La evaluación tradicional se centra en medir el rendimiento y los resultados, pero un enfoque socio-crítico reconoce que la evaluación también media las relaciones de poder y promueve la justicia social. En lugar de ver la evaluación como una herramienta neutral, este enfoque reconoce que la evaluación refleja los valores e intereses de quienes la diseñan e implementan. El propósito de la evaluación socio-crítica es promover la equidad y la justicia social mediante el cuestionamiento crítico de las relaciones de poder existentes.