La primera ley de Newton establece que un objeto permanecerá en reposo o en movimiento uniforme a menos que actúe sobre él una fuerza neta. El documento explica cómo esta ley se manifiesta en situaciones cotidianas como moverse hacia adelante o hacia atrás en un autobús al acelerar o frenar, o cómo los ladrillos se mueven de la misma manera que los pasajeros en una plataforma debido a la inercia.