvo enamorado” más allá de la muerte. Una vez
más es la pasión, la vida, lo erótico, el amor, lo que arde pero mo-
dulado, ritmado por el tiempo finito o limitado por la muerte. Ella
misma afirma que sí es fruto la muerte, que puede serlo, en un poe-
ma de ahora, de joven casi: “Fruto de vida y muerte que me abru-
ma”, dice el verso5
.
Podría entonces decirse que en el soneto, ley y desafuero ayu-
dan, sobre todo para nuestra poetisa, a construir rítmicamente una
ética en torno al amor, el primer principio político o de relación
con el otro.
Más arriba había señalado que Ana Enriqueta Terán nos es-
taba legando una suerte de autobiografía extravagante por ser en
5. Idem, “Fruto de vida y muerte”, p. 20, de la presente edición.
BIBLIOTECA AYACUCHO XV
versos, en primer lugar, pero por ser impersonal en segundo lugar.
¿Es esto posible: una autobiografía “impersonal”? En cierto modo
parecequesí.Nocomienzainvocandoliteralmenteunacasapater-
na,unafiguramaterna,sunombredirectamente:“nací,viajé,pien-
so que, me mudé, lo conocí, me enamoré...”. Si acaso, esto aparece
másbienalfinaldetodoestevolumen,enlatercerapartedeesteli-
bro, Explicación numerada a través de los pájaros, cuando refiere,
en algún lugar, cómo era la casa, la escena de su infancia, las ima-
ginaciones y las palabras, la memoria lúdica de la familia. Su me-
moria no le permitiría reconstruir una historia bien comportada,
digamos, escolar, lineal, modosa y detallada de meros detalles su-
perficiales y descriptivos. Su memoria claro que viene de la perso-
na, pero tal como ella misma sugiere, proviene de un “derrame de
mangos”6
que solamente puede pintar Cézanne.
La persona poética la podríamos comprender como ese “de-
rrame de mangos”, de color, de mundo. Es el proceso mediante
el cual el poeta realiza, como en la pintura a la que nuestra poeti-
sa tanto refiere en algunos de sus poemas, la “Conseguida gracia
del objeto”. Para ello, aunque es su voz, aunque su visión venga de
ella, del sustrato más íntimo de su casa, su habla, su familia y su
geografía interior, tiene que hacer tabla rasa de lo personal para al-
canzaresagraciadelobjeto.Hacertablarasa.Elladiría“derramar-
se” en los objetos y pintarlos como ese derrame de mangos.
Esto es fundamental en la visión y el pensamiento poético de
Ana Enriqueta Terán, pues a partir de allí podemos ver cómo su
historia, al ser impersonal, puede abrazar, mediante ese “derrame
de mangos”, una historia mayor, impersonal, del lugar, casi geo-
gráfica pero articulada y creada desde la mirada, la voz y el ritmo
de la poesía y la poetisa. Antes decía que ese territorio del Habla,
6. Idem, “Lo que el azar depara”, p. 6, de este volumen.
XVI EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
la geografía y el paisaje eran fundamentales en la obra de Ana En-
riqueta Terán. Ya desde el inicio de Sonetos de todos mis tiempos
II lopodemosobservar,eneltrechoquetratadela“llegadaymedi-
ción del paisaje”. El gajo, el brote, la labranza en la perspectiva de
la medición de la amplitud, del horizonte. Pero “arboledas, picos
y lejanías” ubican, crean perspectiva y fundación o primera apro-
piación del territorio: la mirada y la contemplación de la tierra y el
territorio. Ya convertido en paisaje, “medido” en labranza.
A partir de allí, en lo que sigue, se levantará la casa de hablas,
el lenguaje, la semilla, los animales, gallos, gatos, águilas, caba-
llos, los gajos y oficios mezclados, configurando lo que para nues-
trapoetisaeslaculturamisma,unavezmás,desdeunpuntodevis-
ta clásico, ligada a la tierra, al cultivo, al arado y la semilla. Creo
que para nuestra poetisa no hay nada más parecido que un sone-
to y la labranza. Uno surca con arreglo, ritmo, cortesía, erotismo,
sabiduría y hasta picardía el papel, la imagen, el habla, la escritu-
ra; el otro, exactamente igual, la tierra. Es ese el fruto y la sucu-
lencia de la experiencia humana y civilizada para Ana Enriqueta.
Es esta fuerza impersonal la que hace que la poetisa se “derrame
en mango”. Así, ella nos procura, como todo gran poeta, la gracia
del mundo y los objetos. Todo, abeja, águila, picos, garras, gallos,
canto, labranza y ritmo, deviene, con su voz, su textura, su mate-
ria, su propia réplica, habitante de la misma y sola Casa de Hablas
la cual es, al mismo tiempo, como dice ella, una “sinfonía verde”.
Allí todo deviene, todo se compacta y vuelve no unidad sino pleni-
tud cantada, ritmada. Una “arcadia” formada por la tierra, la casa
y el habla o la poesía.
Es esa “sinfonía verde” lo que hace que Ana Enriqueta des-
estructure todo espacio urbano y civilizado. En otra de las seccio-
nes, Extravagancias lúdicas, disuelto el soneto, ella recurre ni si-
quiera al paisaje fundado, labrado, de los otros libros. Refiere un
BIBLIOTECA AYACUCHO XVII
espacio más salvaje y primitivo. Instalada en la intemperie no ve,
no recorre, no pasea por la ciudad de París. Casi loba, solitaria, sin
manada,lamayoríadelospoemaslaremontanalorigenylosacra-
mental. La arcadia colonial, casta, doncellesca, se disuelve ahora
gracias, literal y simbólicamente, al agua (el mar, el Momboy, el
Orinoco, la Amazonia). Ahora la voz, en virtud de esta intempe-
rie más ligada a lo territorial que a lo paisajístico o arcádico, y al
mismo tiempo la arquitectura verbal, ahora libre de la métrica clá-
sica, se han hundido en cualquier lugar, en cualquier agua. La voz
y mirada de la poetisa han hecho del agua y la intemperie su Casa;
y esta ahora está deslocalizada, desgeografiada. En ella ahora se
mezclan el Sena y el Paraná. Todas esas aguas, ya en el libro últi-
mo,Explicaciónnumeradaatravésdelospájaros,comosilaseño-
ra escondiera ahora una errante, una india, una loba, también una
dama nuevamente, desembocan en el Orinoco, en un lugar ancho,
ajeno, sin tiempo: la Amazonia. Ella la invoca, la dama, la poeti-
sa, con una voz de recién nacida. Vale la pena terminar con esa in-
vocación: “En el Sur vi nacer a la América / casi a [la] misma al-
tura de Dios”.
Jorge Romero León
BIBLIOTECA AYACUCHO XIX
NOTA A LA PRESENTE EDICIÓN
Este volumen recoge poemas inéditos de la poetisa trujillana Ana
Enriqueta Terán, agrupados en tres secciones: Sonetos de todos
mis tiempos II, Extravagancias lúdicas, y Explicación numerada
a través de los pájaros, que fueron entregados por la escritora para
la presente edición.
El lector podrá observar que en el índice los poemas se en-
cuentran registrados según el siguiente criterio: a) por el título del
poema, cuando la autora lo ha enunciado; y b) en las ocasiones en
que no hay título, se asentó colocando el primer verso entre comi-
llas, seguido de puntos suspensivos.
B.A.
Sonetos de todos
mis tiempos II
BIBLIOTECA AYACUCHO 3
PASO ASUMIDO EN LUZ
No pienso en nada; solo miro y todo
se vuelve vida y me golpea duro
en mitad de los ojos con apuro
de abeja en el sonido y acomodo
de misma abeja hurgando copa y modo
de traspasar, sin prisa, lado oscuro
con latidos de polen con seguro
paso asumido en luz y dulce apodo
para seguir en miel. Abeja, rito
de este amarilis rojo que levita
y se desprende, sube, queda escrito.
No pienso en nada. Ni en saber, ni el grito...
Solo el instante pleno de infinito.
También la abeja sube y queda escrita.
Casa de Hablas, 3-6-2009, 4:09 a.m.
4 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
CHANTECLAIRE
Los suplicios, el ánimo celeste
de sufrir, alcanzar de la alegría
sangre blanca y lejura de armonía
en dador de hora (gallo) y paso agreste
de quien se interna y hace del Oeste
lo que sabemos: más y más umbría
sala de la justicia: no armonía
en contrastes de piel. Asume el Este
la salida del sol y hace profundo
su canto, su creencia restituida
a los gallos del orbe y el trabajo
para dar vida al sol y hacerse vida
en el Sur ¡CRUZ DEL SUR! alta manera
de abrirse en gajos y alabar el mundo.
BIBLIOTECA AYACUCHO 5
HACER LA CASA
Llegaron; mediciones del paisaje
fue lo primero, luego sucedía
una tierra a otra tierra labrantía
con un techo de pájaros en viaje.
Después la nube en cóncavo viraje
sobre arboledas, picos, lejanías,
ocasos recortados en umbrías
de más allá de un rojo con bagaje
de figuras extremas: forma escasa
de una vicuña vuelta poderío
en espacios de cóndor, ya disuelto
porque cae la noche y suena el río.
Hubo fogata de labiaje suelto
y se pensó en la casa. HACER LA CASA.
Casa de Hablas, 23-1-09
6 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
LO QUE EL AZAR DEPARA
Inmediato y humilde lo certero
de una fruta en la mesa y a destajo
un derrame de mangos con trabajo
de Cézanne desde afuera y con esmero
de mucho acontecer, librar primero
la batalla de estar y desde abajo
subir a tientas y tomar del gajo
lo que el azar depara. Solo quiero
hacer eternidad en el instante
que estoy viviendo y la costumbre alada
del ave dando latitud bermeja
al propio vuelo sin destino y nada
para avalar lo amargo o lo fragante
de propia muerte que en llamar no ceja.
Casa de Hablas, 9-8-2009
BIBLIOTECA AYACUCHO 7
A José María tomando vino tinto
Saber dónde del ocio la delicia
contribuye a redondos anunciados
por crecimiento y límites morados
que se agrietan de zumos y codicia
del insecto al racimo que se inicia
con sabor de adelanto a los osados
cálculos del futuro y decantados
usos de luz en la feliz noticia
del caldo rosa consumido a tandas
(el pensamiento unido a frase corta)
diciendo en poco latitud y vuelo
de la estación final que nos importa
y alegres recibimos como mandas
de vida tanta que al final es cielo.
8 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
A Ramón Palomares
pero sobre todo a “EL NOCHE”
A usted como dador de lo que pienso,
asumo en vuelcos de alta jerarquía
para aceptar el patiecito, guía
de un gran recuerdo humilde por lo intenso.
“EL NOCHE” se me acerca y hace denso
el relato del pie que obra manía
de ser lejana flor y autonomía
de un bello silbo en vesperal descenso.
Cae “EL NOCHE”, me cubre, huye el respiro
hacia un pulmón de árboles y ocurre
ave nocturna en desempeño escueto
de volver, conformarse al dulce giro
del patiecito aquel. ¡Ay! no discurre
grandeza alguna en mi presente neto.
BIBLIOTECA AYACUCHO 9
SIN EMBARGO SE PIENSA EN EL REGRESO
Rosa del corazón que se presenta
sin ningún riesgo en barandal sombrío
acodada a un balcón de un pueblo mío
que entre montañas duerme y representa,
ave redonda y compostura lenta
de quien feliz se escucha y hace umbrío
el sabor del café y ocurre río,
como encaje de luz, pues solo intenta
adornar la caída hecho lazada
de música hacia el valle. La alegría
se condiciona en fruta y hace peso
de dulzor; todo en tiempo de agonía
miel y amargura forman la avanzada.
Sin embargo se piensa en el regreso.
10 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
ELLA DICE: NI OFENDEN, NI ME OFENDO
“De los dudosos términos del día”
ella concibe de esperanza el vuelo,
de un verde itinerante sin consuelo
para las estaciones de la umbría
verde parejo que urge y desafía
luminosa heredad: trópico y cielo
con sabor a naranja y el desvelo
de un otra forma de alta geografía.
Ella, cuajada en verde reconoce
verde de mangle, bloque donde yace
ni dichosa, ni triste, solo yendo
en ruedas a un nivel que desconoce...
(“Un punto de tiniebla me rehace”).
Ella dice: ni ofenden, ni me ofendo.
BIBLIOTECA AYACUCHO 11
“LOS ÁRBOLES QUE EL BOSQUE HABÍA FINGIDO”
“Los árboles que el bosque había fingido”
fueron árboles ciertos frente a un tanto
de alma posible, sin saber a cuánto
asciende el costo de algo presentido.
Algo casi de amor, casi de olvido...
Mejor olvido a secas, mejor llanto.
¿Llanto? no existe el llanto, solo un santo
coágulo de tinieblas en el nido.
Nido oscuro de tierra y leve abrazo
también de tierra, abrazo, pulitura
de huesos finos, sanos: desespero
de no sentir y ser. Hueso certero
el parietal y luego dentadura
incompleta y veraz en limpio trazo.
12 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
ÚNICOS, CLAROS, POBRES Y DISPERSOS
Únicos, claros, pobres y dispersos
en ánimo contrario, lejanía
de la risa y el puesto de agonía
de ser muchos y urdir campos diversos,
empujando, clamando como tersos
nudos de la intención y clara guía
de estímulos al viento y Rosa mía
también mía en la noche y en mis versos.
Se oculta el ave en el follaje, y reza
su canto con el árbol y hace nada
el morir monte arriba, campo abierto.
No se muere, se canta en ave y cierto
andar despacio en la pasión alada
de conseguir lo que después empieza.
BIBLIOTECA AYACUCHO 13
MIS GUACHARACAS
Toman conmigo, surgen con esmero
de abanicos abiertos, dulce acoso
de amor extraño, mientras surge el gozo
de Leda singular con luz de acero
con luz de pardos húmedos y fiero
cruces de picos y codicia en pozo
de secreta verdad me yergo y rozo
algún encuentro, ni si fue el primero
o después de aquel aire entrecortado,
puesto a lucir en gozo y en momento
de latido, a discreta semejanza
con toda bestia de livor sagrado
que impulsa el alma a límites de danza
y a libertad de oscuro pensamiento.
14 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
“A LOS ANALES DIÁFANOS DEL VIENTO”
“A los anales diáfanos del viento”,
con ave fiel, la oscura maravilla
sobrevolando el barco con sencilla
codicia y todo por salvar momento
ligeramente triste con el cruento
sabor de fruta que en la noche brilla
y suena a negra vecindad y quilla
surcando afable y dulce vencimiento.
Confié la hebra de encendida lana
(seda, aguja, objetos preferidos)
a la mano ancestral que baja y sube
no por la tela, sí por los olvidos.
Confié la resma de papel y gana
la imprescindible condición de nube.
Morrocoy, 8-1-2001
BIBLIOTECA AYACUCHO 15
TIEMPO SEÑALADO
Oscura la visión, oscuro el trazo
de llanto sojuzgado a pliego vivo;
nada de quejas, solo un exhaustivo
dibujo de alas en secreto abrazo
de lo severo-fijo como atraso
de tiempo señalado y buen motivo
para dejarse ir con redivivo
pañuelo en alto sin medir “acaso”.
“Acaso” un alma asida a un dulce ruego.
“Acaso” nada, “acaso” vestidura
ondeando al viento, “acaso” no dejarse
convencer por la lluvia cuando el fuego
nos quema desde arriba y hace pura
la intención en profundo, de alejarse.
Casa de Hablas, 7-11-2010
16 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
MIRADAS ENTRE ANA ENRIQUETA TERÁN
Y SU PERIQUITO FILÓSOFO
Los escudos del alma, los escudos
que te protegen cubren el descanso
de mano como sílabas y manso
abanico entreabierto por desnudos
de corazón y complacientes nudos
de cómo ver que a comprender no alcanzo;
tus ojos rubricados por los mudos
pensamientos que doy a tu remanso
de ojo puntual que dice, comunica
secretos advertidos en la mano
de ingenio doble, vertical, enhiesto.
No poder descifrar número y esto
de clavar la mirada con insano
placer que la verdad no multiplica.
¡Algo más grande tu mirada implica!...
Qué de ti, mi conciencia sacrifica.
Valencia, 20-7-05
BIBLIOTECA AYACUCHO 17
DONDE SE JUNTAN EL MOMBOY Y EL MOTATÁN
A Félix Terán
Así, como lo viejo restituido
a sitio principal y nueva vida
cobra la silla haciendo la medida
de quedarse en el tiempo ya vivido.
Así, como texturas de un olvido
que nunca fue, por trama desmedida,
acuciada de niebla y colcha ardida
arropando inocencia en casto nido.
Él se apoyaba en un mural de sueño.
Río sonando abajo hecho estatura
de aroma para el beso. Primer beso
no en la boca (mejilla) dulce empeño
de ángel con ceño oscuro y aventura
de hacer final el singular suceso:
Aroma, niebla y humo la escritura.
18 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
SONETOS DEL AMOR PERENNE
Como de suplicante es el reencuentro,
dejando al parecer señas y labias
de pájaros y garras como sabias
intimaciones al más puro centro
de la culpa ancestral por donde entro
sin otras vestiduras que el ausente
disfraz de la inocencia. De repente
el insecto se posa y hace cruento
lo que iba a ser caricia y se derrama
miel adentro, ponzoña y altibajo
de pájaros y garras: ritmo alado
que oculta sombras en la regia cama
donde supe de Dios. Hacer trabajo
de tactos numerosos y deseado
esplendor y dulzor de fruta sama.
BIBLIOTECA AYACUCHO 19
JAMÁS LA COINCIDENCIA
Jamás la coincidencia. Nunca fina
juntura de aguas en planicie neta.
Encontronazos sin piedad y quieta
resignación de venia femenina.
A otras músicas, cantos y ladina
aceptación no libre de discreta
venganza acumulada en dulce meta
de huir hacia la máscara divina
cayendo a pique y a la vez un fondo
de la resignación, curiosa pasta
de odio y esclavitud, amor actuado
en experiencias de cultura vasta.
Aguantar, aguantar, hacer redondo
mimos de madre; padre desvelado.
20 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
FRUTO DE VIDA Y MUERTE
Mi taza negra significa un pronto
de oscuridad para lidiar la suma
deslumbrante del fruto y de la espuma
que en humildad recibo y los confronto.
Fruto de vida y muerte que me abruma
y caigo de rodillas y hago nido
con círculos de aves, sin sonido
de alas cruzando la secreta ruma
de papeles no sabios, no divinos
pero sí del gran Dios que me despliega
en música, colores, labia fina:
LA PALABRA me cuaja con entrega
de sílabas y sangre, con latina
secreción y sustancia siempre ciega.
BIBLIOTECA AYACUCHO 21
RAMOS DE ABISMO
Y los nuestros, los vuestros, los lineales
haciendo derechura por lo mismo
de llegar, ofrecer ramos de abismo
a la que se devuelve y da reales
disculpas y se alivia con fanales
de buen decir pero se saja el centro
de la palabra vida como encuentro
de otra más circunstancia sin iguales
espacios, de una muerte superada
por insectos de luz donde se espera
volver en brazos y alumbrar lo oscuro.
Cocuyos del deber en la encalada
tapia donde se apoya la extranjera
hasta formar los ritmos de la NADA.
22 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
SEGUIR POR LAS CORRIENTES DEL OÍDO
Será cierto lo digo, será cierto
que he de morir. Yo, libre en el olfato
tanto de los aromas como al trato
de mansedumbres en alzado huerto.
Oler la fruta, desprender injerto
del árbol padre; delegar maltrato
de lo visual sin olvidar el dato
de la punta del dedo en fruto abierto.
Seguir por las corrientes del oído.
Únicos y los otros en vagancia
de crecimiento de alguien que destruye
porque se ilustra sueño desmedido.
He de morir y espero la distancia
de un pájaro remando en llano ardido.
BIBLIOTECA AYACUCHO 23
ENTRE LO SÚBITO Y LO ETERNO
América del Sur, tiempo, maleza,
flores de bozo azul y una escritura
con pájaros en vuelo y armadura
de resuello en altores de justeza.
También suaves instancias de tristeza
en dirección al Sur y la figura
de alguien amado en tiempo y en justeza
de no llegar al beso y hacer pura
intimación de mariposa, infierno
de andar en nubes, conseguir trabajo
para disposición y nuevo mundo:
América del Sur el recio gajo
que reivindica el respirar profundo
y almendra entre lo súbito y lo eterno.
24 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
DAR EN VEZ DE RECIBIR
Como desgastes de árbol te recojo,
vierto en encantamientos y ataujía
de oro viejo dispuesto en la manía
de dar en vez de recibir. Antojo
para hacer más y más el desalojo
del agua descendente luz y guía
con pasos a seguir haciendo vía
de lo más dulce en predios del enojo.
Reposar en aroma... Tanto asume
¿palideces del goce? campo duro
de ir despacio, perder modo y manera
de regresar, asirse al inseguro
follaje su estatura de perfume
rosa mordida nutre la quimera
de ser feliz y hacer de enredadera.
BIBLIOTECA AYACUCHO 25
SEIS SONETOS A JOSÉ CEMÍ, GATO DE ROSA
FRANCISCA Y GATO DE MIS SOLEDADES
Y AFECTOS
I
EN EL PISO DEL ALMA QUEDÓ HUELLA
Gentil indiferencia era probanza
de amor en lejanía. Fiel acato
de cuanto fuera tímido relato
con levedad urgida que descansa
en topacios de tacto y alabanza
a un pequeñito amor en desacato
de otra más grande luz como maltrato
de lo humilde avenido a la mudanza.
En el piso del alma quedó huella
de suavidad, José Cemí y espero
en el piso del alma hacerte espacio
para tu deambular dulce y severo.
Silencio tú donde silencio sella
gota de miel y acontecer despacio.
26 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
II
ES YA RECUERDO TU SILENTE PASO
Es ya recuerdo tu silente paso
hacia qué tono oscuro se desvía
el amarillo en oros donde había
mucho de sed y sosegado raso.
Tu luz iba a llenar secreto vaso
después de haber tenido travesía
con distingos de amor pues conseguía
en levedad de roce hundir el paso.
Acongojado extremo que deshizo
voluntad de no llanto, y llora, llora
quien no quiere forzar tiempo y dulzura.
¡Ay! tu pequeña vida hace moldura
a un gran amor pequeño, haciendo piso
a tu presencia alzada de onda pura.
BIBLIOTECA AYACUCHO 27
III
JOSÉ CEMÍ, PEQUEÑO. ME REFIERO
Exceso mucho a extremo compasivo
que puso en el no dar y luego a modo
de circunstancia hostil cruzar recodo
que, ni de bien ni mal deviene altivo.
Indiferencia, principal motivo
para gravarse y conseguir un todo
vagando por el alma y acomodo
de ausencias en espejo sensitivo.
Hablo en presente, ¡ay! porque no quiero
entregarte al pasado, aunque parece
que vienes de muy lejos cada día.
José Cemí, pequeño. Me refiero
a tu luz silenciosa que obedece
a un ramo de certeza en lejanía.
28 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
IV
YA TE PUSE A VIVIR ENTRE LA GENTE
Debo arrancar con árboles. Del rezo
solo un único rumbo: lo que sube
labios arriba: un ave donde hube
tope de altura al inocente exceso
de mirar y mirar. Quieto regreso
con paisaje, por verte donde estuve
expuesta a luz de rizo y me contuve
para no ser más luz y sí sucesos
de olvidos, que si olvido en mí concibo,
ya te puse a vivir entre la gente
con meladuras de alma y ardentía
de verbo suscitado y diligente.
José Cemí te invoco y te recibo:
Oro especial de orgullo y lejanía.
BIBLIOTECA AYACUCHO 29
V
NO PUEDE SER DE PIEDRA TU LEGADO
No puede ser de piedra tu legado
pues levedad afirma la tersura
de amarillos melados con hartura
de paso suave en el entorno amado.
