La Navidad trae magia y belleza al mundo, suavizando y embelleciendo todo. Ojalá pudiéramos guardar el espíritu navideño y abrirlo cada mes para sentir su ternura, valor e inspiración. Aunque cambien otras cosas a lo largo de los años, mantengamos la Navidad como algo brillante que nos recuerde nuestra fe infantil, el deseo de paz y la generosidad.