Relato Bélico sobre la Guerra entre los paises sudamericanos Bolivia y Paragu...
Santa María de los Reales Alcázares. Úbeda (Jaén)
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El Antiguo Coro Colegial de la Basílica de Santa María de
los Reales Alcázares.
Juan Ángel López Barrionuevo.
No debemos dejar que la Cultura muera, si muere el Arte, muere nuestra parte humana...
Los actos de hoy, marcarán nuestra era, sino...
¿Qué dejaremos para el que venga mañana?
(lustración 1) En la fotografía gentileza de José Luis Latorre Bonachera, se muestra el frontal con la silla episcopal con un relieve
de la Anunciación bajo un dosel de mucho vuelo y dos sillas a cada lado con San Pedro y San Juan. Sillería realizada por Gutierre
Guierere y donada por el Cabildo de la Catedral de Jaén en el siglo XVI.
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(Ilustración 2) La sillería desaparecida en la Guerra Civil de 1936, fue costeada (según Ruiz Prieto), por D. Pedro Pacheco, y los
artífices fueron Juan de Reolid y Luis de Aguilar . Foto de José Luis Latorre.
En el Coro se realiza el rezo de la Liturgia de las horas, al estilo monacal, de forma que todo el
día esté consagrado al Señor. La Liturgia de las Horas consiste en la recitación de Salmos
bíblicos, himnos y cánticos.
Los asientos de la sillerías de los coros, llamados estalos se organizan en dos niveles para las
dos categorías de clérigos: las sillas altas están destinadas a los canónigos y las bajas a los
titulares (aquellos que tienen un título eclesiástico).
Los asientos son plegables y desmontables y cuentan con un soporte denominado
"misericordia", que servía como apoyo disimulado para el tiempo que se estaba de pie. Cada
asiento está separado del siguiente por un apoyabrazos. De los asientos sobresale un respaldo
alto, baldaquino o dosel.
La sillería está jerárquicamente ordenada y siempre se encuentran uno o dos puestos de
mayor tamaño y con una decoración más elaborada, que estaban reservados al abad o al
obispo. (Fuente Wikipedia).
Úbeda, es una de las muchas ciudades mártir de España, tantos han sido los destrozos y los
despojos que ha sufrido nuestro patrimonio a lo largo de los siglos. Quizá no sea Úbeda la
ciudad española que ostenta la primacía en tan lamentable clasificación, pero lo cierto es que
ha sido mucho, y muy valioso, lo que Úbeda ha perdido por culpa de los avatares de la historia.
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En la tarde del 26 de julio de 1936, festividad de Santa Ana, nuestros templos fueron
saqueados, arrastrándose muchas de las imágenes devocionales hacia una gran hoguera en
donde se quemaron siglos de arte. No solamente se destruyeron esculturas y pinturas, sino
también documentos de archivo, así como muchos de los retablos que adornaban nuestros
templos (las fotografías antiguas dan fe de la monumentalidad barroca que atesoraban las
iglesias ubetenses, como La Trinidad, San Pablo, Santa Clara, Santo Domingo, etc.).
En cuanto Santa María, los tristes sucesos de la guerra civil, dejaron un templo sin apenas
imágenes y retablos, sin apenas cuadros y sin apenas joyas u ornamentos. Retablos
desaparecidos, como el antiguo retablo de la Capilla Mayor, datado en 1777; las imágenes de
Jesús Nazareno y de la Virgen de Guadalupe; una imagen de San Miguel de 1671 y por
supuesto el antiquísimo Cristo de la Yedra -«de excelente talla», según Ruiz Prieto-; un cuadro
en bronce con el Descendimiento de Cristo, de la escuela flamenca y atribuido por algunos a
Alberto Durero; el impresionante órgano del coro, «de superior mérito»; la una riquísima
colección de libros de coro; el archivo de la antigua Colegiata. Y, por supuesto, la custodia
francesa de Luis XIV, del siglo XVII.
