Heracles tuvo que cumplir 12 trabajos como castigo por matar a sus hijos en un ataque de locura. El documento resume los primeros 5 trabajos: 1) Matar al León de Nemea. 2) Matar a la Hidra de Lerna. 3) Capturar la cierva dorada de Cerinia. 4) Capturar el jabalí de Erimanto. 5) Limpiar los establos del rey Augias en un día.
2. El padre de Heracles
El padre de Heracles es
Zeus que gobernaba a
los dioses del monte
olimpo.
Era el Rey de los
Dioses que mandaba en
el universo.
3. La madre de Heracles
La madre de
Heracles es
Alcmena que era
una mujer mortal.
Destacaba por su
gran belleza.
4. Nacimiento de Heracles
Alcmena se casa con
Anfitrión pero no podían
tener relaciones sexuales
hasta que él llevara a
cabo la venganza de los
hermanos de ella. Por
eso, él se va a la guerra
contra los Telebeos.
5. Nacimiento de Heracles
Durante la ausencia de
Anfitrión, Zeus se hace
pasar por él y convence a
Alcmena para que tenga
amores con él. Ella creyendo
que era su marido y que la
venganza ya había sido
realizada, acepta y se une al
dios, en una noche que él
alarga para estar más tiempo
con ella.
6. Nacimiento de Heracles
Al día siguiente, regresa su marido y
también se une sexualmente a su
esposa.
Estando juntos, Anfitrión
cuenta a Alcmena lo
ocurrido en la guerra y ella
le dice que ya se lo ha
contado la noche anterior,
que habían pasado juntos,
por lo que Anfitrión se
pone muy celoso.
7. Nacimiento de Heracles
Alcmena concibe así a dos
hijos, uno de Zeus y otro de su
marido.
El día del nacimiento
resonó un trueno en Tebas
con furioso estrépito, y
otros muchos presagios
anunciaron la gloria del hijo
del dueño y señor del
Olimpo.
8. Nacimiento de Heracles
Alcmena dio a luz dos mellizos: Ificles, que era mortal y
Heracles, que era un semidiós.
Heracles
Ificles
9. Nacimiento de Heracles
Una versión del origen de
la Vía láctea o Camino
de Santiago, es que
Zeus engañó a Hera para
diera el pecho a Heracles.
Al descubrir ella quien
era, lo apartó de su pecho
y un chorro de su leche
formó la mancha que
cruza el cielo y que puede
verse en él desde
entonces.
10. Infancia de Heracles
Anfitrión para saber cuál de los dos
era su hijo, puso dos serpientes en
la cuna de los mellizos. El terror se
apoderó de Ificles, pero Heracles
mató a las serpientes y mostró que
era el hijo de Zeus.
Hera,la mujer de Zeus, movida por
los celos, quiso matar a Heracles
enviando contra él a dos dragones
para que le despedazasen. El niño,
sin el menor espanto, los trituró.
11. Juventud de Heracles
Heracles fue educado por los mejores maestros
Autólico le enseño a luchar y la conducción de carros
Eurito, el manejo del arco.
Lino a tocar al son de la lira
Eumolpo, el canto.
Cástor y Pólux, la gimnasia.
13. Juventud de Heracles
Mientras estudiaba con Quirón, Heracles tuvo que decidir a
qué se iba a dedicar en su vida.
Un día se
encontró con
dos
hermosas
mujeres:
Deber
Placer.
Tras dudar un instante, Heracles
siguió a Deber.
14. Juventud de Heracles
Al escoger al
Deber como
su guía,
Heracles se
convirtió en el
campeón más
valiente de su
época.
15. Juventud de Heracles
Mató a gigantes
a fieras salvajes
Y siempre ayudaba a
los oprimidos.
Dioses y hombres le aclamaban por sus actos y recibió
numerosos regalos de los dioses.
