El poema lamenta la muerte del capitán de un barco después de completar exitosamente un viaje arriesgado. El narrador expresa su tristeza al encontrar al capitán, a quien veía como un padre, extendido y muerto en la cubierta del barco. A pesar de que el barco llegó a buen puerto, el capitán ya no podrá escuchar los vítores de la multitud que lo aclama.