En plena Dictadura Franquista, algunas de las más importantes obras de arte de Santa María
de los Reales Alcázares, que se habían salvado del asalto del verano de 1936 desaparecieran
o fueran despedazadas. Como la reja del coro, que Ruiz Prieto calificó como de «grandiosa y
obra de gran mérito», atribuida al maestro Bartolomé, y cuyos restos salpican ahora distintas
portadas de las capillas de Santa María (Ilustración 6). Y desaparecieron una valiosa cruz
relicario del siglo XVII que se encontraba en la capilla de los Sabater o el cuadro de 'La Misa
Milagrosa de San Gregorio', de Pedro Machuca, que hasta 1951 se custodió en el archivo del
Ayuntamiento juntamente con otras muchas obras de arte que se habían salvado de la
destrucción durante de la guerra y que, misteriosamente, desaparecieron sin dejar rastro, ,(…
parece que a partir de este momento se incrementa la rapiña y el interés de ávidos
coleccionistas por poseer pinturas y esculturas de especial valor artístico…). Otras piezas, como
la Piedad de Pedro Machuca, se exponen en la actualidad en el Museo Catedralicio, y los
restos de la Silla Episcopal y la sillería, sirvieron para construir muebles del Archivo Histórico
Municipal.
El conjunto de mueble, más importante perdido durante los años 1936 hasta 1950, de la Iglesia
Mayor de Úbeda; fue sin duda el conjunto del Coro. Años antes de su destrucción, en la
revista Don Lope de Sosa se publica este interesante artículo (…Artículo Publicado en la
Revista LOPE DE SOSA, XVI (Año 1928) núm. 183, p. 78.), para su protección:
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“…De la venerable
Iglesia, antigua
Colegiata –Santa María
de los Reales Alcázares,
de Úbeda es el
fotograbado,
reproducción de un
lado de la nave de la
Epístola, mirada desde
la cabecera del templo.
Ocupa el centro de la
nave, el coro; y la parte
que en el fotograbado
se ve, es el testero del
coro aludido. En él hay
dos altares con lindas
decoraciones góticas,
que muchos años,
muchos, estuvieron
tapados y los que
mandó descubrir el
párroco D. Alejandro
Monteagudo.
Descubiertos que
fueron, se colocaron en
uno de ellos, llamado
de San Ramón, un
retablo, de bastante antigüedad, y en otro, llamado de San Gregorio, la estupenda pintura en
tabla “La Misa de San Gregorio” obra del gran artista Pedro Machuca. La tabla estaba antes en
la Capilla de San Francisco Javier, al lado de la Sacristía, capilla que era llamada de San Juan de
Letrán y San Gregorio y fue fundada por el Chantre de la Colegiata, Jorge de Ventaja, en 1589.
El fragmento de la nave que reproducimos, da idea de la grandiosidad de Santa María de los
Reales Alcázares, joya de la riqueza histórica monumental ubetense.
Las bóvedas de esta parte del templo, por movimiento de los pilares en que aquellas se
apoyan, motivan pronta y urgente reparación, la cual seguramente será hecha en breve.
Por seguridad de la obra y porque allí se guardan verdaderas joyas de arte, hay que acudir a
esta necesidad…”
El coro comienza a construirse a finales del siglo XV, ocupaba dos tramos de la nave central, de
planta rectangular, se cerraba con reja, poseía rica sillería, se rodeaba de capillas, tales como:
“…empezando por el lado de la Epístola, la capilla de San Ramón, Capilla de San Gregorio, cuyo
retablo era obra de Pedro de Machuca, perdido o vendido en 1950 por el Ayuntamiento, el
trascoro con una imagen pictórica de San Miguel, capilla de la Sagrada Familia. Junto a la
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puerta de acceso a la subida de la tribuna del coro había una pintura del siglo XVI de bastante
mérito…”. (Ilustración 3).
(Ilustración 3) Plano General de la Basílica de Santa María. En línea más gruesa, lugar dónde se encontraba el desaparecido
Coro.
Destacaba el trascoro, frontero a la Capilla de la Yedra, lugar donde la decoración tomaba gran
protagonismo. Además, en el lugar central del coro se colocaba una capilla con un altar desde
dónde se podía celebrar la eucaristía, como dije aquí había un cuadro con la representación de
San Miguel, siendo considerada como la capilla del pueblo, al ser este Santo Patrón de Úbeda.
(Ilustración 4).
Se cerraba con hermosa reja obra del Maestro Bartolomé, en su paño central llevaba como
tema principal, dos escudos en círculos con dos angelotes tenantes, del obispo don Francisco
Mendoza, que gobernó la diócesis de 1538 a 1543 y sobre estos escudos el escudo con laurear
de la colegial, sostenida igualmente por angelotes. La reja estaba formada con figuras
repujadas en los frisos, barrotes torsos abiertos en rombos, cuerpos separados por frisos y
calles con coronación. En la parte superior en chapa aparecía el tema de la Inmaculada en su
clásica iconografía. Para más información pincha aquí. En los pilares de los arcos del crucero se
hallan dos escudos de piedra policromada. Ambos blasones pertenecen al obispo Francisco
Delgado López, que gobernó la diócesis entre 1566 al 1576. (Ilustración 5).
