1. La Montaña, 10 de junio de 2014.
Mis queridas semillas,
Vamos a compartir una historia muy bonita. Un día que brillaba el
Sol y los perfumes de las flores llenaban todas las calles, salió un perrito a
pasear y subió la calle arriba, miraba encantado y se encontró una casa
muy grande, una casa abandonada y dijo: “Voy a ver que hay ahí dentro”.
Siendo curioso entró el perrito, miró el primer piso, el segundo y en
el tercer piso había una pieza muy grande, al entrar se asustó un poco
miró y de repente vio que había miiiil perritos y dijo: “¡¿Qué hago?!”
Abrió los ojos muy grandes, no sabía la
reacción y los mil perritos abrieron todos los
ojos como él, le tranquilizó, movió su colita
mostrando la simpatía y los mil perritos
movieron también su colita o el rabo, estaba tan
feliz el perrito, tan feliz que ladró y les dijo:
“¡Hola, buenos días! ¿Qué tal?” Y los perritos
le contestaron amablemente igual del mismo tono que él, entonces dijo el
perrito: “¡Bueno ya estoy más tranquilo y feliz!”, se dio media vuelta, bajó
las escaleras, se fue dejando ahí los mil perritos y dijo: “¡Qué perritos más
simpáticos, esta casa me gusta! Volveré otro día a saludarles” y se fue tan
contento.
Un perro que había observado todo, quiso seguir al perrito y entró
en la casa y dijo: “No hay nada” subió un piso, dos pisos, tres pisos y de
pronto, al abrir la puerta vio que había mil perros, entonces él se puso muy
serio y los mil perritos se pusieron serios, se puso gruñón y empezó a
cambiar su cara y los mil perritos se pusieron todos gruñones y a cambiar
la cara y después ladró muy fuerte, les
insultó, les dijo de todo, rabioso y los mil
perritos le contestaron rabiosos igual que él,
se dio la vuelta y dijo: “¡Nunca más volveré
a esta casa! ni me gustan los mil perritos, ni
me gusta la casa, ni quiero saber nada” y se
fue.
Al final de la calle el perrito feliz, contento porque sus mil perritos
le habían sonreído, le habían saludado, el perro gruñón, amargado,
2. cenizo, muy furioso porque los mil perros le habían contestado lo mismo
que él había hecho.
Mis semillas quiero deciros la verdad, en esa pieza había mil
espejos, simplemente mil espejos, no había ningún perrito, no había ningún
perro, simplemente hay una moraleja: Depende cómo mires tu espejo, si le
sonríes, si los saludas, verás que los otros te mirarán y te sonreirán, pero
si estás de mal humor, te levantas enfadado o enfadada y si echas la papa
caliente al vecino, es lo que vas a recibir. ¿Por qué siempre tiene la culpa
fulanito o menganito, por qué no somos felices como ese perrito, que lo
primero que hizo fue abrir los ojos, es lo que tenemos que hacer, sonreír,
darnos la vuelta y volver de nuevo y repetir. Así es el día a día ¿Os
acordaréis de ese perrito?
Os repito, no había ningún perrito dentro, ningún perro, solamente
mil espejos, el perrito positivo el que ve la copa siempre medio llena,
siempre será feliz, el perro serio que la ve medio vacía siempre tendrá que
irse solo.
¡Animo mis estrellas! Ustedes no están solas, no están solos, al
contrario tienen las estrellas del firmamento para apoyarles, ayudarles y
desearles lo mejor.
Prepárense, dentro de unos días será luna llena, la sensibilidad, las
emociones, no es el momento de pedir aumento
de sueldo, no es el momento de buscar cuatro
patas a un pato sólo tiene dos, no es el momento
de buscar las cosquillas a su amado o a su
amada y no es el momento de hacer la moral a
los hijos, ni a los padres, ser pacientes unos días,
justo que pase la luna llena y veréis que os encontraréis mucho mejor.
Si tenéis estos días deseos de leer un libro, aprovechar, si queréis
meditar es ideal. Prepararos y las emociones las controláis, sonreír.
Os mando mil millones de besos, mil millones de sonrisas y mil
millones de amores para tooodos ustedes.