1. Buen día en el Señor
Dios en su infinito amor te regale una hermosa semana, preparando el corazón en este
tiempo de Cuaresma, acompañando a Nuestro Señor en este camino hacia la
culminación suprema de su amor.
Estas últimas semanas mi país viene sufriendo las inclemencias del tiempo, desastres
naturales, miles de personas afectadas, algunas han perdido todo lo que tenían.
Cuando escucho a las personas decir eso, me quedan en la cabeza aquellas palabras:
perder todo. ¿Cómo te sentirías si perdieras todo? ¿Qué es “todo” para ti?, cuando
pensamos en ello quizá viene a la mente la ropa, la casa, el carro, hasta los
documentos de identidad u otros de los cuales no se puede pedir copia, u otras
posesiones. TODO.
Dios ES nuestro TODO, debería serlo, ¿te das cuenta cuando pierdes a Dios? ¿Te alejas
fácilmente de EL por ceder a la tentación de pecado? Cuando perdemos a Dios y nos
alejamos de EL por propia decisión ¿sentimos en el corazón aquella angustia y
desesperación que sentiríamos si lo perdiéramos todo, como en el caso de mis
hermanos peruanos afectados por estos desastres? ¿Perder a Dios es para ti un
desastre frente al cual luchas de mil formas para evitarlo?
Quizá has visto por la televisión la imagen de aquella mujer que salvo la vida de
milagro, arrastrada en medio del lodo y maleza por varios metros, luchó en medio de
aquello para mantenerse viva. ¡Qué gran fortaleza y que grande es Dios que la salvo!
De la misma forma, es necesario que luchemos cada día por mantenernos en el amor
del Señor, resulta tan difícil y titánico para nuestras fuerzas, como seguramente le
resultó a esta mujer, sin embargo pudo salir de aquella situación de la misma forma
que nosotros podemos salir de nuestras situaciones de pecado con la ayuda de la
gracia de Dios en nosotros, y no perderlo TODO, no perderlo a Él. Quizá, en primer
lugar, antes que nada valorarlo cada día, apreciar lo magnifico y maravilloso que es con
nosotros, porque solamente así seremos más conscientes de cuándo y cómo lo
perdemos para recuperarlo, sin demora, con el corazón arrepentido y listo
nuevamente para seguir el camino hacia Él. Cada día más cerca.
Pidamos al Señor la gracia de vivirlo y tenerlo realmente presente en nuestras vidas
cada día, que anhelemos nunca perderlo y que si lo perdemos sintamos en nuestro
corazón la angustia que nos lleve a querer tenerlo nuevamente con nosotros. Oremos
por los que sufren, para que en medio de aquellas situaciones, hallen consuelo y apoyo
en los demás hermanos.
Que tengassiempre sonrisasque daryrecibir,signodel amorde Diosen ti para losdemás.