El Barroco en Sevilla: Arquitectura y Arte

EL BARROCO EN SEVILLA
Carmen María Cabello Carrasco
Juan de Dios Corrales Borrego
2º Bach. A

FÁBRICA DE TABACO
-Barroco tardío(S.XVIII)
Es similar al Escorial en
tamaño y características. En la
inscripción Fernando VI
premia a la ciudad de Sevilla
por el apoyo a los Borbones en
la Guerra de Sucesión.
Lo característico es el uso de
la piedra, de las canteras de
Estepa y Gilena.
Cayetano de Acosta (Portugal)
es el encargado del ángel y la
fuente en el patio interior.
Como curiosidad, en los
alrededores se halla la capilla
de Los Estudiantes que acoge a
los titulares de dicha
hermandad.

HOSPITAL DE LA CARIDAD
--Mediados del S. XVII
--Estilo: Barroco.
--En esta época se termina con la
hegemonía de la ciudad de Sevilla
económica y socialmente. Se produce
también la peste bubónica que acaba
con el 49% de la población y da lugar a
hambrunas. Además se cierra el Puerto
de Indias, puerto fluvial de Sevilla con
la que ésta floreció económicamente.
Cabe señalar las Atarazanas, de
Alfonso X “El Sabio”.
Miguel de Mañara: personaje muy
vinculado a la iglesia. Filántropo.
Tenía una concepción teocentrista
con un mundo corrupto. “ El peor
hombre que ha habido en todo el
mundo” Así se pensaba él mismo.
Esta escultura se encuentra
enfrente de la iglesia de la Santa
Caridad.

Portada: a la izquierda vemos un ángel
con la cruz y la eucaristía . En medio la
Virgen con el Niño y San Juan. Abajo
dos caballeros.
Se representan con azulejos azules y
blancos, típicos sevillanos.

Miguel de Mañara, heredero
y viudo, se dedica a crear un
hospital en el barrio del
Arenal, cerca de la plaza de
toros de S. XIX. El río pasaba
por la puerta y había
explanadas de arena. Compra
entonces las Atarazanas para
construir, por su planta
rectangular y cuadrada. El
hospital sigue el sistema
italiano con cuatro patios y
una distribución con
arquerías (sólo quedan dos
patios). Estaban la nave de la
Virgen y la de Cristo, donde
hubo hasta 600 acogidos.

El patio: se adorna con azulejos
procedentes de los Países Bajos
con motivos de escenas bíblicas
como “la resurrección” o “el
sacrificio de Abraham”. Hay
también dos fuentes, una
representa la Caridad y la otra
la Misericordia; ambas
procedentes de Genova.

Por su proximidad con el río se
decide construir sobre el nivel del
suelo la iglesia y los enfermos.
En 1670 el hospital ya está
funcionando y la iglesia, sólo falta
decorarla. Mañara cuenta con los
principales autores barrocos, tales
como Juan de Valdés Leal, Pedro
Roldán y Murillo.

En los laterales de la entrada
colocaron dos cuadros sobre la
fugacidad de la vida terrenal. Con la
simbología pretenden lanzarnos un
mensaje: la muerte desprecia los
bienes terrenales y es igual a todos
los hombres.

Se encarga a Murillo 8 cuadros: sobre las obras de Caridad (6) y las
obligaciones de los hermanos.
Las obras de Caridad representadas en los cuadros anteriores son:
“visitar al enfermo”(paralítico en la piscina con Jesucristo) , “la
libertad”(el encarcelamiento de San Pedro), “dar cobijo”(Abraham y
los 3 peregrinos), “vestir al desnudo” (hijo pródigo), “dar bebida al
sediento” (Moisés y la roca del desierto, el Maná. Es una composición
pictórica en la que se contraponen un niño inmóvil mirando desde un
caballo y unos niños peleándose por beber agua) y “dar de comer al
hambriento”(multiplicación de los panes y los peces. Destaca una cola
serpenteante que divide la composición en tres planos).
Como vemos, el barroco se caracteriza porque pintaban a la gente
(caballos , ropas…) de la época.
Como curiosidad decir que con la invasión francesa estas obras fueron
robadas para beneficio personal del Mariscal Sucre. Las que vemos son
meras replicas.

En estos dos vemos a Santa Isabel de Hungría y San Juan de Dios.
En el primero aparece la reina Isabel curando a unos impuros tiñosos,
ésta era una obligación para los hermanos.
En el otro cuadro vemos al Santo llevando al prójimo. Es tenebrista. En
el fondo puede apreciarse la Alhambra. Nos quiere representar la
obligación de los hermanos de transportar a los enfermos.

