1. EL PODER ARGUMENTATIVO DEL
LÍDER ALEMÁN
JUAN ESTEBAN VÉLEZ, CARLOS ANDRÉS PÉREZ, GABRIEL FERNANDO PÉREZ, JUAN CAMILO
CAMARGO Y JUAN ESTEBAN PÉREZ
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
“Yo sé que los partidarios conquistados por medio de la
palabra escrita son menos que los conquistados merced
a la palabra hablada y que el triunfo de todos los
grandes movimientos habidos en el mundo ha sido obra
de grandes oradores y no de grandes escritores”
ADOLF HITLER
RESÚMEN
El controvertido líder alemán Adolf Hitler es considerado como uno de los más grandes oradores a
través de la historia consolidándose de manera ejemplar como el mayor dirigente del partido
Nacionalsocialista de la Alemania nazi. Toda la fuerza de sus argumentos se centra en un discurso
político cargado de infinidades de elementos que logran convencer al pueblo de los ideales
partidistas de su época y al final provocar la segunda guerra mundial por las inconformidades con
su movimiento. El desarrollo del presente artículo está centrado en el contexto social de la época,
el pueblo nazi, ideas generales del orador y sobre todo la composición de su discurso: entonación,
lenguaje corporal, gestos, actitudes entre otros componentes del discurso.

2. INTRODUCCIÓN
Asombroso, tal vez famoso pero en el fondo desconocido, así se conoce al líder del movimiento
alemán Nacionalsocialista, considerado por multitudes como un monstruo de desproporcionadas
magnitudes, autor intelectual de una de las mayores masacres mundiales de la historia, el idealista
de la raza aria, de un pueblo puro que no conociera las diferencias sociales y que viviera en
igualdades, claro estaba, excluyendo personas que no conformaran su raza. Éste artículo
desarrolla un interrogante que tal vez pocas personas se han hecho pero es casi tan importante
como sus actos, un interrogante lleno de curiosidades y que va enfocado a su lado más humano,
intelectual o académico por llamarlo así. ¿Cómo el discurso del líder alemán logró transformar el
mundo hasta el punto de sustentar una guerra?
Es sorprendente el nivel de poder que puede llegar a tener el discurso político de un buen líder,
mas aun tratándose de uno enfocado hacia un movimiento revolucionario como el que pretendía
el Nacionalsocialismo en su época. Rompiendo los paradigmas establecidos, Adolf Hitler logró
convencer a casi 65 millones de personas del denominado “Gran Reich Alemán” impregnándolas
de sus ideales socialistas y en el fondo, enfermizamente racistas; logró crear un ejército capaz de
conquistar gran parte de Europa con el único fin de lograr un cometido purificador de su raza.
EL PUEBLO DE LA ALEMANIA NAZI
En la segunda guerra mundial, generada por conflictos relativamente políticos estuvieron
involucrados una gran cantidad de actores que directa o indirectamente se vieron afectados por
los ideales del partido dominante en la época. Surge una pregunta enfáticamente importante
sobre las causas de dicha involucración: ¿Cómo se logró mover cantidades exorbitantes de
ciudadanos alemanes? Cabe aclarar que contextualmente el discurso político de Adolf Hitler
poseía un considerable poder de convencimiento al involucrar dentro de éste diversos factores
que lo dotaban de un alto poder emotivo con capacidad de captar la atención de las personas
involucradas en el asunto.
El pueblo alemán de la época nazi era una comunidad generalmente de clase socioeconómica
media-alta en recuperación de una crisis generada por el Tratado de Versalles, se gozaba de un
buen momento a nivel económico y en gran parte el pueblo sabía que era debido al partido
Nacionalsocialista que permitió un importante avance en cuanto a infraestructura, el régimen de
Hitler impulsó una enorme intervención del Estado en la economía ya sea creando empresas
estatales de servicios como fijando controles de precios y reglamentando toda actividad de las
empresas privadas, de tal manera que los empresarios alemanes debieron seguir las directivas
gubernamentales para así conservar sus propiedades y riquezas, pues de lo contrario podían ser
considerados también opositores al régimen y sufrir la respectiva represión.
El apoyo del pueblo hacia el partido se veía reflejado en un mutuo acuerdo de cooperación con el
único fin de convertir a Alemania en una potencia mundial con calidad de vida digna para sus