No puede ser de fuego tu ensalzado
azul-verde del ojo, cruel sutura
con hilos de frialdad y poza oscura
recibiendo un aroma sosegado.
No puede ser presencia ya lejana
tu deambular fijado en la memoria
como a través de tímidos denuedos,
haciendo firme la pequeña historia:
la tuya, dibujada con los dedos
en el cuadrado azul de la ventana.
30 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
VI
NUNCA AMOR A NINGUNA BESTIECILLA
Nunca amor a ninguna bestiecilla
jamás le diera, pero el cuarto roce
de mejillas efímeras, el goce
hacía del alma limpia maravilla.
Ser espacio de miel te reconoce
el pasado y dispone de amarilla
destreza cuando esboza tu sencilla
armazón de neblina. Desconoces
la datura sumida en amplio vuelo
de campanas; tu sitio, tu despeje
para bien, tal vez mal. ¿Dónde tu vida,
tu sombra humilde, dónde tu recelo
apoyado... quién sabe... dónde el deje
de tu espesor en lámina perdida?
BIBLIOTECA AYACUCHO 31
GIRASOL POR SIEMPRE ENHIESTO
Si de la soledad se hace motivo
para encender la flor y su constancia
en alto pensamiento y su prestancia
de rosa pues es rosa en tallo vivo.
Si de la soledad, un decisivo
don se recibe junto a la fragancia
imponderable como la distancia
de labio a labio y beso redivivo.
También la mano en alto como gesto
de despedida. (Mano que se niega
aún a decir adiós, hace destino)
entonces girasol por siempre enhiesto
obedece y su venia da camino
para aceptar y consumar la entrega.
32 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
A un canario
Avecilla de Dios como segura
intención del arpegio o decidida
llama por el sonido dividida
que después crece en la garganta pura.
Nos incendió de cantos y hubo vida
de notas varias, en cercana holgura;
temas de rubio alcance y armadura
de profecía en mínima partida.
Avecilla de Dios, leve mordisco
a lo fatal. En la memoria nuestra
deja pequeña herida porque alude
a mozartiano empeño ¡oh! dulce muestra
de lo efímero en oros. Que se escude
en tu pecho un recado a San Francisco.
BIBLIOTECA AYACUCHO 33
PELEA DE GALLOS
Llegaron. Ofrecieron sus apuestas
sobre aquella del sueño, no librado
a incertidumbres íntimas con vado
de Orinoco fluyendo en piel y siestas
sometidas al rojo, como estas
pulsaciones de oído o campo arado
por dinásticos bueyes y alejado
escarabajo azul que a brillo restas
el metálico círculo, con dejo
de baya viva, vista con asombro
por misma niña en tiempo diferente.
Sonámbula del tiempo, apenas nombro
a los que fueron, dieron a la gente
violencia en testimonio de entrecejo.
34 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
A Dulce María Terán
Doméstico laurel ciñe y abraza
la fuerza toda del andar y crece
en las maneras donde permanece
la secular herencia de su raza.
Ella borda los muros de su casa
con reciedumbre bíblica y acrece
su patrimonio azul que resplandece
en fino borde de colmada taza.
Su casa en mansedumbre se reclina
con dejo de Provincia enamorada
en el distante azul de un cielo puro.
Su casa mece el aula y La Llanada
ofrece buen vivir y lumbre fina
de abecedario y pizarrón oscuro.
BIBLIOTECA AYACUCHO 35
A Azucena Terán Madrid
Tu silla azul, serena, frente a un muro
de soledad y vida conquistada;
el andar silencioso y la mirada
con laberintos de jacinto oscuro.
Su pensamiento surge desde un puro
lugar de sueño y agua sosegada;
confidencial el llanto y musitada
su fiel costumbre de álamo inseguro.
Sin embargo, del fondo sale ileso
(tallo de voluntad y fortaleza)
el girasol, al parecer, sumiso.
Ella recorre el tiempo donde quiso,
frugal otoño y ánimo preciso,
unir la mansedumbre a la belleza.
36 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
A la Bebella Terán
Alabanza fraterna y tiempo dado
a fina palidez como inasible
coloración de flor en impasible
trecho de raza, para siempre alzado.
El perfil se sostiene con alado
impudor de azucena y de la libre
pausa de la potranca, el irascible
querer llegar de corazón frustrado.
Multiplicó su sangre y su hermosura
y ya en paz con el clan, vuelve al comienzo
de la nostalgia aquella donde el día
era sombra de Dios, para el inmenso
amor, el triste amor que no sabía
su destino perenne de amargura.
BIBLIOTECA AYACUCHO 37
ARAGUANEY
Fecundación y descargo
del insecto en la flor
Tabebuya Crisantha dulce y fiera
bañada de poniente al mediodía
pues oro incandescente desafía
cualquier amago de incipiente cera.
Tabebuya Crisantha en la manera
del amarillo intenso y la ambrosía
del oro derramado en vasta umbría
oro y pasión de abejas con entera
satisfacción de lo íntimo, fecundo,
lo lineal sumergido, lo discreto
unido a polen y melado breve.
Oscureced el húmedo secreto
haced del habla pincelada leve
para la exaltación del noble reto.
38 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
SE BURLAN, SE REPARTEN, ENTRONIZAN...
Seco rumor y desenfado bebo
en nacional instancia con premura
de ser austera, no brindar pavura
donde miserias y pavor elevo.
A nombrar Patria y sueño no me atrevo
pues tanta risa imprime a la amargura
ramalazos infames, como impura
ración feliz que confundida bebo.
Se burlan, se reparten, entronizan
gozaderas de oro envilecido
con miras a más oro y vuelco diario
a más tener, a más lograr vencido
el ser, su limpio, cálido, inventario
a yugos y despojos sometido.
Jajó, 1980
BIBLIOTECA AYACUCHO 39
SONETO APACIGUADO
EN ORFEBRERÍAS DE SABOR
Estoy rebelde y me realizo en granos
seculares: garbanzos y lentejas.
Cocino. Me desato en ollas viejas
hartas de hollín, manchadas de veranos.
Di de comer y me deshago en vanos
lamentos de reinados y consejas,
organizados en secretas quejas
cerca de la verdad en sabias manos.
Descubro pan en gusto peregrino
de arroz, ondeante y puro en la colina
y vuelto luz en historiado plato.
¡Pero la iguana proporciona fina
carne de flores para dulce trato
de cuchillo, de manos, de cocina!
40 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
RESCATE VIVO
Estos nombres ocurren en el alma:
Rosa Francisca, Jhon, José María
Ethan Thomas y escudos de alegría
de ladrillo en ladrillo donde ensalma
el futuro, plumaje de ebria palma
cabeceando en lo claro y armonía
de pájaros y cantos en la umbría
paso a paso y urdir discreta calma
en cañamazos albos, fiel motivo
(todo bordado con el alto empeño),
de andar en sueños, respetar la hondura
del propio sueño en el rescate vivo
de los nombres amados y pavura
de no seguir con ellos por el sueño.
BIBLIOTECA AYACUCHO 41
TIEMPO CONTADO
Mucho saber del alma hace constancia
de vuelo blanco en altitud de rito;
la llama se conforma y surge el mito
inusitado de la dulce errancia.
Se recuerda, se vaga por la estancia
apercibida a jazminero escrito
sobre tapias de cal donde suscito
andar y desandar: la DULCE ERRANCIA.
Pero la muerte espera. Punto uno
punto central, ineludible, exacto.
Tiempo contado sin saber el cómo
el cuándo o dónde siempre inoportuno,
inobjetable en el secreto pacto
con el bien, con el mal o con ALGUNO...
42 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
ESTOY EN MÍ, PENSANDO EN EL VIVIR
Estoy en mí, pensando en el vivir
de este efímero cuerpo que fatigo,
más allá del silencio y de la sombra
vegetal que me hiere y acompaña,
más allá de la vida y de la muerte
y de la savia de verdor inerte.
Estoy aquí para saber del mundo
y para hallar el cuerpo del amor
que es pan y sal y puro vino triste;
me marcho con la hierba y con su Gracia,
de flébiles sustancias amorosas,
por la corriente pura de las rosas.
¡Ay! la tierra es la ardida, sí, la ardida
con serena corteza de manzanos
y de viñedos limpios y corderos
que por los vientos desatados sueña,
y la fugaz entraña desvestida
es tierra en tierra y vida sobre vida.
Porque es la vida un manantial de voces
y la muerte pradera de silencio
y estructura febril y sumergida
la misteriosa lumbre de los huesos,
por eso estoy aquí y en lo profundo
escucho el denso crepitar del mundo.
BIBLIOTECA AYACUCHO 43
Sois dueño de la tierra, soy la tierra
y vegetales sombras me acompañan.
Estoy lejos de todo, del dolor
y solo escucho músicas vitales
de poderosos montes levantados
hasta mis ojos más y más llagados.
Pero no, no soy yo ni es él quien llora
y ríe en cada borde, en cada célula
misteriosa y sombría en cada hilo
de mis cabellos, ¡ay! soy yo quien canta,
la garganta sumida en maravillas
y en rumorosas mieles las rodillas.
Estoy mucho más lejos de mí misma
que de los anchos ríos limitados
por labios de verdor y conmovidos
por cristalinos peces, más lejana
de mí que de los saltos aromados
en montes nuevos de álgidos venados.
Soy yo, soy yo quien ama, dadme paso
y no toquéis mi sangre, mi sonrisa
que desembocan tibios en mi pecho
grandes lagos, mesetas taciturnas
y sucesos de bestias verdaderas
al borde de altas hierbas y riberas.
1947
44 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
I
A Alexis Mujica viéndolo trabajar
Saber cómo irse, a dónde dirigirse
¿a la fruta? ¿al turpial? a la espesura
del Samán hecho encaje de hermosura
y hacer venia a la luz y despedirse
para entrar a la sombra y decidirse
a ser sombra en la luz o cruel dulzura
de lo oscuro en el brillo como anchura
o respiro en la flor y conseguirse
deseos nuevos, nueva alternativa
de perfume o color o tacto ardido
para sentir el llano y darse cuenta
de cuanto surge en el olor, o viva
andadura del ojo, del oído
y entrar y arrodillarse y hacer lenta
intención de entregar y hacerse olvido.
BIBLIOTECA AYACUCHO 45
II
El sitio, la costumbre, estar presente
aquí o allá, el sitio imponderable
para el conocimiento y la mudable
unidad del color en tiempo ausente.
Saber que debe ir a lo mudable
de la luz, sus aristas de repente
vueltas quietud cuajada, iridiscente
sobre encalados de visión estable.
La juventud como abstracción del ala
regresa y acomoda en vuelo fino
apertura al follaje y desafía
lo que suspende el ánimo y confía
en agrados la suma de destino:
ÁGUILA SOLA EN MEDIO DE LA SALA.
46 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
III
La pasión se ennoblece en los espejos.
También en un espejo y no desdeña
ser águila, abordar la contra seña
y médula de un Dios que existe lejos.
Acaso lejanías de reflejos
con hosca relación de ave sin dueña,
esta, la dueña, en vida desempeña
un oficio de cruz y tiernos dejos,
de querer irse. Sin embargo afinca
el águila su garra y concedido
un pedestal de eternidad nublado.
Águila en sitio libre, apuntalado,
por columnas de humo donde brinca
el blanco más cordero que haya sido.
BIBLIOTECA AYACUCHO 47
IV
Exigencias de sombra recupera
pasos de sombra en ardua perspectiva;
se libera la flor y surge viva
su estrecha condición de ave señera.
La quietud, cuajadura de quimera
encuadra el ala y solución altiva
del gesto hacia lo alto y punitiva
mano del pico en jugos de bandera.
Situación escogida con esmero
de cuchillo amolado y fuego y nube
que topa con lo oscuro y enaltece.
Veladuras de origen y venero
de miel oscura, campo donde crece
lo llevado a morir y lo que sube.
48 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
V
Coágulo de silencio se precisa
para entender su sombra, sin rotura
y más real que la materia oscura
del águila en sí misma. Rara prisa
de líneas a seguir; suerte imprecisa
los tanteos del alma y apresura
el tacto sus disfraces con la pura
versión exacta en actitud concisa.
El águila, su estruendo silenciado
en un querer volar no satisfecho,
un no volar y sí volar con tino
de ánimo congelado, más bien techo
de ciega data y sol desesperado
y puño alzado a rotos de destino.
BIBLIOTECA AYACUCHO 49
VI
Condición, condición, labor y reja
de pedernal y sombra rediviva
subiendo desde abajo como ojiva
de monte, lluvia y enarcada ceja
puesta a interrogación que no despeja
final común y suerte a la deriva
del águila, su regia perspectiva
oficiando en profundo y no nos deja
poner más nada en altitud estable:
ni estrella, nube, nada, solo aliento
de la expansión y nada, nada, nada,
conjugando la dádiva inmutable:
punto de eternidad en la encalada
pared dichosa con altor de viento.
50 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
VII
El suspenso, la gracia, la manera
de penetrar el bosque, dulce intento
de quilla abriendo surcos en el viento
y justeza de ritmos, donde fuera
el águila luciendo como esfera
de castigo inicial. Dadle un momento
hacia fuera, sajando el sentimiento
por secreta ración, acaso cera
o cuajaduras de alma en el olvido...
Acaso oscuro de galera esclava
llevando negritud a las umbrías
opacidades puestas al gemido
del águila, rozando costa brava.
ÁGUILA OTRA EN ESPACIAL LATIDO.
BIBLIOTECA AYACUCHO 51
I
A la pintura de Wladimir Zabaleta
Los moradores hacen de la tienda
lugar de sombra y ceja de menina
con asombro, y arco y hornacina
donde fuera amplitud la dulce enmienda
del silencio en la falda como ofrenda
de luz mediterránea que se afina
entre el ayer y el hoy, la cruel resina
donde se juntan dos. La misma rienda
impulsos sofrenando y mismo nido
de moradores en quietud tallados
y listos a seguir diálogo y jura
del instante: sabiendo luz y pura
sustancia de moverse, hacerse a un lado.
SOLO EL PERRO EN LA LUZ SIGUE DORMIDO.
52 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
II
Los encuentros del alma con la boca
y retribuir azules para luego
volverse a latitudes de sosiego
en rasos a caer y cuanto toca
el intrincado paso de la boca
hacia besos futuros, cruel trasiego
de la inocencia a pálpitos de fuego
como flecha a subir y se retoca
el labio fugitivo con finura
y material de luna, breve acoso
del labio superior y mandarina
gajo a gajo de gozo a otro más gozo:
saber cuánto descubre la divina
luz, nuestra luz en fuentes de pavura.
Casa de Hablas, 30-9-2004
BIBLIOTECA AYACUCHO 53
III
Oscurecido rostro hace neblina
en el trapo a seguir como trabajo
de horizontal instancia y desparpajo
de amplitud que a la tela se destina.
No el verde, no el azul, el rojo atina
y divide lo alto de lo bajo.
De nuevo el verde cumple y a destajo
se vuelve monte el traje. La colina
acepta el reto y freno desconoce
como avenirse a libertad y pura
andanza de morir y hacer descanso.
Así dice y agrega: “Solo lanzo
a la línea inicial fondo y figura
de vivir y morir en tiempo manso”.
54 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
IV
La noche, su final y su primera
invocación al sueño; dejadeces
de pana entreverada con más veces
al terciopelo de ración austera,
puesto a disposición modo y manera
del rango de lo oscuro y resplandeces
también en boca medio azul y creces
aún sin saber los riesgos de la espera
hacer despegues sin encuentro sumo
pero sabiendo latitud sufrida
y a pesar del destrozo alzando vuelo.
Te reconozco niño, tu pañuelo
diciendo en nieve la futura herida.
También herido tú buscando cielo.
BIBLIOTECA AYACUCHO 55
V
Vestuario de niñez haciendo acoso
con perlas en redondo y no restañas
un mucho hacia dormidos de pestañas
que dejan la mirada en pleno gozo
de pasar por debajo, hacer reposo
en lo dulce, despacio, con hazañas
de abejas africanas y acompañas
el dulce puro al aguijón dichoso
para librar el aire de agonía.
Haga el nuevo pintor manual y reto
de urbanidad, buenas maneras, modo
de hacer venias a gestos y recodo
de sustos, no querer hallar la vía
de un vestuario unido a lo secreto.
56 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
VI
Los labios en la dicha y en el sueño,
embriaguez de la boca en noche alta.
No se distrae la luz y no se exalta
secreto alguno o cumbre de entresueño.
Solo la boca y su dibujo; empeño
de hacer la trama, línea que resalta
(sellados por la música). No alta
volcadura de labios. Desempeño
de juntarse labial, hasta el respiro
ya casi acercamiento, no descanso
ni la conjugación de puerta y muro
los labios, sí, como algo en tiempo manso
sellados por la música y el giro
abriendo en cruz la fe del Dios Oscuro.
BIBLIOTECA AYACUCHO 57
A mi prima María Márquez Núñez
Bella recordación y luminoso
mensaje como pliego del olvido
sobrevolando otoño desmedido
desde una juventud con pie dichoso.
Frase circunstancial en alto esbozo
de la antigua amistad y recibido
en costas de Falcón, el mar dormido
que se ovilla en el mangle rumoroso.
Y me devuelvo a niña que antes fuera
ambas de olor a corazón oscuro:
cañaveral y puente junto a un cielo
que nos recuerda en luz de primavera.
Para la amiga corazón en vuelo
y fraternal instancia en tiempo puro.
58 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
NADA ES SEGURO, NADA PERDURABLE
Cómo responde el árbol, cómo aclara
silencio en ascensión, cómo demora
para ofrecer la fruta que es ahora
lo más intenso que el sabor depara.
Cómo desenredar madeja rara
de vida, muerte y sombra protectora
para la despedida y lo que azora
pues la mesa servida no declara
nada seguro, nada perdurable.
Ninguna flor segura en cada mano
ofrecida a quién sabe con instinto
de no volver a la estación amable
y decir dulcemente con desgano:
“solo la vida asume lo distinto”.
Casa de Hablas, 14-8-9, 5 a.m.
BIBLIOTECA AYACUCHO 59
LATITUD SAGRADA
Supuesta el habla, acaso el pensamiento
y la disposición de la premura.
Impuesto el desacato y la hermosura
de bestia y trino en desolado intento.
Supuesta la versión de cruel momento
para enlazar la muerte, su juntura
con sagrado segmento y desventura
de lo que ha de venir y ocurre lento.
Supuesto el corazón en arribada
hacia el cachorro humano también fuente
de la divinidad haciendo espacio
y dando impulso, y pulso intermitente,
acaso campo en latitud sagrada,
para ser Dios, mi Dios y mi presente
y en su crucifixión lucir despacio.
Casa de Hablas, 24-12-2004
60 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
BOTINES PARA IRSE
No saber, no medir, no hallar distancia
de una palabra a otra (que se estima
como hilacha de niebla) por encima
de cuanto lamentar usa arrogancia.
Clamor de olor en reducida estancia
(un jazmín del pasado no escatima
presencia igual en contenido clima)
donde jazmín de ayer dispone errancia.
Pero siempre es el mismo, en su descargo
cabe invocar blancura, cabe hacerse
botines de perfume esclarecido,
botines para irse y ofrecerse
a no llegar. Seguir... Pasar de largo
y pedirle a la muerte un desmentido.
BIBLIOTECA AYACUCHO 61
AZUL TRIBAL
Despacio, muy despacio con halago
de buen decir más el decir preciso
como fondo de ser o tiempo liso
de cabellera lisa con amago
de azul tribal, sin descartar estrago
de intemperie en la piel o de indeciso
tono de piel. Impertinente rizo
de vuelo breve y otra vez halago
donde se dice, se hace, se retoma
tela inicial, urgida de abundancia,
tela de ser para bordar sin prisa
zureo claro en altos de paloma
sin encender de nuevo aquella risa
tan lejos ¡ay! de la perdida infancia.
62 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
MADERA DEL PRESAGIO
Apoyos de Don Luis, atrevimiento
de rosa oscura en foja oscurecida
para más libertad, no conseguida
esta sino a través del pensamiento,
de paso riguroso con aumento
de osadía, rechazo, niebla uncida
a no mentir ni en peso ni en medida
del reflejo, es todo cuanto siento;
del reflejo que es luz y luz rasante
pero no realidad, tal vez secreta
madera del presagio, del recato
en el dibujo, misteriosa meta
siempre buscada en la palabra y ato
sangre y dulzor en palidez fragante.
BIBLIOTECA AYACUCHO 63
NIÑA ETERNA OCASIONADA EN CRUZ
Súbito engaste de eslabón de oro
a uno de plata, conseguido el nudo
es mejor apartase con desnudo
gesto que evite secular desdoro.
El traje humedecer. Sombra de toro
por humedad del traje. Pliegue mudo
del corazón al pie. Pie como escudo
para rechazos del primer azoro.
¿Apartarse? mejor hacer un claro
donde estuvo, brilló con luz tardía
de flor en vez de fruto. Niña eterna
ocasionada en cruz, señal y día
de extraña lucidez en tiempo raro
y paso alegre en íntima agonía.
64 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
OSCURECIDA EN LOBA
Me distingo de pierna y boca altiva
oscurecida en loba y en distancia
de rosa custodiada en su fragancia
por mi fuga del sueño y siempre viva
la rosa. Yo viviendo en siempre viva
con mis pulsos, mi niebla, mi constancia
que apoya voces y recuerda estancia
cerca de un río, de avidez cautiva.
Aquel río, su cálculo infinito
en el dejarse ir, en la lejura
de hacerse lento, calmo, no llegado.
Río, al seguir en ti, labio suscito
y me recuesto en súbita pavura
y en desquicios de luz me resucito.
BIBLIOTECA AYACUCHO 65
CONSEGUIDA LA GRACIA DEL OBJETO
Conseguida la gracia del objeto
hacer volar la mano en trazo puro,
develar desnudez para un oscuro
que participa en blanco como un reto
al no color. ¡Oh! máximo secreto
añadido al azul, casi inseguro
en trastiendas de verdes pero auguro
sedaje desvaído en lo concreto.
Asirse de un vestido memorable,
tela de juventud, tela callada
por si saliente, por si los espejos.
Aceptación o negativa, dejos
de figura a sombríos destinada
creciendo en ellos y a su vez estable.
66 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
VOZ FILIAL
Dice mi nombre, dice muy despacio
Ana Enriqueta... falta el apellido
que yace desbastado y aterido
en lunar expansión de tiempo lacio.
Dice: Juan Griego, fuera del espacio
habitual, es señuelo concedido
a lo noble, a la percha del oído
para la voz filial con la que sacio,
tiempo de soledad, tiempo y manera
de seguimiento asaz como bandera
de aumentos mientras gime en abandono,
aquella de la clásica pradera
volviéndose infinito desde afuera
y enmendadora cruel del falso tono.
BIBLIOTECA AYACUCHO 67
ESTA SOY YO, EL AMOR
Signo de padre y madre signo y brazo
hacia el dolor, la oscura permanencia,
el coágulo profundo de paciencia
que alguna vez desatará su lazo.
Amenaza ancestral para un escaso
rostro, brillando en alto la inocencia,
cesta vital de orgullo en la presencia
de padre y madre en secular abrazo.
Esa soy yo, mi clámide de llanto,
mi palmera enojada y el sustento
de cuanto irradia y en la mar se esconde.
Esa soy yo, las piernas de mi canto;
piernas baldadas. Misma mar responde
con sesgos de agonía y pensamiento.
68 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
AMPLITUD DE PUEBLO
Sojuzgas viento, haces lengua viva
y pena del suceso deshicente
hacia rumbos variados o corriente,
que rema libre en ala fugitiva.
Vuelves quilla y revés en auditiva
honda donde la música se siente
alojada en el verso y no consciente
sueño y despojo en actitud esquiva.