Cristo de la Caridad.
Es un retablo de Pedro Roldán con Anunciación de Murillo.
cuatro ángeles pasionarios, propios Es un cuadro donado por un
de los retablos andaluces, pero hermano a finales del S.XVII.
también italianos. Los atributos son Es un murillo joven, de líneas
los clavos, el látigo, la lanza y la amables y más luminoso.
caña con la esponja empapada en
vinagre. El Cristo es del barroco
más puramente sangriento.

En el Retablo mayor colaboran todos: Roldán(las tallas),
Bernardo de Pineda, Valdés Leal y Murillo.
Representa el deber de “dar sepultura a los muertos” con la
sepultura del mismo Jesucristo.
Vemos a la virgen a la izquierda. La distinguimos por el manto
azul que metafóricamente representa la cúpula celeste. Se
caracteriza también por el dolor sereno y callado. Las demás
están histéricas.
En un primer plano, a la izquierda encontramos a San José, que
dio muerte al último dragón. Como curiosidad, en la cripta se
custodia una reliquia suya que se expone durante los días de
triduo.
A la derecha vemos a San Roque, santo limosnero, como patrón
de los pobres.
En lo alto encontramos las tres Virtudes: la Fe (Cruz y
Eucaristía), la Esperanza (Ancla) y la Caridad (Mujer
protectora), en medio. Están alteradas en su orden para que
presidiera la Caridad.

Es una virgen tardía gótica.
Se diferencia de las pinturas
pues es menos natural. Es la
Virgen de la Caridad de la
primitiva capilla.

Por último, nos encontramos con el cuadro empotrado en la pared
del coro, de Juan de Valdés Leal, pintado in situ. Es una alegoría de
la Humildad. A la izquierda encontramos a los profetas y a la
derecha al ángel que le exigía una entrada como la que hizo Jesús
en Jerusalén.

Sala de Cabildo (reuniones generales).
Encontramos un cuadro de Valdés Leal con un hermano mayor
presidiendo la sala. Vemos también la estructura de unos arcos
medievales de ladrillo visto y una lápida fundacional de mármol
tallado en latín, de Alfonso X “El Sabio”.

Se encuentran expuestas también
las tablas de hermanos, de Murillo;
en ellas se inscribían éstos un mes
al año para acompañar de noche a
los ancianos.
Hay también un crucificado de
Zurbarán, con los pies apoyados en
el madero, guardado con recelo
pues en los años 40 fue robado.
Por último, se halla allí también
una vitrina con pertenencias de
Miguel de Mañara.

MUSEO DE BELLAS ARTES
Es la segunda pinacoteca más importante de España.
Antiguamente había un convento que se desamortizó, se creó
entonces el sitio donde se albergarían las obras. El patio de
dicho convento lo encontramos actualmente como la plaza de
Murillo.

Cristo Varón de Dolores, de
Pedro Millán.
Aunque está obra es del
gótico es destacable por la
jerarquización: Cristo,
ángeles y orante.

Anunciación de Alejo
Fernández.
Destaca su detallismo, el uso de
elementos arquitectónicos,
fondos paisajísticos y colores
vivos.

Tríptico del Calvario de Franckeni.

Retrato de su hijo
José Manuel , de El
Greco.
Destacan los cuellos
blancos que realzan la
figura alargada, que
buscan la
espiritualidad.

San Jerónimo penitente de
Torrigiano, artista florentino
amigo de Miguel Ángel. Trabaja
la cerámica para esta obra
manierista, no frontal. Pensada
para el convento de los
Jerónimos.

San Pedro Nolasco embarca para redimir cautivos de Francisco
Pacheco. Destaca su color pobre. Pacheco era suegro de Velázquez, y
éste aprendió en su taller.

Desposorios místicos de Santa Inés de Francisco Pacheco. Más
importantes son sus Retratos de dama y caballero orantes.

San Pedro Nolasco redimiendo cautivos de Alonso Vázquez.

Sagrada Cena de Alonso Vázquez. Manierista, por los colores.
Pensado para el refectorio del monasterio de la cartuja. El
rostro es un arquetipo. La perspectiva está rota y destaca el
detallismo heredado del flamenco. Abusa de las líneas dando
sensación de primitivismo. A la izquierda se encuentra
representado el lavatorio de los pies.

Cabeza de San Juan Bautista de Gaspar Núñez Delgado.
Manierista , se recrea en los vasos sanguíneos.

