El documento habla sobre el valor de la integridad a través del ejemplo de Daniel. Resume que Daniel mantuvo su integridad ante las autoridades babilónicas al rehusar contaminarse con la comida y bebida del rey. También oraba a Dios tres veces al día a pesar de la prohibición, mostrando su compromiso con sus convicciones espirituales. El documento exhorta a los lectores a cultivar la integridad en sus propias vidas para honrar a Dios.