Poeta, si tu llanto no apresura
línea verbal, ni vuelco desolado
en amplitud de pueblo, siente vana
la urdimbre secular de tu escritura.
Cuenta en seco las luces de mañana
porque hoy es holocausto y quemadura.
1989
BIBLIOTECA AYACUCHO 69
CONFIDENCIAS AL HÉROE
Saberme en pleno bosque repartiendo
los umbrales y muros de mi casa
desde climas sin armas descendiendo.
Volverme toda azul cuando traspasa
mi propio gesto, los oscuros vinos
y fundaciones hoscas de mi raza
confiarme, sin recelo, a los más finos
supervivientes, ¡ay! los insaciados
de tierras sometidas a destinos,
encuentros, abluciones, destacados
y bruscos girasoles, los inmensos
que han logrado vivir en apartados
y distraídos huesos indefensos.
Soy la joven del bronce, soy, he sido
a pleno bosque los metales densos
donde el héroe reclama un encendido
hermano agrario y puro. ¡Ay! de los ciegos
dialogantes y míseros. Fundido
trepar los torsos por venir y riegos
inútiles, perdidos; no germina
la baya del acero y esos ciegos
70 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
toda vez repetidos en la esquina,
multiplicados en la mano abierta
de los parques umbrosos... no declina
un instante mi voz y desconcierta
él, el héroe, sus manos apagadas
que sostener podrían la desierta
joven que dice y clama con alzada
memoria vegetal: soy la que implora
en todo espejo. Soy, o detallada
dureza mineral soy, a deshora
esta mar limitada inútilmente.
Pensé: su estricta llama me devora
y no resisto el índice inclemente
de ese bronce salubre que señala
el huracán y la excesiva frente
que nutre rama y cielo y que resbala
por fémures de piedra. Quién retira
gestos de apoyo y qué rumor escala
a los vivientes ciertos. Quién admira
el solitario de los puertos, ese
germinado en la piedra donde gira
insomne, prisionero. Y que no cese
la dura flor del bronce, siempre viva
cruel a mi pecho; ¡ay! y que no cese
BIBLIOTECA AYACUCHO 71
tanto fluir de piedra desde arriba,
desde el árido tiempo del escombro
a metal señalado por esquiva
mano infinita. Dije: lo que nombro
comienza a revivir; soy la negada
y me incorporo, libre en el asombro
de las ciudades que no he visto. Nada
me distrae de los bronces. Soy la tierna
carnadura celeste, la deseada
de los seres nocturnos y una eterna
dureza planetaria me atestigua
el espacio del héroe y esa eterna
dureza me persigue. Soy la exigua
castigada del tiempo; no conmueve
mi polen a la boca que averigua
altura en la caída. Tanto leve
saber lo verde y justo quien oprime
sus labios contra el mar y no se atreve
a entregar su color a quien imprime
el color general: Héroe inmutable
de azules en la frente y que redime
lo vencido, lo humano innumerable.
Yo, de humildad me caigo y me levanto
sobre espuma biológica, mudable.
72 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
Se lleva a roca el anunciado canto
él, roca y bronce en verbo perdurable.
BIBLIOTECA AYACUCHO 73
REMINISCENCIAS MARINAS
A Vásquez Brito
el gran pintor del mar
Cántico breve y levedad sumida
en tersuras de linfa y abordaje
silencioso a la luz, como paisaje
contenido y veraz en propia herida.
Cubren escamas sombra compartida
con sedas y descansos, con celaje
de aleta y cola en íntimo vendaje
tornasol y también de luz cernida.
Hacer mitades de la fruta sama
para sabor amargo y dividido
en inicial encuentro y mar de fondo.
Enojo del plumaje y de la escama:
el pez, a su elemento restituido
y en el ave “me suelto y me respondo”.
74 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
ESCRIBIENDO UN SONETO
Seca versión de ritmos que recojo
en propia sombra como tenso nudo
de vibración o resbalado escudo
ocasionado y cruel en tinte rojo.
Respiración alcanza en otro enojo
advertencias de fuego donde pudo
ser resuello de fondo o tiempo rudo
amenazando candidez del ojo.
Alternados redondos hacen forma
alada, vertical; acaso piedra
también a veces. ¡Oh! sufriente suma
de triunfos enrabiados y no medra
allí descanso. La inflexible norma
huye en caballo de impaciente espuma.
BIBLIOTECA AYACUCHO 75
ESTAR ES SUMA Y SER ES INFINITO
Es tu deseo de ser el que alimenta
(no de estar, pues de ser, es tiempo vivo
de futuro) tus ansias y el altivo
estar que en tu vivir no deja cuenta;
pues estar es saber qué representa
tanto de esto o de aquello y sensitivo
oro contado en un presente esquivo
y pobre para quien de sí se ausenta.
Estar es suma y ser es infinito.
Estar coincide con tener y cierto
amor hacia lo cálido cercano,
sin olvidar pisada y desconcierto
de quien, por ser, escribe su desgano
en único balcón por siempre abierto.
76 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
CASA DE LA AMISTAD
A Esther y Armando Pérez,
pintores de mi admiración y
de mi afecto
Casa de la amistad, casa que ofrece
su mirada de mar al visitante.
Casa enclavada en el azul distante
que ni presume tiempo, ni perece.
Humilde casa que en la noche crece
y se convierte en brisa delirante.
Para el recuerdo, luna sin menguante.
Tierra de algo de amor que permanece.
Si cruzas el umbral estás en fino
territorio de sueño y de quehaceres
nobles, de la palabra que se entrega
y hace crecer el punto donde eres
la más libre versión que no se niega
a dar a contraluz alto destino.
BIBLIOTECA AYACUCHO 77
MIS DIBUJOS
Debo reconocer seca frontera
de piedra y tono con ánimo exacto
pluma marca, sutiles para el tacto,
huellas que han sido redondez futura.
Línea destrenza a veces un abstracto
vagar lento por página segura;
lunares y volutas son de altura
mediana en el espacio casi intacto.
Sin embargo detrás de tanto vuelo
quedan hendijas, grietas, desacato
de cómo debe ser, luz, agonía;
de cuánto infierno se merece un cielo,
hecho para salvar lo que desato
y vuelvo a atar sin mucho de alegría.
78 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
TODA PRESENCIA
Toda presencia insiste en el futuro
para quedar vibrando en plana viva,
ave reclama puesto por esquiva
sombra proclive a desmesura. Muro
también pide lugar; encuentra oscuro
montón de infancia que restaña y liba
en él abeja con su austral saliva
y vuelve a ser montón dorado y puro.
Aquiescencia fatal, un sí convierte
en despedida, número ganado
a una verdad o desollado sueño.
Recobra sal la mano con su empeño
de atraer recental pues no ha llegado
mensajero ninguno de la muerte.
BIBLIOTECA AYACUCHO 79
COMO UNA BESTIA DULCE Y MAL HERIDA
Pienso en tu corazón que me ha dejado
en plena soledad y a campo raso,
con un espejo solo por abrazo
y por recuerdo un niño desolado.
Yo no buscaba amor, camino andado
sino uno nuevo para darte paso.
¿Por qué a mi pecho no le hiciste caso
ni pulsaste mi llanto delicado?
Como una bestia dulce y mal herida
que lo más intrincado del boscaje
busca para morir, así es mi suerte;
pero no te arrepientas de la herida
que el oculto arabesco de la muerte,
ha juntado pañuelo y despedida.
80 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
TERCETOS CON PAISAJE Y TRAJE OSCURO
Tercetos con paisaje y traje oscuro
hoy escribe mi mano, en un presente
de contenida piedra y joven puro.
Hoy escribe mi mano con reciente
temblor de Dios y luz de enredadera
para ser escuchada por la gente
espaciada en la cálida rivera.
Aquellos de la clámide encendida
y de huracán voraz en la cadera.
A vosotros, los míos, convenida
espada vegetal os doy, con esa
abrid en mis entrañas hosca herida
que ya el tumulto vegetal, no cesa
y mármol toma para sí el momento
del torso y su profunda gentileza.
Mármol destruye rama y pensamiento
con sobrehumana fuerza y los corceles
surgen despacio en el miraje lento.
Allí me espera el coro de los fieles.
Dadme vosotros el celeste aliento.
BIBLIOTECA AYACUCHO 81
“CRISTAL PISANDO AZUL CON PIES VELOCES”
“Cristal pisando azul con pies veloces”
mi juventud en propio sueño medra.
Irse, mas no de frente pues la piedra
ataja, vence, fugitivos goces.
Alevines en mano y desconoces
peto de luz que a la tiniebla arredra.
Tu presente lo niegas y desmedra
la vejez aceptada. Reconoces
qué de verdad procuras en la rosa,
qué de máscaras, susto o embeleso,
para no descubrirte en agonía
de recibir, sin ofrecer el peso
de cuanto del pasado se desvía
y vuelve toro tu presente obseso.
82 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
SONETO QUE ANTICIPA UNA CARTA
EN TERCETOS PARA MI GRAN AMIGA
ANTONIA PALACIOS
Antonia, amiga mía, Garcilaso
el del amor me dicta este soneto.
Suerte de seda umbrosa con secreto
de turpiales de sed a campo raso.
Antonia, amiga mía, fiero trazo
de insomnio, pero en ámbito concreto,
o marco cruel y rojos de terceto
al comienzo y final de nuestro paso.
Te escribiré en tercetos. Recibida
la carta, estoy segura, y hasta cuento
con tu perdón por mi silencio esquivo.
En Castellano puro te recuento.
En Castellano puro sufro y vivo
y formas parte limpia de mi vida.
BIBLIOTECA AYACUCHO 83
SONETO A UN AVE PARECIDA A UN PAVO REAL
Y TAMBIÉN A UNA PESCADILLA DE ORO
Cántico breve, levedad sumida
en tersura de plumas y abordaje
silencioso, la luz como paisaje
desatado y veraz en plena vida
cubren escamas, sombra compartida
con ceras y descansos, con celaje
de cola abierta en íntimo vendaje
tornasol y también de luz cernida.
Hacer mitades de la fruta sama,
para saber, amargo y dividido
el encuentro inicial a mar de fondo.
Enojo del plumaje y de la escama.
El pez a su elemento restituido
y en el ave me suelto y me respondo.
84 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
SEVERO DEAMBULAR EN TIEMPO RECIO
De tanto en tanto una vocal se pierde
y la encuentro muy lejos, donde clama
una casa olvidada y una rama
de cintura en el tiempo; me remuerde
aquella niña de estatura verde
apoyada en daturas, niebla y cama
de tantos sueños para quien reclama
y tanto gana como tanto pierde.
Una casa olvidada con aprecio
de samanes y cínaros, roída
por la pasión y un fondo de quimera;
severo deambular en tiempo recio.
La niña verde oculta primavera
en veranos de fiebre compartida.
BIBLIOTECA AYACUCHO 85
A MI ROSA FRANCISCA
Yo soy la que en tu sombra se arrodilla
y detrás de tus ojos permanece
y se asoma a tu voz donde parece
repetirse la antigua maravilla.
Me reconozco en tu rebelde arcilla
de niña que rechaza a la que ofrece
su vieja silla azul, cuando oscurece
su girasol de clámide sencilla.
Sé que serás en grande; te confío
el doble llanto de saberme a prisa
mientras lo eterno me recoge el paso.
Del jade rojo que acumula el río
tomarás lo que falta a tu sonrisa.
Guarda también mi sed a campo raso.
86 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
LOS ÚNICOS REVISAN LAS ALDABAS
Los únicos revisan las aldabas
ponen candados donde viento hubo
paso a paso descubren donde estuvo
por no desmerecer el “dónde estabas”.
Cada vez en la puerta demorabas
y más de un gran silencio te contuvo;
blanco y un poco rojo se detuvo
en umbrales de sueño y letras bravas.
Los únicos, las vallas, los sonidos
midiendo espaldas, hombros y gargantas
de pulso a pulso sin rigor ni miedo
y te pegas a cañas que son tantas
como dulzura en pegajoso enredo
de pie que nutre pasos y latidos.
Jajó, 19-5-87
BIBLIOTECA AYACUCHO 87
NADA OPRIME EL CONTORNO DE LA ROSA
Tan de sueños se nutre mi cabeza
y de luz sobre luz, tela bravía
con trama de soneto y elegía
do la palabra sobresale ilesa.
Fealdad que se numera con belleza
y trasciende en altura y ufanía;
urdimbre secular como falsía
de palma rota y por lo mismo ilesa.
Tanto decir para quedarse en nada
ni dónde poner pie ni alegoría
para encajar, oscura y silenciosa;
nada oprime el contorno de la rosa
pero del corazón sale ceniza
y una pena severa y espaciosa.
88 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
SINFONÍA DEL VERDE Y LA PALABRA
Hoy es el verde, solamente el verde.
Y la palabra, soledad dichosa
en clima estatuario. ¡Ay! dejadme
con los danzantes puros, con el claro
uso de la belleza. Si retorna
la casa oscura y fiel de los mancebos,
iré a poblar la noche victoriosa,
alumbraré su entraña con caballos
blanquísimos, lunares, espumosos
olvidados de mar frente a los bosques.
Yo voy a las ciudades y acaricio
el flanco de las húmedas ciudades.
El animal sagrado: ola por ola
besando el mar, la soledad y traigo
lujosas expresiones y palabras
como rostros perdidos, insaciables.
Es difícil luchar por las palabras
medirse a verde puro con los parques
y en lugar de la estatua alzar las manos.
Sin embargo recuerdo los danzantes,
mendigos de mi piel y me resigno
a mi profunda condición y clamo
por la belleza cruel, innumerable.
Hoy es el verde, solamente el verde.
Sinfonía del verde y la palabra.
BIBLIOTECA AYACUCHO 89
A Miriam Sambrano Urdaneta
En vida corporal habitó la belleza.
A pincelada griega el perfil riguroso.
No de llamas, sí brasa la mirada y reposo
de tinieblas: gran pausa la cabellera espesa.
En vida espiritual dispuso su entereza
lentos cauces de luz, sin premura ni acoso.
Núcleo de su silencio el verbo con esbozo
de figura vital para siempre en justeza.
Aceptada la muerte no se comprende cuando
(Miriam de las dos rosas: la blanca la encendida)
nos ofrecen dos rosas del bifronte consuelo.
Primero, contenerse en sagrada medida.
Segundo, alzarse núbil con cetro de otro mando...
Después seguir en vilo, gustando mismo cielo.
90 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
Soneto injertado de formas
en honor a la pájara pinta
Os rinden homenaje el llamado jacinto
que aporta láminas y viento morado,
ave mayor remeda tu calzado
cuando saltas veloz del cuatro al cinco.
Número dos y tres en el recinto
de la palabra y su pico rosado
tus paños de escalera al descampado
son blanco puro al rojo vinotinto.
Gustas de tonos y de ardor de oído
de seis a seis y con mano apacible
entorchas cifras donde hubo jaurías.
Acomodos de tiempo repetido
hasta la saciedad forman malías
y demasiada luz en lo imposible.
BIBLIOTECA AYACUCHO 91
SONETO A MARÍA CLAUDIA
Cuando tenía cuatro años
Claudia de lejanía. Claudia sola
como flor de silencio sumergida
en su propio silencio, nueva vida
de extensa flor en súbita corola.
Un retiro abisal, una abstraída
presencia que no avanza ni se inmola
a ninguna llamada. Claudia sola
en su diamante puro retraída.
El poeta se enfrenta a lucimiento
de dulce intensidad en la mirada
de Claudia niña y el poeta asciende
por escaleras de humo, lastimada
el alma por sutil conocimiento
de alguna dimensión jamás soñada.
92 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
LO OSCURO EN LA PENUMBRA
Oscurecer la mano que no usa
envergadura y palidez del año
hecha a estrujar el impasible paño
que cubre al joven hombre como excusa
para estrechar la mano que rehúsa
someterse a otros gestos como engaño.
Dispuesto al paladar fugaz rebaño
de sabores en hondo y en confusa
ausencia de los frutos, el que asume
el ser pleno de pájaro y asilo
de aquello que en la sombra nos alumbra
y hace del año, cuerpo del perfume:
cuchillo secular con doble filo
hecho a clavar lo oscuro en la penumbra.
BIBLIOTECA AYACUCHO 93
HORIZONTE ESCRITO
Se desglosa el perfume, hace memoria
y surge seda cruda en lejanía,
olor supremo para el tacto y mía
la palabra sutil y advocatoria.
Cómo borrar los pasos de la historia
en ufanas banderas de ardentía
borrando engaño, trampa y ataujía
de oro pailón como divina escoria.
La cantante sabía de la gracia
que se acrecienta en regia vestidura
de jazminero en el luctuoso rito
de la historia que hurga en la falacia
y en la frase grabada con altura
para enlazar el horizonte escrito.
Dictado, hoy 22 de mayo de 2006
94 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
I
A Oswaldo Vigas y Janine
A usted señor, siempre señor y luego
aún más señor y labia convenida
con ella, la lejana y bienvenida
pues acunó la indefensión del fuego,
sorprendiendo lo limpio y el trasiego
de la inocencia a copa restituida
a más visión para acatar herida
siendo más que defensa inútil ruego.
Sin embargo qué antigua primavera
ofreció a la cuitada, luz y centro
de cómo pudo ser y hace vacío
sabiendo que no es justo. Fiel encuentro
de los sin garras, soledad y frío:
alta resolución de la madera
para ser del adiós mutis sombrío.
BIBLIOTECA AYACUCHO 95
II
A Vigas, orfebre
De cuanto sube en estelar fragancia
citado fue, también de lo que asume
el tacto en el metal y se consume
en formas nuevas, singular vagancia
entre el armario y el sillón, distancia
donde el silencio enhebra lo que asume
compromisos de plata que resume
el oro laminado y la fragancia
de pulituras suaves, casto ensueño...
Entonces dónde estuvo, cuánto oscuro
del sillón a la mesa, cuánto libre
del oro al cobre, al desolado empeño
del estaño a la plata su conjuro
que en la altura de ser encuentra dueño.
96 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
III
A Vigas
Vuelve a llegar, toca la puerta, dentro
ofrece flor a quien no está presente;
bebe del agua pura de una frente
puesta en alto y dispuesta al buen encuentro
del color y la forma, como centro
de la eclosión de un pájaro y ausente
mano ajustada a recibir que siente
presencia de un gran sol que ocurre adentro.
Os pido de esa luz haciendo esquina
con la pared del fondo y sacrificio
de la mitad del fruto. ¡Oh! ardentía
de misma luz llevada al sabio oficio
de ser y estar y retomar la fina
vara de mando para altar propicio
y desglosar de nuevo, luz divina.
BIBLIOTECA AYACUCHO 97
IV
TRES BRUJAS NACIENTES
Los espejos, neblinas y los dónde
de lluvia en las caderas, armonía
y sacra Trinidad haciendo vía
de cuanto a indecisión no corresponde
pues son tres y de cierto, nadie esconde
caracoles y cifras, nadie ansía
borrar significados, solo había
intención sin el cómo, sin el dónde.
Acaso la nostalgia se estimula
con amarillos, pardos o destruye
el girasol de adentro y la certeza
de inclinar el oído y la destreza
de oro de sol oscuro como intuye
sin dar traspiés lo que a vivir empieza.
98 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
V
LA VENTA
Son brujas, tres con gracia y pedimento
de holgura en el soneto pretextando
irse a pique en el cómo y en el cuándo
pues la necesidad hizo el momento
de entregar corazón y pensamiento
al sepulcro blanqueado y avanzando
hacia podridos de oro y alargando
mano vacía en abandono lento.
Cincuenta años en frente y a consuno
la mirada y el tríptico dichoso
ofreciendo pasión y cercanía
de metal poderoso y ufanía
con lumbre exacta en vez de casto humo.
Sin embargo me lloro y hago gozo
de tres en sombra y alta jerarquía.
BIBLIOTECA AYACUCHO 99
I
A Armando Pérez
Por la mitad azul y en dos mitades
la manzana del mito, la ufanía
de la rosa de alguno y de la mía
erguida en las eternas humedades
del ascenso vital y realidades
que son como pisadas a otra vía
invicta en el decir que hace porfía
por más alto prestigio en las ciudades
vividas a la orilla de otros ríos,
en latitudes de extensión audible
por no saber de otra letal costumbre
si no la de amparar lo impredecible.
Partida en dos manzana, rosa, lumbre;
partida en dos, mitad azul y luego
en más altor de llama haber sosiego.
100 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
II
Resistirá quietud sin ver la sombra
de Grecia por lo alto y golondrina
dispuesta a ser punto final y mina
de indagación en tiempo que se nombra
y es viaje ineludible sobre alfombra
de presagios dichosos donde inclina
un Dios coloraturas y divina
disposición del rojo; gris asombra
en lo extendido, libre, insustituible
de ser rostro, paisaje sosegado
conduciendo el impulso, frase, acoso
del peso, la medida, vuelo, gozo
de romper la equidad y hacer audible
el canto-flecha en medular cercado.
BIBLIOTECA AYACUCHO 101
A Patricia y Nicolás
Mucha expresión del alma y el motivo
de Patricia en dulzura y fuerza viva
de la pareja en decisión altiva
de ser dos y escanciar un Dios cautivo
en el salto inicial y redivivo
presto a llegar y detener la viva
sangre de los ocasos, e incisiva
altura y fe de un continente vivo
hacia el gran paladar que da reposo
a cuanto justo ocurre en pulso y gesto
y se arrodilla y suda su agonía:
Patricia conseguida en luz y gozo
de araucaria con pisos y ufanía
en la esperanza de un lugar enhiesto.
102 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
LECTURA DEL CAFÉ
Usar despacio la altitud y hacerse
de un ramo de clemátides y al canto
asirse del café y en pozo santo
leer el porvenir y deshacerse
de cuanto ocurre triste y el quebranto
de flor martirizada y ofrecerse
de rodillas y en fuego y acogerse
a pausas modeladas por el llanto.
Pausas, distribución nave incompleta
del jadeo que surge de lo ignoto
presto a seguir congruencias de latido.
Se estremece la piedra, vuelve a Zeta
el A primera y obligar lo roto
se vuelve contra todo lo vivido.
BIBLIOTECA AYACUCHO 103
REIVINDICACIÓN DE LA SAL
EN LA MUJER DE LOT
Ella soy yo y me sustenta el hecho
de haber sido columna y fuego escrito
en páginas de niebla y manuscrito
harto de sombra en trazo contrahecho.
Muletas para oír, decir estrecho
y maneras dispuestas para el mito;
cómo realzar lo simple y hacer trecho
entre labiajes de placer descrito.
Entonces por la abeja: miel, fragancia
por el árbol, su cresta libre y suelta:
por la piedra su altor de profecía.
Y más allá, en aras de la infancia
mujer vieja se yergue y se da vuelta
para hacer de la sal estatua y guía.
104 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
JUEVES Y VIERNES SANTO
Debo quedar aquí como nombrada
por los humildes, como responsable
de los Jueves y Viernes y la estable
corona de pasión jamás negada.
Aquí debo quedar y rescatada
del hontanar precioso, perdurable
de cuantas hubo (rosas) y deseable
restitución a la amplitud alada.
Los Jueves siguen, sigue la alabanza
tachonada de pájaros y umbrío
el corazón se constituye en fuego
y resaltan los Viernes de albedrío
solo para abarcar respiro y seda
de más vuelo a crecer en la esperanza.
BIBLIOTECA AYACUCHO 105
LA INFINITUD CABALGA CUANDO ESCRIBO
La infinitud labrada en hueso vivo,
perecedero, asida a rumbo y ala
de lo radiante que a su vez resbala
hasta el piso intermedio del estribo.
La infinitud cabalga cuando escribo
y llega al horizonte en recia gala
con punto más allá... para la tala
y de nuevo caer en pozo vivo.
Estoy, respiro, pienso, soy presencia
aquí, con fecha, día, hora, momento.