16. Juventud de Heracles
Atenea le dio una
armadura de uno de sus
templos Hermes, una
resistente
espada
Apolo, afiladas flechas que
nunca erraban su blanco
Hefesto, un escudo
17. Primer matrimonio
Así armado, acudió en ayuda de
Tebas, amenazada por un cruel
invasor que le exigía tributos.
Gracias a
Heracles,
Tebas obtuvo
la victoria y
Creonte, rey
de la ciudad,
le ofreció a su
hija Mégara
como esposa.
18. Primer matrimonio
Heracles formó con Mégara un matri-
monio feliz, del que nacieron tres hijos.
Hera no olvidó su odio hacia Heracles y finalmente le envió una
terrible locura, en la que el propio héroe arrojó a sus hijos y a su
mujer al fuego.
Cuando pasó su locura y vio lo
que había hecho, quedó
destrozado por la pena y lloraba
sin consuelo.
19. Castigo
Un día una voz le dijo que para pagar por su crimen debía ir al
templo de Apolo en Delfos y obedecer lo que el oráculo le
mandara.
A la mañana siguiente
Heracles partió hacia
Delfos. Salió descalzo
y fue pisando las rocas
más afiladas. Le costó
días llegar al templo,
que estaba en lo alto
de un empinado
acantilado.
20. Castigo
El oráculo determinó que debía servir
a su primo Euristeo y debía honrarle
mediante el cumplimiento de doce
fatigosos trabajos.
Heracles dejó a un lado su
orgullo y, humildemente, se
dispuso a servir a Euristeo.
21. Primer trabajo: El León de Nemea.
El rey Euristeo era muy
cobarde. Todo le daba miedo,
cada vez que sentía el peligro
cerca, corría a esconderse en
su tinaja de bronce que tenía
en los sótanos de su palacio.
Cuando Heracles llegó a Micenas,
Euristeo se echó a temblar porque
creía que su primo le iba a quitar el
trono. Sin embargo, Heracles se
arrodilló ante él y le dijo: Quiero
ponerme a tu servicio para purgar
mi crimen.
22. Primer trabajo: El León de Nemea.
Euristeo siempre consideró a Heracles como su rival, así que
era una suerte tenerlo como esclavo.
Pensaba que lo podría eliminar si le encargaba un trabajo
difícil en el que muriera.
Después de pensarlo durante días, al
fin le dijo a Heracles: quiero que mates
a un león salvaje que hay en Nemea
que mata a pastores y rebaños. Tienes
que acabar con él y traerme su piel
como prueba de tu hazaña.
23. Primer trabajo: El León de Nemea.
Euristeo pensó que su primo no volvería nunca con vida, pero
Heracles se fue tranquilo.
Cuando llegó se escondió tras unas piedras y esperó al león.
Al alba apareció el león que iba manchado de sangre pues
había estado toda la noche matando pastores y ovejas.
Heracles le tiró
una lanza, pero
le rebotó en el
pecho como si
hubiera dado
en una roca.
24. Primer trabajo: El León de Nemea.
Después lo acometió con su maza,
haciéndolo retroceder
hasta su cueva.
Allí lo agarró con sus manos
y lo estranguló.
Autor: Zurbarán, Francisco de
Título: Lucha de Hércules con el león de
Nemea
Año: 1634
25. Primer trabajo: El León de Nemea.
Como su piel era muy dura, usó una de las garras del león
para despellejarlo.
Como era tan pesada, pensó
ponérsela encima usando la
cabeza a modo de casco.
Así se presentó delante de
Euristeo y éste pensó que
era un león cayéndose
desmallado del susto.
26. Segundo trabajo: la hidra de Lerna.
El segundo trabajo que Euristeo mandó a Heracles fue matar
a la hidra de Lerna.
La hidra de Lerna es una
especie de dragón de
nueve cabezas con forma
de serpiente.
Vive en un lago pantanoso
de Lerna.
Come ganado, al que primero asusta y después les clava sus
grandes y poderosos colmillos.
Su aliento era mortal, envenenaba las aguas, secaba los
campos y provocaba la muerte de quienes lo respiraban.
