El documento discute la unidad de la Iglesia fundada por Jesús y la subsiguiente división de los cristianos en diferentes denominaciones a partir del siglo 15. Señala que Jesús oró para que sus discípulos permanecieran unidos en la fe y que originalmente los cristianos formaban una sola iglesia hasta que ocurrió el primer cisma y se formaron nuevas iglesias como la Anglicana promovida por Enrique VIII. Finalmente indica que la Biblia es el fruto de la Iglesia Católica, la Tradición y el Magister