Ana por nombre y pulso, sangre, llanto.
La infinitud se afinca en la conciencia
de ser y estar; la infinitud y el canto
que da traspiés en hondo pensamiento.
106 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
SU MIRADA, MI PULSO: POLVO, NADA
“Mariposa en cenizas desatada”...
Su mirada ya muerta y poderosa
de otros verdes y más pulida rosa
en un detrás de “niebla inconfesada”.
Mirada. Su mirada revelada
y puro hueco en la siguiente rosa
que fuera del oído miel dichosa;
su mirada, mi pulso: polvo, nada.
¿Necesario saber o dulcemente
darse vuelta y partir? Así lo hizo
ignorando en el tiempo su acomodo.
Propia sombra sumida en un presente,
hecho a lucir como distinto modo
de perdurar en límite preciso.
BIBLIOTECA AYACUCHO 107
BASTA YA, NO DE MUERTE, SÍ DE OLVIDO
Se cae de espaldas como luz presente
en empedrado gris y conseguido
por junturas de verdes y enlucido
de cal en vertederos de la frente.
Frente que por sí misma ciñe ausente
amigo castigado y ofendido.
Basta ya, no de muerte, sí de olvido
para una sombra en soledad creciente.
Se cae de espaldas, ¡oh! mísera dulzura
con señas anteriores en desuso
(señas de humillación). El pecho vivo
ofrece plana de abisal blancura.
Escribo en pliego lúdico, inconcluso
y estoy en soledad por siempre oscura.
Morrocoy, 10-1996
108 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
VUELVO A LA SOLEDAD
Vuelvo a la soledad, sus labios mudos
sorberán mis campiñas inexpertas;
la noche me dará sus bocas ciertas
y sus racimos tibios y desnudos.
Los vivos me darán claros escudos,
batallaré contra las risas muertas
y entre lianas y músicas despiertas
alzaré el corazón con pulso rudo.
Porque toqué la mar, su piel de aroma
y el árbol derramó su casta vida
sobre mis hombros, sobre mi garganta.
Oídlo bien, por eso se levanta
mi gentileza y agriamente toma
otra vez su hermosura mal herida.
BIBLIOTECA AYACUCHO 109
FILM
Adolescencias de color unido
y reanudadas charlas vegetales:
blandido he contra ti documentales
de selvas, sin verdor y sin sonido;
o con sonido de algo conseguido
a fuerza de remedos siderales,
monos en cantidad y fantasmales
desde el follaje, viéronte dormido.
Los monos de la sala suspiraban
cuando lanzaste todo tu sombrero
al fílmico Amazonas: agua lerda.
Amor, y te lloré por verdadero
en la pantalla, y tu “no ser” prefiero
al incipiente mono de mi izquierda.
110 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
(TODO INDICIO NOS LLEVA A LEJANÍA)
Ahumado resplandor hace montaña
en ásperos declives al desnudo.
El tendón principal semeja escudo
de arcilla que revela quieta hazaña.
Planta de pie puede avanzar y daña
dejando atrás el pie. Trazo menudo
apoya tacto en insistente nudo
de sensación pues libres acompaña.
El tendón principal freno del paso
hacia reflejos o lucir oscura
(todo indicio nos lleva a lejanía)
planta de pie puede avanzar y pura
dejar huella despacio, como ansía
aquella de respiro y hondo trazo.
BIBLIOTECA AYACUCHO 111
LABRADO ESPACIO, TIEMPO SOMETIDO
Labrado espacio, tiempo sometido
a lucidez suprema, como rica
despedida que gajos multiplica
en un presente por demás sabido.
El pasado se yergue y justifica
cada adiós en un tiempo convenido
lleno de casta flor y turbio oído
para escuchar la voz que sacrifica,
ansias de ser, estar, subir escala
de latidos, zanjar la conveniencia
del mármol a intemperies absolutas.
Suprema aceptación haciendo gala
de huesos en tinieblas, como rutas
hacia umbrales de fina transparencia.
112 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
OBJETOS Y RODAJES DE ORACIÓN
Aquí gobierna la paciencia y cierta
avidez que atestigua la premura
del crecimiento, mínima dulzura
alargada en el tono de la oferta.
La voz rodea muros y desierta
ciudad para llegarse hasta la altura
necesaria y saber cuánto perdura
lo escrito y abisal en foja abierta
que se ofrece, reclama sin desdoro
los pequeños objetos y rodajas
de oración, como ritmo y lejanía.
Sonido y pauta con ribetes de oro
para escribir la música y migajas
de compasión en tiempos de agonía.
BIBLIOTECA AYACUCHO 113
PRIMERA LLUVIA
Tierra anterior de sed y llamarada
que ofrece el rostro ansioso a la caricia
vertical de la lluvia, con delicia
de bestia núbil, limpia y enarcada.
Surge el instante libre y la mirada
de quien por ella tuvo sed y oficia,
el arte secular de hacer propicia
la errante nube, en la pradera amada.
Escuchar, escuchar como recibe
el gran rumor de ser y se convierte
en secreta punzada de semillas;
en estación, por joven, que concibe
y perfuma de oscuras maravillas
el inaudible paso de la muerte.
Peraza, Viernes Santo del 61
114 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
ES POSIBLE QUE EL AIRE ME ENCADENE
Es posible que el aire me encadene.
Aire mismo le deje a mi cintura
su compromiso azul, donde figura
la niña negra que mi piel sostiene.
Es posible que el agua me condene
a relatar su móvil aventura;
también puede ser causa de blancura
toda flor que en lo oscuro se mantiene.
Pero que tú me lleves de los ojos
para darme lo que antes era mío
lo que ni tú, ni nadie me ha quitado,
amor, amor, no temo tus enojos
porque el Caribe y el deltado río
ni siquiera mi sombra han olvidado.
BIBLIOTECA AYACUCHO 115
Y EL INMENSO SAMÁN DUEÑO DEL VIENTO
Hasta la muerte es bella en una rosa;
se desprende en descuido y armonía
de caída y reposo como vía
para un lejano aroma que reposa
también atrás en páginas y roza
libros de infancia y seca jerarquía
de pétalos prensados como guía
de algo entre flor o viento o mariposa.
Más bien de mariposa, pues asume
vagancia libre, azul de algún momento
paralizado en página inocente
donde no hubo dolor y el pensamiento
era vuelo, neblina, luz, perfume
y la casa soporte de mi gente.
Y EL INMENSO SAMÁN DUEÑO DEL VIENTO.
116 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
ESTÁ SOLA Y CONSTRUYE LABIA Y SUEÑO
No responde a los grandes sinsabores
porque lo grande ocupa lo pequeño;
está sola y construye labia y sueño
con unas flores amarillas, flores
que desdicen la trama y los colores
de cuanto fue bordado, sin empeño
sin empeño de ser, más solo hacer de otro despeño
la caída más noble y sin mayores
descansos ya que el aire da bandejas
de pájaros, de frutas, de follajes
donde lo alto se asume y desafía
pasos de sombra y sombra como guía
para dejar de ser y los paisajes
dispuestos en tinieblas de alegría.
Casa de Hablas, 4-5-2012
BIBLIOTECA AYACUCHO 117
OCURRE A RATOS, LUEGO DESAFÍA
Ocurre a ratos, luego desafía
lo nuevo-singular, rosa y secreto
de alguna gema en un pasado neto
de color y de tímida ufanía
también de telas por oculta vía
blanca por ser inobjetable reto
de blanco sobre blanco y fondo prieto
en mitad de los ojos como guía
para dejarse hundir sin hacer caso
a llamadas de afuera, acaso un grito
conocido, de sangre; pulso y gala.
Entonces para qué dejar escrito
este fuego del alma sin escala
de ave viuda en tejados de infinito.
Casa de Hablas, 6-6-2012
118 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
VUESTRA SUPOSICIÓN ES LA CERTEZA
Vuestra suposición es la certeza
de estar en carne viva, respondiendo
por el árbol, la nube, lo que entiendo
como razón de vida, para ilesa
surgir de nuevo en íntima belleza
del decir, casta lumbre donde enciendo
rosa nueva del alma y no comprendo
por qué me cuesta tanto, o sutileza
de dar el paso hacia final hondura
rica en tiniebla ¡oh! giro silencioso
empujando lo oscuro de algún río
hacia tierra mayor o simple gozo
de no ser ni aferrarse a la figura
donde se estuvo, libre de albedrío
pero sujeta a saltos de hermosura.
Casa de Hablas, 3-10-2012
BIBLIOTECA AYACUCHO 119
NO RESPONDES; TAMPOCO YO RESPONDO
No respondes; tampoco yo respondo
y queda la pregunta haciendo eses
en sendero de pánico y dobleces
sobre pañuelo blanco donde escondo
mis propias iniciales, mar de fondo
ignorado por todos y aconteces
en agua limpia como tantas veces
hiciste de ti misma luz y el hondo
mirar que justifica un infinito
de viento propio, libre, desatado
a no seguir, a no llegar de modo
que la razón se afinque por lo escrito
(alguna vez con llanto enamorado)
pero siempre feliz en el GRAN TODO.
Casa de Hablas, 17-1-2013
120 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
SEÑAL DICHOSA EN HOMENAJE
AL POEMA “LA MADRE” DE ENRIQUE MUJICA
Cuanto nombra sucede: árbol o rosa
suenan lejos... exceso de blancura
se pierde en foja blanca y hace oscura
senda a seguir como señal dichosa
para de arriba ser la nube honrosa
que pasa en forma de ave y apresura
otra, más otra y otra forma pura.
Solo de madre tarde portentosa.
Siguen las aves, queda la camisa
que toca a gloria porque sigue el viento
y ella, madre y mujer hace presencia
en exprimir, golpear tela y precisa
condición asumida en tiempo lento:
“su destino de diosa en inocencia”.
Casa de Hablas, 30-1-2013
BIBLIOTECA AYACUCHO 121
AL RÍO MOMBOY RÍO DE SIEMPRE
Y SIEMPRE MÍO
Vuestro silencio ocurre cuando canta
mi silencio y se vuelve puerta abierta
o rosa levitada con incierta
moldura en el bostezo y adelanta
un pie sobre otro pie con gracia tanta
que la figura avanza a la desierta
sala de ayer o confinada huerta
en tactos y perfumes de una santa
memoria. Sala, huerta sin desvío
hacia infinitos donde Dios alcanza
su soledad dichosa y hace mía
mi soledad de antes mansa guía
para entrar en la sala y alabanza
de aquel río de siempre y siempre mío.
Casa de Hablas, 22-3-2013
122 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
EPITAFIO AL CABALLO
DE LIZAVETA ACEDO TERÁN
Ni de oro, ni de plata sí resuello
de alto amor conseguido en tiempo llano;
galope traspasado a cruel verano
ya para siempre en piedra, con un bello
trote de vida sin hacer por ello
olvido de la muerte pues la mano
de Lizita condujo luz y arcano
en la lluviosa noche con destello
de eternidad sumida en flor menuda
respirando de lejos juntamente
con algo de pregunta desatada:
¿Será esencia de alma? Nunca duda
pues hoy le damos con altor de frente
cuna de sueño en latitud sagrada.
Casa de Hablas, 18 o 19 de junio de 2013
BIBLIOTECA AYACUCHO 123
SE ME OLVIDÓ LA RISA, CLARA RISA
Se me olvidó la risa, clara risa
para informar banderas contra el viento
o suspender las aves, dulce intento
de volver seda lo anterior a brisa.
Devolver seda pálida sonrisa
acosada de mitos y momento
de traspasar al singular lamento
queja inútil, sagrada, con la prisa
de quien ha de partir y le da paso
a la vieja querella imaginada
más que cierta en el ámbito preciso
de no querer ya nada, nada nada...
o solamente recordar un trazo
de luna en la tiniebla sosegada
de este octubre en la casa y en el piso.
Casa de Hablas, 8 o 9 del 10 de 2013
124 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
LLEVADA DE LA MANO
Se precisan esteros y laguna
donde hallar garzas levantando vuelo;
bajíos de esperanza y desconsuelo
hacia lecturas de horizonte y una
de mucho blanco (garza) como alguna
que dibuja el silencio y nos da suelo
con harina de luna y el desvelo
de la quietud en esa misma luna.
Quietud de verso que se vuelve llano
paraliza la luz en flor abierta
y busca arrimo a cenital distancia
de una respiración hecha verano
aspirando a la altura de una puerta
por donde se unirán tiempo y fragancia
y transitar llevada de la mano.
Casa de Hablas, 22-10-2013
Extravagancias
lúdicas
BIBLIOTECA AYACUCHO 127
CUALQUIER PLIEGO,
CUALQUIER PEDAZO DE ALIVIO
Cualquier pliego, cualquier pedazo de alivio.
Una palabra con su verdad de ojo cruel en el diálogo;
mismo saber qué se pisa,
qué niebla en vez de pensamiento
y no buscar rastros oportunamente destruidos.
Conocimiento fugaz de cómo despojaron el águila,
cómo desprendieron la joven del pausado Orinoco,
del río padre que ella amó con dignidad y fortaleza.
Cualquier piedrecilla húmeda
en justificación de la esperanza.
Solo señal oscura
para sobrevivir
en lo INESTABLE Y HERMOSO.
Guacuco, 12-7-78
128 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
CORRERÍAS DE ENTRESUEÑO
Usaban la cometa para alcanzar
nombre y clave de los colores del verano.
Usaban el día, como distancia entre la esquina y los sucesos,
entre adioses, sajaduras de habla,
techados de pájaros convocados
por brisas y correrías de entresueño.
Dice: “Son mis riquezas, mi palabreo comenzado en Junio
bordando inocencia sobre la trama de la cólera”.
BIBLIOTECA AYACUCHO 129
RECOSTADA EN EL SEGUNDO ESPACIO
En el segundo espacio se recrea hembra sin reino,
su máscara de coral pálido, humedecida de rocíos salinos,
tallada por el hociquillo radiante del que se nutre
y avanza por entre rostros, donde se expande el otoño.
En el segundo espacio surge la frase
a la misma hembra que espía
convertida en isla, tanto de ida como de regreso
para la sumisión del águila y la quieta,
luminosa sabiduría de la otra, que lava ropa de varón
sábanas, pañuelos, todo lo que sigue al amor.
Ella, ni rechaza ni ofende a sus íntimos con la evocación del
[árbol amado.
En el segundo espacio, una de las dos ofrece la trama mítica de su
[paciencia;
para entregar el pan de ahora y siempre, sin averiguar fecha ni
[origen divino
la otra, echa al fuego el tambor de las prohibiciones
y amamanta su hijo recostada en la isla sacramental.
Es el instante supremo.
130 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
ESTOY CANSADA DE SER TAN SOMOS
Duermen las aves para recuperar sus alas
de amanecer y nube alta.
El pez recibe influencias, aromas secundarios.
La muchacha reparte azúcares mórbidos.
El idiota se refugia en el sonido intermedio,
allí percibe el águila, escueta en su piedra abismal.
La dueña une todo; la dueña arroja a mitad del patio
los tres clavos del sacrificio,
cuida de príncipes y de mendigos, dice a los suyos:
“estoy cansada de ser tan somos”.
BIBLIOTECA AYACUCHO 131
AGUAS Y TRAZOS INESTABLES
Superposición de mareas en tramos de oficio.
A la derecha, ríos adecentados en constancias y pliegos.
A la izquierda, secreta mar utilizando desnudez pura
afianzada en caballo único. Extrema desnudez.
Clamor de brillos atemperados por menudos follajes.
Mosca azul sobre melados de perfume.
Espacios de aguas en vanos de cadera.
Todo ofrecido a quien no deja ver desolada estatura.
132 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS
FUNDACIONES DE AÑIL
Comiéndose el pez vivo.
Haciendo girar una ruedecilla de esparto.
Tratar de huir con un girasol en el pecho
dejarla con vuestro demonio familiar
mientras se deshace las trenzas.
Recordar la doncella de 1815,
adivinar su rostro antes de la primera golondrina.
Obligar sus cejas de relámpago,
desbordados los cabellos del alma.
Llevarla con sus primos hermanos
a las fundaciones de añil.
Desconocerla en torno a las mesas servidas.
Conducirla frente a tinajas lúgubres.
Enseñarle la estatua con sus caracoles en la axila.
Ella, impávida dialoga con el infinito.
BIBLIOTECA AYACUCHO 133
FUE ENCONTRADO EL NOMBRE
Fue encontrado el nombre.
El nombre hizo la mar, su libertad infinita.
La palabra monte hizo el monte,
la palabra mar hizo la mar
la palabra sur hizo el Sur.
La palabra esposa fluyendo despacio
por los ríos del paraíso: Amazonia.
La palabra piedra hizo el héroe
para hacer del héroe prisionero de propia altura.
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  • 2. BIBLIOTECA AYACUCHO esunadelasexperiencias editorialesmásimportantesdelaculturalatinoameri- cana. Creada en 1974 como homenaje a la batalla que en 1824 significó la emancipación política de nuestra América, ha estado desde su nacimiento promovien- do la necesidad de establecer una relación dinámi- ca y constante entre lo contemporáneo y el pasado americano, a fin de revalorarlo críticamente con la perspectiva de nuestros días. EstaeslacolecciónpopularodebolsillodeBiblioteca Ayacucho. Se dedica a editar versiones abreviadas o antológicasdelosautorespublicadosenlaColección Clásica.Sigueelrastrodeldinámicogénerodelacró- nica que narra las maravillas del mundo americano, da cabida a la reflexión crítica y estética, y comple- menta y redondea los asuntos abordados por las otras colecciones de Biblioteca Ayacucho. Los volúmenes llevanpresentacionesensayísticasconcaracterísticas que los hacen accesibles al público mayoritario.
  • 3.
  • 4.
  • 5. Colección Claves de América Extravagancias lúdicas
  • 6. MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA Reinaldo Iturriza Ministro del Poder Popular para la Cultura Giordana García Viceministra de la Cultura para el Desarrollo Humano Aracelis García Viceministra para el Fomento de la Economía Cultural Viceministro de la Identidad y Diversidad Cultural FUNDACIÓN BIBLIOTECA AYACUCHO CONSEJO DIRECTIVO Humberto Mata Presidente Francisco Ardiles Director Ejecutivo Alberto Rodríguez Carucci Rosa Elena Pérez Mariela González de Agrella
  • 8. ©Ana Enriqueta Terán ©Fundación Biblioteca Ayacucho, 2015 Colección Claves de América, Nº41 Hecho Depósito de Ley Depósito legal lf50120158001572 ISBN 978-980-276-525-6 Apartado Postal 14413 Caracas 1010 - Venezuela www.bibliotecayacucho.gob.ve Director Literario: Francisco Ardiles Coordinación Editorial: Jorge Romero Coordinación de Edición: Shirley Fernández Edición: Gladys García Riera Coordinación de Producción: Elizabeth Coronado Jefe de Corrección: Henry Arrayago Corrección: Julio Bustamante y Nora López Jefa de Diagramación: Yessica Soto G. Diagramación: Delia Contreras Coordinación de Multimedia: Jesús León Diseño de colección: Pedro Mancilla Impreso en Venezuela / Printed in Venezuela
  • 9. BIBLIOTECA AYACUCHO VII SUMA POÉTICA DE ANA ENRIQUETA TERÁN ANA ENRIQUETA TERÁN, junto a Enriqueta Arvelo Larriva (1886-1962),IdaGramcko(1924-1994)yElizabethSchön(1921- 2007), es una de las poetisas venezolanas más relevantes de la ge- neración de los años cuarenta del siglo XX. Nacida en 1918 en Va- lera, estado Trujillo, se traslada a Caracas a realizar estudios de secundaria en el conocido liceo de monjas San José de Tarbes. Jo- ven, aunque no haya pertenecido a los grupos literarios más co- nocidos en la formación de la literatura venezolana de esos años (Viernes, 1936; Contrapunto, 1946), Ana Enriqueta Terán se de- dicará con fervor a la creación poética. Así, muy joven, entre los veinte y treinta años de edad, escribe y publica su primer celebra- do libro: Al norte de la sangre (1946). A partir de allí no cesará de crear y viajar. Vivirá en Uruguay, Argentina y París. Uno tras otro aparecerán sus poemarios revelán- donos una vocación poética impenitente: Verdor secreto (1949), Presencia terrena (1949), Testimonio (1954), De bosque a bos- que (1970), Libro de los oficios (1975), Música con pie de salmo (1985), Casa de hablas (1991), Albatros (1992), Construcciones sobre basamentos de niebla (2006), y Autobiografía en tercetos trabados con apoyos y descansos en don Luis de Góngora (2007)1 . 1. Ver: Ana Enriqueta Terán, Piedra de habla, Patricia Guzmán; pról., bibliog.
  • 10. VIII EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS Estaobraincesantehasidomerecidamentereconocidafuerayden- tro del país. En 1989 le es otorgado nuestro máximo galardón: el Premio Nacional de Literatura. Ana Enriqueta Terán es, tanto en Venezuela como en América Latina, una de las voces poéticas fundamentales de nuestro proce- so de formación literaria y cultural. Por ello vale la pena asomar- nos a estos tres “libros” que absorben o se nutren de todos sus ci- clos poéticos anteriores. “Nopiensoennada;solomiroytodo/sevuelvevidaymegol- pea duro”, dice en uno de los primeros poemas de Sonetos de to- dos mis tiempos II, la primera de las tres secciones que componen el presente volumen. Las otras dos se llaman, elegante y sugesti- vamente, Extravagancias lúdicas y Explicación numerada a través de los pájaros. Aunque se trata de un material inédito, dado por la autora para la presente edición, es una “Suma” poética, pues en- vuelve todos sus ciclos poéticos. En efecto, hay un poema en Ex- travagancias lúdicas fechado en 1945, es decir, contemporáneo a Al norte de la sangre, su primera obra publicada en 1946. Otros, de Explicación numerada a través de los pájaros, están fechados en la ciudad de París, en los tempranos años cincuenta (1953). En el primero, los Sonetos de todos mis tiempos II son en su mayoría de la última década, los años dos mil. Por ello podemos leer este libro como un gran río donde con- vergen todos los otros de su obra poética. Así, reconocemos ecos de sus grandes obras, no solo de Al norte de la sangre, como ya se- ñalé, sino también y sobre todo de su gran territorio o lugar; más queterritorioolugar,susitiomayor,sucasa,suhogar: Casadeha- blas. Aparecido por vez primera con ese título en 1991, atraviesa y cronol., Caracas, Fundación Biblioteca Ayacucho (Col. Clásica, 252), 2014, 364 p.
  • 11. BIBLIOTECA AYACUCHO IX prácticamente las dos primeras secciones, Sonetos de todos mis tiempos y Extravagancias lúdicas. Las ventanas abiertas de esa casa dejan que se asomen textos escritosenValencia,Jajó,Morrocoy...,esdecir,losterritoriosylas etapas, para ella “instantes”, donde vivió, “miró todo”, sin pensar nada, como dice la propia poetisa en los versos arriba citados. La primera obra es de hecho una historia. Por esa razón, quizás, la au- tora va marcando como en un diario o en una bitácora de viaje los días con exactitud. Al pie de un soneto titulado “Tiempo señala- do” coloca: “Casa de Hablas, 7-11-2010”; y, seguidamente, al pie del otro, en esta ocasión un soneto con estrambote, pero llamado más jocosamente “Miradas entre Ana Enriqueta Terán y su peri- quito filósofo”, coloca: “Valencia, 20-7-2005”. La autora necesita marcar su voz no solo con el tiempo, por cierto reciente a pesar de que resuene en muchos de ellos, como ya dije, el eco de sus obras de siempre, sino también con los lugares. De ese modo, su poesía es de sitio, de lugar, una poesía de la geografía y el paisaje, trans- mutados en una “Casa de Hablas”, casa del lenguaje poético, del ser, como pedía Heidegger. Así, para nuestra poetisa, el paisaje o lugar es una Casa, y esta es el Habla, el lenguaje poético. Ana En- riqueta Terán creo que enmendaría la frase del filósofo alemán. Si ellenguajeeslacasadelser,el“Habla”seríalacasadelpoeta.Por- que ese territorio de “Hablas” está estrechamente relacionado con la idea de paisaje, tierra y naturaleza tan importante en esta poesía. Pero sobre esto volveremos más adelante. Sonetos de todos mis tiempos II es un diario o bitácora que va configurandounasuertedeextrañaautobiografía,“extravagante”; diría ella, “lúdica”. En primer lugar es en versos. Ya nadie cuen- ta una buena historia en versos, mucho menos la historia en cierto modo de su vida. En segundo lugar, es una autobiografía paradó- jicamente “impersonal”.