27. Segundo trabajo: la hidra de Lerna.
Heracles partió hacia Lerna acompañado de su sobrino Yolao.
Cuando llegaron, Heracles se adentró en la laguna disparando
sus flechas a la hidra sin conseguir matarla.
La hidra enfureció y se dirigió hacia Heracles. Éste contuvo la
respiración para no morir envenenado por su aliento y
empezó a cortar cabezas, pero volvían a crecer más fuertes y
grandes en el mismo lugar.
28. Segundo trabajo: la hidra de Lerna.
Entonces llamó a su sobrino Yolao y le pidió que encendiera
una antorcha y quemara la herida cuando él cortara la cabeza.
Así continuaron hasta cortar las
nueve cabezas. Al terminar la
enterraron en la orilla de la
laguna. Antes de enterrarla
Heracles mojó la punta de sus
flechas en la sangre de la hidra,
siendo así mortales.
Cuando Heracles volvió a Micenas,
Euristeo no le dio el trabajo por
válido porque le había ayudado su Autor: Zurbarán, Francisco de
sobrino Yolao. Título: Lucha de Hércules con la Hidra de Lerna
Año: 1634
29. Tercer trabajo: la cierva dorada
de Cerinia.
El tercer trabajo que Euristeo mandó a Heracles fue cazar a la
cierva dorada de Cerinia.
La cierva de Cerinia, tenía pezuñas
de bronce y cornamenta de oro,
estaba consagrada a Artemisa ya
que era una de las cinco ciervas
que la diosa había intentado
capturar para engancharlas a su
carro y había sido la única que
había logrado escapar.
Euristeo le pidió capturar a la cierva para que Artemisa
condenara a Heracles a muerte.
30. Tercer trabajo: la cierva dorada
de Cerinia.
La cierva era muy veloz y no le fue fácil atraparla, Heracles
persiguió a la cierva día y noche sin descanso durante un año.
Aprovechando un momento en
que el animal se detuvo a beber,
Heracles inmovilizó sus patas
delanteras utilizando una flecha
que hizo pasar entre el tendón y el
hueso sin derramar sangre. Una
vez inmovilizada, la apresó y la
llevó a Micenas.
Yendo hacia Micenas con la cierva a cuestas le salió al paso
Artemisa, que le amenazó de muerte si la había herido. Heracles
le prometió liberarla en cuanto la viera su primo Euristeo.
31. Cuarto trabajo: el jabalí
de Erimanto.
La cuarta tarea consistía en capturar un
monstruoso jabalí que hacía estragos en
las montañas de Erimanto.
De camino al monte Erimanto,
Heracles cruzó por el país de los
centauros, gobernados por el sabio
Quirón, quién le había enseñado
astronomía y medicina.
Obra del escultor Pascual Salaverri.
Año: 1921
32. Cuarto trabajo: el jabalí
de Erimanto.
Celebrando su reencuentro, los centauros bebieron
demasiado vino. Al emborracharse atacaron a Heracles
con grandes piedras y troncos.
Para defenderse, Heracles
lanzó sus flechas
envenenadas con la sangre
de la hidra. Una de las
flechas se clavó en la rodilla
de Quirón causándole una
herida mortal. Heracles hizo
todo lo posible por curar a
su amigo, pero fue inútil.
Heracles enterró con grandes honores a Quirón y continuó
su camino muy apenado por lo sucedido.
33. Cuarto trabajo: el jabalí
de Erimanto.
Ya en las montañas, persiguió sin descanso al jabalí, lo condujo
a una zona de nieve muy profunda.
Aprovechando el
terreno y el
agotamiento del
animal, lo capturó
y lo llevó vivo
ante su primo.
Al llegar a Micenas con el jabalí vivo, el rey
Euristeo corrió a esconderse en su tinaja de
bronce, de la que no se atrevió a salir hasta que
pasados unos días uno de sus esclavos le juró que
Heracles había matado al jabalí.
