1. LA VIOLENCIA
JUAN CARLOS SANTIAGO GÒMEZ
MEIN WORDS
Poder, dominación, consentimiento
Hablar de violencia en su sentido más estricto es pensar que la violencia es
solo una mera manera de actuar agresiva y brutalmente con el propósito de
cambiar algo por la fuerza o de destruirlo; pero para hablar de violencia hay
que ir más allá de este simple acto definitorio, hay que buscar las causas de
la violencia y las consecuencias que esta trae.
La violencia es un acto que podría decirse proviene de la espontaneidad y
que es contraria a cualquier forma de raciocinio; podría considerarse en
casos muy particulares como un cálculo estratégico que tiene como fin
alcanzar un propósito previamente dado.1
La mayoría de las veces suele asociarse a criterios de poder, fuerza física,
estatus social, económico, etc. Propiciando una relación entre agresor y
víctima como una conducta sistemática, construida a partir de episodios
repetidos de agresión hacia una persona o un grupo de ellos en particular,
con el objetivo de provocar daño.2
La violencia puede ser clasificada por sus distintas características en física,
sexual, familiar, emocional, de género, etc. Pero lo que yo veo es que un
acto violento es aquel que busca ejercer poder, dominio u obediencia sobre
algún sujeto específico. En este sentido el poder es un instrumento de
mando que debe su origen, como lo decía Max Weber, a “un instrumento
de dominación y en consecuencia a un tipo de violencia mitigada”3
, pero
todo esto en relación a otro factor importantísimo a saber, el
consentimiento.
Cuando hablo en este sentido del consentimiento hago referencia a aquellos
casos en los cuales se dan actos de violencia pero que de alguna manera
pudieron ser mitigados; porque el solo simple hecho de que ocurra la
primera vez sin ninguna respuesta por parte de la victima esto dará como
resultado en la mayoría de los casos que siga sucediendo y es ahí donde
uno consiente tales sucesos porque no intenta hacer algo para resolver el
problema sino que lo deja a merced de la suerte o del tiempo y es aquí
precisamente cuando se da uno de los puntos más desconcertantes a mi
parecer: la costumbre, o sea que existen sucesos en los cuales la violencia
1
Dialéctica de la violencia.
2
Temoltzin Espejel Leticia, Guía del estudiante, Seminario BUAP, México, 2012, p. 16.
3
Arendt Hannah, Crisis de la república, México, Taurus, 1973, p. 111- 141.
2. LA VIOLENCIA
no es vista como un hecho malo o deplorable sino que a los ojos de los
victimarios ya es algo común ya que tal ha sido el grado de violencia que se
ha convertido en perfecta, ellos ya no ven con malos ojos las cosas que les
suceden porque ya se acostumbraron a esos hechos tan repetidos que
forman parte ya de su cotidianidad a tal punto que si en algún momento
dado falta esa supresión ellos ya no sienten ser los mismos o sienten
pánico, frustración y quieren regresar a su antiguo estado, ya no les
importa, ya es parte de su vida, de su entorno y de sus costumbres y eso es
lo más lamentable porque a partir de allí se seguirá con este acto violento y
persistirá pasando por generaciones como algo de lo más común hasta que
suceda algo extraordinario y haga ver con ojos de razón esos sucesos y se
entienda que no deben persistir, pero hasta que eso pase habrá ya mucho
mal dispersado.
Pongo aquí un ejemplo aunque parezca monótono que refleja
perfectamente el hecho de consentimiento que se tiene en pro de la
violencia, y es sin más el exterminio de los judíos en Alemania. Como bien
es sabido tras la primera guerra mundial el pueblo alemán quedo muy
debilitado y resentido, además pensaban que la paz firmada en Versalles
había sido injusta; ambiente propicio para que las ideas de Adolf Hitler
adquirieran popularidad al declarar que podía mejorar la situación
económica y cobrar las afrentas recibidas por los otros países europeos,
pues para el Alemania había sido seriamente ofendida. Tras un intento
fallido de hacerse del poder fue encarcelado por 8 meses; en su estadía en
la cárcel escribió el libro Mi lucha en el cual puso de manifiesto su
aborrecimiento por conceptos tales como los de igualdad y gobierno de la
mayoría, su odio a los judíos, su creencia de que los arios eran una raza
superior, con el derecho de dominar a los demás; los cuales eran los
siguientes: “el judío fue siempre un parasito en el organismo nacional de
otros pueblos, comienza a tergiversar las cosas, presentándose como si
hasta entonces hubiese sido la única víctima de las injusticias de los demás
y no viceversa” “el objetivo por el cual tenemos que luchar es el de
asegurar la existencia y el incremento de nuestra raza y de nuestro
pueblo… había llegado el momento de arremeter contra toda la fraudulenta
comunidad de estos judíos envenenadores del pueblo”.4
Habrá quienes piensen como fue que tales hechos se pudieron dar y con
tal magnitud, el punto clave aquí es que el pueblo alemán hizo suya esta
ideología tal vez por los sentimientos de rencor que ya guardaban y
consintió en todo momento para que se llevara a cabo el holocausto del
pueblo judío pues de no haber sido de esta manera Hitler no hubiera tenido
el poder para ello.
4
Adolf Hitler, Mi lucha, en http://www.monografias.com/trabajos20/mi/lucha7shtml.