  • 12. X EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS Solamente alguien muy clásico, en el sentido más noble, ac- tual y pertinente de esta palabra, nos relataría los episodios de su vida en versos, más aún en sonetos. No olvidemos que es esta la formapoéticadominanteenlaobradeAnaEnriquetaTerán;desde su primer celebrado poemario, Al norte de la sangre (1946) hasta Casadehablas:obrapoética,1946-1984(1991),lacultivóyvarió impenitentemente. Nadie que lea un soneto puede dejar de perci- bir el ímpetu, el impulso y desafuero pasional, mezclado a la con- tención, la forma y el límite. ¿De dónde provenía, a comienzos de los años cuarenta del si- glo XX, esa inclinación hispanizante ya visible por ejemplo en Vi- cente Gerbasi, en sus poemas al miliciano, y tan manifiesta en Cé- sar Vallejo y Neruda? Sin duda alguna de la solidaridad de algunos de los grandes poetas del continente con los republicanos duran- te la Guerra Civil española. Pero también de las estrategias clasi- cistas de la modernidad poética, la cual, frecuentemente, recupera de fuentes clásicas modos de crear sentidos nuevos con relación al contexto poético del poeta, en este caso, de nuestra poetisa. Ley y desafuero simultáneos procuró esta revitalización del soneto y la poesía clásica en lengua española. Por un lado ley, pues hay un reconocimiento y hasta sometimiento cortés al canon lite- rario y cultural, en este caso la literatura y la cultura del Siglo de Oro (Garcilaso fundamentalmente para nuestra autora), la métri- ca clásica española toda ella realizada en el soneto. Por otro lado desafuero, porque el “corsé” del soneto permite justa y paradóji- camente liberar la imaginación poética. Si por un lado nos ciñe, retiene, es para mejor lucir y mostrar la pasión, la sangre que reco- rre su métrica armonía. ¿Qué mejor forma expresiva que esta, qué molde mejor que este para contar los instantes y pasiones de una vida? ¿Qué mejor forma que el soneto para encarnar en él “no pen- sar nada” junto al “mirar todo”? Todo y nada, desborde del sentir
  • 13. BIBLIOTECA AYACUCHO XI y vivir por un lado, y forma y límite por el otro. Es desde esta dua- lidad, este desafío emocional y formal, creo, que nuestra poetisa cultivó el soneto. Esa tensión tan conocida por los barrocos, Ana Enriqueta Te- rán la atemperó a nosotros, modernos venezolanos. Una época, culturaysociedadquereciéndescubríaenlosañoscuarentadelsi- glo XX la libertad y la democracia, aún bajo el torrente y desafue- ro de las vanguardias de los veinte y treinta, que requería también de los límites y tensiones entre la pasión y la contención; es la voz de Ana Enriqueta Terán quien nos recuerda a los modernos que el amor loco viene de un lugar de la voz y la pasión más clásico que contemporáneo. Y que es el soneto tan clásicamente español y ba- rroco la forma poética que lo encarna. Ya en Al norte de la sangre (1946) nos daba esta primera lec- ción emocional y crítica para nuestros cuerpos inconscientes, tan paradójicamente desatados y moralistas al mismo tiempo y con muy poca conciencia de la experiencia melancólica en torno al amor y lo erótico. Así, en aquella ocasión, en sus antiguos “So- netos del amor perenne y el amor fugitivo” que componían el pri- mer trecho de Al norte de la sangre, manifestaba la contradicción insoluble entre el amor perenne y el fugitivo. Es más, trató de en- señarnos que para que sea perenne debe ser y es fugitivo. Y desde ese punto de vista es un amor transfigurado en pensamiento más que cuerpo, en ideal más que carne, de allí su perennidad. Parafra- seándola, pudiéramos tal vez decir que, así concebido, es un “eje puramente pensado”, como dijera ella misma citando alguna vez a Alfredo Silva Estrada (“Ejes puramente pensados”, en “Libro en cifra de alabanza y confesión de islas (1967-1975)”)2 . Sin embargo, 2. Idem, Casa de hablas: obra poética, 1946-1989, José Napoleón Oropeza; pról., selec. y cronol., Caracas, Monte Ávila Editores, 1991.
  • 14. XII EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS el soneto ayuda a que esa perennidad, ese dominio ideal se libe- re, se desanude en aras de la experiencia erótica y corporal. En ese sentido el soneto colaboraba con una suerte de liberalidad ya que, con relación al conocimiento, recuperaba una erótica, una viven- cia corporal del mismo conocimiento o de lo ideal, recordándole que su norte era la sangre, o que la sangre (¿la pasión, el amor?) se hallaba en el norte de todo conocimiento, pensamiento, idea o pa- labra del mundo. Y un conocimiento con sangre es amor y ritmo, como en el poema, más específica y clásicamente, en el soneto. Pero esto fue en aquella ocasión. Percibo acá, en “Sonetos del amor perenne”3 pero de Extravagancias lúdicas, una lectura, una reescritura y hasta una enmienda de aquellos. De hecho no añade nada del amor fugitivo. Esas dos palabras desaparecieron en esta ¿nueva? versión de “Sonetos del amor perenne”. Pareciera que ahora la dualidad entre lo pensado y lo corporal ha desaparecido: el amor, parece decirnos, es Uno y es contradictorio: es “ritmo ala- do”, aéreo, vuelo, pájaro, brote, fruto, pulpa. Pero, al mismo tiem- po, es ponzoña y garra. El amor es cama sagrada pero devora y es cruel. Pareciera que ya no es tan central o no interesa para nada oponerlo al cuerpo perecedero. La lección actual es un poco más ruda en “la señora” que “esconde la niña”4 , que se asoma, en esa evocación, al balcón y su corazón de rosas. El amor es primaveral, brote, flor, fruto, pero el “reencuentro” es “suplicante”, se acude solocon“eldisfrazausentedelainocencia”,y“elinsectoseposay hace cruento // lo que iba a ser caricia”, explica ella. Ahora, en esta versión la poetisa siente que su voz, su personaje, ¿el evocado o el actual?, se “enamora casi”, o lo que es lo mismo, se apasiona tanto por el amor “hasta fingirlo como el bosque finge los árboles”. 3. Idem, “Sonetos del amor perenne”, p. 18, en el presente volumen. 4. Idem, “Maltratos de niebla grande”, Piedra de habla, p. 161.
  • 15. BIBLIOTECA AYACUCHO XIII Asimismo, en estos últimos “libros” los sonetos han variado desde el punto de vista de la “urdimbre” poética. Reconocemos el soneto pero no tiene exactamente el mismo ritmo. Antes dije que nuestra poetisa lo atemperó a nosotros. En estos sus últimos “li- bros” más. Ahora están llenos de encabalgamientos que quiebran juguetonamente el clasicismo del soneto. Podríamos decir que “la señora” que “esconde la niña” nos ha hecho otra jugada. Impreg- nó al soneto de elementos propios de la estructura de los poemas románticos, dándoles así otro aire, otro ritmo. Es normal también. Es una historia, la de su vida, y así como es de tentador contarla en sonetos, la autora requirió de otros ritmos para poder relatar, na- rrar casi, a veces en episodios, trechos o pasajes esos instantes de su vida. De hecho podemos, en Sonetos de todos mis tiempos II, ob- servarhastaciertosepisodiosdealgúnmodocolocadosensecuen- cias. Así, hay un pórtico referido al oficio poético y su vínculo, para Ana Enriqueta esencial, con la naturaleza, con el oficio de la abeja, de explorar y convertir todo lo que traspasa su vuelo y mi- rada, tal como ella, en miel; una materia, una sustancia tan evo- cada por ella, por ser natural y al mismo tiempo elaborada por el oficio tenaz de la abeja. Hay luego un primer episodio, si pudiéra- mos llamarlo así, que ella misma nombra: “Llegada y medición de la casa”. Luego otro episodio donde se hace la casa. Después otro donde vemos a la muchacha y ya al final a la dama, la casi enamo- rada. En cierto modo, si esto es así, Ana Enriqueta nos da algo que suelen hacer las narraciones o novelas: la historia de una forma- ción, de una subjetividad femenina en medio de una casa, una fa- milia y una nación. ¿Cómo hacer entrar la prosa de la vida, de la historia, con cor- tesía?Estoes,sindañarlaformaclásica,lasimetríaysonoridadtan regular del soneto. Así, la poetisa, como buena bordadora, buscó
  • 16. XIV EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS romper el hilo fonosintáctico entre estrofas; dejó versos “blancos” que engranaban su sentido en el siguiente trecho, provocando un desplazamientonosolodelasimetríareiteradadelconjuntodeso- netos,sinotambiénunritmovariado,másleve,relativoymoderno en el soneto, algo novelesco, propio para contar la formación del alma y las emociones de una mujer. Lossonetos,apartirdesuimaginarioamorosoyerótico,abren la puerta a una reflexión que en estos sonetos de Extravagancias lúdicas creo que toman señorío: el de la vida y la muerte. Es nor- mal. La señora, la dama, la poetisa, de 97 años, requiere relatar la vida,susinstantescomomodocortésdehablarconlamuerte.¿Po- drá ser fruto? En cierta manera podría serlo. Sobre todo para noso- tros los venezolanos modernos, tan volcados al vivir, a sobrevivir, alaserasdedespilfarropetroleroqueellahaconocidoyconelcual ha y hemos crecido, hasta jocosamente y olvidadizos de esa som- bra de la vida que contradictoriamente la hace más arder. En todo caso la tradición del soneto en lengua española le ha dado la posi- bilidad de ser “polvo enamorado” más allá de la muerte. Una vez más es la pasión, la vida, lo erótico, el amor, lo que arde pero mo- dulado, ritmado por el tiempo finito o limitado por la muerte. Ella misma afirma que sí es fruto la muerte, que puede serlo, en un poe- ma de ahora, de joven casi: “Fruto de vida y muerte que me abru- ma”, dice el verso5 . Podría entonces decirse que en el soneto, ley y desafuero ayu- dan, sobre todo para nuestra poetisa, a construir rítmicamente una ética en torno al amor, el primer principio político o de relación con el otro. Más arriba había señalado que Ana Enriqueta Terán nos es- taba legando una suerte de autobiografía extravagante por ser en 5. Idem, “Fruto de vida y muerte”, p. 20, de la presente edición.
  • 17. BIBLIOTECA AYACUCHO XV versos, en primer lugar, pero por ser impersonal en segundo lugar. ¿Es esto posible: una autobiografía “impersonal”? En cierto modo parecequesí.Nocomienzainvocandoliteralmenteunacasapater- na,unafiguramaterna,sunombredirectamente:“nací,viajé,pien- so que, me mudé, lo conocí, me enamoré...”. Si acaso, esto aparece másbienalfinaldetodoestevolumen,enlatercerapartedeesteli- bro, Explicación numerada a través de los pájaros, cuando refiere, en algún lugar, cómo era la casa, la escena de su infancia, las ima- ginaciones y las palabras, la memoria lúdica de la familia. Su me- moria no le permitiría reconstruir una historia bien comportada, digamos, escolar, lineal, modosa y detallada de meros detalles su- perficiales y descriptivos. Su memoria claro que viene de la perso- na, pero tal como ella misma sugiere, proviene de un “derrame de mangos”6 que solamente puede pintar Cézanne. La persona poética la podríamos comprender como ese “de- rrame de mangos”, de color, de mundo. Es el proceso mediante el cual el poeta realiza, como en la pintura a la que nuestra poeti- sa tanto refiere en algunos de sus poemas, la “Conseguida gracia del objeto”. Para ello, aunque es su voz, aunque su visión venga de ella, del sustrato más íntimo de su casa, su habla, su familia y su geografía interior, tiene que hacer tabla rasa de lo personal para al- canzaresagraciadelobjeto.Hacertablarasa.Elladiría“derramar- se” en los objetos y pintarlos como ese derrame de mangos. Esto es fundamental en la visión y el pensamiento poético de Ana Enriqueta Terán, pues a partir de allí podemos ver cómo su historia, al ser impersonal, puede abrazar, mediante ese “derrame de mangos”, una historia mayor, impersonal, del lugar, casi geo- gráfica pero articulada y creada desde la mirada, la voz y el ritmo de la poesía y la poetisa. Antes decía que ese territorio del Habla, 6. Idem, “Lo que el azar depara”, p. 6, de este volumen.
  • 18. XVI EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS la geografía y el paisaje eran fundamentales en la obra de Ana En- riqueta Terán. Ya desde el inicio de Sonetos de todos mis tiempos II lopodemosobservar,eneltrechoquetratadela“llegadaymedi- ción del paisaje”. El gajo, el brote, la labranza en la perspectiva de la medición de la amplitud, del horizonte. Pero “arboledas, picos y lejanías” ubican, crean perspectiva y fundación o primera apro- piación del territorio: la mirada y la contemplación de la tierra y el territorio. Ya convertido en paisaje, “medido” en labranza. A partir de allí, en lo que sigue, se levantará la casa de hablas, el lenguaje, la semilla, los animales, gallos, gatos, águilas, caba- llos, los gajos y oficios mezclados, configurando lo que para nues- trapoetisaeslaculturamisma,unavezmás,desdeunpuntodevis- ta clásico, ligada a la tierra, al cultivo, al arado y la semilla. Creo que para nuestra poetisa no hay nada más parecido que un sone- to y la labranza. Uno surca con arreglo, ritmo, cortesía, erotismo, sabiduría y hasta picardía el papel, la imagen, el habla, la escritu- ra; el otro, exactamente igual, la tierra. Es ese el fruto y la sucu- lencia de la experiencia humana y civilizada para Ana Enriqueta. Es esta fuerza impersonal la que hace que la poetisa se “derrame en mango”. Así, ella nos procura, como todo gran poeta, la gracia del mundo y los objetos. Todo, abeja, águila, picos, garras, gallos, canto, labranza y ritmo, deviene, con su voz, su textura, su mate- ria, su propia réplica, habitante de la misma y sola Casa de Hablas la cual es, al mismo tiempo, como dice ella, una “sinfonía verde”. Allí todo deviene, todo se compacta y vuelve no unidad sino pleni- tud cantada, ritmada. Una “arcadia” formada por la tierra, la casa y el habla o la poesía. Es esa “sinfonía verde” lo que hace que Ana Enriqueta des- estructure todo espacio urbano y civilizado. En otra de las seccio- nes, Extravagancias lúdicas, disuelto el soneto, ella recurre ni si- quiera al paisaje fundado, labrado, de los otros libros. Refiere un
  • 19. BIBLIOTECA AYACUCHO XVII espacio más salvaje y primitivo. Instalada en la intemperie no ve, no recorre, no pasea por la ciudad de París. Casi loba, solitaria, sin manada,lamayoríadelospoemaslaremontanalorigenylosacra- mental. La arcadia colonial, casta, doncellesca, se disuelve ahora gracias, literal y simbólicamente, al agua (el mar, el Momboy, el Orinoco, la Amazonia). Ahora la voz, en virtud de esta intempe- rie más ligada a lo territorial que a lo paisajístico o arcádico, y al mismo tiempo la arquitectura verbal, ahora libre de la métrica clá- sica, se han hundido en cualquier lugar, en cualquier agua. La voz y mirada de la poetisa han hecho del agua y la intemperie su Casa; y esta ahora está deslocalizada, desgeografiada. En ella ahora se mezclan el Sena y el Paraná. Todas esas aguas, ya en el libro últi- mo,Explicaciónnumeradaatravésdelospájaros,comosilaseño- ra escondiera ahora una errante, una india, una loba, también una dama nuevamente, desembocan en el Orinoco, en un lugar ancho, ajeno, sin tiempo: la Amazonia. Ella la invoca, la dama, la poeti- sa, con una voz de recién nacida. Vale la pena terminar con esa in- vocación: “En el Sur vi nacer a la América / casi a [la] misma al- tura de Dios”. Jorge Romero León
  • 20.
  • 21. BIBLIOTECA AYACUCHO XIX NOTA A LA PRESENTE EDICIÓN Este volumen recoge poemas inéditos de la poetisa trujillana Ana Enriqueta Terán, agrupados en tres secciones: Sonetos de todos mis tiempos II, Extravagancias lúdicas, y Explicación numerada a través de los pájaros, que fueron entregados por la escritora para la presente edición. El lector podrá observar que en el índice los poemas se en- cuentran registrados según el siguiente criterio: a) por el título del poema, cuando la autora lo ha enunciado; y b) en las ocasiones en que no hay título, se asentó colocando el primer verso entre comi- llas, seguido de puntos suspensivos. B.A.
  • 22.
  • 23. Sonetos de todos mis tiempos II
  • 24.
  • 25. BIBLIOTECA AYACUCHO 3 PASO ASUMIDO EN LUZ No pienso en nada; solo miro y todo se vuelve vida y me golpea duro en mitad de los ojos con apuro de abeja en el sonido y acomodo de misma abeja hurgando copa y modo de traspasar, sin prisa, lado oscuro con latidos de polen con seguro paso asumido en luz y dulce apodo para seguir en miel. Abeja, rito de este amarilis rojo que levita y se desprende, sube, queda escrito. No pienso en nada. Ni en saber, ni el grito... Solo el instante pleno de infinito. También la abeja sube y queda escrita. Casa de Hablas, 3-6-2009, 4:09 a.m.
  • 26. 4 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS CHANTECLAIRE Los suplicios, el ánimo celeste de sufrir, alcanzar de la alegría sangre blanca y lejura de armonía en dador de hora (gallo) y paso agreste de quien se interna y hace del Oeste lo que sabemos: más y más umbría sala de la justicia: no armonía en contrastes de piel. Asume el Este la salida del sol y hace profundo su canto, su creencia restituida a los gallos del orbe y el trabajo para dar vida al sol y hacerse vida en el Sur ¡CRUZ DEL SUR! alta manera de abrirse en gajos y alabar el mundo.
  • 27. BIBLIOTECA AYACUCHO 5 HACER LA CASA Llegaron; mediciones del paisaje fue lo primero, luego sucedía una tierra a otra tierra labrantía con un techo de pájaros en viaje. Después la nube en cóncavo viraje sobre arboledas, picos, lejanías, ocasos recortados en umbrías de más allá de un rojo con bagaje de figuras extremas: forma escasa de una vicuña vuelta poderío en espacios de cóndor, ya disuelto porque cae la noche y suena el río. Hubo fogata de labiaje suelto y se pensó en la casa. HACER LA CASA. Casa de Hablas, 23-1-09
  • 28. 6 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS LO QUE EL AZAR DEPARA Inmediato y humilde lo certero de una fruta en la mesa y a destajo un derrame de mangos con trabajo de Cézanne desde afuera y con esmero de mucho acontecer, librar primero la batalla de estar y desde abajo subir a tientas y tomar del gajo lo que el azar depara. Solo quiero hacer eternidad en el instante que estoy viviendo y la costumbre alada del ave dando latitud bermeja al propio vuelo sin destino y nada para avalar lo amargo o lo fragante de propia muerte que en llamar no ceja. Casa de Hablas, 9-8-2009
  • 29. BIBLIOTECA AYACUCHO 7 A José María tomando vino tinto Saber dónde del ocio la delicia contribuye a redondos anunciados por crecimiento y límites morados que se agrietan de zumos y codicia del insecto al racimo que se inicia con sabor de adelanto a los osados cálculos del futuro y decantados usos de luz en la feliz noticia del caldo rosa consumido a tandas (el pensamiento unido a frase corta) diciendo en poco latitud y vuelo de la estación final que nos importa y alegres recibimos como mandas de vida tanta que al final es cielo.
  • 30. 8 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS A Ramón Palomares pero sobre todo a “EL NOCHE” A usted como dador de lo que pienso, asumo en vuelcos de alta jerarquía para aceptar el patiecito, guía de un gran recuerdo humilde por lo intenso. “EL NOCHE” se me acerca y hace denso el relato del pie que obra manía de ser lejana flor y autonomía de un bello silbo en vesperal descenso. Cae “EL NOCHE”, me cubre, huye el respiro hacia un pulmón de árboles y ocurre ave nocturna en desempeño escueto de volver, conformarse al dulce giro del patiecito aquel. ¡Ay! no discurre grandeza alguna en mi presente neto.
  • 31. BIBLIOTECA AYACUCHO 9 SIN EMBARGO SE PIENSA EN EL REGRESO Rosa del corazón que se presenta sin ningún riesgo en barandal sombrío acodada a un balcón de un pueblo mío que entre montañas duerme y representa, ave redonda y compostura lenta de quien feliz se escucha y hace umbrío el sabor del café y ocurre río, como encaje de luz, pues solo intenta adornar la caída hecho lazada de música hacia el valle. La alegría se condiciona en fruta y hace peso de dulzor; todo en tiempo de agonía miel y amargura forman la avanzada. Sin embargo se piensa en el regreso.
  • 32. 10 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS ELLA DICE: NI OFENDEN, NI ME OFENDO “De los dudosos términos del día” ella concibe de esperanza el vuelo, de un verde itinerante sin consuelo para las estaciones de la umbría verde parejo que urge y desafía luminosa heredad: trópico y cielo con sabor a naranja y el desvelo de un otra forma de alta geografía. Ella, cuajada en verde reconoce verde de mangle, bloque donde yace ni dichosa, ni triste, solo yendo en ruedas a un nivel que desconoce... (“Un punto de tiniebla me rehace”). Ella dice: ni ofenden, ni me ofendo.
  • 33. BIBLIOTECA AYACUCHO 11 “LOS ÁRBOLES QUE EL BOSQUE HABÍA FINGIDO” “Los árboles que el bosque había fingido” fueron árboles ciertos frente a un tanto de alma posible, sin saber a cuánto asciende el costo de algo presentido. Algo casi de amor, casi de olvido... Mejor olvido a secas, mejor llanto. ¿Llanto? no existe el llanto, solo un santo coágulo de tinieblas en el nido. Nido oscuro de tierra y leve abrazo también de tierra, abrazo, pulitura de huesos finos, sanos: desespero de no sentir y ser. Hueso certero el parietal y luego dentadura incompleta y veraz en limpio trazo.
  • 34. 12 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS ÚNICOS, CLAROS, POBRES Y DISPERSOS Únicos, claros, pobres y dispersos en ánimo contrario, lejanía de la risa y el puesto de agonía de ser muchos y urdir campos diversos, empujando, clamando como tersos nudos de la intención y clara guía de estímulos al viento y Rosa mía también mía en la noche y en mis versos. Se oculta el ave en el follaje, y reza su canto con el árbol y hace nada el morir monte arriba, campo abierto. No se muere, se canta en ave y cierto andar despacio en la pasión alada de conseguir lo que después empieza.
  • 35. BIBLIOTECA AYACUCHO 13 MIS GUACHARACAS Toman conmigo, surgen con esmero de abanicos abiertos, dulce acoso de amor extraño, mientras surge el gozo de Leda singular con luz de acero con luz de pardos húmedos y fiero cruces de picos y codicia en pozo de secreta verdad me yergo y rozo algún encuentro, ni si fue el primero o después de aquel aire entrecortado, puesto a lucir en gozo y en momento de latido, a discreta semejanza con toda bestia de livor sagrado que impulsa el alma a límites de danza y a libertad de oscuro pensamiento.
