Este documento describe un busto de mármol del joven Antinoo del siglo II d.C. Antinoo era el amante del emperador romano Adriano y después de su misteriosa muerte se convirtió en una figura importante en el arte clásico, con sus rasgos usados para representar dioses y acuñar monedas. El busto, hecho de mármol y en buen estado de conservación, es un retrato anónimo de Antinoo que pertenece a una colección real.