34. Cuarto trabajo: el jabalí
de Erimanto.
El jabalí de Erimanto en el Arte
Autor: Zurbarán, Francisco de
Título: Lucha de Hércules con el jabalí de Erimanto
Año: 1634
Heracles y el Jabalí de Erimanto. Autor: Anónimo (Copia Giambologna)
Autor: Louis Tuaillon, 1904. Título: Hércules con el jabalí de Erimanto
Año: Siglo XVIII
35. Quinto trabajo: los establos del
rey Augias.
El quinto trabajo consistió en limpiar los establos del rey Augias
en un solo día.
Augias, rey de Elide, era el
hombre que más ganado poseía
en el mundo. Pero Augias no
había limpiado jamás sus
establos, los corrales y las
tierras de alrededor estaban
cubiertos de estiércol y las
plagas se extendía por todo el
reino.
Heracles no tuvo que preguntar dónde estaban los establos, los
encontró pronto debido al olor que desprendían.
36. Quinto trabajo: los establo del
rey Augias.
Heracles se presentó con la nariz
tapada y le dijo al rey Augias que
limpiaría los establos en un día.
Entre risas el rey le prometió que
si lo conseguía le entregaría la
mitad de su reino.
Heracles ideó un plan: golpeó los muros de los corrales hasta
abrir dos grandes agujeros. Luego recogió rocas y con ellas hizo
una presa para desviar el cauce de los ríos Peneo y Alfeo que
pasaban cerca. De esta manera el agua se precipitó en torrentes
sobre los corrales y establos, limpiando de esta manera toda la
suciedad.
37. Quinto trabajo: los establo del
rey Augias.
Cuando todo estaba limpio,
derribó la presa con un golpe de
su maza para que los ríos
volvieran a su cauce.
El rey Augias se negó a cumplir su promesa diciéndole que
habían sido los dioses de los ríos los que habían hecho el
trabajo.
Heracles le amenazó con reconstruir la presa para que el agua
arrasara su casa, pero finalmente no lo hizo y regresó a
Micenas para continuar con el siguiente trabajo.
38. Sexto trabajo: las aves del
lago estínfalo.
Para el sexto trabajo Heracles tenía
que matar a unos pájaros terribles
del lago estínfalo, que tenían forma
de serpiente, unos afilados colmillos
y unas poderosísimas garras de
bronce.
Se alimentaban de carne humana. Cuando veían a un
hombre o vaca, lanzaban una lluvia de plumas, punti-
agudas como flechas, que se clavaban en la carne se sus
victimas.
39. Sexto trabajo: las aves del
lago estínfalo.
Heracles partió de Micenas armado con su arco y su
carcaj. Cuando llegó al píe del monte Cillene, se adentró
en las aguas fangosas del estífalo a través de los juncos.
Como los pájaros volaban muy espaciados, no conseguiría
matarlos rápidamente.
Entonces apareció Atenea, diosa de la sabiduría, que
sabía que Heracles era el hijo preferido de Zeus y
deseaba ayudarlo.
40. Sexto trabajo: las aves del
lago estínfalo.
Le pidió que se subiera a la cima de
un risco y agitara un sonajero forjado
por Hefesto, que suena como el
crujido de una gran llamarada.
Heracles trepó a lo alto del risco y
agitó el sonajero con energía. Las
aves, espantadas, echaron a volar
formando una gran bandada.
Entonces Heracles comenzó a disparar flechas matando a casi
todas las aves. Solo una pequeña parte logró huir.
Heracles vigiló más de una semana pero no vio regresar a
ninguna.
Años después algunos marineros dijeron que las habían visto en
la isla de Hares, en el mar negro.
41. Séptimo trabajo: el toro de creta.
El séptimo trabajo lleva a Heracles a enfrentarse con el toro de
Creta.
El toro era blanco como la nieve,
había emergido de las aguas del
mar. Minos, rey de Creta había
prometido sacrificarlo en los
altares de Poseidón, dios del
mar, pero era tan magnífico que
se negó a cumplir su promesa.