Justo delante de donde estaba la reja de entrada al coro había cinco lápidas con escudos
heráldicos pertenecientes: a enterramientos de las beatas del emparedamiento de Sánchez
Iñiguez de Zambrano, con escudo, flor de lis y leyenda; ESTA ES DE LAS BEATAS DE SANCHO
IÑIGUEZ DE ZAMBRANA. Otro tenía las armas del rey Felipe III. Con la siguiente inscripción;
AQUÍ YACE DON Fº DE LA VIVA CAPELLAN DEL REI NTRO. SR. I VICARIO DESTA S YGLESIA
MURIO 16 DE MARZO DE 1613. Según el investigador Juan Barranco Delgado, en su libro:
ESCUDOS HERALDICOS DE UBEDA, nos dice: “…Esta es la que se llama en términos heráldicos
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Armas de Dignidad, las cuales son hereditarias…”. Y otras tres con armas de los Orozco y flor
de lis, los Molina y los Fonseca. Hoy estas se encuentran troceadas en uno de los patios de la
iglesia.
(Ilustración 4) Cuadro de San Miguel, que se situaba en el Trascoro. Actualmente se conserva pero en malas condiciones.
La sillería costeada por el obispo Pedro Pacheco, contaba con treinta y cuatro sillas altas y
bajas, con la representación de los Santos Padres y otros motivos santoral. Labrado hacia 1550
por los artesanos tallistas Luis de Aguilar y Juan Reolid. La silla episcopal, con representación
de la Anunciación, fue donada por el cabildo de la Catedral de Jaén en 1549 a la Colegial, y su
autor fue Gutierre Gierero. (llustración 1).
Ruiz Prieto nos dice acerca de la sillería: (“…El magnífico y espacioso coro que ocupa el centro
de la Iglesia se construyó por los años de 1538 a 1550, bajo los auspicios y el piadoso celo de
los obispos de la Diócesis D. Francisco de Mendoza y D. Pedro Pacheco (Ilustración 7). El
primero costeó la grandiosa reja que lo cierra por su frente, obra bien acabada y de especial
mérito; el escudo de armas del prelado se ve en el centro de la verja. No hemos hallado el
nombre del artífice que labró esta notable obra”. El segundo prelado ayudó con limosnas a
construir la sillería que tallaron los maestros Juan de Reolid y Luis de Aguilar; la labor en
conjunto es grandiosa, pero en sus detalles no se observa la delicadeza y corrección de otras
obras de este género que existen en Úbeda, exceptuando la Silla Episcopal y su coronación, que
son de superior mérito”). HISTORIA DE ÚBEDA por D. Miguel Ruiz Prieto Tomo II
Se distribuida en dos pisos, ocupaba el centro de la nave principal adoptando una estructura
en U. Se abría al altar mayor prolongándose con el suplemento, a cada lado, del banco de los
caballeros, reservado al cabildo municipal. Rompiendo su simetría preside el testero frontal la
silla del obispo o canónigo mayor, de mayores proporciones que el resto (Ilustración 2).
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(Ilustración 5 izquierda). Desaparecida reja Coral de la nave central, hoy troceada. Foto José Luis Latorre.
(Ilustración 6 derecha). Aspecto actual de la reja troceada del desaparecido Coro, cerrando en el Claustro la capilla del Cristo de
los Toreros Foto de F.L.Padilla.
Nos hacemos eco a las palabras de Pablo Jesús Lorite (Estudio de la sillería del coro de la
catedral de Baeza a través de las fuentes archivísticas; Pablo Jesús Lorite Cruz), sobre la
semejanza del coro de Santa María con los coros de las Catedrales de Jaén y Baeza: “…Dentro
de todos los coros existentes o que existieron en las iglesias parroquiales y excolegiatas del
Santo Reino (Úbeda, Alcalá la Real, Alcaudete, Iznatoraf, y Castellar), queremos aludir a los
únicos dos coros que podían ser comparados con el coro de la Santa Iglesia Catedral de Jaén y
de este modo concluir que el de la Catedral de Baeza, era de mayor importancia, a pesar de no
mostrar la misma riqueza iconográfica que los anteriores. En comparación con el de la
Colegiata de Úbeda (también desmantelado al día de hoy), éste mostraba unos relieves de gran
valía y una reja realizada por el obispo Mendoza. Por la importancia del templo, sí se trataba
de un coro más parecido al de un templo metropolitano, puesto que presentaba sillería baja y
alta. También existía una vía sacra que conducía al presbiterio, que al igual que en la catedral
de Baeza carecía de girola. Otra similitud con un coro catedralicio es su situación, pues se
encontraba ocupando la nave central, separada del altar mayor por la cúpula del crucero.