Martirio de San Andrés
de Juan de Rodas. Es
curiosa la crucifixión en
forma de aspa. Se divide
en dos planos: terrenal
y celestial. Los colores
son más vivos por la
influencia veneciana.

Apoteosis de San
Hermenegildo de Herrera
el Viejo. El color es menos
vivo y se produce el
rompimiento de Gloria.
Este santo junto con San
Fernando son patrones de
Sevilla y de la monarquía
española.

Dolorosa de Murillo. Destaca
el detallismo en las manos.

La virgen con San Juan y las Marías camino del calvario de
Valdés Leal. Lo principal son los rostros. Colores atractivos. Se
pierde el tenebrismo. La naturaleza aparece sin detalles (rocas).

Aparición de la virgen a San
Ignacio en Pamplona de
Juan Valdés Leal. Buena
perspectiva y lleno de
elementos secundarios.

Tentaciones de San Jerónimo de Valdés Leal. Aparecen unas
meretrices, representando a los vicios capitales, danzando con
pies en torsión que nos recuerdan a Las Tres Gracias de
Rubens. Mezcla los brochazos y las pinceladas sueltas para dar
movimiento.

Flagelación de San Jerónimo de Valdés Leal.
Presenta el simbolismo pues se flagelaba él mismo por leer a
Cicerón.

San Sebastián de José
Ribera. No deja huella en
Sevilla. Contacta con la
pintura de Caravaggio, es el
que más se empapa de
tenebrismo (naturalismo
tenebrista).

Santo Domingo de Guzmán penitente de Martínez Montañés.
El Cristo de Buen Amor es su única obra de imaginería cofrade,
reside en la iglesia del Salvador, también en Sevilla.

San Ramón
Nonato de Juan
de Mesa. Lleva
un candado en la
boca para
callarlo. Destaca
el dorado y los
grandes pliegues.


Crucificado expirante de
Zurbarán. Lo más llamativo es
el paño blanco resaltado por
la luz.

San Hugo en el refectorio, de Zurbarán. Para los cartujos, que
no podían comer carne. No lo interesa la profundidad. Destacan
las líneas horizontales. En el cuadro vemos a San Juan Bautista
y la huida a Egipto.

La virgen de la cueva de Zurbarán. Los cartujos son retratos de
personas del momento.

Visita de San Bruno y Urbano II, de Zurbarán. La profundidad
no está conseguida.

Apoteosis de Santo Tomás
de Aquino de Zurbarán.
Santo Tomás era el
patrón de los estudiantes.
Se representa la
fundación del colegio de
Santo Tomás, S.XVI.
Encontramos tres planos:
el pueblo, los padres de la
iglesia (San Ambrosio,
San Gregorio, San
Agustín y San Jerónimo)
y las divinidades ( la
Virgen, San Pablo y Santo
Domingo, también la
paloma representando al
Espíritu Santo.
En la ventana se aprecia
la Sevilla renacentista.

Inmaculada del coro “la
Niña” de Murillo.
Tiene una gran aceptación
y se convierte en un tema
característico, aunque no
es la más famosa.
Murillo impone la idea de
la Inmaculada para el
convento de los
Capuchinos.
Se crea un prototipo
inspirado en el
Apocalipsis de San Juan:
manto azul, túnica blanca,
media luna a los pies y
séquito de querubines.


Inmaculada con el Padre
Eterno de Murillo.
Cabe destacar la presencia
del Cancerbero de la
mitología clásica
refiriéndose al inframundo.

San Francisco abrazado a
Cristo Crucificado de
Murillo.
El santo abandona el
mundo terrenal (pisando la
bola del mundo) para
dedicarse a la vida
espiritual, por ello Cristo
se desclava para abrazarlo.

Santa Justa y Santa
Rufina de Murillo.
No existe el
tenebrismo. Las
santas fueron
alfareras
martirizadas, esto
simboliza la palma.

Virgen de la servilleta de Murillo.
Destaca que la figura del Niño da la impresión de salirse del
cuadro.

Santo Tomás de
Villanueva dando limosna
de Murillo. Realismo,
pues representa a la gente
de la calle de edades
diferentes. Destacan los
fondos arquitectónicos.
Es agradable y dulce.

Retrato de Gustavo Adolfo
Bécquer de su hermano
Valeriano. El autor refleja en su
hermano el ímpetu y la
melancolía, la ironía y la pasión.
Gustavo posa con garbo
aristocrático y una emocionante
mirada que conecta
directamente con la del
espectador.

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