Hércules tuvo que completar 12 trabajos muy difíciles como castigo por haber matado a sus hijos en un ataque de locura. Los trabajos incluyeron matar la Hidra de Lerna, capturar las Aves del Estínfalo, capturar el León de Nemea, capturar el Jabalí del Erimanto, capturar la Cierva de Cerinia, limpiar los establos de Augías, domar el Toro de Creta, capturar las Yeguas de Diomedes, obtener el Cinturón de Hipólita, robar los Bueyes de Ger
1. La Mitología en las Artes: Aplicación didáctica en el
aula
LOS TRABAJOS DE
HÉRCULES
2. Hércules (en griego, Heracles) era hijo de Zeus y de la
mortal Alcmena, pero fue adoptado por el marido de
ésta, Anfitrión. No obstante, Hera, esposa de Zeus,
siempre estuvo furiosa contra este fecundo fruto de
adulterio.
Por eso, la diosa hizo que Hércules enloqueciera
durante un momento y matara a sus propios hijos, los
que tuvo con Mégara, una princesa de Corinto.
Cuando Hércules recuperó la cordura, tuvo que
exiliarse para expiar su crimen fuera de Corinto y,
como mandaba la antigua ley de los héroes, la
condena y la purificación debían ser impuestas por
otro héroe. En este caso su propio primo Euristeo, rey
de Tirinto, le mandó realizar diez trabajos muy
complicados: lógicamente, tuvo que hacer dos más
porque le invalidaron los de la Hidra y la limpieza de
los establos de Augías, el primero por ser ayudado por
su sobrino y el segundo por exigir del beneficiado una
compensación económica.
LOS TRABAJOS DE HÉRCULES
3. La Hidra de Lerna
Este monstruo tenía cuerpo de perro y
nueve cabezas, una de ellas inmortal
(en algunas versiones el número de
cabezas puede ser tres, o doce), su
aliento era letal y su sangre era
ponzoñosa y anticoagulante.
Aterrorizaba a toda la comarca y
mataba el ganado. Además, cada vez
que Hércules le cortaba una cabeza,
le volvía a crecer de inmediato.
Cansado de esto, Hércules solicitó la
ayuda de su querido sobrino Yolao,
que quemaba la cerviz de cada
cabeza antes de que saliera otra. De
este modo, Hércules cortó por último
la cabeza inmortal, que enterró bajo
una roca. Con la sangre de la Hidra
emponzoñó sus flechas.
La Hidra de Lerna, de Gustave Moreau
4. Las aves del lago Estínfalo
Estas rapaces oscuras devoraban
cosechas enteras y atacaban con
alevosía a los viajeros hasta matarlos.
La diosa Atenea ofreció a su hermano
Hércules unos címbalos de bronce con
cuyo sonido espantó a las aves y las
sacó de los árboles para matarlas con
sus certeras flechas.
Escultura de E.M. Bourdelle
5. El león de Nemea
Esta fiera fue engendrada por los monstruos Equidna y Ortro. Tenía aterrado a todo el valle de
Nemea. Hércules intentó matarlo con flechas y otras armas cortantes, pero como su piel no podía
ser atravesada, tuvo que estrangularlo con sus propias manos y aprovechó su piel para hacerse
una especie de capa protectora, convirtiéndola así en uno de sus signos distintivos.
Zurbarán
6. El jabalí del Erimanto
Era un animal monstruoso que devastaba los campos de Arcadia, por donde Hércules lo persiguió durante
mucho tiempo. Como Euristeo le reclamaba al animal vivo, el héroe lo atrapó con una red y se lo llevó a
su primo que, espantado por el aspecto del monstruo, se escondió en una tinaja-
7. La cierva de Cerinía
Esta cierva era un animal fabuloso
consagrado a la diosa Ártemis,
hermana de Hércules. La cierva tenía
“cuernos” de oro y pezuñas de bronce,
y corría tanto que era imposible
alcanzarla. Durante un año Hércules
siguió a la cierva hasta alcanzarla y
herirla con una flecha.
8. Los establos de Augías
Augías, rey de Élide, nunca limpió ni mandó limpiar sus
establos, de modo que su suciedad era legendaria más allá de
su comarca. Para limpiarlos sin entrar en ellos, Hércules desvió
el curso de dos ríos vecinos, el Peneo y el Alfeo, para que
pasaran por dentro de los establos y arrastraran toda la
inmundicia. Pero Hércules exigió un pago por este trabajo,
Augías se declaró insolvente para no pagarle y el héroe lo
mató.
Hércules desviando los ríos
para limpiar los establos de
Augías.
Zurbarán
9. El toro de Creta
Hércules consiguió domar a
este soberbio animal, al que
Poseidón Había enfurecido y
que asolaba la isla de Creta.
Las yeguas de Diomedes
Diomedes era el rey de Tracia, alimentaba
a sus yeguas con carne humana.
Hércules logró matar a su amo y se lo
ofreció a las yeguas como pasto, logrando
así amansarlas y uncirlas al carro de
Diomedes.
Xilografía del siglo XVII
10. El cinturón de Hipólita
Hipólita, reina de las amazonas, poseía un cinturón que Ares le
había ofrecido. Hércules, ayudado por Teseo, la mató y se
apoderó del preciado cinturón. En el curso de esta expedición
salvo a Alcestis y a Hesíode, hija del rey Laomedonte,
amenazada por un monstruo marino. Como el rey no le
entregó la recompensa prometida, Hércules juró vengarse.
Los bueyes de Gerión
Geriones era un rey africano que tenia un
magnífico rebaño vigilado por un dragón y un
perro de dos cabezas. Agotado por el calor,
Hércules amenazó a Helio con sus flechas. Este
para calmarlo le ofreció un bajel de oro que le
condujo al borde del océano. Allí encontró el
rebaño, se apoderó de los animales y después
de un largo viaje logró traérselos a Eristeo,
quien los ofreció a Hera en sacrificio.
11. Las manzanas de oro de las
Hespérides
Hera, que había recibido estas
manzanas como regalo de boda, las
tenia al cuidado de unas Ninfas y un
dragón en un jardín magnífico
donde solo Atllas tenia derecho a
entrar. Hércules consiguió la ayuda
del gigante, el cual se apoderó de
los frutos mientras el héroe sostenía
en su lugar la bobea celeste.
12. El can Cerbero
Euristeo aterrado ante la nueva
captura de Hércules, devolvió el
monstruo a los infiernos. Al bajar al
reino de los muertos en busca de
Cerbero, Hércules, liberó a Teseo.