3. Ahora resulta interesante recurrir al paraje de Thomas Hobbes donde
menciona que
“si el soberano ordena a un hombre (aunque justamente condenado) que se mate,
hiera o mutile así mismo, o que no resista a quienes lo ataquen, o que se
abstenga del uso de alimentos, del aire, de la medicina o de cualquier otra cosa,
sin la cual no puede vivir, este hombre tiene la libertad para desobedecer…” ya
que dicha “naturaleza de esa consiste en la renuncia a la subordinación, lo cual
constituye una recaída a la condición de guerra, comúnmente llamada rebelión; y
quienes así ofenden no sufren como súbditos, sino como enemigos, ya que la
rebelión no es sino guerra renovada”.5
Para dejar mas en claro el tema habría que recurrir a un análisis más
exacto de dos conceptos: el poder y la violencia, a lo cual Hannah Arendt
describe que “el poder corresponde a la capacidad humana no solo de
actuar sino de actuar correctamente , nunca resulta en propiedad de un solo
individuo pues pertenece a un grupo, y ese poder seguirá existiendo
mientras el grupo permanezca unido; en cambio la violencia se distingue
por su carácter instrumental, dado que sus instrumentos están diseñados
para multiplicar la potencia natural hasta que en la ultima fase de su
desarrollo, puedan sustituirla”6
El poder y la violencia se vinculan cuando el gobierno se concibe como
el dominio de un hombre sobre otros hombres por medio de la violencia:
por eso poder y violencia no son la misma cosa porque “donde uno domina
absolutamente falta el otro”7
También habría que puntualizar aquello que menciona que
“la causa final o designio de los hombres (que naturalmente aman la libertad y el
dominio sobre los demás) es el cuidado de su propia conservación y, por añadidura, el
deseo de abandonar esa miserable condición de guerra, que es consecuencia necesaria
de las pasiones naturales de los hombres, cuando no existe poder visible que los tenga a
raya y los sujete, por temor al castigo, a la realización de sus pactos y a la observancia
de las leyes de naturaleza”.8
Existe una pregunta que resulta clave para este tema y es la que cuestiona
¿Por qué ciertas criaturas sin razón ni uso de la palabra como las abejas y
las hormigas viven en sociedad, sin un poder coercitivo y los hombres no?
5
Hobbes Thomas, Leviatan, o la materia,forma y poder de una república eclesiástica y civil, México,
Fondo de cultura económica, 2001, p. 177.
6
Arendt, Crisis de la república, 1973, p.146-148.
7
Arendt, Crisis de la república, 1973, p.154- 158.
8
Hobbes, Leviatan, 2001, P.137.
4. Una respuesta muy acertada la encontramos en el libro el Leviatan donde
Hobbes responde que la humanidad no puede hacer lo mismo porque
“Los hombres están en continua pugna de hombres y dignidad y las mencionadas
criaturas no, y a ello se debe que entre los hombres surja la envidia y el odio, y
finalmente la guerra.
En esas criaturas, el bien común no difiere del individual, y aunque por naturaleza
propenden a su beneficio privado, procuran, a la vez, por el beneficio común. Además
estas criaturas, a diferencia del hombre no tienen uso de la razón, no ven ni piensan que
ven ninguna falta de administración en su negocio común a diferencia de los hombres
donde hay muchos que se imaginan así mismos más sabios y capaces de gobernar la
cosa pública; el hombre tiende a aumentar o disminuir la grandeza aparente de sus
vastas ideologías, sembrando el descontento y turbando la tranquilidad
caprichosamente.
Las criaturas irracionales no pueden distinguir entre injuria y daño, y por consiguiente
mientras están a gusto, no son ofendidas por sus semejantes, en contraposición son los
hombres los que se encuentran más conturbados cuando mas complacidos están porque
es cuando les agrada mostrar su sabiduría y controlar las acciones de quien controla el
Estado.
Por último, la buena inteligencia de esas criaturas es natural; la de los hombres lo es
solamente por pacto, es decir de modo artificial.”9
Para finalizar este ensayo me parece pertinente tocar ahora un elemento
que ha sido importante para el establecimiento de la sociedad como tal y
que influyó para que la violencia no haya adquirido una forma totalitaria y
me refiero a la figura de un Dios (hago hincapié en un dios pero no en una
religión en particular, sino que solo tomo la figura del misticismo, la
divinidad y lo supremo); creo que esta figura es esencial en tanto refleja las
virtudes y bondades a las que la mayoría de las sociedades quiere llegar
para el establecimiento de la paz y la seguridad y delibero que si no hubiera
existido en la mente del hombre la vida hubiera sido un caos total y tal vez
ni hubiera surgido la civilización porque en donde se iba a fundamentar las
primeras reglas de convivencia, que fuerza haría a la humanidad tener la
mentalidad de no contraer relaciones entre familia, o las leyes de no matar
o no robar, puesto que los hombres eran iguales por eso creo que el temor a
esta providencia los hizo obedecer aquellas leyes que fundamentaron la
convivencia ya que de lo contrario ni se hubiera contemplado la ideal del
progreso porque no existiría esa unión de las pluralidades.
9
Hobbes, Leviatán, 2001, P.139 Y 140.
5. Con esto no contradigo lo que algunos autores dicen que la razón gobierna
al hombre, esto es cierto pero antes de la razón tuvo que existir esta
transfiguración de un dios hacia la propia razón.
BIBLIOGRAFIA
Adolf Hitler, Mi lucha, en
http://www.monografias.com/trabajos20/mi/lucha7shtml.
Arendt Hannah, Crisis de la república, México, Taurus,
1973
Dialéctica de la violencia.
Hobbes Thomas, Leviatan, o la materia,forma y poder de una república
eclesiástica y civil, México, Fondo de cultura económica,
2001
Temoltzin Espejel Leticia, Guía del estudiante, Seminario BUAP, México,
2012.