Poseidón se vengó haciendo enloquecer al toro, que pisoteaba
las cosechas, echaba fuego por los ollares y embestía al que se
cruzaba con él.
42. Séptimo trabajo: el toro de creta.
Euristeo ordenó a Heracles que lo capturara y se lo trajera vivo.
Era la primera vez que Heracles salía del Peloponeso. Cuando
llegó a Creta, Minos, le dio una espléndida bienvenida y le
ofreció su ejército para ayudarle.
Pero Heracles confiaba en su
propia fuerza y rechazó la
ayuda.
Salió a buscar el toro llevando
como arma unas simples
cadenas de bronce.
Cuando lo encontró se enfrentó a él de cara y, cuando los
cuernos estaban a punto de rozarle, salto sobre su grupa. Lo
sujetó por los pitones y tiró hacia atrás hasta que lo derribó. Le
ató las patas con las cadenas y se lo echó a la espalda.
43. Séptimo trabajo: el toro de creta.
Heracles cargó el toro en el barco
y volvió a Micenas.
Euristeo quería sacrificar al toro en el
templo de Hera, pero Hera rechazaba
todo lo que Heracles trajera de sus
manos y soltó el toro en las llanura de
Maratón, cerca de Atenas, donde siguió
causando estragos hasta que el heroico
Teseo consiguió darle muerte.
44. Octavo trabajo: las yeguas salvajes
de Diómedes.
En el octavo trabajo, Heracles tuvo que ir a las tierras de Tracia,
donde reinaba el bárbaro Diómedes.
Diómedes había adiestrado a cuatro yeguas para que se
alimentasen de los cadáveres de los guerreros muertos en los
combates.
Pero cuando no había guerra, Diómedes degollaba a sus
huéspedes para alimentarlas. Heracles le pidió a su amigo
Abdero que le acompañara para
que le ayudase.
45. Octavo trabajo: las yeguas salvajes
de Diómedes.
Heracles y Abdero se alojaron en
el palacio de Diómedes, que
ordenó a sus guardias que les
mataran al amanecer.
Pero Heracles y Abdero, que no
se fiaban del rey, despertaron
antes y fueron a buscar a las
yeguas a los establos.
Estaban atadas con cadenas
hierro a pesebres de cobre.
Heracles rompió las cadenas con
su espada para soltarlos.
Los animales relincharon y despertaron al rey Diómedes.
46. Octavo trabajo: las yeguas salvajes
de Diómedes.
Abdero le ayudó a sacar las
yeguas de los establos saliendo a
toda prisa del palacio para subir al
barco que tenían en la orilla del
mar.
Diómedes al verlos escapar mandó
a sus guardias que los mataran.
Llegaron a orillas del mar con las
yeguas, que eran muy veloces,
sacando gran ventaja a Diómedes
y sus hombres.
Una vez allí, pidió a Abdero que vigilara a las yeguas mientras él
daba un merecido castigo a Diómedes.
47. Octavo trabajo: las yeguas salvajes
de Diómedes.
Excavó un canal que quedó
inundado por el agua del mar. A
Diómedes y sus hombres no les
dio tiempo a parar sus carros y
cayeron al canal donde murieron
ahogados.
Al volver comprobó horrorizado
como las yeguas habían devorado
a su amigo, por lo que furioso
volvió al canal, cogió a Diómedes y
lo arrojó a las yeguas para que lo
devoraran.
48. Octavo trabajo: las yeguas salvajes
de Diómedes.
Heracles ató las mandíbulas de las yeguas con
fuertes sogas, las subió al barco y volvió a Micenas.
Cuando Euristeo vio a las
yeguas carnívoras, empezó a
llorar y se escondió en su tinaja
de bronce de la que tardó seis
días en salir.
49. Noveno trabajo: el cinturón de
oro de Hipólita.