  • 36. 14 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS “A LOS ANALES DIÁFANOS DEL VIENTO” “A los anales diáfanos del viento”, con ave fiel, la oscura maravilla sobrevolando el barco con sencilla codicia y todo por salvar momento ligeramente triste con el cruento sabor de fruta que en la noche brilla y suena a negra vecindad y quilla surcando afable y dulce vencimiento. Confié la hebra de encendida lana (seda, aguja, objetos preferidos) a la mano ancestral que baja y sube no por la tela, sí por los olvidos. Confié la resma de papel y gana la imprescindible condición de nube. Morrocoy, 8-1-2001
  • 37. BIBLIOTECA AYACUCHO 15 TIEMPO SEÑALADO Oscura la visión, oscuro el trazo de llanto sojuzgado a pliego vivo; nada de quejas, solo un exhaustivo dibujo de alas en secreto abrazo de lo severo-fijo como atraso de tiempo señalado y buen motivo para dejarse ir con redivivo pañuelo en alto sin medir “acaso”. “Acaso” un alma asida a un dulce ruego. “Acaso” nada, “acaso” vestidura ondeando al viento, “acaso” no dejarse convencer por la lluvia cuando el fuego nos quema desde arriba y hace pura la intención en profundo, de alejarse. Casa de Hablas, 7-11-2010
  • 38. 16 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS MIRADAS ENTRE ANA ENRIQUETA TERÁN Y SU PERIQUITO FILÓSOFO Los escudos del alma, los escudos que te protegen cubren el descanso de mano como sílabas y manso abanico entreabierto por desnudos de corazón y complacientes nudos de cómo ver que a comprender no alcanzo; tus ojos rubricados por los mudos pensamientos que doy a tu remanso de ojo puntual que dice, comunica secretos advertidos en la mano de ingenio doble, vertical, enhiesto. No poder descifrar número y esto de clavar la mirada con insano placer que la verdad no multiplica. ¡Algo más grande tu mirada implica!... Qué de ti, mi conciencia sacrifica. Valencia, 20-7-05
  • 39. BIBLIOTECA AYACUCHO 17 DONDE SE JUNTAN EL MOMBOY Y EL MOTATÁN A Félix Terán Así, como lo viejo restituido a sitio principal y nueva vida cobra la silla haciendo la medida de quedarse en el tiempo ya vivido. Así, como texturas de un olvido que nunca fue, por trama desmedida, acuciada de niebla y colcha ardida arropando inocencia en casto nido. Él se apoyaba en un mural de sueño. Río sonando abajo hecho estatura de aroma para el beso. Primer beso no en la boca (mejilla) dulce empeño de ángel con ceño oscuro y aventura de hacer final el singular suceso: Aroma, niebla y humo la escritura.
  • 40. 18 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS SONETOS DEL AMOR PERENNE Como de suplicante es el reencuentro, dejando al parecer señas y labias de pájaros y garras como sabias intimaciones al más puro centro de la culpa ancestral por donde entro sin otras vestiduras que el ausente disfraz de la inocencia. De repente el insecto se posa y hace cruento lo que iba a ser caricia y se derrama miel adentro, ponzoña y altibajo de pájaros y garras: ritmo alado que oculta sombras en la regia cama donde supe de Dios. Hacer trabajo de tactos numerosos y deseado esplendor y dulzor de fruta sama.
  • 41. BIBLIOTECA AYACUCHO 19 JAMÁS LA COINCIDENCIA Jamás la coincidencia. Nunca fina juntura de aguas en planicie neta. Encontronazos sin piedad y quieta resignación de venia femenina. A otras músicas, cantos y ladina aceptación no libre de discreta venganza acumulada en dulce meta de huir hacia la máscara divina cayendo a pique y a la vez un fondo de la resignación, curiosa pasta de odio y esclavitud, amor actuado en experiencias de cultura vasta. Aguantar, aguantar, hacer redondo mimos de madre; padre desvelado.
  • 42. 20 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS FRUTO DE VIDA Y MUERTE Mi taza negra significa un pronto de oscuridad para lidiar la suma deslumbrante del fruto y de la espuma que en humildad recibo y los confronto. Fruto de vida y muerte que me abruma y caigo de rodillas y hago nido con círculos de aves, sin sonido de alas cruzando la secreta ruma de papeles no sabios, no divinos pero sí del gran Dios que me despliega en música, colores, labia fina: LA PALABRA me cuaja con entrega de sílabas y sangre, con latina secreción y sustancia siempre ciega.
  • 43. BIBLIOTECA AYACUCHO 21 RAMOS DE ABISMO Y los nuestros, los vuestros, los lineales haciendo derechura por lo mismo de llegar, ofrecer ramos de abismo a la que se devuelve y da reales disculpas y se alivia con fanales de buen decir pero se saja el centro de la palabra vida como encuentro de otra más circunstancia sin iguales espacios, de una muerte superada por insectos de luz donde se espera volver en brazos y alumbrar lo oscuro. Cocuyos del deber en la encalada tapia donde se apoya la extranjera hasta formar los ritmos de la NADA.
  • 44. 22 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS SEGUIR POR LAS CORRIENTES DEL OÍDO Será cierto lo digo, será cierto que he de morir. Yo, libre en el olfato tanto de los aromas como al trato de mansedumbres en alzado huerto. Oler la fruta, desprender injerto del árbol padre; delegar maltrato de lo visual sin olvidar el dato de la punta del dedo en fruto abierto. Seguir por las corrientes del oído. Únicos y los otros en vagancia de crecimiento de alguien que destruye porque se ilustra sueño desmedido. He de morir y espero la distancia de un pájaro remando en llano ardido.
  • 45. BIBLIOTECA AYACUCHO 23 ENTRE LO SÚBITO Y LO ETERNO América del Sur, tiempo, maleza, flores de bozo azul y una escritura con pájaros en vuelo y armadura de resuello en altores de justeza. También suaves instancias de tristeza en dirección al Sur y la figura de alguien amado en tiempo y en justeza de no llegar al beso y hacer pura intimación de mariposa, infierno de andar en nubes, conseguir trabajo para disposición y nuevo mundo: América del Sur el recio gajo que reivindica el respirar profundo y almendra entre lo súbito y lo eterno.
  • 46. 24 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS DAR EN VEZ DE RECIBIR Como desgastes de árbol te recojo, vierto en encantamientos y ataujía de oro viejo dispuesto en la manía de dar en vez de recibir. Antojo para hacer más y más el desalojo del agua descendente luz y guía con pasos a seguir haciendo vía de lo más dulce en predios del enojo. Reposar en aroma... Tanto asume ¿palideces del goce? campo duro de ir despacio, perder modo y manera de regresar, asirse al inseguro follaje su estatura de perfume rosa mordida nutre la quimera de ser feliz y hacer de enredadera.
  • 47. BIBLIOTECA AYACUCHO 25 SEIS SONETOS A JOSÉ CEMÍ, GATO DE ROSA FRANCISCA Y GATO DE MIS SOLEDADES Y AFECTOS I EN EL PISO DEL ALMA QUEDÓ HUELLA Gentil indiferencia era probanza de amor en lejanía. Fiel acato de cuanto fuera tímido relato con levedad urgida que descansa en topacios de tacto y alabanza a un pequeñito amor en desacato de otra más grande luz como maltrato de lo humilde avenido a la mudanza. En el piso del alma quedó huella de suavidad, José Cemí y espero en el piso del alma hacerte espacio para tu deambular dulce y severo. Silencio tú donde silencio sella gota de miel y acontecer despacio.
  • 48. 26 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS II ES YA RECUERDO TU SILENTE PASO Es ya recuerdo tu silente paso hacia qué tono oscuro se desvía el amarillo en oros donde había mucho de sed y sosegado raso. Tu luz iba a llenar secreto vaso después de haber tenido travesía con distingos de amor pues conseguía en levedad de roce hundir el paso. Acongojado extremo que deshizo voluntad de no llanto, y llora, llora quien no quiere forzar tiempo y dulzura. ¡Ay! tu pequeña vida hace moldura a un gran amor pequeño, haciendo piso a tu presencia alzada de onda pura.
  • 49. BIBLIOTECA AYACUCHO 27 III JOSÉ CEMÍ, PEQUEÑO. ME REFIERO Exceso mucho a extremo compasivo que puso en el no dar y luego a modo de circunstancia hostil cruzar recodo que, ni de bien ni mal deviene altivo. Indiferencia, principal motivo para gravarse y conseguir un todo vagando por el alma y acomodo de ausencias en espejo sensitivo. Hablo en presente, ¡ay! porque no quiero entregarte al pasado, aunque parece que vienes de muy lejos cada día. José Cemí, pequeño. Me refiero a tu luz silenciosa que obedece a un ramo de certeza en lejanía.
  • 50. 28 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS IV YA TE PUSE A VIVIR ENTRE LA GENTE Debo arrancar con árboles. Del rezo solo un único rumbo: lo que sube labios arriba: un ave donde hube tope de altura al inocente exceso de mirar y mirar. Quieto regreso con paisaje, por verte donde estuve expuesta a luz de rizo y me contuve para no ser más luz y sí sucesos de olvidos, que si olvido en mí concibo, ya te puse a vivir entre la gente con meladuras de alma y ardentía de verbo suscitado y diligente. José Cemí te invoco y te recibo: Oro especial de orgullo y lejanía.
  • 51. BIBLIOTECA AYACUCHO 29 V NO PUEDE SER DE PIEDRA TU LEGADO No puede ser de piedra tu legado pues levedad afirma la tersura de amarillos melados con hartura de paso suave en el entorno amado. No puede ser de fuego tu ensalzado azul-verde del ojo, cruel sutura con hilos de frialdad y poza oscura recibiendo un aroma sosegado. No puede ser presencia ya lejana tu deambular fijado en la memoria como a través de tímidos denuedos, haciendo firme la pequeña historia: la tuya, dibujada con los dedos en el cuadrado azul de la ventana.
  • 52. 30 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS VI NUNCA AMOR A NINGUNA BESTIECILLA Nunca amor a ninguna bestiecilla jamás le diera, pero el cuarto roce de mejillas efímeras, el goce hacía del alma limpia maravilla. Ser espacio de miel te reconoce el pasado y dispone de amarilla destreza cuando esboza tu sencilla armazón de neblina. Desconoces la datura sumida en amplio vuelo de campanas; tu sitio, tu despeje para bien, tal vez mal. ¿Dónde tu vida, tu sombra humilde, dónde tu recelo apoyado... quién sabe... dónde el deje de tu espesor en lámina perdida?
  • 53. BIBLIOTECA AYACUCHO 31 GIRASOL POR SIEMPRE ENHIESTO Si de la soledad se hace motivo para encender la flor y su constancia en alto pensamiento y su prestancia de rosa pues es rosa en tallo vivo. Si de la soledad, un decisivo don se recibe junto a la fragancia imponderable como la distancia de labio a labio y beso redivivo. También la mano en alto como gesto de despedida. (Mano que se niega aún a decir adiós, hace destino) entonces girasol por siempre enhiesto obedece y su venia da camino para aceptar y consumar la entrega.
  • 54. 32 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS A un canario Avecilla de Dios como segura intención del arpegio o decidida llama por el sonido dividida que después crece en la garganta pura. Nos incendió de cantos y hubo vida de notas varias, en cercana holgura; temas de rubio alcance y armadura de profecía en mínima partida. Avecilla de Dios, leve mordisco a lo fatal. En la memoria nuestra deja pequeña herida porque alude a mozartiano empeño ¡oh! dulce muestra de lo efímero en oros. Que se escude en tu pecho un recado a San Francisco.
  • 55. BIBLIOTECA AYACUCHO 33 PELEA DE GALLOS Llegaron. Ofrecieron sus apuestas sobre aquella del sueño, no librado a incertidumbres íntimas con vado de Orinoco fluyendo en piel y siestas sometidas al rojo, como estas pulsaciones de oído o campo arado por dinásticos bueyes y alejado escarabajo azul que a brillo restas el metálico círculo, con dejo de baya viva, vista con asombro por misma niña en tiempo diferente. Sonámbula del tiempo, apenas nombro a los que fueron, dieron a la gente violencia en testimonio de entrecejo.
  • 56. 34 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS A Dulce María Terán Doméstico laurel ciñe y abraza la fuerza toda del andar y crece en las maneras donde permanece la secular herencia de su raza. Ella borda los muros de su casa con reciedumbre bíblica y acrece su patrimonio azul que resplandece en fino borde de colmada taza. Su casa en mansedumbre se reclina con dejo de Provincia enamorada en el distante azul de un cielo puro. Su casa mece el aula y La Llanada ofrece buen vivir y lumbre fina de abecedario y pizarrón oscuro.
  • 57. BIBLIOTECA AYACUCHO 35 A Azucena Terán Madrid Tu silla azul, serena, frente a un muro de soledad y vida conquistada; el andar silencioso y la mirada con laberintos de jacinto oscuro. Su pensamiento surge desde un puro lugar de sueño y agua sosegada; confidencial el llanto y musitada su fiel costumbre de álamo inseguro. Sin embargo, del fondo sale ileso (tallo de voluntad y fortaleza) el girasol, al parecer, sumiso. Ella recorre el tiempo donde quiso, frugal otoño y ánimo preciso, unir la mansedumbre a la belleza.
  • 58. 36 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS A la Bebella Terán Alabanza fraterna y tiempo dado a fina palidez como inasible coloración de flor en impasible trecho de raza, para siempre alzado. El perfil se sostiene con alado impudor de azucena y de la libre pausa de la potranca, el irascible querer llegar de corazón frustrado. Multiplicó su sangre y su hermosura y ya en paz con el clan, vuelve al comienzo de la nostalgia aquella donde el día era sombra de Dios, para el inmenso amor, el triste amor que no sabía su destino perenne de amargura.
  • 59. BIBLIOTECA AYACUCHO 37 ARAGUANEY Fecundación y descargo del insecto en la flor Tabebuya Crisantha dulce y fiera bañada de poniente al mediodía pues oro incandescente desafía cualquier amago de incipiente cera. Tabebuya Crisantha en la manera del amarillo intenso y la ambrosía del oro derramado en vasta umbría oro y pasión de abejas con entera satisfacción de lo íntimo, fecundo, lo lineal sumergido, lo discreto unido a polen y melado breve. Oscureced el húmedo secreto haced del habla pincelada leve para la exaltación del noble reto.
  • 60. 38 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS SE BURLAN, SE REPARTEN, ENTRONIZAN... Seco rumor y desenfado bebo en nacional instancia con premura de ser austera, no brindar pavura donde miserias y pavor elevo. A nombrar Patria y sueño no me atrevo pues tanta risa imprime a la amargura ramalazos infames, como impura ración feliz que confundida bebo. Se burlan, se reparten, entronizan gozaderas de oro envilecido con miras a más oro y vuelco diario a más tener, a más lograr vencido el ser, su limpio, cálido, inventario a yugos y despojos sometido. Jajó, 1980
  • 61. BIBLIOTECA AYACUCHO 39 SONETO APACIGUADO EN ORFEBRERÍAS DE SABOR Estoy rebelde y me realizo en granos seculares: garbanzos y lentejas. Cocino. Me desato en ollas viejas hartas de hollín, manchadas de veranos. Di de comer y me deshago en vanos lamentos de reinados y consejas, organizados en secretas quejas cerca de la verdad en sabias manos. Descubro pan en gusto peregrino de arroz, ondeante y puro en la colina y vuelto luz en historiado plato. ¡Pero la iguana proporciona fina carne de flores para dulce trato de cuchillo, de manos, de cocina!
  • 62. 40 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS RESCATE VIVO Estos nombres ocurren en el alma: Rosa Francisca, Jhon, José María Ethan Thomas y escudos de alegría de ladrillo en ladrillo donde ensalma el futuro, plumaje de ebria palma cabeceando en lo claro y armonía de pájaros y cantos en la umbría paso a paso y urdir discreta calma en cañamazos albos, fiel motivo (todo bordado con el alto empeño), de andar en sueños, respetar la hondura del propio sueño en el rescate vivo de los nombres amados y pavura de no seguir con ellos por el sueño.
  • 63. BIBLIOTECA AYACUCHO 41 TIEMPO CONTADO Mucho saber del alma hace constancia de vuelo blanco en altitud de rito; la llama se conforma y surge el mito inusitado de la dulce errancia. Se recuerda, se vaga por la estancia apercibida a jazminero escrito sobre tapias de cal donde suscito andar y desandar: la DULCE ERRANCIA. Pero la muerte espera. Punto uno punto central, ineludible, exacto. Tiempo contado sin saber el cómo el cuándo o dónde siempre inoportuno, inobjetable en el secreto pacto con el bien, con el mal o con ALGUNO...
  • 64. 42 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS ESTOY EN MÍ, PENSANDO EN EL VIVIR Estoy en mí, pensando en el vivir de este efímero cuerpo que fatigo, más allá del silencio y de la sombra vegetal que me hiere y acompaña, más allá de la vida y de la muerte y de la savia de verdor inerte. Estoy aquí para saber del mundo y para hallar el cuerpo del amor que es pan y sal y puro vino triste; me marcho con la hierba y con su Gracia, de flébiles sustancias amorosas, por la corriente pura de las rosas. ¡Ay! la tierra es la ardida, sí, la ardida con serena corteza de manzanos y de viñedos limpios y corderos que por los vientos desatados sueña, y la fugaz entraña desvestida es tierra en tierra y vida sobre vida. Porque es la vida un manantial de voces y la muerte pradera de silencio y estructura febril y sumergida la misteriosa lumbre de los huesos, por eso estoy aquí y en lo profundo escucho el denso crepitar del mundo.
  • 65. BIBLIOTECA AYACUCHO 43 Sois dueño de la tierra, soy la tierra y vegetales sombras me acompañan. Estoy lejos de todo, del dolor y solo escucho músicas vitales de poderosos montes levantados hasta mis ojos más y más llagados. Pero no, no soy yo ni es él quien llora y ríe en cada borde, en cada célula misteriosa y sombría en cada hilo de mis cabellos, ¡ay! soy yo quien canta, la garganta sumida en maravillas y en rumorosas mieles las rodillas. Estoy mucho más lejos de mí misma que de los anchos ríos limitados por labios de verdor y conmovidos por cristalinos peces, más lejana de mí que de los saltos aromados en montes nuevos de álgidos venados. Soy yo, soy yo quien ama, dadme paso y no toquéis mi sangre, mi sonrisa que desembocan tibios en mi pecho grandes lagos, mesetas taciturnas y sucesos de bestias verdaderas al borde de altas hierbas y riberas. 1947
  • 66. 44 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS I A Alexis Mujica viéndolo trabajar Saber cómo irse, a dónde dirigirse ¿a la fruta? ¿al turpial? a la espesura del Samán hecho encaje de hermosura y hacer venia a la luz y despedirse para entrar a la sombra y decidirse a ser sombra en la luz o cruel dulzura de lo oscuro en el brillo como anchura o respiro en la flor y conseguirse deseos nuevos, nueva alternativa de perfume o color o tacto ardido para sentir el llano y darse cuenta de cuanto surge en el olor, o viva andadura del ojo, del oído y entrar y arrodillarse y hacer lenta intención de entregar y hacerse olvido.
  • 67. BIBLIOTECA AYACUCHO 45 II El sitio, la costumbre, estar presente aquí o allá, el sitio imponderable para el conocimiento y la mudable unidad del color en tiempo ausente. Saber que debe ir a lo mudable de la luz, sus aristas de repente vueltas quietud cuajada, iridiscente sobre encalados de visión estable. La juventud como abstracción del ala regresa y acomoda en vuelo fino apertura al follaje y desafía lo que suspende el ánimo y confía en agrados la suma de destino: ÁGUILA SOLA EN MEDIO DE LA SALA.
  • 68. 46 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS III La pasión se ennoblece en los espejos. También en un espejo y no desdeña ser águila, abordar la contra seña y médula de un Dios que existe lejos. Acaso lejanías de reflejos con hosca relación de ave sin dueña, esta, la dueña, en vida desempeña un oficio de cruz y tiernos dejos, de querer irse. Sin embargo afinca el águila su garra y concedido un pedestal de eternidad nublado. Águila en sitio libre, apuntalado, por columnas de humo donde brinca el blanco más cordero que haya sido.
  • 69. BIBLIOTECA AYACUCHO 47 IV Exigencias de sombra recupera pasos de sombra en ardua perspectiva; se libera la flor y surge viva su estrecha condición de ave señera. La quietud, cuajadura de quimera encuadra el ala y solución altiva del gesto hacia lo alto y punitiva mano del pico en jugos de bandera. Situación escogida con esmero de cuchillo amolado y fuego y nube que topa con lo oscuro y enaltece. Veladuras de origen y venero de miel oscura, campo donde crece lo llevado a morir y lo que sube.
  • 70. 48 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS V Coágulo de silencio se precisa para entender su sombra, sin rotura y más real que la materia oscura del águila en sí misma. Rara prisa de líneas a seguir; suerte imprecisa los tanteos del alma y apresura el tacto sus disfraces con la pura versión exacta en actitud concisa. El águila, su estruendo silenciado en un querer volar no satisfecho, un no volar y sí volar con tino de ánimo congelado, más bien techo de ciega data y sol desesperado y puño alzado a rotos de destino.
  • 71. BIBLIOTECA AYACUCHO 49 VI Condición, condición, labor y reja de pedernal y sombra rediviva subiendo desde abajo como ojiva de monte, lluvia y enarcada ceja puesta a interrogación que no despeja final común y suerte a la deriva del águila, su regia perspectiva oficiando en profundo y no nos deja poner más nada en altitud estable: ni estrella, nube, nada, solo aliento de la expansión y nada, nada, nada, conjugando la dádiva inmutable: punto de eternidad en la encalada pared dichosa con altor de viento.
  • 72. 50 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS VII El suspenso, la gracia, la manera de penetrar el bosque, dulce intento de quilla abriendo surcos en el viento y justeza de ritmos, donde fuera el águila luciendo como esfera de castigo inicial. Dadle un momento hacia fuera, sajando el sentimiento por secreta ración, acaso cera o cuajaduras de alma en el olvido... Acaso oscuro de galera esclava llevando negritud a las umbrías opacidades puestas al gemido del águila, rozando costa brava. ÁGUILA OTRA EN ESPACIAL LATIDO.
  • 73. BIBLIOTECA AYACUCHO 51 I A la pintura de Wladimir Zabaleta Los moradores hacen de la tienda lugar de sombra y ceja de menina con asombro, y arco y hornacina donde fuera amplitud la dulce enmienda del silencio en la falda como ofrenda de luz mediterránea que se afina entre el ayer y el hoy, la cruel resina donde se juntan dos. La misma rienda impulsos sofrenando y mismo nido de moradores en quietud tallados y listos a seguir diálogo y jura del instante: sabiendo luz y pura sustancia de moverse, hacerse a un lado. SOLO EL PERRO EN LA LUZ SIGUE DORMIDO.
  • 74. 52 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS II Los encuentros del alma con la boca y retribuir azules para luego volverse a latitudes de sosiego en rasos a caer y cuanto toca el intrincado paso de la boca hacia besos futuros, cruel trasiego de la inocencia a pálpitos de fuego como flecha a subir y se retoca el labio fugitivo con finura y material de luna, breve acoso del labio superior y mandarina gajo a gajo de gozo a otro más gozo: saber cuánto descubre la divina luz, nuestra luz en fuentes de pavura. Casa de Hablas, 30-9-2004
  • 75. BIBLIOTECA AYACUCHO 53 III Oscurecido rostro hace neblina en el trapo a seguir como trabajo de horizontal instancia y desparpajo de amplitud que a la tela se destina. No el verde, no el azul, el rojo atina y divide lo alto de lo bajo. De nuevo el verde cumple y a destajo se vuelve monte el traje. La colina acepta el reto y freno desconoce como avenirse a libertad y pura andanza de morir y hacer descanso. Así dice y agrega: “Solo lanzo a la línea inicial fondo y figura de vivir y morir en tiempo manso”.
