Jesús nació en Belén y fue bautizado en el río Jordán. Sus enseñanzas, expresadas a través de parábolas y mandatos como amar a Dios y al prójimo, formaron la base de la religión cristiana. La propagación del cristianismo en el Imperio Romano causó una gran conmoción social y política a pesar de que su mensaje no tenía la intención de resolver problemas filosóficos sino de enseñar el camino de la salvación a través de la fe.