Dios nos ama con un amor incondicional e infinito que supera nuestra capacidad de comprensión. Por su amor, Jesús murió en la cruz para salvarnos y nos ofrece los sacramentos como canales de su misericordia. Dios espera nuestro amor en respuesta y nos invita a amar a los demás como él nos ama a nosotros.
1. DIOS ES AMOR
Dios nos hace saber de muchas maneras que nos ama, que nunca se olvida de nosotros,
pues nos lleva escrito en sus manos para tenernos siempre a la vista Isaías “Nuestros
nombres grabados”.
Jamás podremos imaginar lo que Dios nos ama, ya podríamos tener mucha
inteligencia, sabiduría, entendimiento, ya podríamos tener muchas
capacidades y aun así no podríamos comprender lo que Dios siente por
nosotros por amor, se escapa a nuestra mente, Dios por amor se encarno, se
hizo de carne y hueso, asumió nuestra naturaleza frágil, débil, pecadora, por
amor, nos redimió con su muerte en la cruz, por amor, habita en nuestros
corazones y en nuestra alma, por amor, se comunica con nosotros en lo mas
intimo de nuestro de nuestro ser en nuestros ratos de oración personal y
comunitaria.
Dios nos ama con un amor personal e individual. Jamás ha dejado de amarnos,
ni siquiera en los momentos de mayor ingratitud por nuestra parte o cuando
cometimos los pecados más graves, o cuando nos alejamos de él.
Su atención con nosotros ha sido constante en todas las circunstancias y sucesos que
nos han ocurrido, y esta siempre junto a nosotros: “Yo estaré con vosotros hasta la
consumación del mundo” (Mt 28,20), hasta el ultimo instante de nuestra vida. (Yo
estaré contigo… por que te amo).
2. Como muestra de su amor nos dejo los sacramentos, “canales o vías de la
misericordia divina”, nos perdona en la confesión(limpia, purifica, lava, sana)
y se nos da en la sagrada eucaristía(su cuerpo santo, inmaculado, precioso),
por amor nos da a su Madre como Madre nuestra, nos regala su don mas
precioso (E.S) para que nos proteja, nos guíe, nos de esperanza, y nos espera
en el cielo donde tendremos una felicidad sin limites y sin termino.
Dios espera de nosotros un amor reciproco y sin condiciones. Nuestro amor a
Dios se muestra en las circunstancias cotidianas de cada día: amamos a Dios a
través del trabajo bien hecho, de la vida familiar, de las relaciones sociales
con los demás, del descanso…, pero también el amor de Dios es exigente y
nos pide cosa y muchas veces nuestras repuestas no son las adecuadas. (nos
pide hacer algo en la comunidad, es que Jesús no tiene poder y fuerza para
hacer las cosas).
Con el Señor todo se puede convertir en obras de amor (tan alto, tan bajo, tan ancho).
Cuando correspondemos a Dios con amor las dificultades y los obstáculos se vencen; y
al contrario, sin amor hasta las dificultades más pequeñas parecen insuperables, y esto
ocurre, porque amor con amor se paga. (Los problemas no desaparecen).
Dios no nos va ha dejar de amar nunca, y si esto ocurriera entonces ya no seria Dios,
puesto que Dios es amor, hermanos vamos a mirar la cruz, hay esta el amor crucificado
por nosotros, pasara cielo, tierra, generaciones, nosotros pero el amor de Dios nunca
pasara, solo hay que mirarlo a El en la cruz, el que nos aparta del amor es nuestro
pecado pero Dios permanece fiel siempre.
El amor a Dios ha de ser supremo y absoluto (amaras a Dios con todo tu corazón...),
pero dentro de este amor tienen cabida todos los amores puros, nobles, limpios de esta
tierra.
La señal externa de nuestra unión con Dios es el modo de vivir la caridad con
los demás.(Cor 13).
Pidámosle a la Virgen que nos enseñe a corresponder al amor de su Hijo, y que
sepamos amar a nuestros hermanos y que se haga realidad lo que experimento
San Francisco Javier:”mil vidas si las tuviera daría por poseerte, y mil… y
mil… mas yo daría… por amarte si pudiera… con ese amor puro y fuerte con
que tu siendo quien eres… nos amas continuamente”. Yo que no soy nada, me
ama el que lo es todo. (Vale la pena vivir esta vida con tal de experimentar el
amor de Dios aunque sea un solo segundo de nuestra existencia).
3. Te doy gracias, Dios,
por este amor que me has dado,
por esta bendición que me has regalado.
Ayúdame Señor a cuidar su corazón,
a saber corresponder lo que espera de mí,
y a mantener nuestro amor en ti.
Gracias Dios por este amor,
es más de lo que merezco,
pero lo acepto con gran ilusión...
Esta es mi oración,
de gratitud por tan gran corazón,
y esperanza de tu presencia protectora
cuidando de que este amor jamás se apague.
Gracias Dios por este amor