  • 76. 54 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS IV La noche, su final y su primera invocación al sueño; dejadeces de pana entreverada con más veces al terciopelo de ración austera, puesto a disposición modo y manera del rango de lo oscuro y resplandeces también en boca medio azul y creces aún sin saber los riesgos de la espera hacer despegues sin encuentro sumo pero sabiendo latitud sufrida y a pesar del destrozo alzando vuelo. Te reconozco niño, tu pañuelo diciendo en nieve la futura herida. También herido tú buscando cielo.
  • 77. BIBLIOTECA AYACUCHO 55 V Vestuario de niñez haciendo acoso con perlas en redondo y no restañas un mucho hacia dormidos de pestañas que dejan la mirada en pleno gozo de pasar por debajo, hacer reposo en lo dulce, despacio, con hazañas de abejas africanas y acompañas el dulce puro al aguijón dichoso para librar el aire de agonía. Haga el nuevo pintor manual y reto de urbanidad, buenas maneras, modo de hacer venias a gestos y recodo de sustos, no querer hallar la vía de un vestuario unido a lo secreto.
  • 78. 56 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS VI Los labios en la dicha y en el sueño, embriaguez de la boca en noche alta. No se distrae la luz y no se exalta secreto alguno o cumbre de entresueño. Solo la boca y su dibujo; empeño de hacer la trama, línea que resalta (sellados por la música). No alta volcadura de labios. Desempeño de juntarse labial, hasta el respiro ya casi acercamiento, no descanso ni la conjugación de puerta y muro los labios, sí, como algo en tiempo manso sellados por la música y el giro abriendo en cruz la fe del Dios Oscuro.
  • 79. BIBLIOTECA AYACUCHO 57 A mi prima María Márquez Núñez Bella recordación y luminoso mensaje como pliego del olvido sobrevolando otoño desmedido desde una juventud con pie dichoso. Frase circunstancial en alto esbozo de la antigua amistad y recibido en costas de Falcón, el mar dormido que se ovilla en el mangle rumoroso. Y me devuelvo a niña que antes fuera ambas de olor a corazón oscuro: cañaveral y puente junto a un cielo que nos recuerda en luz de primavera. Para la amiga corazón en vuelo y fraternal instancia en tiempo puro.
  • 80. 58 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS NADA ES SEGURO, NADA PERDURABLE Cómo responde el árbol, cómo aclara silencio en ascensión, cómo demora para ofrecer la fruta que es ahora lo más intenso que el sabor depara. Cómo desenredar madeja rara de vida, muerte y sombra protectora para la despedida y lo que azora pues la mesa servida no declara nada seguro, nada perdurable. Ninguna flor segura en cada mano ofrecida a quién sabe con instinto de no volver a la estación amable y decir dulcemente con desgano: “solo la vida asume lo distinto”. Casa de Hablas, 14-8-9, 5 a.m.
  • 81. BIBLIOTECA AYACUCHO 59 LATITUD SAGRADA Supuesta el habla, acaso el pensamiento y la disposición de la premura. Impuesto el desacato y la hermosura de bestia y trino en desolado intento. Supuesta la versión de cruel momento para enlazar la muerte, su juntura con sagrado segmento y desventura de lo que ha de venir y ocurre lento. Supuesto el corazón en arribada hacia el cachorro humano también fuente de la divinidad haciendo espacio y dando impulso, y pulso intermitente, acaso campo en latitud sagrada, para ser Dios, mi Dios y mi presente y en su crucifixión lucir despacio. Casa de Hablas, 24-12-2004
  • 82. 60 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS BOTINES PARA IRSE No saber, no medir, no hallar distancia de una palabra a otra (que se estima como hilacha de niebla) por encima de cuanto lamentar usa arrogancia. Clamor de olor en reducida estancia (un jazmín del pasado no escatima presencia igual en contenido clima) donde jazmín de ayer dispone errancia. Pero siempre es el mismo, en su descargo cabe invocar blancura, cabe hacerse botines de perfume esclarecido, botines para irse y ofrecerse a no llegar. Seguir... Pasar de largo y pedirle a la muerte un desmentido.
  • 83. BIBLIOTECA AYACUCHO 61 AZUL TRIBAL Despacio, muy despacio con halago de buen decir más el decir preciso como fondo de ser o tiempo liso de cabellera lisa con amago de azul tribal, sin descartar estrago de intemperie en la piel o de indeciso tono de piel. Impertinente rizo de vuelo breve y otra vez halago donde se dice, se hace, se retoma tela inicial, urgida de abundancia, tela de ser para bordar sin prisa zureo claro en altos de paloma sin encender de nuevo aquella risa tan lejos ¡ay! de la perdida infancia.
  • 84. 62 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS MADERA DEL PRESAGIO Apoyos de Don Luis, atrevimiento de rosa oscura en foja oscurecida para más libertad, no conseguida esta sino a través del pensamiento, de paso riguroso con aumento de osadía, rechazo, niebla uncida a no mentir ni en peso ni en medida del reflejo, es todo cuanto siento; del reflejo que es luz y luz rasante pero no realidad, tal vez secreta madera del presagio, del recato en el dibujo, misteriosa meta siempre buscada en la palabra y ato sangre y dulzor en palidez fragante.
  • 85. BIBLIOTECA AYACUCHO 63 NIÑA ETERNA OCASIONADA EN CRUZ Súbito engaste de eslabón de oro a uno de plata, conseguido el nudo es mejor apartase con desnudo gesto que evite secular desdoro. El traje humedecer. Sombra de toro por humedad del traje. Pliegue mudo del corazón al pie. Pie como escudo para rechazos del primer azoro. ¿Apartarse? mejor hacer un claro donde estuvo, brilló con luz tardía de flor en vez de fruto. Niña eterna ocasionada en cruz, señal y día de extraña lucidez en tiempo raro y paso alegre en íntima agonía.
  • 86. 64 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS OSCURECIDA EN LOBA Me distingo de pierna y boca altiva oscurecida en loba y en distancia de rosa custodiada en su fragancia por mi fuga del sueño y siempre viva la rosa. Yo viviendo en siempre viva con mis pulsos, mi niebla, mi constancia que apoya voces y recuerda estancia cerca de un río, de avidez cautiva. Aquel río, su cálculo infinito en el dejarse ir, en la lejura de hacerse lento, calmo, no llegado. Río, al seguir en ti, labio suscito y me recuesto en súbita pavura y en desquicios de luz me resucito.
  • 87. BIBLIOTECA AYACUCHO 65 CONSEGUIDA LA GRACIA DEL OBJETO Conseguida la gracia del objeto hacer volar la mano en trazo puro, develar desnudez para un oscuro que participa en blanco como un reto al no color. ¡Oh! máximo secreto añadido al azul, casi inseguro en trastiendas de verdes pero auguro sedaje desvaído en lo concreto. Asirse de un vestido memorable, tela de juventud, tela callada por si saliente, por si los espejos. Aceptación o negativa, dejos de figura a sombríos destinada creciendo en ellos y a su vez estable.
  • 88. 66 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS VOZ FILIAL Dice mi nombre, dice muy despacio Ana Enriqueta... falta el apellido que yace desbastado y aterido en lunar expansión de tiempo lacio. Dice: Juan Griego, fuera del espacio habitual, es señuelo concedido a lo noble, a la percha del oído para la voz filial con la que sacio, tiempo de soledad, tiempo y manera de seguimiento asaz como bandera de aumentos mientras gime en abandono, aquella de la clásica pradera volviéndose infinito desde afuera y enmendadora cruel del falso tono.
  • 89. BIBLIOTECA AYACUCHO 67 ESTA SOY YO, EL AMOR Signo de padre y madre signo y brazo hacia el dolor, la oscura permanencia, el coágulo profundo de paciencia que alguna vez desatará su lazo. Amenaza ancestral para un escaso rostro, brillando en alto la inocencia, cesta vital de orgullo en la presencia de padre y madre en secular abrazo. Esa soy yo, mi clámide de llanto, mi palmera enojada y el sustento de cuanto irradia y en la mar se esconde. Esa soy yo, las piernas de mi canto; piernas baldadas. Misma mar responde con sesgos de agonía y pensamiento.
  • 90. 68 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS AMPLITUD DE PUEBLO Sojuzgas viento, haces lengua viva y pena del suceso deshicente hacia rumbos variados o corriente, que rema libre en ala fugitiva. Vuelves quilla y revés en auditiva honda donde la música se siente alojada en el verso y no consciente sueño y despojo en actitud esquiva. Poeta, si tu llanto no apresura línea verbal, ni vuelco desolado en amplitud de pueblo, siente vana la urdimbre secular de tu escritura. Cuenta en seco las luces de mañana porque hoy es holocausto y quemadura. 1989
  • 91. BIBLIOTECA AYACUCHO 69 CONFIDENCIAS AL HÉROE Saberme en pleno bosque repartiendo los umbrales y muros de mi casa desde climas sin armas descendiendo. Volverme toda azul cuando traspasa mi propio gesto, los oscuros vinos y fundaciones hoscas de mi raza confiarme, sin recelo, a los más finos supervivientes, ¡ay! los insaciados de tierras sometidas a destinos, encuentros, abluciones, destacados y bruscos girasoles, los inmensos que han logrado vivir en apartados y distraídos huesos indefensos. Soy la joven del bronce, soy, he sido a pleno bosque los metales densos donde el héroe reclama un encendido hermano agrario y puro. ¡Ay! de los ciegos dialogantes y míseros. Fundido trepar los torsos por venir y riegos inútiles, perdidos; no germina la baya del acero y esos ciegos
  • 92. 70 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS toda vez repetidos en la esquina, multiplicados en la mano abierta de los parques umbrosos... no declina un instante mi voz y desconcierta él, el héroe, sus manos apagadas que sostener podrían la desierta joven que dice y clama con alzada memoria vegetal: soy la que implora en todo espejo. Soy, o detallada dureza mineral soy, a deshora esta mar limitada inútilmente. Pensé: su estricta llama me devora y no resisto el índice inclemente de ese bronce salubre que señala el huracán y la excesiva frente que nutre rama y cielo y que resbala por fémures de piedra. Quién retira gestos de apoyo y qué rumor escala a los vivientes ciertos. Quién admira el solitario de los puertos, ese germinado en la piedra donde gira insomne, prisionero. Y que no cese la dura flor del bronce, siempre viva cruel a mi pecho; ¡ay! y que no cese
  • 93. BIBLIOTECA AYACUCHO 71 tanto fluir de piedra desde arriba, desde el árido tiempo del escombro a metal señalado por esquiva mano infinita. Dije: lo que nombro comienza a revivir; soy la negada y me incorporo, libre en el asombro de las ciudades que no he visto. Nada me distrae de los bronces. Soy la tierna carnadura celeste, la deseada de los seres nocturnos y una eterna dureza planetaria me atestigua el espacio del héroe y esa eterna dureza me persigue. Soy la exigua castigada del tiempo; no conmueve mi polen a la boca que averigua altura en la caída. Tanto leve saber lo verde y justo quien oprime sus labios contra el mar y no se atreve a entregar su color a quien imprime el color general: Héroe inmutable de azules en la frente y que redime lo vencido, lo humano innumerable. Yo, de humildad me caigo y me levanto sobre espuma biológica, mudable.
  • 94. 72 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS Se lleva a roca el anunciado canto él, roca y bronce en verbo perdurable.
  • 95. BIBLIOTECA AYACUCHO 73 REMINISCENCIAS MARINAS A Vásquez Brito el gran pintor del mar Cántico breve y levedad sumida en tersuras de linfa y abordaje silencioso a la luz, como paisaje contenido y veraz en propia herida. Cubren escamas sombra compartida con sedas y descansos, con celaje de aleta y cola en íntimo vendaje tornasol y también de luz cernida. Hacer mitades de la fruta sama para sabor amargo y dividido en inicial encuentro y mar de fondo. Enojo del plumaje y de la escama: el pez, a su elemento restituido y en el ave “me suelto y me respondo”.
  • 96. 74 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS ESCRIBIENDO UN SONETO Seca versión de ritmos que recojo en propia sombra como tenso nudo de vibración o resbalado escudo ocasionado y cruel en tinte rojo. Respiración alcanza en otro enojo advertencias de fuego donde pudo ser resuello de fondo o tiempo rudo amenazando candidez del ojo. Alternados redondos hacen forma alada, vertical; acaso piedra también a veces. ¡Oh! sufriente suma de triunfos enrabiados y no medra allí descanso. La inflexible norma huye en caballo de impaciente espuma.
  • 97. BIBLIOTECA AYACUCHO 75 ESTAR ES SUMA Y SER ES INFINITO Es tu deseo de ser el que alimenta (no de estar, pues de ser, es tiempo vivo de futuro) tus ansias y el altivo estar que en tu vivir no deja cuenta; pues estar es saber qué representa tanto de esto o de aquello y sensitivo oro contado en un presente esquivo y pobre para quien de sí se ausenta. Estar es suma y ser es infinito. Estar coincide con tener y cierto amor hacia lo cálido cercano, sin olvidar pisada y desconcierto de quien, por ser, escribe su desgano en único balcón por siempre abierto.
  • 98. 76 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS CASA DE LA AMISTAD A Esther y Armando Pérez, pintores de mi admiración y de mi afecto Casa de la amistad, casa que ofrece su mirada de mar al visitante. Casa enclavada en el azul distante que ni presume tiempo, ni perece. Humilde casa que en la noche crece y se convierte en brisa delirante. Para el recuerdo, luna sin menguante. Tierra de algo de amor que permanece. Si cruzas el umbral estás en fino territorio de sueño y de quehaceres nobles, de la palabra que se entrega y hace crecer el punto donde eres la más libre versión que no se niega a dar a contraluz alto destino.
  • 99. BIBLIOTECA AYACUCHO 77 MIS DIBUJOS Debo reconocer seca frontera de piedra y tono con ánimo exacto pluma marca, sutiles para el tacto, huellas que han sido redondez futura. Línea destrenza a veces un abstracto vagar lento por página segura; lunares y volutas son de altura mediana en el espacio casi intacto. Sin embargo detrás de tanto vuelo quedan hendijas, grietas, desacato de cómo debe ser, luz, agonía; de cuánto infierno se merece un cielo, hecho para salvar lo que desato y vuelvo a atar sin mucho de alegría.
  • 100. 78 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS TODA PRESENCIA Toda presencia insiste en el futuro para quedar vibrando en plana viva, ave reclama puesto por esquiva sombra proclive a desmesura. Muro también pide lugar; encuentra oscuro montón de infancia que restaña y liba en él abeja con su austral saliva y vuelve a ser montón dorado y puro. Aquiescencia fatal, un sí convierte en despedida, número ganado a una verdad o desollado sueño. Recobra sal la mano con su empeño de atraer recental pues no ha llegado mensajero ninguno de la muerte.
  • 101. BIBLIOTECA AYACUCHO 79 COMO UNA BESTIA DULCE Y MAL HERIDA Pienso en tu corazón que me ha dejado en plena soledad y a campo raso, con un espejo solo por abrazo y por recuerdo un niño desolado. Yo no buscaba amor, camino andado sino uno nuevo para darte paso. ¿Por qué a mi pecho no le hiciste caso ni pulsaste mi llanto delicado? Como una bestia dulce y mal herida que lo más intrincado del boscaje busca para morir, así es mi suerte; pero no te arrepientas de la herida que el oculto arabesco de la muerte, ha juntado pañuelo y despedida.
  • 102. 80 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS TERCETOS CON PAISAJE Y TRAJE OSCURO Tercetos con paisaje y traje oscuro hoy escribe mi mano, en un presente de contenida piedra y joven puro. Hoy escribe mi mano con reciente temblor de Dios y luz de enredadera para ser escuchada por la gente espaciada en la cálida rivera. Aquellos de la clámide encendida y de huracán voraz en la cadera. A vosotros, los míos, convenida espada vegetal os doy, con esa abrid en mis entrañas hosca herida que ya el tumulto vegetal, no cesa y mármol toma para sí el momento del torso y su profunda gentileza. Mármol destruye rama y pensamiento con sobrehumana fuerza y los corceles surgen despacio en el miraje lento. Allí me espera el coro de los fieles. Dadme vosotros el celeste aliento.
  • 103. BIBLIOTECA AYACUCHO 81 “CRISTAL PISANDO AZUL CON PIES VELOCES” “Cristal pisando azul con pies veloces” mi juventud en propio sueño medra. Irse, mas no de frente pues la piedra ataja, vence, fugitivos goces. Alevines en mano y desconoces peto de luz que a la tiniebla arredra. Tu presente lo niegas y desmedra la vejez aceptada. Reconoces qué de verdad procuras en la rosa, qué de máscaras, susto o embeleso, para no descubrirte en agonía de recibir, sin ofrecer el peso de cuanto del pasado se desvía y vuelve toro tu presente obseso.
  • 104. 82 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS SONETO QUE ANTICIPA UNA CARTA EN TERCETOS PARA MI GRAN AMIGA ANTONIA PALACIOS Antonia, amiga mía, Garcilaso el del amor me dicta este soneto. Suerte de seda umbrosa con secreto de turpiales de sed a campo raso. Antonia, amiga mía, fiero trazo de insomnio, pero en ámbito concreto, o marco cruel y rojos de terceto al comienzo y final de nuestro paso. Te escribiré en tercetos. Recibida la carta, estoy segura, y hasta cuento con tu perdón por mi silencio esquivo. En Castellano puro te recuento. En Castellano puro sufro y vivo y formas parte limpia de mi vida.
  • 105. BIBLIOTECA AYACUCHO 83 SONETO A UN AVE PARECIDA A UN PAVO REAL Y TAMBIÉN A UNA PESCADILLA DE ORO Cántico breve, levedad sumida en tersura de plumas y abordaje silencioso, la luz como paisaje desatado y veraz en plena vida cubren escamas, sombra compartida con ceras y descansos, con celaje de cola abierta en íntimo vendaje tornasol y también de luz cernida. Hacer mitades de la fruta sama, para saber, amargo y dividido el encuentro inicial a mar de fondo. Enojo del plumaje y de la escama. El pez a su elemento restituido y en el ave me suelto y me respondo.
  • 106. 84 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS SEVERO DEAMBULAR EN TIEMPO RECIO De tanto en tanto una vocal se pierde y la encuentro muy lejos, donde clama una casa olvidada y una rama de cintura en el tiempo; me remuerde aquella niña de estatura verde apoyada en daturas, niebla y cama de tantos sueños para quien reclama y tanto gana como tanto pierde. Una casa olvidada con aprecio de samanes y cínaros, roída por la pasión y un fondo de quimera; severo deambular en tiempo recio. La niña verde oculta primavera en veranos de fiebre compartida.
  • 107. BIBLIOTECA AYACUCHO 85 A MI ROSA FRANCISCA Yo soy la que en tu sombra se arrodilla y detrás de tus ojos permanece y se asoma a tu voz donde parece repetirse la antigua maravilla. Me reconozco en tu rebelde arcilla de niña que rechaza a la que ofrece su vieja silla azul, cuando oscurece su girasol de clámide sencilla. Sé que serás en grande; te confío el doble llanto de saberme a prisa mientras lo eterno me recoge el paso. Del jade rojo que acumula el río tomarás lo que falta a tu sonrisa. Guarda también mi sed a campo raso.
  • 108. 86 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS LOS ÚNICOS REVISAN LAS ALDABAS Los únicos revisan las aldabas ponen candados donde viento hubo paso a paso descubren donde estuvo por no desmerecer el “dónde estabas”. Cada vez en la puerta demorabas y más de un gran silencio te contuvo; blanco y un poco rojo se detuvo en umbrales de sueño y letras bravas. Los únicos, las vallas, los sonidos midiendo espaldas, hombros y gargantas de pulso a pulso sin rigor ni miedo y te pegas a cañas que son tantas como dulzura en pegajoso enredo de pie que nutre pasos y latidos. Jajó, 19-5-87
  • 109. BIBLIOTECA AYACUCHO 87 NADA OPRIME EL CONTORNO DE LA ROSA Tan de sueños se nutre mi cabeza y de luz sobre luz, tela bravía con trama de soneto y elegía do la palabra sobresale ilesa. Fealdad que se numera con belleza y trasciende en altura y ufanía; urdimbre secular como falsía de palma rota y por lo mismo ilesa. Tanto decir para quedarse en nada ni dónde poner pie ni alegoría para encajar, oscura y silenciosa; nada oprime el contorno de la rosa pero del corazón sale ceniza y una pena severa y espaciosa.
  • 110. 88 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS SINFONÍA DEL VERDE Y LA PALABRA Hoy es el verde, solamente el verde. Y la palabra, soledad dichosa en clima estatuario. ¡Ay! dejadme con los danzantes puros, con el claro uso de la belleza. Si retorna la casa oscura y fiel de los mancebos, iré a poblar la noche victoriosa, alumbraré su entraña con caballos blanquísimos, lunares, espumosos olvidados de mar frente a los bosques. Yo voy a las ciudades y acaricio el flanco de las húmedas ciudades. El animal sagrado: ola por ola besando el mar, la soledad y traigo lujosas expresiones y palabras como rostros perdidos, insaciables. Es difícil luchar por las palabras medirse a verde puro con los parques y en lugar de la estatua alzar las manos. Sin embargo recuerdo los danzantes, mendigos de mi piel y me resigno a mi profunda condición y clamo por la belleza cruel, innumerable. Hoy es el verde, solamente el verde. Sinfonía del verde y la palabra.
  • 111. BIBLIOTECA AYACUCHO 89 A Miriam Sambrano Urdaneta En vida corporal habitó la belleza. A pincelada griega el perfil riguroso. No de llamas, sí brasa la mirada y reposo de tinieblas: gran pausa la cabellera espesa. En vida espiritual dispuso su entereza lentos cauces de luz, sin premura ni acoso. Núcleo de su silencio el verbo con esbozo de figura vital para siempre en justeza. Aceptada la muerte no se comprende cuando (Miriam de las dos rosas: la blanca la encendida) nos ofrecen dos rosas del bifronte consuelo. Primero, contenerse en sagrada medida. Segundo, alzarse núbil con cetro de otro mando... Después seguir en vilo, gustando mismo cielo.
  • 112. 90 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS Soneto injertado de formas en honor a la pájara pinta Os rinden homenaje el llamado jacinto que aporta láminas y viento morado, ave mayor remeda tu calzado cuando saltas veloz del cuatro al cinco. Número dos y tres en el recinto de la palabra y su pico rosado tus paños de escalera al descampado son blanco puro al rojo vinotinto. Gustas de tonos y de ardor de oído de seis a seis y con mano apacible entorchas cifras donde hubo jaurías. Acomodos de tiempo repetido hasta la saciedad forman malías y demasiada luz en lo imposible.
  • 113. BIBLIOTECA AYACUCHO 91 SONETO A MARÍA CLAUDIA Cuando tenía cuatro años Claudia de lejanía. Claudia sola como flor de silencio sumergida en su propio silencio, nueva vida de extensa flor en súbita corola. Un retiro abisal, una abstraída presencia que no avanza ni se inmola a ninguna llamada. Claudia sola en su diamante puro retraída. El poeta se enfrenta a lucimiento de dulce intensidad en la mirada de Claudia niña y el poeta asciende por escaleras de humo, lastimada el alma por sutil conocimiento de alguna dimensión jamás soñada.
  • 114. 92 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS LO OSCURO EN LA PENUMBRA Oscurecer la mano que no usa envergadura y palidez del año hecha a estrujar el impasible paño que cubre al joven hombre como excusa para estrechar la mano que rehúsa someterse a otros gestos como engaño. Dispuesto al paladar fugaz rebaño de sabores en hondo y en confusa ausencia de los frutos, el que asume el ser pleno de pájaro y asilo de aquello que en la sombra nos alumbra y hace del año, cuerpo del perfume: cuchillo secular con doble filo hecho a clavar lo oscuro en la penumbra.