También disponía de un facistol de considerable tamaño”.
“Pese a todas estas similitudes y la posible mayor calidad de la obra, el coro de la colegiata
ubetense es de menor tamaño, albergando un número inferior de sillas (ocupaba tan solo una
nave). Aunque presentaba un órgano con una tribuna en el lado del Evangelio, tampoco la
altura del tapizado alcanzaba las dimensiones del baezano”.
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Nos gustaría hacer alusión a la reja de este coro, por el hecho de tener la misma peculiaridad
de la reja baezana de ser alta, marcando la altura máxima Francisco de Mendoza, obispo de
Jaén (1538-1545).De todo el coro. El programa iconográfico de la reja es simple con una serie
de ángeles; dos sostienen en el centro una guirnalda con un motivo en el interior quedando
alineado con los dos anteriores, pero sobre elevado. Rematando la calle central de la reja (la
única decorada) aparece una escena de la Asunción de la Virgen transportada por seis ángeles.
Comparada con la reja del coro de la catedral de Baeza, podemos observar cómo los escudos
aparecen en el mismo lugar; a diferencia, la reja
de Don Alonso Suárez muestra los escudos sin
guirnalda -o algo más pequeños- entre los
ángeles que lo presentan como un blasón para la
memoria, mientras que en ésta aparecen en un
tondo, pero son bastante más visibles y por el
número de borlas (las propias) entendemos la
importancia que debía de tener en el obispo la
idea de perpetuar en la Historia..” (Ilustración 7).
(Ilustración 7) Único vestigio del Coro en la Nave Central. Escudo
del el obispo benefactor del mismo. Foto de Francisco Miguel
Merino Laguna.
El coro al igual que el de otras muchas catedrales españolas fue eliminado en su totalidad a
partir de 1950, respondiendo a una usanza de la época, llevado a cabo por los sacerdotes
párrocos, los hermanos García Hidalgo. (Ilustración 8). Del coro se aprovechó las cuatro
portadas de sus capillas, una de ellas se instaló en el acceso al Salón Parroquial de la Iglesia de
San Pablo de Úbeda, y las otras se aprovechan para el templo de Santa María (Capillas del
Yacente; Magaña; y Retablo del Altar Mayor. En cuanto a la sillería, una gran parte se perdió
en la guerra civil, algo se conserva en el archivo municipal y puede que alguna tabla, (está aún
por estudiar este tema) se encuentre en el retablo del Hospital de Santiago.
Nos habla José Molina Hipólito, en su estudio publicado de la Iglesia de Santa María, en la
Revista Vbeda, de esta desaparecida reja: “Esta reja sin puerta y mutilados algunos de su
elementos decorativos se levanta sobre dos sencillas banquetas. Los cuatro paños laterales, de
barrotes retorcidos, separados por frisos decorados con delfines y terminados en dos cabezas
de guerreros. El paño central lleva como tema principal, dos escudas en círculo con dos
ángeles tenantes, del obispo D. Francisco Mendoza, que rigió la diócesis de Jaén de 1536 a
1543 y por cuyo mandado se hizo la reja en la primera fecha mencionada. El friso superior está
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decorado con aves estilizadas, y la coronación con tema de zarcillos y flores. Todos los
elementos descritos se conservan modificados en su disposición. Para completar la
descripción, basta decir que la coronación se articulaba con balaustres y eses simétricas
adosadas a éstos en riguroso verticalismo, salvo en la parte central en la que aparecía una
cruz; que los motivos repujados de los frisos iban dorados y que abundaban las rosetas”.
