Aquiles era el hijo más hermoso de la diosa Tetis. Para hacerlo inmortal, su madre lo sumergió en el río Estigia, pero no pudo evitar que el agua tocara su talón. Aunque se volvió casi inmortal, su talón se convirtió en su único punto débil. En su última batalla contra los troyanos, fue alcanzado por una flecha de Paris en su talón, lo que le causó la muerte.