  • 115. BIBLIOTECA AYACUCHO 93 HORIZONTE ESCRITO Se desglosa el perfume, hace memoria y surge seda cruda en lejanía, olor supremo para el tacto y mía la palabra sutil y advocatoria. Cómo borrar los pasos de la historia en ufanas banderas de ardentía borrando engaño, trampa y ataujía de oro pailón como divina escoria. La cantante sabía de la gracia que se acrecienta en regia vestidura de jazminero en el luctuoso rito de la historia que hurga en la falacia y en la frase grabada con altura para enlazar el horizonte escrito. Dictado, hoy 22 de mayo de 2006
  • 116. 94 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS I A Oswaldo Vigas y Janine A usted señor, siempre señor y luego aún más señor y labia convenida con ella, la lejana y bienvenida pues acunó la indefensión del fuego, sorprendiendo lo limpio y el trasiego de la inocencia a copa restituida a más visión para acatar herida siendo más que defensa inútil ruego. Sin embargo qué antigua primavera ofreció a la cuitada, luz y centro de cómo pudo ser y hace vacío sabiendo que no es justo. Fiel encuentro de los sin garras, soledad y frío: alta resolución de la madera para ser del adiós mutis sombrío.
  • 117. BIBLIOTECA AYACUCHO 95 II A Vigas, orfebre De cuanto sube en estelar fragancia citado fue, también de lo que asume el tacto en el metal y se consume en formas nuevas, singular vagancia entre el armario y el sillón, distancia donde el silencio enhebra lo que asume compromisos de plata que resume el oro laminado y la fragancia de pulituras suaves, casto ensueño... Entonces dónde estuvo, cuánto oscuro del sillón a la mesa, cuánto libre del oro al cobre, al desolado empeño del estaño a la plata su conjuro que en la altura de ser encuentra dueño.
  • 118. 96 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS III A Vigas Vuelve a llegar, toca la puerta, dentro ofrece flor a quien no está presente; bebe del agua pura de una frente puesta en alto y dispuesta al buen encuentro del color y la forma, como centro de la eclosión de un pájaro y ausente mano ajustada a recibir que siente presencia de un gran sol que ocurre adentro. Os pido de esa luz haciendo esquina con la pared del fondo y sacrificio de la mitad del fruto. ¡Oh! ardentía de misma luz llevada al sabio oficio de ser y estar y retomar la fina vara de mando para altar propicio y desglosar de nuevo, luz divina.
  • 119. BIBLIOTECA AYACUCHO 97 IV TRES BRUJAS NACIENTES Los espejos, neblinas y los dónde de lluvia en las caderas, armonía y sacra Trinidad haciendo vía de cuanto a indecisión no corresponde pues son tres y de cierto, nadie esconde caracoles y cifras, nadie ansía borrar significados, solo había intención sin el cómo, sin el dónde. Acaso la nostalgia se estimula con amarillos, pardos o destruye el girasol de adentro y la certeza de inclinar el oído y la destreza de oro de sol oscuro como intuye sin dar traspiés lo que a vivir empieza.
  • 120. 98 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS V LA VENTA Son brujas, tres con gracia y pedimento de holgura en el soneto pretextando irse a pique en el cómo y en el cuándo pues la necesidad hizo el momento de entregar corazón y pensamiento al sepulcro blanqueado y avanzando hacia podridos de oro y alargando mano vacía en abandono lento. Cincuenta años en frente y a consuno la mirada y el tríptico dichoso ofreciendo pasión y cercanía de metal poderoso y ufanía con lumbre exacta en vez de casto humo. Sin embargo me lloro y hago gozo de tres en sombra y alta jerarquía.
  • 121. BIBLIOTECA AYACUCHO 99 I A Armando Pérez Por la mitad azul y en dos mitades la manzana del mito, la ufanía de la rosa de alguno y de la mía erguida en las eternas humedades del ascenso vital y realidades que son como pisadas a otra vía invicta en el decir que hace porfía por más alto prestigio en las ciudades vividas a la orilla de otros ríos, en latitudes de extensión audible por no saber de otra letal costumbre si no la de amparar lo impredecible. Partida en dos manzana, rosa, lumbre; partida en dos, mitad azul y luego en más altor de llama haber sosiego.
  • 122. 100 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS II Resistirá quietud sin ver la sombra de Grecia por lo alto y golondrina dispuesta a ser punto final y mina de indagación en tiempo que se nombra y es viaje ineludible sobre alfombra de presagios dichosos donde inclina un Dios coloraturas y divina disposición del rojo; gris asombra en lo extendido, libre, insustituible de ser rostro, paisaje sosegado conduciendo el impulso, frase, acoso del peso, la medida, vuelo, gozo de romper la equidad y hacer audible el canto-flecha en medular cercado.
  • 123. BIBLIOTECA AYACUCHO 101 A Patricia y Nicolás Mucha expresión del alma y el motivo de Patricia en dulzura y fuerza viva de la pareja en decisión altiva de ser dos y escanciar un Dios cautivo en el salto inicial y redivivo presto a llegar y detener la viva sangre de los ocasos, e incisiva altura y fe de un continente vivo hacia el gran paladar que da reposo a cuanto justo ocurre en pulso y gesto y se arrodilla y suda su agonía: Patricia conseguida en luz y gozo de araucaria con pisos y ufanía en la esperanza de un lugar enhiesto.
  • 124. 102 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS LECTURA DEL CAFÉ Usar despacio la altitud y hacerse de un ramo de clemátides y al canto asirse del café y en pozo santo leer el porvenir y deshacerse de cuanto ocurre triste y el quebranto de flor martirizada y ofrecerse de rodillas y en fuego y acogerse a pausas modeladas por el llanto. Pausas, distribución nave incompleta del jadeo que surge de lo ignoto presto a seguir congruencias de latido. Se estremece la piedra, vuelve a Zeta el A primera y obligar lo roto se vuelve contra todo lo vivido.
  • 125. BIBLIOTECA AYACUCHO 103 REIVINDICACIÓN DE LA SAL EN LA MUJER DE LOT Ella soy yo y me sustenta el hecho de haber sido columna y fuego escrito en páginas de niebla y manuscrito harto de sombra en trazo contrahecho. Muletas para oír, decir estrecho y maneras dispuestas para el mito; cómo realzar lo simple y hacer trecho entre labiajes de placer descrito. Entonces por la abeja: miel, fragancia por el árbol, su cresta libre y suelta: por la piedra su altor de profecía. Y más allá, en aras de la infancia mujer vieja se yergue y se da vuelta para hacer de la sal estatua y guía.
  • 126. 104 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS JUEVES Y VIERNES SANTO Debo quedar aquí como nombrada por los humildes, como responsable de los Jueves y Viernes y la estable corona de pasión jamás negada. Aquí debo quedar y rescatada del hontanar precioso, perdurable de cuantas hubo (rosas) y deseable restitución a la amplitud alada. Los Jueves siguen, sigue la alabanza tachonada de pájaros y umbrío el corazón se constituye en fuego y resaltan los Viernes de albedrío solo para abarcar respiro y seda de más vuelo a crecer en la esperanza.
  • 127. BIBLIOTECA AYACUCHO 105 LA INFINITUD CABALGA CUANDO ESCRIBO La infinitud labrada en hueso vivo, perecedero, asida a rumbo y ala de lo radiante que a su vez resbala hasta el piso intermedio del estribo. La infinitud cabalga cuando escribo y llega al horizonte en recia gala con punto más allá... para la tala y de nuevo caer en pozo vivo. Estoy, respiro, pienso, soy presencia aquí, con fecha, día, hora, momento. Ana por nombre y pulso, sangre, llanto. La infinitud se afinca en la conciencia de ser y estar; la infinitud y el canto que da traspiés en hondo pensamiento.
  • 128. 106 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS SU MIRADA, MI PULSO: POLVO, NADA “Mariposa en cenizas desatada”... Su mirada ya muerta y poderosa de otros verdes y más pulida rosa en un detrás de “niebla inconfesada”. Mirada. Su mirada revelada y puro hueco en la siguiente rosa que fuera del oído miel dichosa; su mirada, mi pulso: polvo, nada. ¿Necesario saber o dulcemente darse vuelta y partir? Así lo hizo ignorando en el tiempo su acomodo. Propia sombra sumida en un presente, hecho a lucir como distinto modo de perdurar en límite preciso.
  • 129. BIBLIOTECA AYACUCHO 107 BASTA YA, NO DE MUERTE, SÍ DE OLVIDO Se cae de espaldas como luz presente en empedrado gris y conseguido por junturas de verdes y enlucido de cal en vertederos de la frente. Frente que por sí misma ciñe ausente amigo castigado y ofendido. Basta ya, no de muerte, sí de olvido para una sombra en soledad creciente. Se cae de espaldas, ¡oh! mísera dulzura con señas anteriores en desuso (señas de humillación). El pecho vivo ofrece plana de abisal blancura. Escribo en pliego lúdico, inconcluso y estoy en soledad por siempre oscura. Morrocoy, 10-1996
  • 130. 108 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS VUELVO A LA SOLEDAD Vuelvo a la soledad, sus labios mudos sorberán mis campiñas inexpertas; la noche me dará sus bocas ciertas y sus racimos tibios y desnudos. Los vivos me darán claros escudos, batallaré contra las risas muertas y entre lianas y músicas despiertas alzaré el corazón con pulso rudo. Porque toqué la mar, su piel de aroma y el árbol derramó su casta vida sobre mis hombros, sobre mi garganta. Oídlo bien, por eso se levanta mi gentileza y agriamente toma otra vez su hermosura mal herida.
  • 131. BIBLIOTECA AYACUCHO 109 FILM Adolescencias de color unido y reanudadas charlas vegetales: blandido he contra ti documentales de selvas, sin verdor y sin sonido; o con sonido de algo conseguido a fuerza de remedos siderales, monos en cantidad y fantasmales desde el follaje, viéronte dormido. Los monos de la sala suspiraban cuando lanzaste todo tu sombrero al fílmico Amazonas: agua lerda. Amor, y te lloré por verdadero en la pantalla, y tu “no ser” prefiero al incipiente mono de mi izquierda.
  • 132. 110 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS (TODO INDICIO NOS LLEVA A LEJANÍA) Ahumado resplandor hace montaña en ásperos declives al desnudo. El tendón principal semeja escudo de arcilla que revela quieta hazaña. Planta de pie puede avanzar y daña dejando atrás el pie. Trazo menudo apoya tacto en insistente nudo de sensación pues libres acompaña. El tendón principal freno del paso hacia reflejos o lucir oscura (todo indicio nos lleva a lejanía) planta de pie puede avanzar y pura dejar huella despacio, como ansía aquella de respiro y hondo trazo.
  • 133. BIBLIOTECA AYACUCHO 111 LABRADO ESPACIO, TIEMPO SOMETIDO Labrado espacio, tiempo sometido a lucidez suprema, como rica despedida que gajos multiplica en un presente por demás sabido. El pasado se yergue y justifica cada adiós en un tiempo convenido lleno de casta flor y turbio oído para escuchar la voz que sacrifica, ansias de ser, estar, subir escala de latidos, zanjar la conveniencia del mármol a intemperies absolutas. Suprema aceptación haciendo gala de huesos en tinieblas, como rutas hacia umbrales de fina transparencia.
  • 134. 112 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS OBJETOS Y RODAJES DE ORACIÓN Aquí gobierna la paciencia y cierta avidez que atestigua la premura del crecimiento, mínima dulzura alargada en el tono de la oferta. La voz rodea muros y desierta ciudad para llegarse hasta la altura necesaria y saber cuánto perdura lo escrito y abisal en foja abierta que se ofrece, reclama sin desdoro los pequeños objetos y rodajas de oración, como ritmo y lejanía. Sonido y pauta con ribetes de oro para escribir la música y migajas de compasión en tiempos de agonía.
  • 135. BIBLIOTECA AYACUCHO 113 PRIMERA LLUVIA Tierra anterior de sed y llamarada que ofrece el rostro ansioso a la caricia vertical de la lluvia, con delicia de bestia núbil, limpia y enarcada. Surge el instante libre y la mirada de quien por ella tuvo sed y oficia, el arte secular de hacer propicia la errante nube, en la pradera amada. Escuchar, escuchar como recibe el gran rumor de ser y se convierte en secreta punzada de semillas; en estación, por joven, que concibe y perfuma de oscuras maravillas el inaudible paso de la muerte. Peraza, Viernes Santo del 61
  • 136. 114 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS ES POSIBLE QUE EL AIRE ME ENCADENE Es posible que el aire me encadene. Aire mismo le deje a mi cintura su compromiso azul, donde figura la niña negra que mi piel sostiene. Es posible que el agua me condene a relatar su móvil aventura; también puede ser causa de blancura toda flor que en lo oscuro se mantiene. Pero que tú me lleves de los ojos para darme lo que antes era mío lo que ni tú, ni nadie me ha quitado, amor, amor, no temo tus enojos porque el Caribe y el deltado río ni siquiera mi sombra han olvidado.
  • 137. BIBLIOTECA AYACUCHO 115 Y EL INMENSO SAMÁN DUEÑO DEL VIENTO Hasta la muerte es bella en una rosa; se desprende en descuido y armonía de caída y reposo como vía para un lejano aroma que reposa también atrás en páginas y roza libros de infancia y seca jerarquía de pétalos prensados como guía de algo entre flor o viento o mariposa. Más bien de mariposa, pues asume vagancia libre, azul de algún momento paralizado en página inocente donde no hubo dolor y el pensamiento era vuelo, neblina, luz, perfume y la casa soporte de mi gente. Y EL INMENSO SAMÁN DUEÑO DEL VIENTO.
  • 138. 116 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS ESTÁ SOLA Y CONSTRUYE LABIA Y SUEÑO No responde a los grandes sinsabores porque lo grande ocupa lo pequeño; está sola y construye labia y sueño con unas flores amarillas, flores que desdicen la trama y los colores de cuanto fue bordado, sin empeño sin empeño de ser, más solo hacer de otro despeño la caída más noble y sin mayores descansos ya que el aire da bandejas de pájaros, de frutas, de follajes donde lo alto se asume y desafía pasos de sombra y sombra como guía para dejar de ser y los paisajes dispuestos en tinieblas de alegría. Casa de Hablas, 4-5-2012
  • 139. BIBLIOTECA AYACUCHO 117 OCURRE A RATOS, LUEGO DESAFÍA Ocurre a ratos, luego desafía lo nuevo-singular, rosa y secreto de alguna gema en un pasado neto de color y de tímida ufanía también de telas por oculta vía blanca por ser inobjetable reto de blanco sobre blanco y fondo prieto en mitad de los ojos como guía para dejarse hundir sin hacer caso a llamadas de afuera, acaso un grito conocido, de sangre; pulso y gala. Entonces para qué dejar escrito este fuego del alma sin escala de ave viuda en tejados de infinito. Casa de Hablas, 6-6-2012
  • 140. 118 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS VUESTRA SUPOSICIÓN ES LA CERTEZA Vuestra suposición es la certeza de estar en carne viva, respondiendo por el árbol, la nube, lo que entiendo como razón de vida, para ilesa surgir de nuevo en íntima belleza del decir, casta lumbre donde enciendo rosa nueva del alma y no comprendo por qué me cuesta tanto, o sutileza de dar el paso hacia final hondura rica en tiniebla ¡oh! giro silencioso empujando lo oscuro de algún río hacia tierra mayor o simple gozo de no ser ni aferrarse a la figura donde se estuvo, libre de albedrío pero sujeta a saltos de hermosura. Casa de Hablas, 3-10-2012
  • 141. BIBLIOTECA AYACUCHO 119 NO RESPONDES; TAMPOCO YO RESPONDO No respondes; tampoco yo respondo y queda la pregunta haciendo eses en sendero de pánico y dobleces sobre pañuelo blanco donde escondo mis propias iniciales, mar de fondo ignorado por todos y aconteces en agua limpia como tantas veces hiciste de ti misma luz y el hondo mirar que justifica un infinito de viento propio, libre, desatado a no seguir, a no llegar de modo que la razón se afinque por lo escrito (alguna vez con llanto enamorado) pero siempre feliz en el GRAN TODO. Casa de Hablas, 17-1-2013
  • 142. 120 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS SEÑAL DICHOSA EN HOMENAJE AL POEMA “LA MADRE” DE ENRIQUE MUJICA Cuanto nombra sucede: árbol o rosa suenan lejos... exceso de blancura se pierde en foja blanca y hace oscura senda a seguir como señal dichosa para de arriba ser la nube honrosa que pasa en forma de ave y apresura otra, más otra y otra forma pura. Solo de madre tarde portentosa. Siguen las aves, queda la camisa que toca a gloria porque sigue el viento y ella, madre y mujer hace presencia en exprimir, golpear tela y precisa condición asumida en tiempo lento: “su destino de diosa en inocencia”. Casa de Hablas, 30-1-2013
  • 143. BIBLIOTECA AYACUCHO 121 AL RÍO MOMBOY RÍO DE SIEMPRE Y SIEMPRE MÍO Vuestro silencio ocurre cuando canta mi silencio y se vuelve puerta abierta o rosa levitada con incierta moldura en el bostezo y adelanta un pie sobre otro pie con gracia tanta que la figura avanza a la desierta sala de ayer o confinada huerta en tactos y perfumes de una santa memoria. Sala, huerta sin desvío hacia infinitos donde Dios alcanza su soledad dichosa y hace mía mi soledad de antes mansa guía para entrar en la sala y alabanza de aquel río de siempre y siempre mío. Casa de Hablas, 22-3-2013
  • 144. 122 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS EPITAFIO AL CABALLO DE LIZAVETA ACEDO TERÁN Ni de oro, ni de plata sí resuello de alto amor conseguido en tiempo llano; galope traspasado a cruel verano ya para siempre en piedra, con un bello trote de vida sin hacer por ello olvido de la muerte pues la mano de Lizita condujo luz y arcano en la lluviosa noche con destello de eternidad sumida en flor menuda respirando de lejos juntamente con algo de pregunta desatada: ¿Será esencia de alma? Nunca duda pues hoy le damos con altor de frente cuna de sueño en latitud sagrada. Casa de Hablas, 18 o 19 de junio de 2013
  • 145. BIBLIOTECA AYACUCHO 123 SE ME OLVIDÓ LA RISA, CLARA RISA Se me olvidó la risa, clara risa para informar banderas contra el viento o suspender las aves, dulce intento de volver seda lo anterior a brisa. Devolver seda pálida sonrisa acosada de mitos y momento de traspasar al singular lamento queja inútil, sagrada, con la prisa de quien ha de partir y le da paso a la vieja querella imaginada más que cierta en el ámbito preciso de no querer ya nada, nada nada... o solamente recordar un trazo de luna en la tiniebla sosegada de este octubre en la casa y en el piso. Casa de Hablas, 8 o 9 del 10 de 2013
  • 146. 124 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS LLEVADA DE LA MANO Se precisan esteros y laguna donde hallar garzas levantando vuelo; bajíos de esperanza y desconsuelo hacia lecturas de horizonte y una de mucho blanco (garza) como alguna que dibuja el silencio y nos da suelo con harina de luna y el desvelo de la quietud en esa misma luna. Quietud de verso que se vuelve llano paraliza la luz en flor abierta y busca arrimo a cenital distancia de una respiración hecha verano aspirando a la altura de una puerta por donde se unirán tiempo y fragancia y transitar llevada de la mano. Casa de Hablas, 22-10-2013
  • 148.
  • 149. BIBLIOTECA AYACUCHO 127 CUALQUIER PLIEGO, CUALQUIER PEDAZO DE ALIVIO Cualquier pliego, cualquier pedazo de alivio. Una palabra con su verdad de ojo cruel en el diálogo; mismo saber qué se pisa, qué niebla en vez de pensamiento y no buscar rastros oportunamente destruidos. Conocimiento fugaz de cómo despojaron el águila, cómo desprendieron la joven del pausado Orinoco, del río padre que ella amó con dignidad y fortaleza. Cualquier piedrecilla húmeda en justificación de la esperanza. Solo señal oscura para sobrevivir en lo INESTABLE Y HERMOSO. Guacuco, 12-7-78
  • 150. 128 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS CORRERÍAS DE ENTRESUEÑO Usaban la cometa para alcanzar nombre y clave de los colores del verano. Usaban el día, como distancia entre la esquina y los sucesos, entre adioses, sajaduras de habla, techados de pájaros convocados por brisas y correrías de entresueño. Dice: “Son mis riquezas, mi palabreo comenzado en Junio bordando inocencia sobre la trama de la cólera”.
  • 151. BIBLIOTECA AYACUCHO 129 RECOSTADA EN EL SEGUNDO ESPACIO En el segundo espacio se recrea hembra sin reino, su máscara de coral pálido, humedecida de rocíos salinos, tallada por el hociquillo radiante del que se nutre y avanza por entre rostros, donde se expande el otoño. En el segundo espacio surge la frase a la misma hembra que espía convertida en isla, tanto de ida como de regreso para la sumisión del águila y la quieta, luminosa sabiduría de la otra, que lava ropa de varón sábanas, pañuelos, todo lo que sigue al amor. Ella, ni rechaza ni ofende a sus íntimos con la evocación del [árbol amado. En el segundo espacio, una de las dos ofrece la trama mítica de su [paciencia; para entregar el pan de ahora y siempre, sin averiguar fecha ni [origen divino la otra, echa al fuego el tambor de las prohibiciones y amamanta su hijo recostada en la isla sacramental. Es el instante supremo.
  • 152. 130 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS ESTOY CANSADA DE SER TAN SOMOS Duermen las aves para recuperar sus alas de amanecer y nube alta. El pez recibe influencias, aromas secundarios. La muchacha reparte azúcares mórbidos. El idiota se refugia en el sonido intermedio, allí percibe el águila, escueta en su piedra abismal. La dueña une todo; la dueña arroja a mitad del patio los tres clavos del sacrificio, cuida de príncipes y de mendigos, dice a los suyos: “estoy cansada de ser tan somos”.
  • 153. BIBLIOTECA AYACUCHO 131 AGUAS Y TRAZOS INESTABLES Superposición de mareas en tramos de oficio. A la derecha, ríos adecentados en constancias y pliegos. A la izquierda, secreta mar utilizando desnudez pura afianzada en caballo único. Extrema desnudez. Clamor de brillos atemperados por menudos follajes. Mosca azul sobre melados de perfume. Espacios de aguas en vanos de cadera. Todo ofrecido a quien no deja ver desolada estatura.
  • 154. 132 EXTRAVAGANCIAS LÚDICAS FUNDACIONES DE AÑIL Comiéndose el pez vivo. Haciendo girar una ruedecilla de esparto. Tratar de huir con un girasol en el pecho dejarla con vuestro demonio familiar mientras se deshace las trenzas. Recordar la doncella de 1815, adivinar su rostro antes de la primera golondrina. Obligar sus cejas de relámpago, desbordados los cabellos del alma. Llevarla con sus primos hermanos a las fundaciones de añil. Desconocerla en torno a las mesas servidas. Conducirla frente a tinajas lúgubres. Enseñarle la estatua con sus caracoles en la axila. Ella, impávida dialoga con el infinito.
  • 155. BIBLIOTECA AYACUCHO 133 FUE ENCONTRADO EL NOMBRE Fue encontrado el nombre. El nombre hizo la mar, su libertad infinita. La palabra monte hizo el monte, la palabra mar hizo la mar la palabra sur hizo el Sur. La palabra esposa fluyendo despacio por los ríos del paraíso: Amazonia. La palabra piedra hizo el héroe para hacer del héroe prisionero de propia altura.