3. habitantes. Hitler se convirtió en un líder que inspiraba la confianza del pueblo y que por lo tanto
se consolidaba como el representante de sus intereses y por lo tanto poseedor de un inimaginable
poder, el poder de toda una nación que más tarde cambiaría el mundo.
HITLER
Ese monstruo apareció en Alemania, poseía el don de manejar la palabra como un dios, ésta le
hacía caso y viajaba como un misil a los cerebros de sus oyentes provocando un caos en sus
pensamientos, introduciendo ideas acerca de una ideología que dejaría huella en la humanidad,
que para algunos genera tristeza por la visita de la muerte a miles de almas inocentes, y a otros
admiración por el poder destructivo y de convencimiento que apareció como una sombra en la
oscuridad y que el sol de la de los argumentos no pudo desalojar. Ese monstruo con lengua mágica
se llamó Hitler
El gran líder aparece, palabras van y vienen, oyentes escuchan y agradecen, el ideal por un partido
se plasma en el corazón de miles de guerreros dispuestos a morir y también a matar por cumplir
sus ideas, en su discurso de Salzburgo Hitler dice “Esto es lo primero que debemos exigir y que
exigimos: que se dé libertad a nuestro pueblo, que se rompan estas cadenas en mil pedazos, y que
Alemania sea otra vez dueña de su alma y señora de sus destinos junto a todo aquel que quiera
unirse a Alemania”. El arma que se utilizo para promover que se rompieran esas cadenas por un
tiempo fueron los argumentos, pero la materialización se produjo con una serie de acciones que
se toman como bárbaras; muertes, movilización forzada hacia campos de concentración que
parecían más cementerios, mutilaciones, desapariciones, todas hacen parte de la lista de tareas
hechas por Hitler y su arsenal de de hombres. La pregunta que surge es ¿cómo el discurso del
líder alemán logro transformar el mundo hasta el punto de sustentar una guerra?
Todo empezó con la ferviente convicción de ser el gran líder, no dejarle nada al destino, con sus
clases de oratoria y su gran empeño y dedicación fortaleció su voz, transformándola en una
herramienta perfecta, sus expresiones faciales y gestos fueron motivo de largas horas frente a un
espejo para darles una elegancia que acompañara al discurso oral y lo engalanara, convirtiendo así
una acción de hablar en un arte. Los libros le posibilitaron conocer varios temas sobre distintos
contenidos, las letras iluminaron su actuar y le permitieron crear o repetir frases.
ESPACIO
En encendidos discursos que realizaba en plazas públicas o recintos, como la Plaza de los
Héroes o Heldenplatz que es una histórica plaza en el centro de Viena; donde se realizo el discurso
más notorio, el anuncio de Adolf Hitler sobre la anexión de Austria al Tercer Imperio en 1938.
Estos discursos brillaban por su audacia y atrevimiento; él deja caer toda su ira sobre los culpables
(según él) de la miseria alemana: los judíos, comunistas y todas las otras facciones diferentes, eso

4. sin contar con la exaltación del nacionalismo alemán. En estas condiciones la clase media y baja
de Alemania, estaba de acuerdo con las ideas hitlerianas; los discursos de Hitler no hacían otra
cosa que reflejar el descontento de la población y lo capitalizaba contra las razas e ideas diferentes
a las suyas.
Al tener a un culpable responsable de los males de la Nación Alemana, su popularidad fue
creciendo rápidamente. Después rebautizaría al DAP como NSDAP o Partido Nacional Socialista de
los Trabajadores Alemanes.
SÍMBOLOS
Hitler se puede comparar con la cruz esvástica; personas que observan alguno de éstos elementos
lo asocian de forma directa o indirecta con el otro, ambos significan el poder que poseía Alemania
nazi, y la vivacidad con que luchaban por obtener los resultados planteados. Aparecen más
símbolos como el de las S.S (Schutzstaffel) que causan impresión y fascinación ha algunos
individuos, pues representa la potencia de un armamento militar que dispone de varios métodos
para cumplir los objetivos del partido nacionalsocialista. Éstos tres símbolos (Hitler, cruz esvástica
y las S.S) son la marca universal que personifica al partido nazi en todo el mundo y se podría decir
que también en toda época.
El partido nazi en su galería de símbolos, tenía la Bandera de la Alemania Nazi que ondeaba por
todos los sitios de Alemania donde cada ciudadano demostraba con éste gesto, una actitud de
agrado por el partido. El águila del partido Nacional Socialista (Parteiadler) que era usada de
medalla por los altos mandos y personas considerada héroes por la sociedad alemana y era un
premio por el esfuerzo o las acciones que realizaron para el fortalecimiento de sus ideales. Pero
cabe aclarar que el mayor símbolo fue Hitler, y éste a su vez tenía unos símbolos de su
personalidad que nunca se olvidaran tales como, su fuerte voz, el carisma con el cual hacía que su
pueblo creyera en él y lo siguiera junto con sus pensamientos, o como otros lo llaman la capacidad
de manipular a quien quería, la falta de compasión en algunos asuntos militares y la toma de
decisiones para obtener lo deseado sin importar mucho las consecuencias. Se puede decir como lo
dijo alguna vez Albert Speer: «Nunca llegué a conocerlo» y nosotros nunca lo conoceremos
simplemente lo tendremos como es gran símbolo del partido nacionalsocialista al cual le
reprochamos sus actos pero admiramos muchos rasgos propios de su forma de ser.
DISCURSO POLÍTICO
Hitler fue un personaje trascendental en la historia de Alemania, este personaje fue el jefe de la
llamada Alemania Nazi, la cual tenía como uno de sus objetivos principales la eliminación de los
judíos, los cuales eran concebidos como “parásitos”. Hitler denotaba en su discurso y en sus
gestos el odio que sentía por los judíos.

