Este documento habla sobre la importancia de educar a los niños y jóvenes en la esperanza. Esto implica tres cosas: 1) Proyectarlos hacia el futuro a través de sueños y utopías, 2) Enseñarles a valorar el patrimonio recibido del pasado, y 3) Trabajar ese patrimonio en el presente para transmitirlo enriquecido a las próximas generaciones. Los educadores deben preparar a los estudiantes para recibir la semilla de la esperanza y ayudarlos a soñar con horizontes más grandes.
3. Es hacer consciente que ese chico tiene un horizonte
hacia el pasado que es lo que recibió como patrimonio
de los que nos precedieron, de los que hicieron la Patria.
4. Que la Patria no empezó hoy porque tenemos una
herencia que recibir, que custodiar; pero también una
herencia que trabajar en el presente para proyectarla
en las utopías del futuro.
5. Lo que hemos recibido lo tenemos que
transmitir, enriquecido, a nuestros hijos.
Ese es el desafío
que hoy nos
planteamos.
7. Eso que recibió no es para que lo guarde enlatado,
en conserva, ¡sino para que lo trabaje hoy!
8. Educar en
esperanza son
esas tres cosas:
Proyección a través de las utopías y los sueños
hacia el futuro.
Memoria del patrimonio recibido y asumido;
Trabajo de ese patrimonio para que no sea el
talento encerrado y;
9. Creo que se nos
impone un examen
de conciencia sobre
esto…
Algunos dicen que la educación es la parienta pobre
de nuestra estructura social…
¿Trabajamos en esperanza?
10. Y el examen de conciencia nos tiene que llevar a
la pregunta: estos chicos, que están llamados a
ser educados en la esperanza, ¿saben recibir, los
preparamos para recibir la semilla de la
esperanza?.
11. A los chicos les queremos pedir perdón
porque no siempre los tomamos en serio.
Porque muchas veces no acertamos a
entusiasmarlos con horizontes más grandes…
¡porque muchas veces no supimos hacerlos soñar!
12. A nosotros se nos pide esencialmente que
seamos patriotas en sentido superlativo.
A nosotros padres y
profesores se nos
pide que recibamos
con veneración la
herencia de
nuestros padres, la
trabajemos en el
presente y la
proyectemos hacia
el futuro.
A nosotros los dirigentes se nos pide testimonio.
13. Si como padres y profesores no damos
testimonio de esta capacidad de horizonte y de
trabajo, nuestra vida terminará en un rincón de
la existencia llorando nuestro fracaso como
educadores, como hombres y como mujeres.
14. Debemos ser
conscientes de la
grandeza de una Patria
que hemos recibido
hecha con trabajo,
lucha, sangre,
equivocaciones y mil
cosas!
(¡Pero la recibimos!)
¡Y que no tenemos derecho a cambiarle la identidad
y la orientación!
15. El Señor quien con su presencia disipa todo ese
mundillo de dudas, miedos y chismes… y pone
las cosas en su sitio, nos ayude a educar en
Esperanza, …
16. para que los niños y jóvenes se proyecten
hacia el futuro en una utopía que sea
continuidad con lo que nos fue dado.