Euristeo tenía una hija, que al cumplir dieciocho años le pidió
que le consiguiera el cinturón de oro de la reina Hipólita como
regalo de cumpleaños.
Hipólita era la reina de las amazonas, que eran una raza de
mujeres que se dedicaban a. la guerra y sus esposos
cuidaban de la casa y de los hijos
Eran tan hábiles en la guerra, que habían derrotado a todas
las tribus de los alrededores del mar Negro.
Éste encargó a Heracles que fuera a Capadocia para
conseguirlo.
50. Noveno trabajo: el cinturón de
oro de Hipólita.
Heracles acudió a Temiscia, capital de reino de Hipólita, en
son de paz. La reina le ofreció un banquete quedando
impresionada por la fuerza y la belleza de Heracles, por lo que
le regaló el cinturón en señal de amistad.
51. Noveno trabajo: el cinturón de
oro de Hipólita.
Sin embargo, Hera se irritó mucho al ver que a Heracles le
estaban saliendo las cosas muy bien y le tendió una trampa.
Se disfrazó de amazona e hizo creer al resto de amazonas
que Heracles quería raptar a Hipólita.
Éstas decidieron impedirlo atacando a los hombres de
Heracles. Cuando éste se dio cuenta no esperó las
explicaciones de Hipólita y la mató con su espada.
A pesar de haber ganado la batalla, volvieron a Micenas muy
tristes, pues sabían que la reina había muerto de forma
injusta.
52. Décimo trabajo: los bueyes del
Rey Geriones.
Para el décimo trabajo, tuvo que esperar mucho tiempo, pues
Euristeo dudaba sobre cual debía de ser.
Por fin un día le dijo que quería
que le trajera los bueyes del rey
Geriones.
Geriones era un gigante de tres
torsos y tres cabezas que reinaba
e Eritia, una isla en el Océano, en
el límite occidental del mundo.
53. Décimo trabajo: los bueyes del
Rey Geriones.
Heracles viajó hasta la isla en un galeón de
oro que le prestó Apolo, díos del sol, pues
las aguas de es mar hervían como la lava
de un volcán.
Antes de llegar a su destino el galeón se
detuvo porque una pared de roca no le
dejaba paso. Heracles partió la roca por la
mitad, formando el estrecho de Gibraltar.
Erigíó una alta columna de piedra en cada uno
de los lados, llamadas “columnas de Hércules”.
54. Décimo trabajo: los bueyes del
Rey Geriones.
Una vez en Eritia, Heracles tuvo que luchar contra el boyero
Euritión, que vigilaba la manada de bueyes ayudado de su perro
con dos cabezas, Ortro. Consiguió matarlos, pero un pastor
avisó a Geriones de que le estaban robando la manada de
bueyes.
Heracles se enfrentó al rey de
tres cabezas lanzando una
flecha que perforó, una tras
otra, las tres cabezas del
gigante. Cayó muerto y de su
sangre brotó un cerezo
silvestre.
55. Décimo trabajo: los bueyes del
Rey Geriones.
En su viaje de vuelta se enfrentó a múltiples peligros. En su
paso por Italia luchó contra una tribu de indígenas y al gastar
todas sus flechas requirió la ayuda de su padre, Zeus, quien
mandó una lluvia de piedras.
Más tarde se enfrentó al gigante Caco que le había robado dos
bueyes.
Luego, Hera le mandó una plaga de tábanos contra los bueyes.
La manada enloquecida se lanzó al río Estrimón. Solo pudo
salvar a una parte de los bueyes . Castigó al río lanzando rocas
sobre sus aguas hasta convertirlo en un camino de piedras: ``la
pasadera de Hércules.
Al llegar a Micenas, Euristeo mandó sacrificar a los bueyes en el
Altar de Hera. Para entonces, ya llevaba ocho años y un mes al
servicio de Euristeo y le quedaban dos trabajos por hacer.
56. Undécimo trabajo: las manzanas de
oro de las Hespérides
En este trabajo, Heracles tiene que robar las
manzanas de oro del jardín de la Hespérides.
