2. La Justicia es uno de los sectores de la Administración que se enfrenta a un mayor número de retos, derivados de la creciente complejidad de la sociedad española y de su propia organización. Sin embargo, al ser un área intensiva en información, es una de las que más puede beneficiarse del uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). La Justicia en España puede sufrir un importante salto positivo cuando se pongan en marcha los tres procesos básicos de esta transformación: el cambio tecnológico, el organizativo y el cultural. Los tres son imprescindibles p a raco n s e g u i r u n u s o e f i c i e n t e d e l a s n u e va s tecnologías
3. Tres son también los agentes principales en el impulso de esta nueva Justicia: el Ministerio de Justicia, el Consejo General del Poder Judicial y las Comunidades Autónomas. Todos entienden la importancia del uso de las TIC y existe un amplio consenso respecto a la modernización de la Justicia, en torno a dos elementos básicos, la nueva oficina judicial y el expediente electrónico.
4. «Una Justicia tecnológicamente avanzada se muestra como un elemento esencial para la defensa de los intereses individuales en la sociedad-red» (Juan Carlos Campo, Secretario de Estado de Justicia)
5. Los servicios de justicia resultaron, hasta hace pocos años, prácticamente marginados de la omnipresencia de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en las actividades humanas. Los procesos y prácticas judiciales, preservados por pautas culturales proclives al dogmatismo, el ritualismo y la morosidad, exhibieron tradicionalmente altos grados de resistencia a la innovación. Asimismo, las tradicionales carencias de recursos financieros para invertir en el funcionamiento de los sistemas judiciales de la región, impidieron que la “e” penetrara en la justicia con una intensidad análoga a la de otros ámbitos de la vida pública.