5. Los gestos de Hitler, se caracterizaban por mostrar seriedad, fuerza, firmeza, dureza, un sentido
particular de patriotismo, rencor, odio. Su mirada generalmente se dirigía hacia el cielo, su brazo
derecho se levantaba para denotar fuerza y control en el discurso que manejaba con el pueblo.
El discurso que manejaba Hitler, se caracterizaba por contener ideas exageradas antisemitas,
buscaba convencer que la raza alemana era superior y que los judíos eran una raza inferior que
debía ser eliminada. El discurso de Hitler pretendía inculcar en sus seguidores “la fuerza”, el poder
y el control eterno en este país.
El discurso de Hitler estaba lleno de rencor, de ira, este dictador buscaba generar en el pueblo un
alto sentido de patriotismo fundado en una raza superior, la cual debía predominar y reinar sobre
el territorio Alemán.
En conclusión, se analiza que los gestos emitidos por ese dictador reforzaban el discurso que este
emitía, su brazo derecho al ser levantado en momentos específicos del discurso le daban fuerza,
firmeza y mayor credibilidad al mensaje que pretendía transmitir.
Sin embargo también se puede afirmar que el discurso de este dictador contenía un discurso
manifiesto y un discurso latente; el discurso manifiesto eran las palabras textuales que
pronunciaba las cuales se dirigían a defender la patria, a buscar la felicidad de los Alemanes,
mientras que el discurso latente, que es lo encubierto, buscaba reflejar el inmenso odio que sentía
por la raza judía, el cual debía justificar; por lo tanto el discurso manifiesto se convertía en una
justificación del discurso latente de este dictador, el cual es considerado como un sujeto con
características psicopáticas y antisociales.
CONCLUSIÓN
Observamos como en el discurso hay un poder. Las palabras pueden mover las convicciones de las
personas, pero aun más importante que las palabras, es cómo se dicen. Una de las más poderosas
armas de convicción de Adolf Hitler era la creencia en lo que decía. En el discurso, la mayor parte
del poder de convencimiento, está en hacer creer al otro, que se está seguro de la certeza de lo
que se dice. El mostrarse apasionado por Alemania y la política, generaba en él un aire de
persuasión que hacía que las personas tomaran como cierto cualquier cosa que el dijera. El creer
lo que se dice es crucial. Si se transmite en el mensaje la convicción de lo que se dice la persona
estará predispuesta a ser convencida.
Tenemos, de otro lado, como determinante, el lenguaje corporal de Hitler. Así, vemos, que la
energía que transmitía en su discurso, estaba enmarcada en la riqueza de sus gestos, enérgicos,
arrebatados, apasionados, hipnóticos. El lenguaje corporal, aunque pudiera parecer
complementario, realmente comunica unas cantidades impresionantes de información que dan o
no credibilidad al sujeto y su discurso. La mayor parte de la comunicación es visual, así, que solo

6. reducirnos a las palabras sería ridículo. Es así, que ante tan apasionado orador, no pudieron más
que rendirse las multitudes.
Para finalizar, la más fuerte arma discursiva de Hitler, fue su acertado conocimiento del
comportamiento de las masas. El hecho de siempre inspirar a su pueblo en el nacionalismo, hizo
que su discurso tocara la fibra mas intima del ciudadano alemán: su sentido de patriotismo. Es de
esta forma, que si un caudillo logra evocar en su pueblo los más altos sentimientos por la patria,
lograra encontrar fieles seguidores dispuestos a morir por su causa.
Así, las personas, pueden ser movidas en su parte emotiva, tocando su sentido de pertenencia,
por un pueblo, una religión, etc. la parte emocional de las personas es muy fuerte y quien sabe
explotar este potencial, podrá tener al pueblo a su merced.
En conclusión, tres fueron las armas expresivas de este cautivador caudillo: el creer lo que se
decía, un rico y expresivo lenguaje corporal, y finalmente, un conocimiento de la psicología de las
masas que hizo de este orador un exitoso.