Zeus le había entregado ese árbol a Hera
como regalo de bodas. Lo custodiaba un
dragón de cien cabezas, Ladón. Sólo las
hijas del titán Atlas, las Hespérides, tres
bellas ninfas, podían recoger sus frutos.
Heracles tuvo que buscar el jardín durante
muchos meses. Finalmente, debe enfrentarse
al dios marino Nereo para saber dónde
localizar el jardín. Deberá ir a África, a las
laderas del monte Atlas, en la provincia de
Mauritania.
57. Undécimo trabajo: las manzanas de
oro de las Hespéridas
Una vez allí, Heracles mató al dragón que vigilaba el árbol y
pidió a Atlas que sus hijas le recogieran las manzanas. Para
concederle el deseo, Atlas le pide a Heracles que sujete el
mundo que lleva sobre sus espaldas, como castigo impuesto por
Zeus.
Cuando le trae las manzanas,
Heracles pretende irse, pero
Atlas no quiere que deje de
sujetar el mundo. Con una
estratagema, Heracles
devuelve tan pesada carga a
Atlas y sale corriendo.
58. Undécimo trabajo: las manzanas de
oro de las Hespéridas
Cuando vuelve al reino de Micenas entrega las
manzanas a la diosa Atenea para agradecerle
la ayuda que le había prestado en su lucha
contra las aves del Estínfalo. Atenea devuelve
las manzanas al jardín de las Hesperides
porque la ley de Zeus prohibe que estén en
cualquier otro lugar.
59. Duodécimo trabajo: el can
Cerbero del Hades.
Para el último trabajo, Euristeo le ordena a Heracles que viaje
al Infierno, pensando que el que entra en el reino de los
muerto ya no puede salir, para que le traiga el perro guardián
del Hades, Cerbero.
Guiado por Hermes, llega a la cueva del cabo Ténaro, cerca
de Esparta, donde se encuentra una de las entradas al Hades.
En la entrada se encuentra al príncipe Meleagro, que vive
atormentado por la culpa por haber matado a sus tíos en un
ataque de furia. Meleagro le pide que a su vuelta visite a su
hermana Deyanira.
60. Duodécimo trabajo: el can
Cerbero del Hades.
Llega a las orillas del Estigio dejando
atrás a las tres Parcas (que manejan el
hilo de la vida) y las tres Furias (que
persiguen a los malhechores). Le pide a
Creonte, barquero del lago estigio,
que le lleve al infierno.
Una vez en el infierno se encuentra
con Hades, que reina en el mundo
de los muertos junto a Perséfone,
su esposa. Le explica la razon de
su viaje y Hades le autoriza a
llevarse a Cerbero, siempre y
cuando logre atraparlo con sus
propias manos y lo devuelva
cuando lo vea Euristeo.
61. Duodécimo trabajo: el can
Cerbero del Hades.
Cerbero es un perro con tres
cabezas, rezuma veneno por sus
mandíbulas y tiene cola de
escorpión. Ataca a Heracles pero
este se defiende con su piel del
león de Nemea y lo agarra por el
cuello hasta que lo domina.
Cuando Euristeo ve a
Cerbero, siente tanto
miedo que se refugia en
su tinaja durante muchas
semanas.
62. Duodéciomo trabajo: el can
Cerbero del Hades.
Heracles viaja de
nuevo al Infierno
para devolver a
Cerbero.
63. Duodécimo trabajo: el can
Cerbero del Hades.
Cuando regresó a la Tierra, se sintió feliz
por primera vez en muchos años…
Había acabado sus doce
trabajos, se había purificado de
su crimen y volvía a tener la
conciencia tranquila.
64. La muerte de Heracles
Un día Heracles viaja a Ecalia, donde reinaba Eurito, que le
había enseñado a manejar el arco. Eurito estaba convencido
de que nadie podía superale a él ni a sus hijos en el dominio
del arma y había prometido entregar a su hija Yole en
matrimonio.
