El documento describe la belleza natural de la primavera en el valle de Valdeolea en Cantabria a través de una serie de frases poéticas. Resalta la abundancia de flores, los paisajes verdes junto a ríos, y la sencillez y humildad de las personas que viven allí. Concluye diciendo que caminar por el valle es como pasear entre un jardín lleno de palabras y colores, y que la naturaleza y las comunidades locales son lo que realmente importan.

1. Valdeolea, jardín de Cantabria

2. Los colores de Valdeolea

3. La primavera se ofrece en manojos de ilusiones ( La Quintana)

4. Ni siquiera sé por donde empezar a recoger los ramos de la vida , en días tan hermosos

5. Tras el invierno, el corazón busca el abrigo de las flores

6. No busco caminos que a las nieves me lleven y si , encontrar los atajos que en los colores se queden ( Sierra de Espinosa )

7. Pasiones que emigran por las rutas de los deseos (Mata de Hoz)

8. Ejércitos de flores esperando la orden del señor del castillo, para atacar las miradas de los visitantes ( Las Quintanillas con su torre-palacio)

9. Jardines en las orillas del asfalto (Flora de cuneta)

10. Campos repletos de esperas de bosques (Rebolledo)

11. El patio de mi casa es particular… (Gamonales en Espinosa)

12. En mi valle siempre nieva flores (Las Quintanillas)

13. Donde el olvido se esconde (Las Quintanillas)

14. A la espera de llenar el carro de ilusiones (Matarrepudio)

15. ¿Quién dice que el paraíso no existe? (Rio Camesa)

16. La orilla mágica del río Camesa

17. El río seduciendo a la pradera

18. La frescura de la naturaleza, hecha alimento

19. C Campos de labor, ríos de vida (Cuena )

20. Geografía del esfuerzo

21. El estallido de la primavera

22. Ya es primavera en la edad de los hombres

23. Donde bailan los duendes

24. Campanadas a media tarde (Santa María la Real- Las Henestrosas)

25. La belleza de lo simple

26. En mi valle no hay kilómetros, sólo flores, por eso cuando se pasea por él, las conversaciones salen de colores. En mi valle no hay pueblos, sólo casas pintadas de ilusiones. En mi valle no hay abandonos , sólo besos que cambian de dueños. En mi valle no hay “grandes superficies”, sólo escaparates repletos de caricias. En mi valle no hay “diplomas”, sólo humildades en sus paredes. En mi valle no hay poetas, sólo hombres habitados de los demás. En mi valle no hay caminos, sólo huellas de nuestros mayores. En mi valle no hay oraciones, sólo emociones. En mi valle no hay herramientas, sólo abrazos En mi valle no hay riquezas, sólo verdades sencillas. Caminar por nuestro valle es ver crecer el jardín de las palabras.

27. AVAL (Amigos de Valdeolea) Todo está en nuestras manos… Fotos y texto: Andrés Díez