La eliminación implico un cambio sustancial en la imagen interior de la Colegiata de Santa
María, (Ilustraciones 9, 10,11 y 12) “perdiendo así todo el conjunto la estructura tradicional de
la Catedral y Colegial española desde la Baja Edad Media”. Ya que en esta citada época, en
España y algunos países europeos se eliminaron muchos coros de las catedrales y colegiales,
según estudia la profesora García Cuetos, por la renovación litúrgica que propició el nuevo
Régimen (García Cuetos). La ideología nacional católica veía bien la supresión de los coros y
sillerías. En este sentido publicaciones como “Arte y Liturgia” de 1938 destacan la importancia
de eliminar coros y sillerías, puesto que se correspondían en un momento en el que el arte se
había impuesto a la liturgia, que era la que tenía que primar. Se propone en este manual la
vuelta a la disposición de las primeras basílicas cristianas, con un altar visible para todos los
fieles,…
(Ilustración 8 derecha) Desaparecido Coro Colegial de la Basílica de Santa María. Foto de José Manuel Almansa.
(Ilustración 9. izquierda). Aspecto de la Reja, Sillería y Coro. Año 1910. Foto de Jose Luis Latorre Bonachera.
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(Ilustración 10), Aspecto actual de la Nave Central, de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, donde en su día se
encontraba el Coro Colegial. Foto de Francisco Miguel Merino Laguna.
Finalizo con esta reflexión, acerca de la última restauración de Santa María.
Antoni González en “La restauración objetiva” recoge unas acertadas palabras de Jeroni
Martonell: “Lo ideal sería no tener que restaurar sino conservar los edificios con cuidado
constante. Pero si hay que añadir algo a un monumento, la mezcla de estilos es un signo de
vida”. Y yo añado: para que haya una mezcla de estilos tiene que haber una intervención, sino,
como bien dices, los edificios se dejan morir.
El sarcasmo es síntoma de gente inteligente y especialmente aguda. Eso es cierto. Pero...¿
hubiese sido mejor que Santa María permaneciera cerrada y en ruinas para el resto de los
tiempos ?
Hay veces que a los técnicos no se les exige ninguna responsabilidad cuando realmente, la
tienen casi toda.
La iglesia de Santa María, se abrió el 8 de mayo de 2011, después de veintiocho años, a causa
de problemas en todos los sentidos que han hecho que durara tanto la obra.
Pues bien, ya he entrado muchas veces, me sigue pareciendo hermosa, grande, luminosa. He
observado y observo detalles y sobre todo el suelo, que tantas críticas había oído de él. Me ha
sugerido una idea, un suelo que no es de piedra como era antes, me he preguntado que
tampoco es como era antes la iluminación, ni el claustro, y si nos salimos de la iglesia, tampoco
son las calles de Úbeda, antes eran empedradas, ni tampoco estaban iluminados los edificios,
ni tampoco había semáforos, ni tampoco había coches ni tampoco había ordenadores, siempre
hay que mirar para atrás.
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(Ilustraciones 11 y 12. Capillas Exteriores del Coro en las Naves laterales Norte y Sur. Años 1950. Fotos Archivo Pema y Baras.
El resultado de la larga restauración me parece maravilloso, recuperando un importante
legado para Úbeda, que ha evolucionado en los materiales usados, como mi ciudad ha
evolucionado también, signo de que crecemos y de que estamos vivos.
Vuelvo a insistir, la iglesia ha quedado preciosa pese a las críticas. Es verdad q hay q ir
evolucionando y véanse muchos ejemplos de otras restauraciones algunas tan cercanas como
las Ruinas de San Francisco en Baeza cuando se introduce un elemento nuevo como es el
hierro para imitar la bóveda de Vandelvira. Para mí una restauración, la de Santa María
espectacular.
Que estos críticos de Úbeda, no nos quiten la emoción de sentir que ese maravilloso edificio
con tanto valor patrimonial y afectivo y religioso para tantas gentes de ÚBEDA, vuelve a ser de
nuevo para toda ÚBEDA y para todos quienes nos visiten.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
https://vbedarecatada-santamaraubeda.blogspot.com/2019/03/el-antiguo-coro-colegial-de-la-
basilica.html
Moreno Mendoza, Arsenio (1993). Úbeda renacentista. Madrid: Electa. ISBN 9788488045973.
Almansa Moreno, José Manuel (2008). Guía completa de Úbeda y Baeza (2ª edición). Úbeda: Editorial El
Olivo. ISBN 9788496307247.
Almagro García, Antonio (2003). Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda: Arqueología, historia y
arte. Úbeda: Editorial El Olivo. ISBN 8495244675.
MOLINA HIPÓLITO, José (1952): “Aportación al estudio de la iglesia mayor parroquial de Santa María
de los Reales Alcázares”. Separa de la revista Úbeda.