Heracles aceptó el reto y ganó con facilidad, pero
Eurito se negó a entregarle a su hija porque sabía
que ya había matado a su primera esposa (Mégara)
Al sentirse engañado, Heracles sufrió un ataque de
ira, cogió su espada e inició una batalla con Eurito
y sus hijos.
Uno de los hijos de Eurito (Ifito) luchó junto a
Heracles, pues consideraba tenía razón, pero como
Heracles no lo sabía en la lucha salió despedido de
una torre y murió al caer al suelo.
65. La muerte de Heracles
Cuando recuperó la cordura, se dio cuenta que había muerto un
inocente.
Desesperado, acudió al oráculo de Delfos para preguntar como
podía purificarse del crimen.
Apolo dispuso que debía servir durante tres años a la reina
Ónfale de Lidia en tierras africanas.
Esas tierras estaban llenas de ladrones y bestias salvajes, pero
Heracles acabó con ellos con gran facilidad.
Ónfale quedó impresionada por la belleza y la fuerza de
Heracles y lo convirtió en su amante, aunque lo trataba muy mal.
Por eso cuando pasaron los tres años, Heracles regresó a su
tierra. Entonces recordó la promesa que le había hecho a
Meleagro y acudió a visitar a Deyanira para decirle lo mucho que
le echaba de menos su hermano.
66. La muerte de Heracles
Deyanira era una mujer tan guapa que Heracles se enamoró de
ella y a los pocos días se casaron.
Durante un viaje, tuvieron que cruzar
un río con mucho agua, y entonces
el centauro Neso se ofreció a llevar a
Deyanira a la otra orilla mientras
Heracles lo atravesaba a nado.
Pero Neso se enamora de Deyanira y decide raptarla escapan-
do al galope con ella. Entonces Heracles lanza una flecha enve-
nenada de la hidra de lerna que hiere al centauro.
Agonizando, Neso le dice a Deyanira que recoja su sangre pues
es un potente filtro de amor que le devolverá el cariño de
Heracles si éste le abandona.
67. La muerte de Heracles
Pasado un tiempo regresa a Ecalia para enfrentarse a Eurito
pues no le perdona que no cumpliera su promesa.
Mata al rey, saquea la ciudad y toma cautiva a Yole.
Para celebrarlo, decide sacrificar una docena de bueyes en
honor a Zeus y pensó que debía vestir una túnica nueva, para lo
que manda a un mensajero a su casa para que se la traiga.
Deyanira piensa que la quiere para casarse con Yole y muy
celosa, mancha con la sangre de Neso la túnica.
Pero Neso le había mentido ya que la sangre era un potente
veneno mortal. En cuanto Heracles se puso la túnica se retorció
de dolor y aunque intentó quitársela, a cada tirón que se daba se
arrancaba la piel y para librarse del dolor se tiró al agua.
68. La muerte de Heracles
Cuando Deyanira se entera de lo ocurrido, se tumba en su cama
y se clava un puñal en el pecho.
Viendo que su muerte estaba cerca, pidió a su hijo Hilo que le
llevase a hombros hasta la cima del monte Oeta.
Una vez allí ordenó que le hicieran una pira funeraria, se tumbó
sobre ella cubierto con la piel del León de Nemea y le prendieron
fuego.
Los dioses del monte olimpo le dieron una cálida
bienvenida, incluso Hera, que le da a su hija
Hebe (diosa de la juventud) en matrimonio,
el cual duró toda la eternidad.
69. Heracles en el escudo de Andalucía
El escudo está
compuesto por la
figura de Heracles A los pies de
entre las dos Heracles, está
columnas de leyenda que
Heracles, que la resume la
tradición sitúa en el aportación del
estrecho de Gibraltar, Heracles
expresión de la andaluz a la
fuerza eternamente superación
joven del espíritu, mundial de las
sujetando y domando fuerzas de la
a dos leones que Vida:
representan la fuerza
de los instintos
animales.