La niña Karla tenía pesadillas todas las noches y gritaba mucho, por lo que su madre llamó a la curandera de la ciudad para que la ayudara. Durante la sesión con la curandera, Karla se veía cada vez peor y no hablaba ni se movía. Finalmente, la curandera descubrió que el problema era que un alma debajo de la cama de Karla la molestaba por las noches. Usando un perfume especial, el alma pudo liberarse y dejar en paz a Karla, permitiéndole dormir sin miedo desde ent
2. Hace mucho tiempo una niña no muy común llamada Karla tenía pesadillas cada noche, pero no se explicaba por qué. Un día la pequeña le pregunto a su madre mamá, ¿por qué me atormentan los fantasmas y las brujas por la noche? Su madre asustada la callo.
3. La pobre madre se quedó muy intranquila porque su pequeña lloraba mucho; con muchos nervios llamó a Carina, la curandera del la ciudad, quien le quitaba el espanto a los niños. La señora Carina le contestó muy amablemente y le dijo está bien yo curaré a su hija. Seguramente vio algo perturbarte en la televisión. Así terminó la llamada confirmando así su cita para el día 6 de aquel mes.
4. A la mañana siguiente la pequeña no hablaba mucho (Karla normalmente hablaba hasta por los codos), su madre se dio cuenta y le pregunto ¿qué pasa hija te sientes mal acaso? La pequeña solo se dio media vuelta y volvió a su dormitorio en el cual gritaba muchísimo. Los gritos de la niña asustaron mucho a la madre pero no podía hacer nada, no se podía entrar al cuarto estaba atorada la puerta
5. A la mañana siguiente ya era la cita la niña salió con sus mejores galas para ir a ver a la curandera del la ciudad como lo dispuso su madre. Una vez en el lugar la niña seguía sin hablar pero la curandera decía que era normal que solamente estaba asustada. Empezó la sesión. La curandera le fumaba cigarros caros alrededor del cuerpo y le pasaba un huevo de color azul, después la dejó en ropa interior para soplarle el licor bendito, la niña seguía sin hablar y cada vez se la veía peor. La curandera y su madre ya no sabían que mas hacer por la niña, no hablaba ni se movía, sólo podía emitir un triste gemido como pidiendo irse.
6. Cuando por fin terminó la sesión la curandera pidió a Karla quedarse un momento con ella, Carina muy suavemente le tomó la mano y le preguntó ¿alguien te hizo daño? Karla dijo: si señora y mucho, una niña me golpea y me molesta por la noches. ¿Dónde vive ella? Debajo de mi cama señora. Carina echó una dulce risita y la tomó de la mano dejándole un perfume con una nota que decía: si lo rocías en tu cuarto ella te dejará tranquila.
7. Karla así lo hizo, lo roció junto con su madre y cuando de pronto salió una niña de debajo de la cama. Karla se aferró a su madre, la niña era un alma y antes de irse se acercó mucho y le dijo: Tranquila ya no te harémás daño sólo quería alguien con quien jugar pero por fin me liberaste ahora podré jugar con mis padres en el cielo, gracias.
8. Desde ese día Karla pudo volver a dormir sin miedo y su madre pudo vivir más tranquila.