Los babilonios y egipcios utilizaron por primera vez la trigonometría hace más de 3000 años para medir tierras y construir pirámides. Los griegos, especialmente Hiparco de Nicea, continuaron desarrollando la trigonometría para predecir el movimiento de los cuerpos celestes. Durante la Edad Media, los árabes transmitieron el conocimiento trigonométrico a Europa a través de traducciones, mientras que en el siglo XVII, Napier inventó los logaritmos para facilitar los cálculos trigonométricos.