1. LA CALIDAD DE LA EDUCACION ECUATORIANA
Los cambios en la educación propuestos por el Presidente de la República son, entre otras
cosas, excelentes; mucho más cuando su intención es mejorar la calidad, lograr estándares
especiales y salir de la mediocridad. Perfecto, nadie se opone a ese mejoramiento, pero su
fórmula de aplicación no es la correcta.
¿Quién asegura que con quedarnos más tiempo en nuestros planteles va a mejorar la
educación?
¿Será acaso la receta perfecta para hacer que nuestros educandos rindan de una manera
satisfactoria?
No y mil veces no. Al contrario, porque se está provocando actualmente una desintegración
familiar, una falta de comunicación entre los miembros de una familia; y eso es
contraproducente porque el docente que pasa por ese problema no va a llegar con toda la
energía ni estado anímico necesario para entregar todo de sí a sus estudiantes.
Mi caso personal.
Salgo a las 06h30 con mi pequeña hija de siete años y la dejo en su escuela; mis hijas mayores
quedan dormidas; ya no la puedo ir a ver a la escuela ya que me quitaron ese momento
mágico, especial, que era el que cuando íbamos rumbo a nuestra casa me contaba que había
bailado, cantado, etc. Al regresar a mi hogar - 14h30 - mis otras hijas ya no están porque
fueron a sus respectivos colegios; me voy a las 15h00 a mis labores docentes en la UTM y
regreso a las 22h00, cuando mis hijas están dormidas, lo que significa que durante toda la
semana mis dos hijas mayores no me van a conocer.
Por otro lado, como ya no las puedo ir a ver ni dejar, tuve que contratar un transporte: $ 60
mensuales más $40 que gastaré en almorzar fuera son $100.oo, que no ingresan sino que
egresan y que no estaban en mis planes.
Y eso por citar un solo caso, porque como el mío habrán miles y peores.
Ustedes, amigos lectores, han de decir: ¡pero es que tiene dos trabajos! Sí, pero es que con un
sueldo y como están las cosas no alcanza, bueno fuera que el gobierno (como es su intención
final, que cada persona tenga sólo un trabajo) nos dijera salen de uno de los dos, porque en
el que se quedan le unificamos el sueldo. Ahí sí estaremos hablando de una educación de
calidad, porque estamos siendo incentivados como nuestro esfuerzo lo merece.
Henry Ford decía que no hay mejor producto que el de un empleado bien remunerado,
entonces dedicaremos el tiempo suficiente a nuestra institución y nos queda tiempo para
nuestra familia. Pero mientras tanto, no, señor Presidente; no podemos hacer las cosas al
revés. Se debió tener primero en cuenta un reajuste económico que solvente todos estos
gastos y luego plantear los cambios que, repito, como intención los considero muy buenos. La
mala es la ejecución. Ojalá se fijen en este pequeño detalle y al paso corrijan el error que está
cometiendo.